lunes, 16 de octubre de 2017

Dura lección

Por Luis Manuel Aguana

Los resultados electorales del pasado domingo 15 de Octubre vienen a corroborar que quien juega en una ruleta arreglada siempre pierde. Lo doloroso de esto no es que la oposición oficial haya alimentado la esperanza de los venezolanos indicando que si “con este CNE” ganamos el 6D-2015, porqué no íbamos ganar ahora, sino que luego de la barbaridad del fraude del 30 de Julio donde aparecieron 8,1 millones de votos que nadie vio en los centros electorales, reconocido por toda la comunidad internacional y por la misma Smartmatic, quien en su sano juicio no iba a pensar que la ruleta arreglada del CNE colocara el resultado como le dio la gana el 15-O.

No voy a entrar aquí a analizar como lo hicieron. Ya lo he hecho innumerables veces, pero si lo desean pueden revisar mi ponencia en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV del 21 de Octubre de 2013, ¡hace 4 años!, “La perversión del sistema electoral automatizado y sus consecuencias políticas” en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/08/la-perversion-del-sistema-electoral.html. Tal vez pueda darles algunas luces acerca de lo que pasó el 15-O, donde el régimen cambia los resultados a voluntad porque tiene las maquinitas para hacerlo.

Lo que deseo hacer ahora no es una declaración de “se los dijimos”, sería irrespetuoso con las millones de personas que confiando en su dirigencia política creyeron que contarían con un resultado acorde con lo que en realidad está pasando en el país: que los rechazamos mayoritariamente. Pero lo que terminó haciendo Venezuela fue corroborar que si existen esos 8,1 millones que votaron por esa inconstitucional constituyente del régimen, porque ahora si aparecen juntos la gente y los votos con un resultado oficialista. Mi “frustrachera” (frustración con arrechera) ahora no tiene límites y eso que no voté. No me imagino la del que si lo hizo con mucho sacrificio al ver las trampas aviesas y demostradas del CNE en esta elección…

Decía mi abuela que la gente no aprende en cabeza ajena. Nunca he hecho campaña por la abstención. Solo he dicho que la abstención en dictadura es protesta cívica. Y estoy en protesta cívica en lo electoral desde el 2013 (ver Porque no les daré mi voto, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/porque-no-les-dare-mi-voto.html) donde declaré públicamente que no seguiría cohonestando ese sistema hasta que haya un cambio del sistema electoral en Venezuela y nuestro voto realmente refleje la voluntad de los electores. Y aun no lo refleja, como efectivamente se demostró el 15-O y los venezolanos deben reconocer eso ahora.

Terminaba esa nota indicando que el abstencionismo solo existe en democracia. En dictadura lo que debe existir es protesta cívica expresada en Lucha No Violenta. Y aún lo sigo pensando, y ahora más que nunca desde que caracterizamos lo que pasa en Venezuela como una dictadura, declarando asumir el Artículo 350 constitucional desde la misma Asamblea Nacional. Lo que me extraña es que habiendo hecho eso los venezolanos saliéramos todos a corroborar y legitimar ese Poder Electoral completamente ilegal. Ya es hora que empecemos a ser coherentes con lo que decimos y luego hacemos.

Alguno de ustedes tal vez esté pensando “bueno, este tipo dice esto porque perdimos y está contento por eso”. Mi respuesta a eso sería que no perdimos, ni estoy contento por esos resultados. No perdimos porque aun existe en nuestra población la creencia pacífica de que podemos resolver nuestras diferencias con el acto más importante de la democracia que es el voto. Pero ese voto debe y tiene que ser en unas condiciones donde se garantice que lo que votamos cuenta y eso no está ocurriendo, por más que la oposición oficial nos eche el cuento de vaqueros de que como “tenemos testigos” podemos ganar, o porque la teoría de la “avalancha de votos” funciona. Bájense de esa nube con estos comunistas que tienen un sistema infalible para ganar siempre.

Tampoco me encuentro contento con lo que pasa, todo lo contrario. Siento que tengo años diciendo lo mismo a una pared que no oye. El problema no es que votemos o no. El problema es que primero debemos resolver el problema fundamental que es la sustitución del régimen para luego abocarnos a resolver lo demás, incluyendo lo electoral que está completamente viciado, desde el Registro Electoral hasta el sistema de contar votos. Y es un completo contrasentido –por no decir una estupidez- intentar resolver lo primero cuando lo segundo sigue trampeado.

Ustedes me dirán, pero ¿y cómo sacamos a esta gente sin votos? Ahhhh, buena pregunta. Si has declarado que estamos en una dictadura, entonces tenemos que actuar seriamente en consecuencia y revisar las formulas internacionales para lidiar con eso. Comencemos por Gene Sharp o cualquier otro autor de la Lucha No Violenta. Encausemos una lucha que tenga coherencia con el discurso. No acompañemos al régimen por más que el liderazgo opositor insista en que ellos tienen los tanques y los fusiles y nosotros no. Realicemos una lucha en cada Estado, cada Municipio, cada Parroquia pero asumiendo la actitud correcta y coherente.

En la Alianza Nacional Constituyente planteamos antes de la Constituyente de Maduro, que convocáramos a una Asamblea Nacional Constituyente por iniciativa popular recogiendo nosotros mismos ese 15% establecido en el Artículo 348, fuera de todo Poder Constituido, en especial el electoral, asumiendo como lo hicimos la desobediencia constitucional. No se nos oyó porque siempre nos pusieron por delante “la vía electoral”. Pues bien, ahora estamos cambiando la estrategia y pronto ofreceremos una ruta semejante, pero que implica que usemos lo que hasta ahora se ha obtenido en la institucionalidad opositora, pero eso necesitará mucho valor y conciencia de parte de quienes elegimos como Diputados el 2015, que no sabremos si existirá hasta que se presente la circunstancia, y si de verdad están en el juego de sacar al régimen, y no de convivir con él.

Creo que de aquí en adelante el país ha ganado mucho de conciencia de la que se tenía antes del 15-O. Es una dura lección que todos tenemos que asimilar. El liderazgo político opositor debe y tiene que cambiar después de esta “derrota”. Y la coloco entre comillas porque el régimen ganó de nuevo con trampa, no derrotó a la Venezuela opositora. Pero bien pendejos seremos si seguimos jugando con ese casino manejado por las madamas del CNE sin arreglar las cosas antes de otra elección. En consecuencia el planteamiento de la lucha debe cambiar y los conductores también…

Caracas, 16 de Octubre de 2017

Twitter:@laguana

viernes, 13 de octubre de 2017

Abstención en tiempos de colaboracionismo

Por Luis Manuel Aguana

Había decidido no entrar en la discusión acerca de votar o no votar en las elecciones del 15-O para no echar más leña a un fuego que considero completamente manipulado e intrascendente. Pero hay unas discusiones en las cuales “te meten” aunque no quieras, porque aun sin dar alguna opinión ya te asignan una. Y en este caso, siendo que es la misma oposición la que sataniza a quienes consideramos que la opción de no ejercer ese derecho ahora (hago énfasis en el ahora) que es completamente personal e individual, me veo en la obligación de intervenir porque creo que a pesar de tantos golpes todavía hay mucha gente confundida que defiende posiciones ajenas sin sentarse a analizar este hecho político con su propia cabeza.

Sin pretender reescribir mi última nota del año 2012, dedicada precisamente a este tema por la torta puesta por nuestra oposición oficial en las elecciones del 7-O del mismo año (por favor leer especialmente “Abstencionismo en tiempos de dictadura”, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/abstencionismo-en-tiempos-de-dictadura.html), intentaré explicar –de nuevo- esta posición, no con la idea de influir en la decisión de nadie de votar o no, sino para que quien haya tomado su decisión en uno u otro sentido lo haga con el mejor conocimiento de causa posible.

Decía en esa nota del 2012 que no era lo mismo el fenómeno de la abstención en un contexto democrático que en un contexto NO democrático o autoritario. De acuerdo a la definición de CAPEL (Centro Interamericano de Asesoría y Promoción Electoral), Programa especializado del Instituto Interamericano de los Derechos Humanos, el abstencionismo electoral tiene en su definición diferentes modos de interpretarse según el régimen donde se produzca (ver CAPEL, Diccionario Electoral, Primera Edición, Costa Rica, 1989.

 “El abstencionismo electoral se plantea desde perspectivas distintas en los regímenes democráticos y en los regímenes autoritarios. En los primeros puede suponer la existencia de corrientes políticas que no se integran en el juego político normal, si bien con carácter general responde a impulsos o motivaciones individuales plenamente respetadas y asumidas incluso cuando sobrepasan determinados límites porcentuales. En los regímenes autocráticos, en los que se pone especial énfasis –a veces adulterando las cifras– en conseguir las mayores tasas de participación electoral, la no participación se considera la expresión pública de una oposición y está expuesta, además de a las sanciones legales – pues el voto se considera más un deber que un derecho–, a otras sociales.”

En otras palabras, de acuerdo a esta definición del Diccionario Electoral de CAPEL, la oposición oficial sataniza al elector venezolano de una reacción que es completamente natural en regímenes autoritarios. De nuevo, y como en el 2012, la abstención que se mostraba en un régimen autoritario como el del Hugo Chávez en ese entonces y en el de la dictadura de Nicolás Maduro ahora, tiene un significado distinto que en el de una democracia. Y de nuevo, este significado internacionalmente es el de la protesta cívica.

Colocar en contraposición a aquellos que desean votar con aquellos que no lo desean por las razones internacionales antes expuestas es por decir lo menos, un acto de miseria y de manipulación abyecta de una oposición colaboracionista que necesita de esos votos a como de lugar con unos propósitos que van en la misma dirección que los propósitos del régimen: la supervivencia.

Una población manipulada con algo que es completamente sentido y sagrado por todos los venezolanos como lo es la institución del voto, no estará en las condiciones de pelear por lo que es lo verdaderamente medular como lo es la solución inmediata de sus problemas, porque precisamente esa manipulación le dice que si no vota no se resolverán. Y lo más triste es que habiéndolo hecho masivamente y por encima de las mismas expectativas de la oposición oficial en Diciembre de 2015, nos encontramos en una peor situación que ese momento. Entonces el problema pareciera no ser que les demos el respaldo a los lideres de esa oposición sino lo que hacen ellos con el mandato que se les da. El 16J es una muestra conocida de eso.

Nos piden de nuevo el voto, y algunos estarán convencidos de dárselos. Respeto eso. Pero así como se les da el poder para dirigir las acciones opositoras también debe exigírseles resultados. A mi juicio más lamentables resultados no hemos podido tener desde la última elección. Los partidos opositores ahora necesitan de nuestros votos para mantener su infraestructura clientelar. Necesita pagar militancia. Si, suena duro. Muchos de esos muchachos vestidos de colores opositores son pagados por las nominas de gobernaciones y alcaldías opositoras de la misma manera como lo hace el gobierno.

Esa suerte de simbiosis donde yo vivo de ti y tu de mi, coloca el colaboracionismo de Vichy, como lo dice el Embajador Diego Arria en su último y clarificador articulo del Nuevo Herald (ver ¿Vichy en Venezuela?, en  http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-venezuela/article178268281.html) como la guía de supervivencia a como de lugar por encima de las necesidades perentorias de los venezolanos, dejando de lado la lucha medular que TODOS debemos estar haciendo para salir de este régimen. Esa simbiosis no es nueva. Ya había abordado eso desde hace tiempo (ver Simbiosis, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/simbiosis.html) donde el problema principal no es salir del régimen sino sobrevivir con él.

Pero lo más grave en este momento particular de la República es algo que escapa a los ojos de todos. El colaboracionismo opositor en ese proceso de supervivencia llegará a su clímax cuando al haber “ganado” las gobernaciones que persigue le ponga el último clavo a la cruz de los venezolanos al reconocer a la Constituyente fraudulenta del régimen a cambio de esas gobernaciones, no ganadas por ellos sino por la confianza que los venezolanos tuvieron al votar por ellos. Mayor traición será imposible.

Al régimen no le importan esas gobernaciones lo que quiere es el reconocimiento opositor de su Constituyente (ver El País “Maduro convierte las elecciones regionales en un reconocimiento a la constituyente”
https://elpais.com/internacional/2017/10/12/america/1507779306_002047.html). Con ese reconocimiento neutralizará cualquier cosa que se haya ganado. Eso que parece claro para los españoles de El País, no lo es tanto para quienes en Venezuela nos enfrentamos entre nosotros mismos por una botella vacía que ya se bebió el régimen brindando con Henry Ramos y Julio Borges.

Estimados amigos, este próximo domingo la suerte no estará echada en el resultado de esas votaciones, sino en lo que hagan con ese resultado los dirigentes opositores a quienes se les dio la confianza para solucionar el problema de Venezuela. Si nos venden, tanto a los que votaron como a los que no, ya sabremos a qué atenernos…

Caracas, 13 de Octubre de 2017

Twitter:@laguana