domingo, 17 de noviembre de 2019

¿Y después del 16N qué?

Por Luis Manuel Aguana

Definitivamente se evidencia el nivel del liderazgo político de un país por la calidad de las soluciones que le dan a los problemas que enfrentan. A pocas semanas del ataque del Foro de Sao Paulo a la democracia chilena, el 15 de Noviembre, ya la oposición y el gobierno del Presidente Sebastián Piñera diseñaron un acuerdo político en el Congreso chileno que puso fin a lo que se consideró en la región una grave fisura a la democracia del continente, dándole un curso civil y democrático a la crisis.

Tal y como lo señala nuestro amigo Antonio Sánchez García en una de sus últimas y esclarecedoras notas acerca de la crisis en su país natal: “La diferencia, la brutal diferencia entre los gestores de lo político en Chile, respecto de Venezuela y Cuba, países estos últimos incomparablemente menos dotados, cultos, experimentados y rigurosos en los combates amigo-enemigo que suelen caracterizar la gerencia de los asuntos públicos, es que en Chile los partidos e instituciones políticas, culturales y mediáticas dominan el arte de sublimar, metabolizar y digerir sus conflictos políticos sin que sus techos se vengan abajo…” (ver Antonio Sánchez García, El despertador barbudo en https://t.co/2UHipGMQUI?amp=1).

Efectivamente, ese país no solo está más desarrollado económicamente que el nuestro, sino más desarrollado políticamente. Fue capaz de “digerir” en horas el grave problema que tuvieron, dando con la mejor solución: consultarle a la Soberanía popular, que solamente reside en el pueblo chileno, la reconstrucción del Pacto Social, y que finalmente se establece en una nueva Constitución.

Aun cuando los políticos chilenos dominen “el arte de sublimar, metabolizar y digerir sus conflictos políticos sin que sus techos se vengan abajo” como afirma Sánchez García, ¿por qué les resulta tan difícil entender a los políticos venezolanos que la solución a nuestro conflicto también pasa por la participación de los ciudadanos? ¿Por qué insistir en desatar una ruptura violenta desde adentro para provocar el cambio? Lo del 23F, 30A y ahora el 16N con una marcha sin respaldo ciudadano, pretendió encender en las calles un conflicto que terminaría, de acuerdo a sus cálculos, en un desplazamiento del poder del régimen de Maduro.

Esa insistencia de repetir y repetir lo mismo, esperando resultados diferentes, es la definición “einsteniana” de locura, como bien lo indicó el genio. Y lo más grave es que intentan aplicar la misma solución “de calle” en las peores condiciones que jamás hemos tenido los venezolanos, y que se va agravando cada día que pasa con la fuga incesante del país de cientos de compatriotas, sumada a la más grave tragedia económica que Venezuela haya vivido en su historia. ¿Cómo puede llamar la oposición oficial a una calle “sin retorno” a un pueblo que se muere de hambre, que tiene que salir todos los días a arrancar casi del aíre cada bolívar devaluado para alimentarse? ¿En qué país vive Juan Guaidó y su gente? ¿Y después del 16N qué? ¡Qué falta de interpretación del momento político que vivimos!

¿Qué logró la oposición oficial el 16N más allá de la frustración y la molestia de los venezolanos? Los chilenos encaminaron su conflicto interno en días con una solución que les sirvió a todos. Y lejos de hacer comparaciones odiosas entre las situaciones de dos pueblos diferentes, nosotros, con el respaldo que jamás se le haya dado nacional e internacionalmente a político alguno en Venezuela, con esta oposición al frente, no hemos podido generar una salida en más de 10 meses. Y no creo que sea falta de imaginación. Los hechos han demostrado que los tiros van más bien por los lados de la corrupción y la cohabitación con el régimen, a espaldas de los intereses de los venezolanos.

Dada la importancia que ese acuerdo de Chile podría tener para Venezuela, me permitiré citar sus primeros 4 puntos, leídos públicamente del Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución de Chile, presentado por el presidente del Senado chileno, Jaime Quintana (ver Histórico Acuerdo por una nueva Constitución, en https://www.youtube.com/watch?v=y9MiX7BsNO4):

“Ante la grave crisis política y social del país atendiendo la movilización de la ciudadanía y el llamado formulado por su Excelencia el Presidente Sebastián Piñera, los partidos abajo firmantes han acordado una salida institucional cuyo objetivo es buscar la paz y la justicia social a través de un procedimiento inobjetablemente democrático:

1.- Los partidos que suscriben este acuerdo vienen a garantizar su compromiso con el restablecimiento de la paz y el orden público en Chile y el total respeto de los Derechos Humanos y la institucionalidad democrática vigente;
2.- Se impulsará un Plebiscito en el mes de abril de 2020 que resuelva dos preguntas:
a.      ¿Quiere Ud. una nueva Constitución? Apruebo – Rechazo
b.      ¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?
                                                              i.      Convención Mixta Constitucional
                                                            ii.      Convención Constitucional
3.- La Convención Mixta Constitucional será integrada en partes iguales por miembros electos para el efecto y parlamentarios y parlamentarias en ejercicio;
4.- En el caso de la Convención Constitucional sus integrantes serán electos íntegramente para este efecto. La elección de los miembros de ambas instancias se realizará en el mes de octubre de 2020, conjuntamente con las elecciones Regionales y Municipales bajo sufragio universal con el mismo sistema electoral que rige las elecciones de diputados en la proporción correspondiente;

Solo dos preguntas se le harán al pueblo chileno para que este decida si desea o no un nuevo Pacto Social que resuelva sus diferencias políticas y sociales internas, y que luego se traducirán en un texto Constitucional que se adecue a los nuevos tiempos. De la misma manera como será ese órgano que en Venezuela llamamos Asamblea Nacional Constituyente, preguntando si incluirá o no a los diputados del actual Congreso de la República. Si los chilenos logran con eso resolver o no sus diferencias, lo decidirán ellos. Pero cualquier cosa que salga saldrá de lo que digan sus ciudadanos. ¡Ese es el verdadero fondo! ¡Eso es lo realmente importante! En Venezuela pediremos que el pueblo decida en su momento y como Chile, un proceso Constituyente de carácter Originario. En ANCO estamos comprometidos en eso. Pero primero hemos de salir del régimen usurpador con el poder que solo da la Soberanía Popular.

Eso es exactamente lo que hemos planteado desde ANCO: ¡Que el pueblo venezolano decida! La situación en Venezuela es mucho más compleja que en Chile dado que aquí estamos sometidos a un régimen delincuente con apoyo del terrorismo y los cárteles internacionales de la droga. Sin embargo la solución va exactamente en la misma dirección: someter a la consideración de los venezolanos, fuera y dentro del país, la ruta a seguir para resolver el problema. De allí que deberemos trabajar arduamente para encontrar la manera de que el pueblo venezolano se pronuncie.

Desde ANCO hemos planteado un procedimiento que termina en una consulta a la Soberanía Popular, y que posteriormente se cumpla el mandato del pueblo, a pesar del régimen. Ese procedimiento lo hemos descrito desde hace meses (ver Porqué un Plebiscito SI y unas Elecciones NO en Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/07/porque-un-plebiscito-si-y-unas.html, y Plebiscito: Que el pueblo decida el cese de la usurpación, en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/07/plebiscito-que-el-pueblo-decida-el-cese.html) por lo que no lo repetiré aquí. Sin embargo las preguntas mínimas que proponemos se adecuan a la trilogía que se anunciara al país el 23 de Enero:

“1) CESE DE LA USURPACIÒN  ¿Aprueba  Ud.  el cese inmediato de la usurpación de los poderes   ilegítimos que ejercen Nicolás Maduro Moros como Presidente,  la Asamblea Nacional Constituyente, el  Consejo Moral Ciudadano, el Tribunal Supremo de justicia, y el Consejo Nacional Electoral.?  (*)

(*) Se declara de manera expresa la voluntad de la ciudadanía con base en el principio de soberanía popular y los artículos 5,22,23 y 70 de la Constitución,  que asume como ilegítima la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 03 de agosto de 2017 y por tanto todos sus actos nulos y sin eficacia, para iniciar el proceso de reparación de la soberanía popular y en el caso de no cesar esta usurpación autorizo a que los países asuman la obligación de tomar medidas para liberar y socorrer al pueblo de Venezuela y detener la violación de los derechos humanos conforme a la doctrina de la ONU y la aprobación por parte de la Asamblea Nacional del TIAR ya aprobado por la OEA.

2) GOBIERNO DE TRANSICION ¿Requiere y autoriza  Ud. al Ciudadano Presidente de la Asamblea Nacional en su carácter de Presidente Encargado de la República que conforme a la vigente Constitución  en el plazo de treinta días designe  un Gobierno  provisional de unidad nacional  para que inicien el cambio del modelo político administrativo y constitucional de la República Bolivariana de Venezuela?

3) ELECCIONES LIBRES ¿Ordena Ud. que el gobierno provisional de transición, a la mayor brevedad posible, convoque y se celebren elecciones libres, justas, transparentes, con un nuevo sistema electoral y auditadas para legitimar el ejercicio del Poder Público en Venezuela, organizadas, dirigidas y vigiladas con la participación de una Nueva directiva del CNE,  del pueblo venezolano, sus organizaciones sociales, gremiales, civiles y políticas y la supervisión internacional?”
     
Estas preguntas se hallan en un proceso de revisión permanente y exhaustiva por un equipo jurídico y político de ANCO en todo el país, para ampliarlas y/o modificarlas; y le dan una idea a los venezolanos de que si existen personas en el país que pensamos en otra manera de plantear la salida de Nicolás Maduro Moros, sin esperar ni requerir de ellos más sacrificios de sangre en las calles de Venezuela, como consecuencia de la incapacidad y/o corrupción de la dirigencia política de la oposición oficial. Ojalá que Venezuela después del 16N entienda que solo se requiere que el pueblo reclame y exija con firmeza a sus representantes su derecho a la participación política establecida en la Constitución, sin interceptación de ninguna naturaleza. Eso es mucho más sensato que salir a las calles sin propósito, encabezados por gente que todavía cree que los venezolanos somos un atajo de pendejos sin criterio. Gracias a Dios el 16N las calles de Venezuela demostraron lo contrario.

Caracas, 17 de Noviembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

miércoles, 6 de noviembre de 2019

WE, the People

Por Luis Manuel Aguana

NOSOTROS, el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más perfecta, establecer la Justicia, afianzar la Tranquilidad interior, proveer a la Defensa común promover el Bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes los beneficios de la Libertad, estatuimos y sancionamos esta CONSTITUCIÓN para los Estados Unidos de América.” Así comienza el texto de la Constitución mas perfecta del mundo, la de los Estados Unidos de América aprobada el 17 de Septiembre de 1787, la que sin variar en mas de 200 años ha demostrado haber cumplido fielmente con las aspiraciones de quienes la aprobaron. NOSOTROS, EL PUEBLO, “WE, the people...” en su idioma original.

¿Y porque traigo a colación en este especial momento de Venezuela este texto histórico que ya le pertenece a la humanidad, no solo a los norteamericanos? Porque si algo demostraron los Padres Fundadores de la democracia mas perfecta del mundo es que los principios sobre los que realizaron su creación se fundamentó sobre algo que es imperecedero: la voluntad del pueblo. Y la voluntad popular, que nosotros traducimos luego como la Soberanía, pasa por encima de quienes en algún momento la puedan representar.

De una extraordinaria conferencia de apertura de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala en el año 2010, dictada por José Piñera (hermano del Presidente Sebastián Piñera), quien fuera ex ministro de Trabajo y Previsión Social de Chile y responsable de la reforma al sistema de pensiones de ese país, titulada “Los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América y lecciones para América Latina” (les sugiero encarecidamente a todos dedicar una hora de su tiempo para verla en http://newmedia.ufm.edu/pinerapadresfundadores, o leer la transcripción en mi blog en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/los-padres-fundadores-de-los-estados.html), se demuestra cómo una democracia como la norteamericana, ha perdurado y crecido fuerte en el tiempo, precisamente porque está construida sobre sólidos principios. Abordé ese tema hace más de 5 años (ver De Padres, Principios y Partidos, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/de-padres-principios-y-partidos.html) y todavía tiene plena vigencia para Venezuela y Latinoamérica.

De esta conferencia se desprende que uno aportes fundamentales para la humanidad de los fundadores de esa democracia perfecta, en particular Thomas Jefferson (1743-1826), con la Declaración de Independencia norteamericana, fue establecer que los poderes de los gobiernos derivan de sus ciudadanos (“WE the people”). En segundo lugar, que los hombres “…nacen con derechos entregados por su Creador y esos derechos son la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad...Y que para asegurar esos derechos, los hombres instituyen gobiernos entre ellos, los cuales derivan sus poderes de los ciudadanos". “WE, the people”, de nuevo. En este sentido Jefferson define que es lo que debe defender y garantizar un gobierno: el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; y “que los hombres se organizan en gobiernos para proteger estos derechos”. De acuerdo con Piñera: O sea, Jefferson nos enseña que el poder, el objetivo legítimo de los gobiernos, - los gobiernos son el poder- es para proteger nuestros derechos. El objetivo legítimo de los gobiernos no es para que los políticos se enriquezcan o vivan una vida de privilegios o abusen con su poder. No, no, no. O hagan micromanejo de nuestras vidas; traten de enseñarnos a tomar desayuno, o traten de enseñarnos a nadar. No, no, no. Los gobiernos se instituyen entre los hombres para proteger esos derechos...”.

¿Porque toda esta explicación previa? Porque si algún país entiende el significado de la actuación de los ciudadanos para defender la libertad por encima de sus representantes, son precisamente los Estados Unidos. Está en su ADN. Los ciudadanos de los Estados Unidos han pasado por encima de sus gobiernos y representantes, y constitucionalmente los han cambiado haciendo renunciar a los corruptos. Eso es lo queremos hacer nosotros en Venezuela, no solo con el régimen de Nicolás Maduro Moros, sino ahora con la mafia que acompaña al Presidente Encargado Juan Guaidó, que ayer demostraron que prefieren traicionar el compromiso con el pueblo de salir de Nicolás Maduro primero, yendo a un arreglo de cohabitación con el régimen, siguiendo la doctrina Henry Ramos Allup de los “enclaves autoritarios”, de convivencia con Maduro y sus ladrones, inaceptable si queremos comenzar con una democracia limpia y con libertad, única manera para reconstruir a Venezuela. Esa doctrina es inaplicable porque parte del error conceptual de que esta es una dictadura corriente a la antigua usanza, y no una mafia criminal y terrorista internacional. Y si la están proponiendo como solución es porque son parte de ella.

Es por eso que nuestra propuesta de Consulta Popular Plebiscitaria pasa por el ejercicio DIRECTO de la Soberanía popular establecido en el Artículo 5 de nuestra Constitución. Y requerimos que la Comunidad Internacional entienda y nos apoye en que la Sociedad Civil tiene, no solo el derecho constitucionalmente establecido sino el deber de ejercer su Soberanía directamente, en virtud del agravamiento de la crisis que ha provocado régimen criminal que padece Venezuela y por las desviaciones a las que está incurriendo la Asamblea Nacional y el Presidente Encargado Juan Guaidó Marquez, retrasando criminalmente la solución de la crisis, negociando con un régimen delincuente y terrorista, y convocando a marchas que han demostrado su inutilidad y perdida de vidas venezolanas en los últimos años.

La Consulta Popular Plebiscitaria es una propuesta pacífica, constitucional y electoral de ejercicio directo de la Soberanía, que pasa por encima de lo que negocie con el régimen la representación de la Asamblea Nacional, Guaidó o cualquiera de sus funcionarios designados, y sus decisiones son vinculantes porque tienen el valor de la autodeterminación del propio pueblo venezolano. Eso debería ser un norte firme de actuación para el gobierno de los Estados Unidos y el resto de los países del mundo: exigir claramente al régimen y al Gobierno Encargado de Guaidó a que se sometan a la Soberanía Popular de los venezolanos por la vía de una Consulta Popular establecida en la Constitución, y administrada por los ciudadanos, so pena de continuar y profundizar las sanciones. Esta es una propuesta ciudadana clara y firme.

Debe entenderse que si el régimen cede a esta Consulta Popular, es porque ha doblado el brazo por la amenaza creíble de peores sanciones (incluyendo la intervención militar de carácter humanitario) e inmediatamente recibiremos todo el apoyo financiero y operativo necesario para realizarla dentro y fuera de Venezuela, así como la seguridad de que se respetará el mandato del pueblo soberano so pena de ejecutar esa intervención. No se podría realizar la Consulta si no se obtienen las seguridades necesarias de la Comunidad Internacional; pero también la Consulta Popular les daría a los países que deseen apoyarnos la autorización plena del pueblo a proceder en caso del desconocimiento del mandato.

Del resultado de esa Consulta se derivaría la ruta a seguir (Gobierno de Transición y Elecciones Libres) y la actuación de los países en relación con el problema venezolano. De allí, por ejemplo, cualquier país podría actuar, si así lo decide, bajo la autorización del propio pueblo, e intervenir militarmente para resolver la ayuda humanitaria o desalojar al régimen por la fuerza. No sería nadie sino el mismo pueblo el que decidiría autorizar el uso de la fuerza internacional. Eso sería inobjetable en el seno del mismo Consejo de Seguridad de la ONU. La Consulta Popular sería una presión focalizada desde afuera hacia adentro para lograr un desenlace de esta tragedia, cosa que no esta ocurriendo ahora.

El Presidente Encargado Juan Guaidó ya conoce esta propuesta y la ha desestimado por múltiples intereses y compromisos con los corruptos de lado y lado. Han estado intentando cuadrar un circulo imposible de cuadrar y el resultado ha sido el fracaso por una razón increíblemente simple: con delincuentes no se puede negociar, solo se actúa. Y ya se está empezando a confundir el Gobierno Encargado con el usurpador. No existe manera de resolver esta disyuntiva sin la intervención ordenada de los ciudadanos. Y dado que ya que esta intervención no se puede realizar por la vía del voto institucional, debido a que TODOS LOS PODERES ESTÁN PODRIDOS Y SECUESTRADOS, EN ESPECIAL EL ELECTORAL, los ciudadanos, los verdaderos dolientes de esta tragedia inaguantable, la podemos realizar directamente a través de los medios que la Constitución nos provee. Ya no es posible NINGUNA solución electoral, como tercamente se nos esta pretendiendo vender con la designación de los Rectores del CNE cuando lo que hay que hacer es desmontar completamente y construir de nuevo el sistema electoral.

No digo que será fácil, pero si esto se logra, si logramos convencer a los venezolanos y gobiernos del mundo de este principio fundamental que fue enunciado en 1787 en los Estados Unidos, de que la razón por la cual existen gobiernos es para garantizarnos a NOSOTROS, EL PUEBLO (“WE, the people”) el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, y que somos la razón por la cual ellos detentan el poder, entonces estaremos garantizando que cualquier gobierno que venga después se subrogue a los ciudadanos y tengamos un país verdaderamente democrático, en paz y con libertad para siempre. Estaremos poniendo aquí los caballos delante de la carreta porque creen equivocadamente que el poder que los políticos detentan es inamovible, cuando ese poder se los damos nosotros, NOSOTROS, EL PUEBLO (“WE, the people”) para garantizar nuestros derechos. Ni Maduro, ni Guaidó ni el G4-FA ni nadie, nos pueden coartar ese derecho. ¡Hagámoslo valer!

Caracas, 6 de Noviembre de 2019

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miércoles, 30 de octubre de 2019

Un Gobierno de Transición Ciudadano

Por Luis Manuel Aguana

A confesión de parte, relevo de pruebas” es una frase conocida entre los abogados cuando ya no es necesario promover ninguna prueba adicional porque el acusado confesó. Y eso es exactamente lo que ayer hizo la oposición oficial en la Asamblea Nacional al confesar la negociación por elecciones con el régimen de Maduro, declarándose abiertamente en sesión permanente para el nombramiento de los rectores del CNE, decisión que va en un sentido completamente opuesto a la ruta acordada con los venezolanos el 23 de Enero, de cesar primero la usurpación del régimen, oficializando de esa manera la traición que hemos denunciado reiteradamente (ver Asamblea Nacional se declara en sesión permanente para buscar acuerdo por CNE, en https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Asamblea-Nacional-se-declara-en-sesion-permanente-para-buscar-acuerdo-por-CNE-20191029-0054.html).

Como verán, no se declararon en sesión permanente para el “cese de la usurpación” sino para llevar a los venezolanos a unas elecciones CON EL RÉGIMEN DE NICOLÁS MADURO EN FUNCIONES. “A confesión de parte, relevo de pruebas”. A partir de hoy entonces los venezolanos hemos amargamente constatado que el Gobierno Encargado de Juan Guaidó, lejos de ser la solución, ha resultado ser parte del problema. Acaban de decirnos que ellos creen que los delincuentes les entregarán cualquier posición de poder por la vía de negociar el voto de los venezolanos. ¿Hasta cuando? ¿Cómo podemos creer que esto es inocente? Lo que he visto y oído en 20 años me permiten inferir que en Venezuela no hay nadie inocente en política y menos aún con el tamaño de la corrupción que se ha presentado aquí.

La tesis de la periodista Nitu Pérez Osuna en el programa de Patricia Poleo, en el sentido que este retraso criminal de no abordar el “cese de la usurpación” con la urgencia que los venezolanos necesitábamos –y todavía necesitamos- le ha dado suficiente oxigeno al régimen para subvertir los gobiernos de la región y agravar exponencialmente el problema, precisamente para quedarse, siguiendo la cartilla de Foro de Sao Paulo y ahora de Puebla, y los acuerdos firmados en Caracas (ver Agárrate, Guaidó no lo logró, en https://youtu.be/6pq5zwx3PXY). Podríamos concluir entonces que esta oposición incapaz tiene, además de habernos hecho perder un año para salir del régimen, la responsabilidad “culposa” del desastre financiado por Maduro en Chile, Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia y por supuesto Colombia. Esta es una crisis monumental que requiere remedios monumentales.

En los círculos, reuniones, programas de opinión, foros públicos, donde hemos presentado la solución de convocar la Soberanía Popular a través del mecanismo de la Consulta Popular administrada por la Sociedad Civil y el mismo pueblo de Venezuela, establecida en la Constitución, lo hemos hecho con la convicción de que esta es la vía para resolver el “Cese de la Usurpación”: convocar a los venezolanos para que decidan su futuro, sin interceptación de su Soberanía.

Lo hemos hecho en la creencia de que una vez estando fuera el régimen y sus criminales, logremos entregarle el poder en un Gobierno de Transición a quien el pueblo designó el 23 de Enero, como su Presidente Encargado Constitucional legítimo y su equipo de trabajo. Pero ahora, ¿cómo puedo promover que sea el pueblo quien le entregue el poder a quienes defraudaron esa confianza el día de ayer en la Asamblea Nacional, al haber modificado en nuestra cara por razones inconfesables la ruta prometida a ese pueblo que se ha pasado un año esperando por un “cese de la usurpación” que no llega porque esta siendo negociado con unos criminales? ¿Donde dejamos los muertos, las enfermedades, el sufrimiento, la hiperinflación, el éxodo inhumano y el hambre de todo un año de inacción? ESO NO ES ACEPTABLE.

Después de ayer Juan Guaidó y los partidos que lo acompañan no están a la altura política de representar en ningún Gobierno de Transición, a este noble pueblo que les dio su confianza y respaldo el 23 de Enero de 2019 para detener esta masacre que está protagonizando Maduro en Venezuela, y que ayer confesó que prefiere negociar con él los votos de los venezolanos, absteniéndose de tomar las decisiones trascendentales que se le han solicitado para expulsar a los criminales de Venezuela. ¿Cómo le confiamos un Gobierno de Transición a esa gente sin esperar que negocien la República y se garanticen la continuidad en el poder después de esa Transición?

Sin cambiar ni un milímetro la ruta que hemos propuesto de convocar al pueblo soberano a una Consulta Popular Plebiscitaria para el “Cese de la Usurpación”, y que ya hemos explicado -y que seguiremos explicando- porque sigue en su esencia la trilogía prometida, será ahora necesaria una modificación para que el pueblo se pronuncie acerca de cómo debe integrarse ese Gobierno de Transición, una vez que el régimen sea expulsado por el mandato del Soberano del pueblo, antes de la convocatoria a unas Elecciones Libres.

A partir de ayer el diseño de la Consulta Popular Plebiscitaria deberá ser tal naturaleza que lleve al pueblo a decidir quien o quienes deberán conducir la República en un Gobierno de Transición y las condiciones en que lo harán, para garantizar que no existirán desviaciones, trampas o traiciones de aquellos que resulten designados por la voluntad del pueblo para detentar el poder en Venezuela durante ese período. Pero eso no se puede hacer con gente que venda las aspiraciones de un pueblo por razones políticas o de corrupción como se acaba de demostrar, sino con personajes de incontestable reconocimiento que presten un concurso ciudadano al bienestar de los venezolanos. Si el Gobierno Encargado de Juan Guaidó tenia esa prerrogativa después del 23E, desde ayer dejó de tenerla por su desempeño. Ahora esa Consulta Popular Plebiscitaria deberá resultar en una solución que no asome parcialidad política alguna en su desarrollo, y de como resultado un Gobierno de Transición Ciudadano, a los fines de restablecer la vigencia de la Constitución, llevando a los venezolanos a unas Elecciones Libres sin ningún ventajismo. Solo así tendrá la credibilidad de todos.

Caracas, 30 de Octubre de 2019

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sábado, 26 de octubre de 2019

Consulta Popular Plebiscitaria o cómo resolver la interceptación de la Soberanía

Por Luis Manuel Aguana

Me encantó el término “interceptación” que acuño la Dra. Blanca Rosa Mármol de León al acto de impedir que se exprese la Soberanía Popular por aquellos que más bien deben garantizarla. De acuerdo al DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), Interceptación: “1. f. Acción y efecto de interceptar”. Y eso es lo que hemos sufrido los venezolanos por parte de quienes dicen representarnos de ese cuerpo colegiado denominado Asamblea Nacional: un permanente acto de interceptación de lo que piden los venezolanos. Las tres acepciones del verbo interceptar lo clarifican: “1. tr. Apoderarse de algo antes de que llegue a su destino; 2. tr. Detener algo en su camino; 3. tr. Interrumpir, obstruir una vía de comunicación.”.  Todo eso y mucho más han hecho los Diputados de la Asamblea Nacional con lo que hemos solicitado.

El eterno problema de las diferencias entre lo que hace el representante con lo que pide desesperadamente el representado, y no hace el representante por razones que van desde las ordenes de su partido hasta la más abyecta corrupción. Las democracias se disuelven en la medida que los representantes se alzan con la Soberanía que el pueblo les otorgó. Durante la época de los 40 años de los partidos, realmente hubo una dictadura en relación a la representación que por 5 años asumían por cuenta del pueblo elector, pero había un mínimo de respeto hacia lo que la gente pedía expresado en las urnas.

Si uno elige representantes es para que aboguen por sus intereses, no por los del partido o de quien sea. Sin embargo, ese mal no es solo de los venezolanos, es en realidad del sistema de representación política y que también lo sufren otros países. Por ejemplo en Argentina surgió hace pocos años un partido de acción local en Buenos Aires, fundado por jóvenes que utilizan plataformas tecnológicas para hacer que sus representantes voten obligatoriamente por lo que los ciudadanos desean (ver ¿Qué es el partido de la Red? https://youtu.be/2ylBnaMutuA). En algún momento en el futuro veremos manifestaciones similares en Venezuela. Sin embargo, aunque estemos todavía políticamente lejos de eso, no lo estamos desde el punto de vista de lo que está consagrado en nuestra Constitución.

El Constituyente de 1999 estableció de una manera deliberada y taxativa, que la Soberanía se ejerciera DIRECTAMENTE sin la interceptación de los Poderes Públicos del Estado. De allí que el Artículo 4 de la Constitución de 1961 que indicaba que “La Soberanía reside en el pueblo quien la ejerce, mediante el sufragio, por los órganos del Poder Público”, se transformara en la Constitución de 1999 en el Artículo 5 como “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público”.

Este cambio dio un giro trascendental en lo que podemos hacer los ciudadanos. ¡Y todavía los venezolanos no se han percatado de eso! Ese solo artículo nos liberó de la tiranía ejercida hasta ese entonces exclusivamente por los Poderes Públicos durante 5 años, dándole al pueblo la capacidad de influir en el acontecer político del país, en cualquier momento. Pero también le quitó a la Constitución un mecanismo de seguridad para permitir que el Presidente de la República, manipulando al pueblo pudiera pasarse por encima cualquier previsión de control que la Constitución otorgaba solo a los Poderes Públicos del Estado.

De allí que las leyes del Poder Popular, los Consejos Comunales, o cualquier otra forma asamblearia manipulada por el Poder Ejecutivo, pusiera por encima cualquier manifestación del pueblo por encima de los Poderes Públicos establecidos en la Constitución. Al perder el favor del pueblo, el régimen no pudo recurrir mas a esa manipulación, pero el dispositivo sigue allí. Y sin nosotros darnos prácticamente cuenta de ese poder, nos hemos entregado exclusivamente a la representación que hacen nuestros “representantes”, cuando el sistema que teníamos había pasado de ser, además de representativo a ser participativo a partir de 1999, con todos los mecanismos que la misma Constitución nos dio. Pero recuerden que esa no fue una concesión graciosa del chavismo, fue una trampa de manipulación popular del poder cuando Chávez movía masa popular.

En virtud de todo eso, si no estamos de acuerdo en lo que nuestros representantes hacen podemos ejercer directamente la Soberanía “en la forma prevista en esta Constitución, y en la ley”. Y esas formas están previstas en el Artículo 70, entre las que se encuentra la Consulta Popular. Y mas allá de eso, sin la intervención del Poder Electoral, porque las Consultas Populares no se encuentran en el marco de las atribuciones de ese poder (Artículo 293, Numeral 5).

Los venezolanos no tenemos, en virtud de esta norma Constitucional, que esperar a que a los señores Diputados como representantes del pueblo les de la gana de convocar una Consulta Popular o cualquier otro acto que nos convenga. ESO LO PODEMOS HACER NOSOTROS. De igual manera tampoco tenemos que esperar que ellos aprueben o no el Artículo 187#11 o cualquier otra previsión que consideremos necesaria para resolver el problema político del país en el marco de la crisis humanitaria que nos oprime. Vean el poder que tiene el ciudadano si se sabe conducir de manera adecuada con objetivos precisos.

Entonces, ¿qué es lo que impide que lo hagamos? Organizarnos para hacerlo. Y una de las cosas más difíciles es organizar a la Sociedad Civil para hacer algo coordinado. Desde ANCO hemos propuesto la base sobre la cual sustentar la convocatoria del Soberano a esa Consulta Popular SIN LA NECESIDAD DE RECURRIR A NINGÚN PODER CONSTITUIDO DEL ESTADO y la hemos denominado Estatuto Ciudadano para el Restablecimiento Constitucional y la Restauración Democrática (ver Estatuto Ciudadano en http://ancoficial.blogspot.com/2019/04/estatuto-ciudadano.html).

De acuerdo al Artículo 333, “todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”. El movimiento que impulsamos, netamente desde la Sociedad Civil, argumenta ese principio para el restablecimiento de la vigencia efectiva de la Constitución. En la práctica estamos contraponiendo el Estatuto Ciudadano al Estatuto que rige la Transición de la Asamblea Nacional para imponer una vía consultiva, que de la mano de los ciudadanos provoque el Cese de la Usurpación, informándoles de esta potestad ciudadana a nuestros aliados en el exterior.

Asimismo la Constitución en su Artículo 326 le da a la Sociedad Civil corresponsabilidad directa, conjuntamente con el Estado, en la Seguridad de la Nación “para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos...”, principios que han sido violentados por el régimen de Nicolás Maduro Moros. El Estado ha dejado de cumplir su responsabilidad con la Nación en el resguardo de su Seguridad en el territorio por lo que nos corresponde asumirla, ejerciendo nuestro derecho a convocar al Depositario de la Soberanía para restituir el Estado de Derecho en Venezuela.

Como verán, no solo tenemos la responsabilidad sino el deber de intervenir ante este despelote monumental de la clase política utilizando los mecanismos establecidos en la Constitución. Y eso no tiene nada que ver con lo que algunos dan en llamar “anti política”. No. Es la construcción de unas nuevas bases sobre las cuales montar el Estado cuando todas las instituciones están destruidas, incluyendo los mismos partidos políticos. No se trata de reconstruir el país a lo que había “antes” sino de construirlo completamente desde cero sobre bases completamente nuevas, de la mano de los ciudadanos y sin la interceptación de la voluntad de los venezolanos. Es una labor compleja, y este solo sería el primer paso…

Caracas, 26 de Octubre de 2019

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