miércoles, 26 de julio de 2017

La primera línea de batalla

Por Luis Manuel Aguana

Sin necesidad de ser militares, el común de las personas asocia a esa expresión con aquellos que estan al frente recibiendo los disparos del enemigo en una guerra, esto es lo que se da en llamar “el frente de batalla”. De la misma manera, los que están allí son -o al menos lo deberían ser- los mejores preparados para la confrontación. Y por supuesto, son los que salen heridos y muertos de primero en el enfrentamiento. Se puede entender entonces que alli no pueden haber cobardes o personas que rehuyan el combate.

Dicho esto, dificilmente se puede entender que los diputados de la Asamblea Nacional, al no haber tomado inmediatamente la decisión que por mandato les ordenara el pueblo de Venezuela en Consulta Popular el 16J, la primera linea de batalla la hayan asumido los Magistrados designados por ella, y no un Gobierno de Transición investido por la propia AN de acuerdo al mandato recibido. Así están las cosas.

Al asumir sus funciones, un Gobierno de Transición estaría en mejor posición de establecer la defensa del resto de los Poderes Publicos salidos del mandato popular de acuerdo a la pregunta No. 3 de la Consulta, solicitando todos los apoyos requeridos provenientes del reconocimiento internacional que le dio el mundo a la voluntad popular expresada del pueblo venezolano el 16J al Poder Legislativo, incluyendo el ordenado a las Fuerzas Armadas por mandato, en atención a la respuesta contundentemente afirmativa a la pregunta No. 2 de la Consulta.

Pero no, los nuevos Magistrados designados por la Asamblea Nacional quedaron por decir lo menos, en pelotas y al arbitrio de la segura persecusión del régimen al ser designados primero. Por mas valentía que tengan estos distinguidos venezolanos, no se les podía exigir estar en esa primera linea de batalla, sin la estructuración previa de un gobierno que les diera el respaldo necesario. A quienes les correspondía estar en el “frente de batalla” que se abriría inmediatamente del pronunciamiento del pueblo ese 16J era a un Gabinete de Transición encabezado por el Presidente de la Asamblea Nacional, el Diputado Julio Borges, de acuerdo a la linea de sucesión presidencial constitucional. Asi fue que entendimos los venezolanos esa Consulta Popular.

Y ustedes dirán,  ¿y entonces? los presos hubieran sido otros pero igualmente presos. ¡Cierto! pero con una importante diferencia: Maduro hubiera encarcelado a los representantes de un gobierno legitimamente reconocido por el pueblo venezolano el 16J y respaldado por todas las naciones del mundo. Menuda diferencia, ¿no?

De esta manera tendríamos del lado de los demócratas a los tres principales Poderes Públicos: el Poder Legislativo -la actual AN-, el Poder Judicial -los nuevos Magistrados designados por la Asamblea Nacional-, y el Poder Ejecutivo, establecido por la AN con el respaldo mayoritario del pueblo venezolano en Consulta Popular el 16J. Y los tres sesionando en el Palacio Federal, lugar donde paradójicamente Antonio Guzmán Blanco los ubicó juntos el siglo antepasado.

Los venezolanos todavía nos preguntamos que es lo que ha impedido que esto no haya sido asi despues del 16J. Muchos especulan que son las aspiraciones electoralistas de los principales personeros de la MUD, que por una u otra razón anteponen sus propios intereses  a los del pais, imponiéndose las aspiraciones presidenciales de algunos de sus mas destacados dirigentes, y de alli que se pretenda una solución que implique llevar a Maduro hasta el 2019, comprando a la gente con unas elecciones regionales el 2017. Esto es lo que se desprende de la propuesta realizada por José Luis Rodríguez Zapatero.

Si esto es cierto, ¿de verdad creen en la MUD que la indignación, el sufrimiento y los muertos puestos por el pueblo venezolano valen eso? Si lo creen, mejor renuncien. La unica manera de lograr que Venezuela se estabilice y retorne la paz es que Maduro y sus delincuentes desalojen el poder. No hay otra forma. Lo único a conversar alli serían los términos en que lo harían.

Los venezolanos deben recordar que no fue otra cosa lo que paso en abril de 2002. El único responsable de los muertos de Puente Llaguno y la Av. Baralt fue Hugo Chávez Frías y de alli el desconocimiento de las Fuerzas Armadas a su gobierno. ¿Quien es ahora el principal responsable de los casi 100 muertos de ahora y todos los que han fallecido durante las protestas desde el 2014? Ese no es otro que Nicolas Maduro Moros, y como consecuencia de eso debe responsabilizarse por ellos e irse junto con su gobierno, dejando a la justicia entenderse con los autores materiales de esos crímenes.

La Asamblea Nacional todavía esta a tiempo de tomar medidas trascendentales que cambien el panorama politico y la vida de los venezolanos. Y algunos pensamos que esto pasaría, si Ramos Allup y el resto de los potenciales aspirantes presidenciales opositores deponen las agallas y piensan primero en Venezuela.

Pero además creo que tambien pasa por el requisito mencionado antes, que en la “primera línea de batalla” no puede haber cobardes ni gente que rehuya el combate. El ejercicio de la política en Venezuela tiene ese requisito desde hace mas de 200 años. Hasta donde pude observar durante el asalto al Palacio Legislativo protagonizado por las hordas del régimen, al parecer ese no es el caso de muchos de nuestros representantes, con ejemplos evidentes de agresión violenta sufridos por alguno de ellos en defensa de la integridad del Parlamento. Entonces Sres. Diputados, procedan en consecuencia, rescaten primero la República. Las elecciones -y las aspiraciones- pueden y deben esperar...

Caracas, 26 de Julio de 2017

Twitter:@laguana

domingo, 23 de julio de 2017

Una carta necesaria

Por Luis Manuel Aguana

La carta pública realizada por la Alianza Nacional Constituyente es un último llamado a la racionalidad y a la paz que podemos hacerle a aquellos factores del régimen encabezado por Nicolás Maduro (ver http://ancoficial.blogspot.com/2017/07/carta-publica-nicolas-maduro-moros.html) empecinados en realizar un proceso constituyente a troche y moche, ignorando la voluntad popular.

Algunos lo consideraran ingenuo y tal vez lo sea, pero no podemos dejar fuera de la historia tal vez lo que sea el último intento racional de evitar una confrontación sangrienta entre venezolanos que sabemos que nadie ganara, menos aun aquellos que han deliberadamente ignorado la vocación democrática del pueblo de Venezuela.

Creo necesario hacer esta nota explicativa porque ha sido pública mi posición desde hace varios años, que hecho pública desde este blog, en relación al llamado a un Proceso Constituyente de carácter Originario genuino, de la mano del pueblo. Es por eso que me ha honrado acompañar los esfuerzos de distinguidos venezolanos al constituir la Alianza Nacional Constituyente con el fin de impulsarla, a pesar de la indiferencia y los obstáculos puestos por la oposición oficial venezolana.

La realidad demostró que de habernos acompañado en esta cruzada, desde hace mucho tiempo no solo hubiéramos conseguido recaudar el 15% requerido en el Artículo 348 constitucional de convocar el proceso constituyente por iniciativa popular y aprobar las Bases Constituyentes propuestas por la Alianza, sino que también hubiéramos hecho un proceso de elección constituyente al margen de los poderes constituidos, como demostró cívicamente el pueblo de Venezuela que era posible hacer, el pasado 16J. Pero no fue así. El régimen se adelantó, distorsionando el llamado constituyente y colocando a nuestro país al borde una confrontación fratricida.

Los venezolanos han sido testigos de los esfuerzos que ha hecho el grupo de venezolanos que conformamos la Alianza Nacional Constituyente, antes y después de su constitución, para convencer a los ciudadanos de la necesidad de ir a un Proceso Constituyente de carácter Originario para solucionar la crisis política que vive y se ha agravado en Venezuela. Múltiples acercamientos a los factores políticos que conforman la oposición congregada en la MUD, dan fe cierta de los intentos realizados para convencerlos desde hace varios años de asumir la vía constituyente por iniciativa popular establecida en el Artículo 348 constitucional.

Aún así no desistimos de nuestro empeño y nos lanzamos al país a tratar de convencer a la misma población de la necesidad de emprender esta ruta, con la convicción profunda de que esta era la mejor solución para una Venezuela polarizada y necesitada de reconciliación, ya que no solo nos permitía establecer una discusión entre todos –oposición y oficialismo- de un mejor proyecto para el futuro del país, sino hacerlo en paz y en democracia, respetando a todos los sectores democráticamente en su justa proporción.

Nos organizamos en muchos Estados del país impulsando lo que dimos en llamar Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario (JAPCOs), figura a través de la cual impulsamos la recolección del 15% de las manifestaciones de voluntad necesarias para ese llamado a una Constituyente Originaria basada en la aprobación del pueblo.

Sin embargo, el 1ro de Mayo el país fue testigo de una convocatoria a un proceso constituyente sin la aprobación del pueblo de Venezuela, donde el gobierno nacional haciendo uso indebido de su facultad para la iniciativa constituyente establecida en el Articulo 348, convocaba al país a un proceso constituyente.

Todo el país rechazó esta convocatoria por fraudulenta, y la oposición venezolana satanizó en forma tal el proceso constituyente que hizo imposible a la Alianza Nacional Constituyente seguir en su labor pedagógica de educar al pueblo venezolano de las ventajas que tendría para el país la transformación que sigue siendo necesaria para corregir los errores estructurales de la Constitución de 1999, perdiéndose de esta manera una vía extraordinaria que, de la mano del pueblo venezolano, podría –y creemos que aun puede- resultar en la forma más expedita y útil de acercar y conciliar un país que se encuentra completamente descuadernado y a las puertas de un conflicto civil. Cualquier cosa que pase en Venezuela deberá terminar en un proceso constituyente, y más vale que sea antes y no después de una confrontación.

Los venezolanos demostramos al mundo el pasado 16J, a través del acto de protesta ciudadana más importante que jamás se haya visto, una Consulta Popular organizada desde las entrañas mismas de la sociedad civil, nuestra vocación cívica y  democrática, lo que demuestra que no deseamos resolver nuestras diferencias con violencia sino a través del voto, siempre y cuando sea respetada esa vocación.

Este esfuerzo, a pesar de haber sido una iniciativa propuesta a la MUD por la Alianza Nacional Constituyente, fue malinterpretada posteriormente hacia una salida electoralista, volviendo a equivocarse la oposición oficial, tergiversando el verdadero mandato del pueblo que exigía -y aún exige desde el 6D-2015- la conformación inmediata de un Gobierno de Unión Nacional desde la Asamblea Nacional, tal y como fue el mandato de la pregunta No. 3 de la Consulta Popular.

Desde la Alianza Nacional Constituyente estamos presenciando que aun cuando el pueblo expresó en la Consulta Popular su inconformidad con un llamado a constituyente sin su autorización, el gobierno insiste en realizarlo, lo que con toda seguridad traerá como consecuencia una conflagración civil de una magnitud desconocida. No podemos permanecer impasibles ante eso sin proponer una solución para impedirlo.

Y nuestra propuesta a los venezolanos es que si el gobierno insiste en un llamado a un proceso constituyente, solicitarle claramente que este sea realizado de la manera correcta, como siempre ha sido nuestro planteamiento, utilizando los mecanismos constitucionales adecuados para su ejecución y respetando los principios cardinales que guían a este proceso. Ese ha sido el trabajo de muchos años de la Alianza Nacional Constituyente y lo ponemos de nuevo al servicio de los venezolanos. Esto nos permitiría acordar la solución conjunta a esta grave crisis que nos aqueja.

Si el Proceso Constituyente, así como las Bases Comiciales que sean discutidas conjuntamente, son aprobados por el pueblo en Referendo Consultivo, por la naturaleza del mismo mecanismo, nadie debería ser excluido, ni los factores del gobierno ni los de la oposición. El mismo proceso, se encargaría de regular la participación equitativa de todas las partes y su representación proporcional. De esta manera los venezolanos estaríamos resolviendo la crisis con votos, discutiendo en el foro constituyente el futuro del país.

Nuestra propuesta es entonces que se detenga y se reformule ese proceso constituyente del 30 de julio y se discutan, con la intervención de mediadores internacionales aprobados por ambas partes, los términos de un nuevo llamado Constituyente. Creo firmemente que eso es lo que al menos deberíamos intentar antes de que una espiral de violencia nos lleve a todos a una guerra fratricida que nadie ganaría. Aunque creamos que esta comunicación pueda ser ignorada, que la historia no nos juzgue sin un último llamado a la reconciliación y la paz.

Caracas, 23 de Julio de 2017

Twitter:@laguana