miércoles, 18 de agosto de 2021

¿Quién mató al interinato?

Por Luis Manuel Aguana

English versión

En la inmortal novela de Lope de Vega, Fuenteovejuna, los habitantes de esa localidad española en tiempos de los Reyes Católicos, se agavillaron para ajusticiar al Comendador Mayor, y lo terminaron lapidando –muerte a pedradas- en su propia casa por las múltiples delitos que el pueblo decía que había cometido, y por más jueces e investigadores que enviaron los Reyes españoles no le sacaron otra respuesta a la gente a la célebre pregunta “¿Quién mató al Comendador?”, que “¡Fuenteovejuna Señor!”. Algo semejante está ocurriendo en cámara lenta y a partir de ahora con mayor velocidad con la figura del Gobierno Encargado, mejor conocido por los venezolanos como el “interinato”, y la nueva figura del Comendador, en la persona del Presidente Encargado Juan Guaidó.

La muerte del interinato ha sido lenta y dolorosa, como toda lapidación. La primera pedrada que sufrió el interinato fue el mismo día de su auto juramentación el 23 de Enero de 2019 cuando los propios diputados de la oposición oficial se negaron a juramentar a Guaidó en el sitio, como Presidente Encargado, y él mismo terminó haciéndolo solo, y a instancias de una muchedumbre ansiosa porque alguien diera el paso y asumiera la responsabilidad de salir del régimen de Nicolás Maduro, por supuesto con el apoyo previo del gobierno de los Estados Unidos, quien se ocupo de que el resto de las naciones hicieran lo propio.

La segunda pedrada más formal se materializa con la aprobación del Acuerdo de Transición firmado en febrero de 2019 cuando las fracciones mayoritarias opositoras de la Asamblea Nacional deciden atribuirse el Gobierno Interino y hacerlo depender de las decisiones del Parlamento, claramente de manera inconstitucional ya que en Venezuela no existen gobiernos parlamentarios, dejando a nuestro novel Comendador sin poder para el ejercicio pleno de sus funciones como Presidente Encargado de la República. Y lo peor fue que el mismo Presidente Encargado también le infringió una fuerte pedrada a su propio interinato (tal vez ésta fue la más dolorosa porque fue auto infringida) cuando decide él mismo NO ASUMIR sus propias responsabilidades como Presidente como le correspondía, obedeciendo a sus jefes políticos de la Asamblea Nacional, al entregarle al jefe de su partido la coordinación de todos los representantes designados en su gestión a través de una figura denominada “Centro de Gobierno”.

Como dije en esa oportunidad, si antes no era aceptable una Ley de Transición con Maduro ejerciendo el poder ilegalmente, imagínense como sería si ese mismo Estatuto permite que a quien le corresponde ejercer la Primera Magistratura por designio constitucional, en acatamiento del Artículo 233 de la Constitución, DELEGA en otra persona sus atribuciones como Presidente, contraviniendo la Constitución (ver, Agencia EFE, Guaidó anuncia la creación de un “centro de Gobierno” con López a cargo, en  https://www.efe.com/efe/america/politica/guaido-anuncia-la-creacion-de-un-centro-gobierno-con-leopoldo-lopez-a-cargo/20000035-4051908). Esa pedrada no fue solo a la Presidencia Encargada sino a las mismas esperanzas puestas en el Comendador por el pueblo venezolano.

A partir de ese momento Venezuela-Fuenteovejuna comenzó a acumular mucho resentimiento hacia esa figura del Gobierno Encargado y su Comendador, y su popularidad comenzó a decaer paulatinamente. Muchos solicitamos al interinato y a la Asamblea Nacional en su conjunto en todos estos años, acciones que podían realizarse al tener ellos la mayoría de los votos, los votos de los venezolanos, en la Asamblea Nacional, entre ellas la famosa autorización de misiones militares en Venezuela para el ingreso seguro de la ayuda humanitaria, de acuerdo al Artículo 187 numeral 11 Constitucional. No fue posible, ni aun con la llamada Fracción 16J, surgida con por el incumplimiento del mandato de la Consulta Popular del 16 de Julio de 2017.

Conocimos otra grave pedrada cuando los venezolanos vimos con asombro que algunos diputados de la Asamblea Nacional y funcionarios del interinato, actuando de forma conjunta y coordinada, actuaban de la misma manera que el régimen de Nicolás Maduro Moros, en los escándalos de corrupción develados por Embajador del Gobierno Encargado en Colombia, Humberto Calderón Berti. Al alcanzar este punto, a comienzos de diciembre de 2019, casi cumpliendo el primer año de ejercicio del interinato, lance también una piedra al solicitar que el Presidente Encargado, se retirara en paz (ver Presidente Guaidó, váyase en paz, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2019/12/presidente-guaido-vayase-en-paz.html).

El interinato desestimó las denuncias y recomendaciones del experto petrolero Calderón Berti en el caso de Monómeros Colombo-Venezolanos, S.A. y se desconectó de él, respaldando en conjunto con el G4/FA, el viejo esquema de cuotas partidistas muy populares en la época pre chavista, en un claro desprecio de cómo se debían manejar las cosas luego de la recuperación de nuestro país. Dije que era un mal comienzo. Si eso era así sin estar en Miraflores, imagínense cuando estuvieran el poder. Las pedradas de la corrupción siempre son sumamente graves.

Desde esa época a esta parte, siempre se le solicito al Presidente Encargado Juan Guaidó que asumiera de manera cabal la altísima responsabilidad que el pueblo venezolano le había otorgado el 23 de enero, por encima de cualquier presión o control partidista. Esas solicitudes realizadas desde dentro y fuera del país fueron desestimadas, y en especial una realizada desde el exterior por Carlos Sánchez Berzaín, Director Ejecutivo del Instituto Interamericano para la Democracia, cuando el experto indicó con lujo de detalles cómo podría el Gobierno Interino desalojar institucionalmente por la fuerza, con toda la legalidad internacional al régimen de Nicolás Maduro Moros (ver  Presidente Guaidó debe pedir y organizar coalición internacional militar para liberar a Venezuela, en https://youtu.be/6RB53HlF4BA).

Finalmente, la pedrada definitiva al interinato se la propiciaron los mismos partidos del G4/FA al negociar y firmar ese Memorando de Entendimiento en México. En él la oposición oficial en su condición de “Plataforma Unitaria de Venezuela” acuerda negociar con el “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela”, aceptando con esa sola firma la existencia de tal “gobierno”, a todas luces usurpador como lo saben todos los venezolanos, quienes en una Consulta Popular vinculante y constitucional, realizada del 7 al 12 de diciembre de 2020, rechazamos al régimen de Nicolás Maduro Moros y su parlamento espurio e ilegitimo electo el 6 de diciembre de 2020.

Ese solo hecho invalida cualquier cosa que negocien en México. Ese acto de reconocimiento termino de matar la Presidencia Encargada como la experiencia opositora más cercana al éxito que hayamos tenido para acabar con la tiranía de Nicolás Maduro Moros, desde el 23 de enero de 2019. No tenía el Dr. Andrés Pastrana, ex Presidente de Colombia, que recordárnoslo en un mensaje de Twitter: “Si en México es reconocido Maduro como gobierno, y a su contraparte como oposición, el Gobierno Interino de Guaidó desaparece de un plumazo” (ver Andrés Pastrana en Twitter, en https://twitter.com/AndresPastrana_/status/1427000458334203908).

Cada una de esas piedras fueron lanzadas durante la lapidación progresiva del interinato desde el mismo 23 de enero de 2019, todas dirigidas a la cabeza de quien pusieron allí para recibirlas, el Comendador Guaidó, quien las recibe como chivo expiatorio de todas las trapacerías realizadas por los partidos de la oposición oficial para mantenerse ocultos ante la opinión pública venezolana como los principales responsables de las decisiones tomadas que han mantenido a Maduro en el poder, y que culminan con el espectáculo de México. Guaidó no es más que quien recibe las piedras. Una vez cumplido su papel será el culpable de todo lo que pase.

Pero Guaidó también es mantenido allí como la institución presidencial reconocida internacionalmente, y paradójicamente esa sería la única herramienta que puede utilizar para evitar enterrarse con quienes en mala hora ha acompañado desde su reconocimiento y sobrevivir a la lapidación final, ejerciendo constitucionalmente las atribuciones que le otorga la Constitución, como tantas veces se le ha solicitado para sacar adelante la República. Una cosa es acompañar al sepelio a los cadáveres políticos que se producirán después de las elecciones que se negocien en México, por dar la espalda al pueblo venezolano, y otra muy diferente es enterrarse con ellos. Queda todavía por saber si el Comendador de nuestra historia actuará a favor de los venezolanos o confirmará ser cómplice de lo que le acusa Venezuela-Fuenteovejuna. Si decide enterrarse, en el futuro la respuesta a la pregunta, ¿quién mató al interinato? será: ¡Venezuela Señor!

Caracas, 18 de Agosto de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH

sábado, 14 de agosto de 2021

Una ruta de negociación diferente

Por Luis Manuel Aguana

English versión

No es fácil opinar sobre lo que se trata una negociación internacional. Cuando han ocurrido estos procesos con el régimen siempre me he preguntado que hubiera dicho mi profesor en la Maestría de Economía Internacional de FACES-UCV, el Dr. Carlos Guerón, a quien tuve el honor de conocer en su cátedra de Negociación Internacional, hace casi 30 años, justo antes de su lamentable desaparición física. Una vez me referí al Prof. Guerón en una nota de 2017 (ver 4 preguntas para el destino de Venezuela, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2017/11/4-preguntas-para-el-destino-de-venezuela.html) porque siempre insistía en que uno no se podía sentar a negociar acerca de Dios con el Ayatolah Komeini. Simplemente no solo era una estupidez, sino completamente inútil. Porque ¿cómo alguien podría discutir con un comunista la revolución bolchevique, el asalto al Cuartel Moncada o que los imperialistas no asesinaron a Salvador Allende? Porque inmediatamente saltaba la pregunta: ¿debemos negociar con narcotraficantes y terroristas? ¿Podríamos negociar con quienes acabaron con nuestro país como langostas y que acepten eso, y se vayan en paz?

En aquellos días de finales de 2017, luego de la Consulta Popular del 16 de julio, estaba muy reciente y claro para nosotros que la oposición oficial había traicionado el mandato popular, negociándolo por las elecciones regionales que ocurrieron al finalizar ese año. De alguna manera ahora está ocurriendo lo mismo pero con una situación agravada exponencialmente con claros síntomas a repetir la misma historia, pero con el régimen buscando una legitimidad internacional que los sucesos en el país y las sostenidas violaciones a los Derechos Humanos, le han arrebatado en estos casi 4 años de descuartizamiento de Venezuela. Ahora el régimen busca que la oposición oficial los legitime de cara a la Comunidad Internacional, buscando que les reconozcan su Presidencia y Parlamento ilegítimos, y de paso que se les devuelva el dinero que les han robado a los venezolanos, sin contar con que les levanten las sanciones que les han impuesto por precisamente violentar la democracia y la libertad de los venezolanos. Mayor descaro imposible.

Sin embargo la oposición ha ido a “negociar” en México. Desde esa nota de 2017 he sostenido -y todavía sostengo- que lo único negociable con Nicolás Maduro Moros y sus mil ladrones son los términos de su salida del gobierno. Eso es lo que la oposición debería estar negociando y no reconociéndolos de entrada como “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela” como lo suscribieron ayer 13 de agosto de 2021 en su “Memorando de Entendimiento” (Ver Memorando de Entendimiento, en https://dqtjif.bitlydns.net/2021/08/13/memorando-del-acuerdo-de-entendimiento-entre-la-oposicion-y-el-chavismo-documento/). Desde mi perspectiva, el régimen solo con esa firma logró la desaparición de la Presidencia Encargada de Juan Guaidó Márquez.

Pero voy a darle a la oposición el beneficio de la duda. De un proceso verdadero de negociación, entendido como tal y con la seriedad que el caso tiene, deberían salir perfectamente cubiertos los intereses de las partes NO SUS POSICIONES. Me explicaré mejor en base a un ejemplo que nos diera el Prof. Guerón en su cátedra, cuando Israel y Egipto negociaron la paz en Camp David, EEUU, en 1978. Israel había ocupado durante la Guerra de los Seis Días la Península del Sinaí perteneciente a Egipto. Cuando se reunieron sus posiciones eran irreconciliables Israel no cedía en conservar el territorio conquistado en el Sinaí, y Egipto insistía en que se le devolviera la soberanía de su territorio. Se dibujaron muchos mapas pero en todos no se lograba devolver a Egipto el control de la península. Para Israel no era posible volver a la misma situación previa a la guerra. Ambas posiciones estaban muy claras.

Entonces se hizo el análisis de los intereses de ambas partes. El principal interés para Israel era su seguridad. No aceptaría un vecino armado hasta los dientes respirándole al cuello. El interés de Egipto era recobrar la soberanía sobre un territorio que les había pertenecido por miles de años. El Presidente Mohamed Anwar al Sadat de Egipto y el Primer Ministro de Israel, Menájem Begin, negociaron en Camp David un plan que devolvía la soberanía plena del Sinaí a Egipto, pero garantizando la seguridad de Israel a través de zonas desmilitarizadas en el territorio previamente conquistado. Se conciliaron los intereses de ambas partes, no sus posiciones iniciales. De esa manera ambos pudieron firmar la paz.

Volviendo a nuestro caso venezolano, desde la perspectiva del ejemplo del Dr. Guerón, es el análisis de los intereses, no de las posiciones lo que se debería ventilar en ese proceso de México. Pero allí es precisamente donde se sube la gata a la batea. ¿Son conciliables los intereses de las partes? Veamos.

Examinemos primero las posiciones: ¿Cuál es la posición de Maduro y su combo de delincuentes? Que los reconozcan fuera de Venezuela como gobierno legítimo del país, con todas las prerrogativas que eso conlleva, con el consiguiente levantamiento de las sanciones impuestas por la Comunidad Internacional. ¿Cuál es la posición de la oposición oficial? Que el régimen acepte ir a elecciones Presidenciales y Parlamentarias justas, libres y verificables, libere a los presos políticos, restablezca a los partidos, acepte la ayuda humanitaria, etc... En otras palabras que acepte una condición democrática y de respeto al Estado de Derecho y los Derechos Humanos que no han tenido nunca desde que secuestraron el poder. Si consideramos el talante autoritario demostrado por el régimen en más de 20 años, podemos concluir que ambas posiciones son irreconciliables.

Intentaré analizar cuáles podrían ser los intereses de ambas partes. Interés del régimen: uno solo, permanecer en el poder. Interés de la oposición: sustituir al régimen en el poder. Si alguien ya está en el poder, ¿por qué habría de ceder en una negociación para ser sustituido? De allí lo irreconciliable de las posiciones. Si los intereses no son complementarios, ¿cómo podría conseguirse una solución?

Los intereses de las partes pudieran ser complementarios si de lo que estuviéramos hablando aquí es de la supervivencia de ambas, no de quien ocupa el poder. De allí que un reenfoque de esa negociación debería concluir que ni las elecciones presidenciales o cualquier otra, ni el reconocimiento de un régimen ilegitimo deberían ser motivo de esa negociación SINO EL BIENESTAR DEL PUEBLO VENEZOLANO, con la garantía de que ambas partes regresen al juego democrático (si es eso posible) como una forma de acceder al poder. De otra manera no habría conciliación de intereses.

¿Y qué proceso podría garantizar eso? Solo hay uno posible: dejando que sea el pueblo el que decida. Pero no en una “elección” de cargos, sino en una elección que designe aquellos que puedan cambiar la realidad del país. Y eso en nuestra Constitución tiene un nombre: Asamblea Nacional Constituyente Originaria. Esa fue nuestra propuesta desde el Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana de Restablecimiento Constitucional y Democrático y desde ANCO desde nuestra fundación, donde indicamos que ese proceso negociador fracasó desde el comienzo precisamente por las razones explicadas previamente: los intereses son contrapuestos y no van en la dirección de beneficiar a los principales actores que somos todos los venezolanos, sino al de los negociadores que dicen representarnos. Planteado así cualquiera que sea el resultado de esas negociaciones en México no beneficiará al pueblo venezolano.

Al plantearse una negociación diferente donde una Constituyente sea el centro de la discusión, entonces los intereses de supervivencia de ambas partes se podrían discutir de una manera civilizada, sin importar la condición de las partes. El centro de los intereses de las partes no sería EL PODER, sino la CONVIVENCIA PACIFICA, hasta dirimir precisamente de qué manera se ocuparía el poder posteriormente.

El reciente comunicado de ANCO (ver ANCO reafirma y propone al país y a la Comunidad Internacional una Ruta para Refundar la Nación, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/08/anco-reafirma-y-propone-al-pais-y-la.html) explica en qué términos se plantearía ese proceso de negociación:PROPONEMOS  a la Comunidad Internacional, representada por los EEUU, la UE y Canadá, a los sectores representados por la oposición política encabezada por el Ing. Juan Guaidó Márquez, en su calidad de Presidente Encargado reconocido por la comunidad internacional, y al régimen que encabeza Nicolás Maduro Moros, que el proceso de negociación política exigido por la comunidad internacional, se lleve a cabo sobre las siguientes bases: a) Objeto de la negociación: la Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario; b) Participantes: Una negociación entre cuatro (4) partes: una delegación de la Comunidad Internacional firmante de la Declaración Conjunta del 25 de Junio (EEUU, la UE y Canadá); una delegación de los sectores de la oposición política que encabeza Juan Guaidó Márquez como Presidente Encargado reconocido por la comunidad internacional; una delegación del Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional y Democrático, como representación de los más de 6,4 millones participantes de la Consulta Popular de Diciembre de 2020; y una delegación del sector gubernamental que encabeza Nicolás Maduro; c) Puntos a negociar1) la designación de una Autoridad Electoral Ad-Hoc con la participación y apoyo de los organismos técnicos de la Comunidad Internacional, únicamente para la elección de los ciudadanos Constituyentes que representarán a todos los venezolanos en la Asamblea Nacional Constituyente; y 2) Las Bases Comiciales que regirán la elección de los Constituyentes; d)  Garantías del proceso: las partes establecerán las garantías para que se cumplan los acuerdos y compromisos a los que se lleguen en el proceso de negociación;”

Si se desea verdaderamente resolverle al país la grave crisis por la que atraviesa de una manera pacífica, constitucional y electoral, esa es la ruta. De otra manera no importarán las posiciones ni los intereses. Todos los involucrados, incluyendo la Comunidad Internacional, le estarán dando la oportunidad al comienzo de la violencia. Esa es válida pero sumamente costosa para todos…

Caracas, 14 de Agosto de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH