miércoles, 8 de julio de 2020

A los partidarios de la intervención

Por Luis Manuel Aguana

Tal vez deberían tomarse un respiro quienes últimamente han dedicado todas sus energías a satanizar por las redes sociales la iniciativa promovida por un grupo de distinguidos venezolanos de enviar una propuesta a la OEA, ya que no han hecho otra cosa que solicitar un arbitraje a esa Organización regional de Estados para realizar lo que en Venezuela no es posible realizar por los propios venezolanos: un proceso electoral justo, libre y transparente, por las razones por todos conocida. Si los Poderes Públicos de Venezuela, en especial el Poder Electoral, no estuvieran secuestrados (Poder Judicial, Poder Electoral y Poder Ciudadano), el Poder Ejecutivo ya hubiese sido sustituido como en cualquier otro país civilizado. Pero eso no ha ocurrido, ni ocurrirá mientras quienes tienen secuestrado el Poder Ejecutivo y las armas de la República, no permitan a los venezolanos contarse de una manera justa, libre y transparente.

La Comunidad Internacional, constituida por los Estados y sus gobiernos, ha reiterado de manera insistente su negativa a intervenir militarmente en la situación venezolana, en especial los países hermanos del continente reunidos en la OEA. Entonces, ¿por qué la insistencia de algunos sectores dentro y fuera del país de solicitarles algo que ya han negado públicamente? Esa es la definición einsteniana de la locura. Es posible que los Estados Unidos pueda tomar esa decisión unilateralmente, pero al juzgar por la propuesta más reciente que realizaron a los venezolanos (ver propuesta oficial en https://translations.state.gov/2020/03/31/marco-para-la-transicion-democratica-de-venezuela/) difícilmente ésta pueda ser considerada de corte intervencionista. Al contrario apunta a una negociación con el régimen de Maduro.

¿Y porque desean los norteamericanos una solución negociada en Venezuela? Yo no creo que sea porque no quieran la salida inmediata de este régimen. No. Me hizo mucho sentido la explicación que nos dio la periodista Sebastiana Barraez, que los EEUU prefieren un mal gobierno del régimen y su oposición, a que la cosa termine con un gobierno títere de los iraníes con Tarek El Aissami a la cabeza. Eso si les pondría los pelos de punta a la Seguridad Nacional de los EEUU (ver entrevista de Napoleón Bravo con Sebastiana Barraez: la intervención armada es una ilusión https://youtu.be/96brXKoKhOo). ¿Será que la cosa tenga que llegar hasta allá para que los norteamericanos se metan en Venezuela? No sé, díganme ustedes…

A mi juicio la opinión de la periodista Barraez –generalmente muy bien informada de la fuente militar- en esa entrevista, es una de las más aterrizadas que he escuchado de lo que pasa en Venezuela en este momento. Pero aun así todavía los formadores de opinión insisten en que si no vienen las tropas no saldremos del problema. Pero las tropas no llegan. ¿Y entonces? ¿Nos quedamos esperando sin hacer nada mientras el régimen avanza en la destrucción del país? ¿Las soluciones van a quedar en intervención militar o nada? No me gusta este régimen más de lo que le gusta al más recalcitrante radical de la oposición, pero no solo por formación sino por convicción se que los problemas no se resuelven solos por generación espontanea y mucho menos dándonos cabezazos contra una pared. Y eso es lo que está haciendo gran parte de la oposición venezolana mientras el régimen está muerto de la risa.

Respeto si ustedes son partidarios de una solución armada, pero entonces gestiónenla. No se queden en el Twitter, Youtube, Instagram, mensajes y grupos de WhatsApp, correos, comunicados, cartas, documentos y proclamas. No tienen que decirlo públicamente, eso es contraproducente e incluso peligroso si viven en Venezuela. ¡Actúen! Recolecten fondos para pagar logística fuera del país, movilicen y ayuden a los militares que se fueron a Colombia y fueron embarcados por el gobierno interino y sus reales gastados en prostitutas en Cúcuta por gente que todavía trabaja para Guaidó. Pero mejor aun, traten de convencer y negociar políticamente con los gobiernos de los países hermanos que se muestran reacios a una intervención militar para que se muevan a favor de liberar a Venezuela y convénzanlos de que eso les conviene a ellos y a la región. No estoy siendo sarcástico. Eso es lo que hay que hacer si ustedes de verdad piensan que la salida militar es la más inmediata. Pero muévanse en ese sentido, porque si se quedan en la retórica entonces están engañando a la gente porque NADIE se moverá a favor de eso si ustedes no se mueven primero.

Pero los que vivimos en Venezuela no tenemos el tiempo para seguir esperando por esa intervención, salvo por supuesto que el catire Trump en uno de sus arranques decida acabar en cualquier momento con esta tragedia a su propia cuenta y riesgo, cosa que difícilmente hará antes de las elecciones norteamericanas. Eso es apostar el país a una lotería. La propuesta norteamericana del famoso Marco para la Transición Democrática para Venezuela es una demostración de que esa no es su intención. Entonces hay que convencerlos. Si ustedes viven en el exterior y disponen de los medios y recursos o la manera de conseguirlos, por favor muévanse en ese sentido. Los que quedamos aquí, que no disponemos de un medio de los viejos partido por la mitad porque la hiperinflación se lo llevó todo, lo que nos queda es pensar en soluciones posibles que vayan de la mano de una solución política con la ayuda de la Comunidad Internacional. Y eso es lo que hemos hecho con esa Carta a la OEA solicitando de la Organización regional una Solución Humanitaria de carácter Electoral (ver https://www.gopetition.com/petitions/apoyo-la-solicitud-de-la-sociedad-civil-venezolana-al-secretario-general-de-la-oea-para-la-aplicaci%C3%B3n-de-una-soluci%C3%B3n-humanitaria-de-caracter-electoral.html).

Pero este tema no acaba aquí. Como sabemos, el régimen no se queda tranquilo. Montó un parapeto electoral para diciembre con un CNE nuevo designado por su TSJ, y acompañado de la mayoría de los partidos opositores, tratando de darle legitimidad a una nueva Asamblea Nacional. Desde ya estamos desconociendo esa nueva trampa. Deseamos una solución electoral pero con un árbitro imparcial supervisado por la Comunidad Internacional. Ya prácticamente todo el mundo, incluyendo la OEA, rechazó esta ultima movida del régimen.

En Resolución del Consejo Permanente de la OEA del 26 de junio de 2020, No. CP/RES. 1156 (2291/20), se aprobó “Rechazar, asimismo, en los más enérgicos términos, así como desconocer la ilegal designación de los miembros del Consejo Nacional Electoral por parte del Tribunal Supremo de Justicia, así como la ilegal designación de las directivas de los Partidos políticos “Primero Justicia” y “Acción Democrática”. Y asimismo “Hacer un llamado a todos los actores políticos en Venezuela para que inicien y lleven a cabo un proceso decidido de transición pacífica y democrática en la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con las leyes nacionales y su Constitución, así como lo establecido en la Carta Democrática Interamericana y la Carta de la OEA” (ver LAS RECIENTES DECISIONES ILEGITIMAS DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA EN LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA (Aprobada por el Consejo Permanente en la sesión extraordinaria virtual celebrada el 26 de junio de 2020), en http://scm.oas.org/doc_public/spanish/hist_20/cp42624s03.docx).

No le queda entonces al Consejo Permanente de la OEA, al pedirnos una solución electoral estando los venezolanos impedidos para llevarla a cabo por el atropello a la Asamblea Nacional y a los partidos políticos, como indica su misma Resolución, apoyar nuestra solicitud y comenzar a presionar diplomáticamente para forzar al régimen a un arbitraje de la OEA para esa transición democrática. Lo contrario sería una contradicción a los principios que le dan vida a la Organización y formalizaría el comienzo de la ruta violenta en Venezuela. Pero si como partidarios de una solución de fuerza ustedes llegan antes y logran que los países que han dicho que no se moverían militarmente, se muevan, entonces ambos habremos hecho nuestro trabajo sin estorbarnos y ustedes habrán llegado primero a liberar a Venezuela. Les deseo suerte, liberar a Venezuela es lo que todos queremos. Espero de la misma manera que ustedes también nos la deseen a nosotros, porque ambos estamos trabajando para lo mismo…

Caracas, 8 de Julio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

martes, 30 de junio de 2020

Una propuesta ingenua

Por Luis Manuel Aguana

Recuerdo con cariño las discusiones que tenía con mi hija periodista. A pesar de su juventud era de un criterio muy bien formado producto de una excelente formación universitaria y del manejo constante que tenía con sus estudiantes de la universidad –era profesora de medios digitales, especialización que tenía a pesar de su corta edad- lo que la hacía un reto permanente para la capacidad argumentativa de su viejo padre.

Una discusión que sosteníamos con frecuencia era el tema de la objetividad del periodista y si de verdad era posible que alguien –no solo un periodista, cualquier persona- pudiera ser verdaderamente objetivo ante temas controversiales y presentar los casos al público sin un sesgo interesado. No estoy hablando que fuese adrede, sino de manera inconsciente. Ella indicaba que eso no era posible, que un buen periodista presentaba los hechos al público y hacía lo necesario para que este llegara a sus propias conclusiones. Yo insistía que esa pureza no podía existir en ningún ser humano y que siempre saldría a relucir lo que de verdad pensaba, su real interés, por más objetividad que pretendiera aplicar, tomando partido aún sin querer hacerlo, de manera inconsciente. Y mi argumento era que todos los seres humanos somos el producto de nuestra propia historia y era imposible esa objetividad al 100% en nadie. Dios se la llevó dejando la discusión abierta.

Cuando leí la invitación de Mingo en su cuenta de Twitter a la entrevista de la Dra. Blanca Rosa Mármol con el titular “¿Es "Naif" dirigir otra carta a la OEA clamando su ayuda para lograr una "Solución Humanitaria de Carácter Electoral"?” me sonreí recordando la vieja discusión con mi hija María Cecilia (ver tuit en https://twitter.com/laguana/status/1277405690252886017). Y tal como Mingo lo explicó en la entrevista (ver Solución Humanitaria de carácter Electoral: entrevista a la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, en https://youtu.be/ZpmgC8u1uqM) salté y le contesté, en lugar de invitar a la gente a su programa, como si estuviera en plena discusión con mi hija, porque eso es lo que le hubiera dicho a ella, argumentando: ¡Ajá! ¿Ves? ¡Es a eso a lo que me refiero! Mis sinceras disculpas a Mingo por un salto del que él no podía tener idea…

Le hubiera dicho a mi hija: ya el periodista etiquetó la propuesta antes de oír la explicación de la invitada, que aunque lo haga como pregunta, el titular predispuso al oyente: ¡La propuesta es ingenua! ¡El score comienza 1 a 0 a favor de negarla antes de comenzar el partido! Y no es que diga que Mingo hizo algo indebido a propósito, ¡no!. Al contrario, considero que es uno de los mejores periodistas de Venezuela. Lo que digo es que, volviendo a mi punto de la vieja discusión con mi hija periodista, hay algo que está sesgando cualquier debate en Venezuela en relación con la solución que hay que lograr para esta crisis. Y es que llegamos a un punto donde todos decidimos desde muy adentro la solución que hay que aplicar, sin ver para ningún otro lado. Pareciera que todos nos polarizamos a favor o en contra de la intervención militar, y cualquier cosa que diga “electoral” ni lo miramos porque es colaboracionista. Y me estoy temiendo que si ya un periodista equilibrado de la talla de Mingo ya tomó un bando a favor de una solución, las cosas estarán muy difíciles para explicar este tema.

La Dra. Mármol hizo una extraordinaria exposición en la entrevista, y Mingo hizo el papel que mi hija me indicó que hacen los buenos periodistas. Hizo las preguntas necesarias para que la gente llegara a su propia conclusión, y eso me encantó porque desde mi perspectiva Mingo le dio la razón… ¡Pero yo todavía tengo mi punto! Debe estar riéndose de mí…

Ahora bien, hay dos cosas que quisiera añadir –si es que todavía hay algo que añadir a esa explicación tan completa de la Dra. Mármol- y  la primera es la que tituló Mingo: ¿Es “Naif” (o ingenua, “naive” en inglés) la propuesta que realizamos? Algunos tal vez digan que la pregunta finalmente no quedó completamente contestada a satisfacción de quienes quieren una solución inmediata, esto es, a los partidarios de una intervención militar. Y desde la óptica de la respuesta de la Dra. Mármol, indicando que este paso debe darse antes, para definitivamente dejar fuera de toda discusión cualquier solución pacífica y constitucional, y proceder a las armas, debo indicar que creo que esa es parte de la respuesta.

Si la OEA nos hace trompetillas, haciendo caso omiso, y ni siquiera discute el tema, significa como lo indicó la Dra. Mármol, que los Cancilleres –y en consecuencia sus gobiernos- no estarían ni siquiera dispuestos a darnos esa ayuda electoral de mediación, lo que nos pone a los venezolanos a resolver por nosotros mismos este problema por las malas. Y eso es muy peligroso para la región –y para ellos-, aumentando significativamente el riesgo que ya de por si representa Venezuela. Eso lo deberían comprender los diplomáticos y sus gobiernos.

A partir de ese momento los países de la OEA habrían dado indirectamente la luz verde para que nosotros intentemos lo que sea, desde la solución de los contras nicaragüenses hasta una rebelión interna, con el consiguiente agravamiento de la vida de los venezolanos. La propuesta en ese sentido, no es de ninguna manera “ingenua”, tiene más bien un fundamento político y diplomático muy profundo porque daría fin a la discusión subjetiva, fijando donde terminan las propuestas pacíficas y constitucionales. Este sería el punto final. Porque como indico la Dra. Mármol, el continente no tendría manera de excusarse para servirnos de árbitros de una propuesta como esa. Y si lo hace entonces damos por terminada cualquier discusión pacífica para Venezuela porque esa sería la comprobación final de esa gestión. Y no se equivoquen, se requiere esa formalidad antes de llegar a las armas.

La segunda es que insistir en una intervención militar sin que alguien trabaje por eso con los países que pueden hacerla posible, hace muy cuesta arriba esa solución. Hasta donde conocemos nadie fuera del Gobierno Interino estaría en la capacidad para trabajar en eso, y hemos visto que los factores políticos de la oposición oficial, con Guaidó a la cabeza, se han negado consistentemente a gestionar una ayuda militar para resolver el problema en Venezuela. En el caso de que la OEA nos niegue esa cooperación para arbitrar el problema de Venezuela, ¿cómo haríamos los ciudadanos de a pié para hacer cambiar la posición de los países signatarios del TIAR, si nuestro liderazgo opositor se niega a concretar esa ayuda? No es una pregunta retórica para resolver aquí, pero les dejo esto: nadie que no esté investido de la legitimidad reconocida de Guaidó se le considerará beligerante para resolver eso en ningún país del mundo. Y a partir de diciembre, por la vía que llevan las cosas, honestamente no creo que exista Guaidó políticamente…Y eso es gravísimo.

Esto nos deja en una situación que predice un país con un futuro de anarquía y violencia, desatada por quienes desesperadamente tratarán de enfrentar al régimen, en un caos de violencia interminable. No califico eso, simplemente sería nuestro futuro previsible al no haber ayuda militar de fuera, ni suficiente fuerza interna para desplazar a quienes nos desgobiernan. No es suficiente con decir que hace falta una intervención militar si no se contesta como se podría llevar a cabo esa intervención sin el apoyo de quienes reconocen el Gobierno Interino. Si tienen esa respuesta, por favor no esperen más y procedan de una vez, no necesitan tomarnos en cuenta. Y yo sería el primero en reconocer que tenían la razón. ¡Qué más quisiera que eso ocurriera mañana y todo se terminara!

Pero lo lamentable es que los que claman por esa intervención militar usen como excusa una propuesta pacífica de un alcance como el descrito para distorsionarla, culpabilizándola desde ya de la posible paralización de esa intervención, que de por si no se ha movido desde mucho antes, porque los países amigos no desean hacerla, y así se lo han hecho saber al Gobierno Interino. Creo que si no existiera la propuesta llevada a la OEA, igual habría que inventarla porque hasta este momento no se perciben para la situación de Venezuela estadios intermedios antes de llegar a un enfrentamiento final armado, como ocurre en toda situación de conflicto. Ojala que eso no sea tampoco lo suficientemente ingenuo de mi parte…

Caracas, 30 de Junio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana