lunes, 22 de octubre de 2018

Chavismo originario

Por Luis Manuel Aguana

Se puso de moda la expresión "chavismo originario" para denotar a todo aquel que abrazaba las ideas iniciales de Hugo Chávez y que acompañaron al Galáctico cuando comenzó la obra de destrucción de la Venezuela que conocimos hasta 1998. Sin embargo, si a ver vamos, las 3.673.685 personas que votaron por ese golpista en 1998 (no me cuento entre ellas) podrían igualmente llamarse "chavistas originarias". Esto es, de los 6.988.291 de venezolanos votantes (1) en el Registro electoral de entonces votaron por la opción del golpista de Sabaneta de Barinas el 56,20% de ellos, en una participación del 63,45%, 3,3% más que en la anterior elección presidencial (ver Elecciones Presidenciales de Venezuela de 1998, https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Venezuela_de_1998). De acuerdo a esta definición, muchísima gente era chavista originaria en 1998.

Pero ahora resulta que ha surgido un grupo de viejos acompañantes de Chávez e iniciadores de esta tragedia, y que han sido excluidos del chavismo-madurismo actual, que autodenominándose con ese remoquete, tratan de apropiarse de eso que no tenía nombre, dándose a si mismos un carácter diferenciador y “democrático” para distanciarse de esta abominación que ahora nos desgobierna.

La cosa ha llegado al punto que se atreven a dirigirse al Secretario General de la OEA y pedirle una audiencia para ser considerados en una posible transición en el país (ver http://elestimulo.com/blog/chavismo-originario-pide-a-la-oea-apoyar-una-transicion-para-estabilizar-el-pais/).

En otras palabras, no contentos con ser parte histórica responsables del comienzo de esta tragedia actual, pretenden de alguna manera un lugar en lo que pueda venir en el futuro. No podía esperarse menos de quien le gritaba desaforadamente “asesino” al Comisario Lázaro Forero, ellos precisamente los protagonistas y responsables de aquel trágico 11 de Abril. Mayor caradurismo-cinismo imposible.

Pero como saben que la memoria de los venezolanos es corta van a la OEA y logran la buena voluntad y la atención de Almagro aprovechando aquello de la necesidad de reconciliación entre los venezolanos (ver https://twitter.com/Almagro_OEA2015/status/1053685260037357571?s=03).

Y ciertamente la política da para todo, incluso para eso aunque ahora algunos nos parezca asqueante. Sin embargo en el planteamiento  de ese acercamiento “chavista” hay un error conceptual que se escapa a simple vista. Ni Juan Barreto ni sus acompañantes son “chavistas originarios”. Esos eran y siguen siendo los aprovechadores de los verdaderos chavistas originarios, quienes en 1998 como demuestran las cifras indicadas, esperaban un cambio en positivo para el país. Aquellos que creyeron que los adecos y copeyanos “eran ladrones”, sin imaginarse siquiera la magnitud a la que podría llegar esa denominación después de 20 años de saqueo ininterrumpido. Lo que había antes de 1998 eran aprendices de rateros en comparación con lo que resultaron ser ellos.

Chavistas originarios eran esos más de 3,6 millones de personas que obstinados del comportamiento de los partidos tradicionales y sus principales dirigentes, primero votaron por Caldera en 1993, como primer chance anti partido, y luego tiraron el resto con el golpista Hugo Chávez en 1998, en una búsqueda infructuosa de la decencia pública y el desarrollo honesto para Venezuela.

Pero ese “chavista originario” al ver los resultados de su error al votar por Chávez en 1998 fue dejando paulatinamente las banderas de esa pseudo revolución, y ahora se encuentra huérfano porque no cree en nadie. Ni en el muerto que dicen que vive, ni en el vivo que se robo al país y lo está dejando morir de hambre y enfermedades. Y mucho menos en estos cadáveres insepultos de ese chavismo inicial que se pretende autodenominar “Chavismo Originario”.

¿A quien encarnó Chávez antes de esas elecciones de 1998? A la Venezuela olvidada por todos los políticos y que en una suerte de cruzada vengadora le prometía al país la cabeza de los ladrones fritas en aceite hirviendo. El resultado de eso era previsible. Esos que compraron ese discurso vengador eran los chavistas originarios. El pueblo llano, aquel que siempre esperó y no le cumplieron, y que ahora es manipulado por el estomago con una caja CLAP.

Ese venezolano no tiene denominación política. Es el que bailaba en las romerías adecas y copeyanas buscando acomodo y que luego de ganar Chávez llenó los mítines del PSUV. Sigue siendo ese venezolano al que se le exploto con populismo clientelar y al acabarse los reales del gobierno ahora busca una nueva esperanza. Pero esa esperanza no puede estar en volver al pasado y mucho menos explorar el sombrío futuro comunista que ofrece el régimen. Pero pareciera que no hay muchas opciones.

El ofrecimiento es o ir a unas elecciones con un árbitro controlado por el régimen, incluido un probable referendo aprobatorio de una constitución comunista, con el visto bueno de una oposición colaboracionista, o esperar por una ayuda exterior que no llega. No son muchas las opciones con las que cuenta ese venezolano.

Sin embargo en esta magnitud de la crisis se están abriendo de alguna manera los canales de comunicación con esa dirigencia que se dice “chavista originaria” que hasta el mismo Secretario General de la OEA les da beligerancia. Lamento esa entrada que les ha dado el Secretario General Almagro. Esos no representan de ninguna manera al pueblo venezolano, como tampoco lo representan aquellos que tienen ahora responsabilidades en el régimen de Nicolás Maduro. No se puede negociar ninguna transición con delincuentes. Con delincuentes se negocia su salida, no cogobierno. No puede haber equivocaciones con eso, en especial de la dirigencia que se dice de oposición radical en Venezuela.

Todo el mundo perdió legitimidad, incluida la oposición oficial. Es necesario el surgimiento de un nuevo liderazgo opositor de relevo –no necesariamente generacional- que esté basado en las actuaciones de cada uno ante las realidades que nos ha impuesto la grave situación política. Y eso solo sale de cada una de las regiones del país a un llamado al constituyente originario.

Ante un llamado a “elecciones de concejales” y “referendo constitucional” la Alianza Nacional Constituyente-ANCO propone la convocatoria a una consulta constituyente SIN CNE y organizada por la sociedad civil con la ayuda de la comunidad internacional, para que el soberano decida (ver ANCO ante la crisis humanitaria continental, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/10/comunicado-anco-ante-la-crisis.html).

Si la cosa es como dice el Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, en la Voz de América, entonces que el pueblo decida de verdad: “Espero que el pueblo venezolano restaure la democracia en su país. Si ellos eligen a Maduro, bueno, usted sabe, esa sería la elección de los venezolanos. Como usted dijo, describiendo los horrores que Maduro ha infligido sobre su gente, eso me parece poco probable” (ver entrevista del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo a la Voz de América, en https://www.voanoticias.com/a/pompeo-entrevista-mexico-inmigracion-venezuela-/4621578.html?platform=hootsuite).

De acuerdo a lo anterior se infiere que esperan que la transición salga de un proceso electoral “normal” con estos delincuentes, cosa que no sucederá si no se aplican los métodos disuasivos a los que el mismo Pompeo se refiere: “Confío en que encontraremos otras maneras con las que podamos ejercer presión de una forma que convenza a Maduro de que eso no va a funcionar, que no podrá conservar el poder para siempre y que oprimir a su gente de la manera que usted acaba de describir, es inhumano e inapropiado”. Y para obligar a que eso ocurra será necesario el cambio radical del sistema electoral, tal y como lo sentenció el TSJ legítimo el 13 de junio de 2018. Solo así se podrá contar con la decisión del “Chavismo Originario” verdadero sin mediatización alguna y se podrá decir sin faltar a la verdad que los chavistas genuinos se manifestaron y estamos en presencia de un verdadero proceso de reconciliación entre los venezolanos…

Caracas, 22 de Octubre de 2018

Twitter:@laguana

(1)   Fe de erratas: Corregido de la versión inicialmente publicada que indicaba la palabra “inscritos” de manera equivocada. Agradecido a los lectores que se dieron cuenta del error.

viernes, 19 de octubre de 2018

La negociación de un país secuestrado

Por Luis Manuel Aguana

Para aquellos que puedan haberse confundido con el título de esta nota, no me estoy refiriendo a la negociación que intentan ahora realizar con el régimen los factores que han sido enemigos de sacarnos de encima esta pesadilla sino de convivir con ella. Vuelve de nuevo Rodríguez Zapatero, ahora renovado con el auxilio del nuevo gobierno socialista español, a intentar convencer a la comunidad internacional, comenzando con la Unión Europea, que la solución de Venezuela pasa porque Maduro se quede de una manera negociada con la oposición oficial. Ahora no es solo Rodríguez Zapatero sino el propio gobierno de España, cuando su Canciller dice que “no es oportuno que se investiguen los crímenes de lesa humanidad en Venezuela porque eso podría afectar negativamente la posibilidad de una salida dialogada al conflicto ¡Qué horror! (ver  https://twitter.com/Gbastidas/status/1052546230222540800). Y encima de eso también se ocupan de Lorent Saleh, ahora convertido en ficha de buena voluntad de la tiranía de Maduro. Nunca antes una liberación había tenido tanto hedor de componenda.

Me refiero con el título a cómo hacer para negociar la entrega de un país del secuestro con rehenes más grande del mundo del que es víctima (ver Venezuela: la situación de secuestro con rehenes más grande del mundo, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/10/venezuela-la-situacion-de-secuestro-con.html). En un país completo sometido a una situación secuestro con rehenes, como ocurre con el nuestro, las magnitudes son diferentes a las que se plantean en un caso de secuestro con rehenes común. En el caso de un país las magnitudes involucradas cambian los actores, más no la situación. Veamos.

De acuerdo con los especialistas en seguridad, el secuestro con rehenes tiene tres etapas (ver Etapas en una situación de rehenes, en http://segured.com/etapas-en-la-situacion-de-rehenes/) que pueden resumirse de la siguiente manera, llevándolas a nuestro caso país: a) una mafia de delincuentes lograron apoderarse del gobierno y secuestraron personas y bienes; b) negociación con los secuestradores para evitar un mínimo de daño a los rehenes “encuadrándolos en una actitud mental favorable a la solución pacífica”, oyendo sus exigencias; c) presión por el desenlace (me lleva él o me lo llevo yo, Carlos Vives dixit).

Aunque en la terminología de los especialistas un secuestro no es lo mismo que una toma de rehenes (ver http://segured.com/diferencias-entre-el-secuestro-y-la-toma-de-rehenes/), en la práctica históricamente se ha referido como tal a ese delito que viene derivado de otro:“Desde el punto de vista de las ciencias policiales, se debe aprender a distinguir entre toma de rehenes, situación de rehenes, robo con rehenes y secuestro propiamente dicho. Cuando los noticieros de todo el mundo anunciaban cómo un grupo subversivo había tomado por asalto a la embajada de Japón en la ciudad de Lima, Perú, se referían con frecuencia al hecho como un secuestro, cuando en realidad se trató de una toma de rehenes con fines políticos. El lugar de reclusión estaba claramente definido, a la vista de las autoridades, y los pedimentos fueron de corte político.”.

En Venezuela de una manera u otra todos somos rehenes, activos o potenciales. Los activos son los que ya se encuentran en las mazmorras del régimen, y el resto somos potenciales al todos tener un numero que puede hacer efectivo el régimen a su antojo si ve de alguna manera afectada con alguien su permanencia en el poder. De allí que afirmemos nuestra situación de rehenes en nuestro propio país. Además, si no somos víctimas de los cuerpos de seguridad del régimen, lo somos del hampa controlada de alguna manera por este. Por otro lado, los recursos de Venezuela igualmente se encuentran bajo el poder de disposición de aquellos que se han hecho de ellos por la fuerza de las armas de la República, y no por la anuencia democrática de los venezolanos. Eso define claramente nuestra situación de rehenes.

Teniendo entonces en consideración que: a) nos encontramos secuestrados en nuestro propio país por un grupo fuertemente armado; b) la población no está en posición de oponerse a esa situación so pena de tortura y muerte; c) algunos grupos negocian privilegios de “oposición”, colaborando con el fin de que la situación de rehenes continúe con un disfraz democrático ante el mundo, a cambio de cohabitación y negociación de espacios por migajas de poder; d) el régimen se apresta a cambiar la constitución a través de mecanismos electorales secuestrados, con el fin de consolidar y legitimar esta situación de secuestro de manera “legal” y “constitucional”, entonces Venezuela necesita un desenlace urgente de esta situación de rehenes (llegar a la etapa 3), pero ésta definida en estos términos no ha comenzado siquiera la etapa 2. Es decir, a pesar de haberse consumado un secuestro de personas y bienes, aun no comienzan las dos etapas restantes de una situación de rehenes.

Hagamos un ejercicio hipotético.  Si se comenzara la segunda etapa,  esto es, la negociación por la liberación de Venezuela, ¿quiénes serían el “negociador de la policía”, con suficiente poder de disuasión externo para lograr que la situación cambie, y quienes serían los portavoces de los secuestradores? Y lo más importante, ¿cómo sería esa negociación? ¿Que pedirían los secuestradores? ¿Sobre qué base negociaría el “negociador de la policía”?

No existen experiencias previas en el mundo que igualen la situación venezolana. Aunque el régimen se esconda tras la ideología comunista como base para sus desafueros, en el fondo lo que estamos percibiendo aquí es un negocio criminal con ramificaciones planetarias. El negocio de la droga y todos sus derivados, como el blanqueo de capitales a escala mundial, que se suma al financiamiento y exportación del terrorismo, hace de nuestro país un enclave extraordinario para todos los grupos que desean el rompimiento del orden democrático establecido de occidente.  Nada menos. Esta no puede ser una situación tolerable para la Comunidad Internacional del hemisferio.

Dado este cuadro complejísimo, la Comunidad Internacional del hemisferio debe asumir directamente este problema y establecer inmediatamente un equipo negociador que haga las veces de "negociador de la policía", con suficiente poder y fuerza disuasoria  para someter a los secuestradores. ¿Qué se negociaría aquí? Un mecanismo para el establecimiento de un Gobierno de Emergencia en Venezuela que ponga fin a la situación de rehenes de sus habitantes. ¿Con quién se negociaría eso? ¿Con Nicolás Maduro y su círculo cercano? No lo creo. Eso debería negociarse directamente con quienes tienen realmente el poder que sostiene el estado de cosas en Venezuela, comenzando por los países que les dan soporte internacional –Cuba incluida- y los militares que sostienen al régimen. ¿Les parece ilusoria o escandalosa esta propuesta? Esa negociación nos ahorraría muchas vidas y dolor al pueblo venezolano. El tamaño del problema continental que está ocasionando Venezuela escapa a cualquier magnitud que se haya presentado en el pasado y amerita soluciones creativas del mismo calibre.

¿Y cómo se arribaría a ese Gobierno de Emergencia? ¿Acudiendo a cualquier elección con el CNE como lo proponen los colaboracionistas? Si no fuera tan grave daría risa. No es posible en este momento contar con ninguna institución en el país, particularmente la electoral, porque están completamente corrompidas en el afán del régimen de permanecer en poder; por lo que se requiere ir a un esquema de apoyo técnico electoral supra nacional que provenga de la mano de organismos internacionales como garantes de la transición, todo esto apoyado por la sociedad civil venezolana. Eso sería un componente fundamental a aportar por el equipo negociador. Es necesario reconstruir absolutamente todo el aparato institucional del Estado recurriendo a la base misma de toda democracia: la soberanía popular.

Ese equipo negociador debe exigir a los secuestradores que se permita en Venezuela la expresión popular en su concepción primaria y que ellos se sometan a su dictamen. ¿Qué creen ustedes que pedirían de vuelta los delincuentes que detentan el poder? Lo mismo que le pidió Chávez a los militares el 11 de Abril de 2002: garantías para su vida y la de sus familiares, con la seguridad de no ser enjuiciados. Que se las den o no dependerá de la fuerza que se le imponga a la negociación.

Hasta ahora la Comunidad Internacional ha realizado lo que ha dictado el protocolo que rige para una dictadura convencional, sancionando a sus protagonistas pero esto no ha sido suficiente. Los responsables sancionados se han atrincherado en el país haciéndole más daño a la población. Creo que ya vamos tarde para entrar en la segunda etapa de la situación de rehenes. Pero, ¿quién debería tomar la iniciativa para comenzar? Definitivamente la iniciativa debe venir de fuera, y antes de pensar en sanciones al país como lo sugiriera el ex Embajador William Brownfield (ver El Impulso https://www.elimpulso.com/blog/2018/10/17/exembajador-de-ee-uu-da-sugerencias-ante-la-situacion-economica-en-venezuela-17oct/) , una de las voces diplomáticas más autorizadas y oídas de los Estados Unidos para asuntos venezolanos y latinoamericanos, y dejar que esto “se caiga solo” con las consecuencias que eso tiene para nosotros, los actores internacionales hemisféricos, comenzando por los Estados Unidos, deben considerar tener un rol más activo que pasivo ante esta situación que también a ellos les afecta. Ya es hora de comenzar la negociación de un país secuestrado.

Caracas, 19 de Octubre de 2018

Twitter:@laguana