domingo, 30 de diciembre de 2012

Abstencionismo en tiempos de dictadura


Por Luis Manuel Aguana

En este contexto de incertidumbre, donde la gente que se supone que “sabe de eso” debe darnos herramientas para interpretar, así sea de lejos, la realidad política de este país, escurren el bulto o se meten en las “jugadas” del gobierno, no nos queda otra que hacernos nuestros propios cuchillos de palo para comernos este potaje o minestrón que es la actualidad política venezolana.

En efecto, muchos afirmamos, aunque sea de una manera intuitiva, que como resultado de la torta que la oposición “formal” puso el 7-O, muchísima gente se desentendió del hecho político y no concurrió a las elecciones del 16D, coadyuvando a la derrota electoral en las elecciones de Gobernadores y Asambleas Legislativas. Eso, aunado a las denuncias de fraude electoral y abuso del gobierno en las elecciones presidenciales, le puso la guinda a la derrota opositora.

Para nosotros la existencia de la sistematización del fraude técnico del CNE es un hecho cierto. Se ha explicado en muchos artículos, no solamente de este blog ni por este escribidor, sino de muchos especialistas y ONG’s como ESDATA. Eso no está en la discusión. Cualquier análisis que hagamos de aquí en adelante tiene esa variable como uno de sus ejes principales. En Venezuela no existen Elecciones Auténticas, ergo, veremos aumentar el fenómeno abstencionista en los siguientes procesos electorales.

Pero, ¡ojo! No es lo mismo el fenómeno de la abstención en un contexto democrático que en un contexto NO democrático o autoritario. De acuerdo a la definición de CAPEL (Centro Interamericano de Asesoría y Promoción Electoral), Programa especializado del Instituto Interamericano de los Derechos Humanos, el abstencionismo electoral tiene en su definición diferentes modos de interpretarse según el régimen donde se produzca[1]:

“El abstencionismo electoral se plantea desde perspectivas distintas en los regímenes democráticos y en los regímenes autoritarios. En los primeros puede suponer la existencia de corrientes políticas que no se integran en el juego político normal, si bien con carácter general responde a impulsos o motivaciones individuales plenamente respetadas y asumidas incluso cuando sobrepasan determinados límites porcentuales. En los regímenes autocráticos, en los que se pone especial énfasis –a veces adulterando las cifras– en conseguir las mayores tasas de participación electoral, la no participación se considera la expresión pública de una oposición y está expuesta, además de a las sanciones legales – pues el voto se considera más un deber que un derecho–, a otras sociales.”

De acuerdo a esta definición del Diccionario Electoral de CAPEL, la oposición “formal” le está endilgando una culpa que no le corresponde al elector venezolano. La abstención que se muestra en un régimen autoritario como el del Hugo Chávez tiene un significado distinto. Y este significado internacionalmente es el de la protesta cívica.

Vamos a hilar más fino en relación a esto, aterrizando de una vez en el tema que todos de una manera u otra eluden formalizar: ¿es el gobierno de Hugo Chávez autoritario o no? Internacionalmente hablando, este gobierno ES AUTORITARIO y en consecuencia todos sus actos, incluyendo el electoral, son írritos y fuera de toda consideración democrática (ver Declaración de Caracas en http://declaraciondecaracas.blogspot.com/2012/08/documento-base-de-la-declaracion-de.html).

Lo asombroso de esta situación es que si nuestra oposición “formal” no llama “al pan, pan y al vino, vino” difícilmente se podrá entender que es lo que está pasando en Venezuela porque todo está al revés, contribuyendo a esta situación que nos está llevando a todos a los divanes de los psiquiatras.

Si se considera a Hugo Chávez un Presidente y no un dictador, y si no se considera que desde el 2004 el gobierno haya venido trampeando los resultados electorales con las maquinitas de Smartmatic, para hacer de Venezuela una dictadura constitucional, obviamente llamará a los electores que se abstuvieron el 16D traidores a la patria y un sinfín de insultos más.

Y una de las consecuencias de poseer un gobierno de las características de este es que los ciudadanos protesten cívicamente a través del mecanismo de la abstención. Veamos:

De acuerdo al experto electoral español Luis Lopez Guerra [2], “la pregunta a plantearse, pues, ante las consultas electorales o refrendarias en contextos autoritarios sería la referente no a cuáles son las alternativas en presencia (irrelevantes ante una victoria gubernamental conocida de antemano), ni su respectivo peso electoral (probablemente falsificado), sino relativas a la capacidad del sistema para movilizar al electorado, bien mediante la convicción, bien mediante la coacción”.

Como no se ha determinado de manera pública, notoria y comunicacional el carácter dictatorial del régimen chavista, en virtud de la complicidad o colaboracionismo opositor, es claro que la capacidad de movilización aún no es mediante la coacción. Se espera que el electorado “caiga” en su convicción “democrática” de participar con la ayuda colaboracionista de la oposición. Pero la sabiduría popular va más allá de eso. Algo les dice que todo está mal y no participan.

William Flanigan, mencionado en la obra de Lopez Guerra, caracteriza esta conducta en su obra [3] en el siguiente cuadro que denomina Niveles de Interés y Participación:


Nivel de Interés Político
ALTO

Rechazo (Alienación o Intimidación)

Modelo de Ciudadano (Situación democrática ideal)
Nivel de Interés Político
BAJO

Apatía

Manipulación

Nivel de Participación
BAJO
Nivel de Participación
ALTO

Niveles de Interés y Participación

W. Flannigan, Political Behavior of American Electorate, Voters and Nonvoters, Cap 2.


Por razones de sencillez no entraremos en la explicación de todos los cuadros-aunque son autoexplicativos-, sino solo el que compete al tema en cuestión, que es el superior izquierdo. Los interesados en profundizar pueden explorar los artículos suministrados.
No podríamos indicar que el electorado venezolano tiene un bajo nivel de interés político, de acuerdo al cuadro de Flanigan, con solamente ver lo que sufrió este pueblo el 7-O al pasar hasta 12 horas tratando de introducir su voto, así como la concurrencia masiva a los centros electorales, sin contar con la epopeya de los votantes de Miami en ruta hacia Nueva Orleans. Lo lamentable fue la traición de su dirigencia política.

De acuerdo a este autor, los individuos se autoexcluyen de la participación política a propósito debido a que se sienten insatisfechos u ofendidos por el sistema político. En consecuencia, un nivel de participación bajo con un alto interés político lo que indica es un rechazo consciente al sistema político imperante.

Como se verá, no hay nada nuevo bajo el sol. Las conductas de las personas en diferentes regímenes políticos ya han sido estudiadas y categorizadas en el mundo. A quienes todavía no les cae la locha es a la oposición “formal” que aun piensan que el elector venezolano es estúpido y no sabe que desde hace rato no existe democracia en Venezuela.

Pero lo que sí es importante estudiar es lo que vendrá ante una eventual nueva elección presidencial. ¿Cómo se comportarán los electores venezolanos ante un llamado electoral a sabiendas de cómo será el resultado que arroje este CNE viciado? ¿Tendrá la oposición “formal” suficiente convocatoria como para llevar de nuevo al matadero electoral a la población, como lo exigiría el colaboracionismo con el gobierno? La teoría dice que no podrán. El nivel de interés político del venezolano es altísimo.

De acuerdo a las últimas informaciones recibidas, el Creador ha dispuesto para este atribulado país una segunda oportunidad. Para poder aprovechar eso deberán darse ciertas condiciones, entre ellas las electorales, pero la principal parte del hecho de colocar la situación del país en su debido contexto, denunciando al régimen como lo que en realidad es: una dictadura; y actuar en consecuencia.

¿Existirá todavía la dignidad suficiente en la actual oposición “formal” venezolana para llamar las cosas por su nombre real y exigir como se debe al CNE y al gobierno las condiciones necesarias para concurrir a otras elecciones presidenciales? Eso hicieron los chilenos antes de medirse con Pinochet. De ser así, y de acuerdo a los estudios, no tendríamos que preocuparnos porque la gente se abstenga de participar.

Pero lamentablemente y a prueba en contrario, este escribidor ya dejó de creer que tal cosa exista en la actualidad, dado el alto grado de comercialización política entre el gobierno y la oposición “formal”; por lo cual los venezolanos no veremos un cambio sustantivo en los niveles de abstención del 16D en los próximos procesos electorales hasta que exista una oposición que coloque las cosas en el contexto correcto-estamos en dictadura- actuando en concordancia con ese hecho, y alineándose con lo que piensa en realidad el grueso de la población.

En consecuencia, el año entrante veremos de nuevo al gobierno alzarse con otra victoria electoral presidencial, donde cambiará el color del país de rojo a verde oliva. Tal vez ese sea un buen momento para que el país opositor se plantee seriamente una manera diferente de ver todo este problema. ¿Estaremos a la altura de esa circunstancia? Yo creo que sí, pero esa si es una buena pregunta para contestarla entre todos el 2013…

Caracas, 30 de Diciembre de 2012

Twitter:@laguana

[1] CAPEL, Diccionario Electoral, Primera Edición, Costa Rica, 1989.
[2] Luis María López Guerra, Abstencionismo electoral en contextos no democráticos y de transición. El caso español. http://www.reis.cis.es/REIS/PDF/REIS_002_06.pdf
[3] William Flanigan, Political Behavior of American Electorate, Allyn and Bacon, Boston, 1972, Parte 1, http://www.uvm.edu/~dguber/POLS125/articles/flanigan1.pdf

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