viernes, 15 de febrero de 2019

La duración de la transición

Por Luis Manuel Aguana

De nuevo la velocidad de los acontecimientos deja desactualizado de un día para otro cualquier análisis. Aunque la primera versión, completamente inconstitucional, de la Ley del Estatuto de la Transición, que dejaba a Juan Guaidó como jefe por 30 días (ver La trampa de la Ley del Estatuto que rige la transición, en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/01/la-trampa-de-la-ley-del-estatuto-que.html), fue modificado y aprobado en segunda discusión, dándole al Presidente Encargado un plazo máximo de un año para realizar elecciones libres, a juicio de la Asamblea Nacional, aun cercena su discrecionalidad para nombrar con libertad a sus Ministros y Embajadores o cualquier otra atribución que le asigna la Constitución.

Solo con esta camisa de fuerza al Presidente Encargado, esta Ley está retrasa la primera fase de la ruta, "cese de la usurpación" porque amarra al Presidente de realizar lo necesario desde ahora para pasar a la segunda fase, "Gobierno de Transición". Guaidó está gobernando de manera colegiada con el G4, en una clara violación al principio de unidad de mando que cualquier mandatario debe tener.

Las fuerzas que deben estar operando para que Guaidó este operando de ese modo deben ser muy poderosas. No ejerce todavía el Gobierno de Transición y ya están tomando por él decisiones que afectaran su gestión de "un año", eso si la Asamblea Nacional lo aprueba. No la tiene fácil. Sin embargo TODOS los venezolanos estamos montados con el en ese gran barco llamado Venezuela y ahora como nunca no nos conviene que se hunda. Nos conviene a todos el éxito de ese primer año de transición.

Por lo pronto tuvimos sin darnos cuenta un primer éxito cuando por la fuerza de la opinión pública rechazamos por todas partes el Articulo 26 de la Ley del Estatuto en primera discusión al punto que lo modificaron. Pero la cosa no terminó allí. La intención era y sigue siendo todavía suprimir el liderazgo de un joven a quien las circunstancias pusieron allí y que se encuentra en el vértice de un huracán.

De otra manera como se entiende que sin esperar que se cumplan las dos primeras fases de la estrategia, "cese de la usurpación" y "Gobierno de Transición", ya la esposa de Leopoldo López este hablando de las candidaturas que corresponden a la tercera fase del proceso, "elecciones libres". Pareciera que el miedo a perder ese chance es tan libre como esas elecciones que queremos hacer (ver noticia en

Lo cierto es que en Venezuela puede pasar cualquier cosa, desde que Maduro se quede (¡no se asombren!) hasta que el Presidente termine siendo cualquiera, aunque luzca muy lejana la permanencia de Maduro en el poder. Por lo pronto lo que debemos lograr entre todos es cumplir la primera fase y que Maduro se termine de ir, cosa que al parecer algunos importantes miembros de VP no están considerando con la misma prioridad al abrir esa discusión fuera de tiempo e inoportuna.

Lo cierto es que cada fase requiere que la anterior se cumpla. No puede existir Gobierno de Transición sin el Cese de la Usurpación, y las Elecciones Libres son un sueño imposible sin las dos primeras. Así que la sociedad civil y especialmente la militancia de los partidos se deben abocar en serio para lograr que Maduro se vaya y no a pensar ahora en comerse una torta de la cual todavía ni existen los ingredientes.

Pero no es eso lo que me preocupa de la noticia de la esposa del máximo líder de VP, sino que prefiera reventar el camino comenzado por Guaidó si ve amenazada la presidencia  de su esposo, llevándose por los cachos la esperanza de un pueblo. Así como cuando un muchacho malcriado se lleva el bate y la pelota que son de su propiedad porque no lo metieron en el inning y termina el juego. O juego yo o no hay juego. Eso me preocupa.

VP tiene la oportunidad de oro de cambiar al país. Y no solo por el hecho de salir definitivamente del régimen, sino de hacer los relevos generacionales políticos fundamentales que hagan posible una revisión del modelo político por el que se ha regido la República por más de 200 años. Tremenda responsabilidad y parecen no haberse percatado de ella.

Sin embargo ya se está oyendo de un acuerdo entre los principales partidos de la Asamblea Nacional que impediría a Guaidó optar por continuar en su Presidencia después del primer año, anulando por esa vía su aspiración a presentarse como candidato en unas Presidenciales. Desde ya no quieren que se repita el fenómeno de Wolfgang Larrazabal, con la desatada e imprevista popularidad del joven. Imagínense, no lo han dejado gobernar y ya no quieren que compita en una carrera a la que tiene legítimo derecho. ¿Y qué pasa si lo hace bien? ¿Porqué impedir que continúe? A quien solo le correspondería decidir eso es al Pueblo de Venezuela, no a los políticos de la Asamblea Nacional. Sin embargo, las ambiciones desatadas son capaces de acabar con lo poco que se ha logrado, y muchos podrían estar prefiriendo que nos clavemos la continuación de esta dictadura a que no sean ellos los que controlen el poder después de la Transición. ¡Cuidado con esos pseudo demócratas!

De allí que debamos cuidar como un cultivo de invernadero que recién germina a este fenómeno social que se está presentando con la Presidencia de Juan Guaidó ayudando en todo lo que podamos para que crezca y se haga fuerte. Son por eso las múltiples advertencias de dejar que culmine su transición y lo dejen gobernar con todas sus prerrogativas constitucionales. La oposición al régimen por fin tiene una cara creíble, fresca, joven y respondona.

Nadie puede saber qué es lo que pasara de aquí a un año. De hecho, nadie podía ni imaginar lo que sucedió de diciembre a esta fecha. Es por eso que amarrar con leyes ahora para lo que pasará dentro de un año, en una situación tan inestable como la que se presenta en Venezuela, es poco menos que una estupidez, o al menos un irrespeto a lo que hemos conseguido con la sangre de muchos.

Si dentro de un año es conveniente que Juan Guaidó y su equipo se quede más tiempo para consolidar lo que sea necesario para luego llamar a elecciones, no solo libres sino Auténticas, entonces debe quedarse. La duración de la transición no puede estar escrita en piedra porque unos políticos atendiendo las ambiciones personalistas de sus jefes lo definieron en una Ley sin considerar como quedamos allí los venezolanos. La Transición deberá durar el tiempo que tenga que durar para que los venezolanos nos aseguremos que lo que venga después tenga la estabilidad futura necesaria, y eso no se puede adivinar ahora. Y si eso no lo entienden los políticos de la Asamblea Nacional, entonces que lo decida el pueblo venezolano, el principal afectado en esta tragedia, en el momento que corresponda…

Caracas, 15 de Febrero de 2019

Twitter:@laguana

sábado, 9 de febrero de 2019

El R2P o porque la ayuda humanitaria si puede entrar a Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

La tranca del puente internacional de Las Tienditas que realizó el régimen de Maduro para evitar el paso de los camiones cargados de alimentos y medicinas provenientes de Colombia con ayuda humanitaria para los venezolanos hace obligatorio que surja de nuevo el tema de la Responsabilidad de Proteger (R2P) de los Estados y la gran confusión que eso ha traído al común de los venezolanos.

Me referí a esto en una entrevista reciente en RCR750 en el programa del periodista José Domingo Blanco (Mingo) porque justamente ese día jueves 7 de febrero era noticia nacional e internacional el cierre del referido puente por parte del régimen (ver programa en RCR750 – Por todos los medios – 07/02/2019, en https://youtu.be/RGIL7gTb8q0), porque estoy convencido que a los venezolanos todavía tienen la percepción general que el término “intervención humanitaria” convalida una invasión armada con excusa humanitaria, percepción que el régimen magnifica a su favor, enarbolando las banderas de la soberanía nacional.

Visto así, los venezolanos nos polarizamos entre aquellos que estamos de acuerdo con que lleguen militares extranjeros con la ayuda de alimentos y medicinas para atender la crisis humanitaria porque el régimen no quiere reconocerla,  y aquellos que rompen lanzas por la soberanía nacional aunque el régimen esté dispuesto a matarnos de hambre y enfermedades. Esa discusión no es de ninguna manera nueva y sigue vigente en el concierto de las naciones.

Sin embargo las naciones han dado pasos fundamentales para reconocer este problema que se puede resumir en una cita del ex Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan, con motivo de la intervención de la ONU en Kosovo: “El gobierno de ningún país tiene el derecho de escudarse detrás de la soberanía nacional para violar los derechos del hombre o las libertades fundamentales de los habitantes de ese país”.

Y de esa preocupación de Kofi Annan nace lo que ahora se da en llamar internacionalmente el principio de la Responsabilidad de Proteger (Responsability to Protect, R2P), concepto surgido de un estudio minucioso llevado a cabo a propuesta de Canadá y que produjo un extraordinario informe publicado en el año 2001 (ver ONU-ICISS La Responsabilidad de Proteger “The responsability to protect – Español - Report of the international Commission on intervention and State Sovereignityhttps://tinyurl.com/ybu63qgf) y que describí en una pasada nota el año pasado (ver De la Intervención Humanitaria a la Responsabilidad de Proteger, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/09/de-la-intervencion-humanitaria-la.html).

¿Qué señaló este concepto? Que los Estados no pueden quedarse impasibles viendo con pruebas en mano que otro Estado masacra a su propia población por cualquier motivo, ya sea étnico, político, religioso o de cualquier otra índole, dándoles a ellos la autorización para entrar y evitarlo, si es necesario a la fuerza. No es tan simple pero en esencia es eso. Por supuesto hay consideraciones previas que están detalladas en el informe ONU-ICISS dentro del marco de actuación de los países y las normativas de la ONU, pero se da un gran paso al reconocer la obligación moral de los Estados de hacer prevalecer los Derechos Humanos por encima del principio de soberanía.

Eso es un salto cuántico a como se había tratado este tema después de los desastres de Kosovo, Rwanda y Srebrenica y todavía se está escribiendo historia con este tema en la escena internacional, siendo Venezuela un caso inédito para seguir escribiéndola.

Habiendo aceptado esto, los países signatarios de la ONU en el Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005 acordaron la “Responsabilidad de proteger a las poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad”, y en su Acuerdo No. 138 establecieron:

“138. Cada Estado es responsable de proteger a su población del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad. Esa responsabilidad conlleva la prevención de dichos crímenes, incluida la incitación a su comisión, mediante la adopción de las medidas apropiadas y necesarias. Aceptamos esa responsabilidad y convenimos en obrar en consecuencia. La comunidad internacional debe, según proceda, alentar y ayudar a los Estados a ejercer esa responsabilidad y ayudar a las Naciones Unidas a establecer una capacidad de alerta temprana” (ver Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005, en https://tinyurl.com/yxcmt7vs).

En otras palabras, todos los Estados aceptan ser responsables de proteger a su población y están “dispuestos a adoptar medidas colectivas de manera oportuna y decisiva...si los medios pacíficos resultan inadecuados y es evidente que las autoridades nacionales no protegen a su población del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad” (Acuerdo No 139) (resaltado nuestro).

Ante la evidencia de que Nicolás Maduro Moros ignora abiertamente que los venezolanos mueren en los hospitales y de hambre en las calles buscando que comer en los depósitos de basura, entonces la Comunidad Internacional está en el deber y en derecho de actuar por la fuerza si los medios pacíficos resultan inadecuados para hacerle desistir de esa actitud criminal. En otras palabras, por acuerdo internacional, Maduro o ningún otro gobernante, tiene el derecho de matar de hambre y enfermedades a su población sin esperar una respuesta responsable del mundo. De allí que aquí no cabe que se siga llamando a esta situación una “intervención humanitaria” sino la “responsabilidad de proteger” de los países para detener una tragedia humanitaria en Venezuela, que puede manifestarse con o sin el uso de la fuerza, dependiendo de la resistencia que oponga el agresor a los Derechos Humanos para evitar que se paralice la situación que éste causo.

En el reporte ONU-ICISS citado “la intervención militar con fines de protección humana está justificada… cuando se trata de atajar o evitar…grandes pérdidas de vidas humanas, reales o previsibles, con o sin intención genocida, que sean consecuencia de la acción deliberada de un Estado, o de su negligencia…”(ver punto 4.19 del Reporte). ¡Mejor retrato de lo que ocurre en Venezuela imposible!

Aunque no era necesario que el TSJ legitimo sentenciara a favor de la Responsabilidad de Proteger porque ese principio es de suyo una obligación de los Estados, ya autorizaron la coalición militar internacional en misión de paz para lograr la ayuda humanitaria, con fundamento al principio de Responsabilidad de Proteger (ver decisión del TSJ legítimo, en https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1093912886005649414).

En consecuencia, por toda la argumentación anterior y en atención a la autoridad que el pueblo le concedió a Juan Guaidó al ser aclamado públicamente como Presidente Encargado de la República Bolivariana de Venezuela, y su deber de proteger a los venezolanos, los ciudadanos quedamos a la espera de sus decisiones, en virtud de que no existe ningún impedimento para autorizar lo que sea necesario para materializar esa ayuda humanitaria que el mundo ha concedido y los venezolanos con urgencia necesitamos.

Caracas, 9 de Febrero de 2019

Twitter:@laguana