viernes, 6 de mayo de 2022

Los burros de Troya

Por Luis Manuel Aguana

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La histórica estratagema, que relatara el clásico de Homero titulado Odisea, donde los griegos obsequiaron a los troyanos, como ofrenda a Atenea en el sitio de la amurallada ciudad de Troya, un caballo gigantesco donde Odiseo escondiera a sus mejores guerreros para desde adentro abrir las puertas de la ciudad, ha servido como un ejemplo en todos los tiempos para describir cómo se engaña y destruye al enemigo desde adentro por su ingenuidad.

Sin embargo, a veces cuando se hace referencia a esa estratagema, algunos no la explican en el sentido correcto, ya bien sea por malicia o desconocimiento de la realidad. Tal es el caso del reciente análisis político publicado de la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, a cargo del profesor Benigno Alarcón, titulado justamente “Los Caballos de Troya”, que expresa, entre otras cosas, lo siguiente:

“Aunque existe un importante nivel de consenso en torno a la conveniencia de que una candidatura única sea electa en una primaria, es importante comprender que la unidad perfecta a la que aspiramos nunca se logrará porque no todas “las oposiciones” son oposiciones. La realidad es que entre las oposiciones hay actores que juegan fuera de la unidad porque no creen en ella, lo cual puede ser legítimo. Pero hay otros que juegan contra la oposición y a favor del gobierno porque se han constituido en los Caballos de Troya del régimen para dividir a la unidad opositora y dispersar el voto de sus electores para convertirlos en minorías electorales irrelevantes. Mientras que las oposiciones que se han separado de la unidad porque no creen en ella, o por las adversidades entre liderazgos, que aunque es un fenómeno común nunca debería estar sobre el objetivo de lograr el cambio político, no debería ser motivo de preocupación porque son verdaderas oposiciones democráticas que necesitan de la unidad tanto como los partidos que conforman a la Mesa de la Unidad Democrática, por lo que no tengo dudas que serán los primeros interesados en demostrar su liderazgo en una primaria, como ya lo manifestase, por ejemplo, María Corina Machado, a quien podemos considerar una fiel representante de la oposición que no forma parte de la MUD… (resaltado nuestro) (ver Podcast “Análisis Político”: Los Caballos de Troya 3/05/2022, en https://youtu.be/lLCx8-r4Wyc,  min 6:29).

Aquí cabría preguntarse de quién es ese importante nivel de consenso. Claramente, no será de los venezolanos quienes mayoritariamente no estamos de acuerdo en esperar dos años más de suplicio del régimen para resolver con elecciones este grave conflicto político, sino más bien de aquellos que paradójicamente acusan a otros de hacer lo que ellos mismos hacen de actuar a favor del régimen, haciendo lo que este justamente desea para perpetuarse en el poder: unas elecciones controladas por ellos.

Unas primarias opositoras, con todo lo que eso implica, ya está metiendo al país en esa “normalización” que tanto desea Maduro para impulsar el circo electoral que ya hemos repetido tantas veces y que necesita esa oposición oficial de los partidos de la MUD/FA. Entonces, ¿quiénes son los que juegan contra la oposición, entendiendo como oposición el verdadero sentimiento de los venezolanos de salir de esta pesadilla interminable? ¿Aquellos que se dicen representantes del pueblo opositor venezolano? Porque, ¿quiénes son los que se han constituido como verdaderos burros de Troya para que no se pueda vencer al régimen, haciéndoles el juego electoral con dos años de anticipación? Y los llamo así porque si Odiseo en lugar de usar un caballo hubiera utilizado un burro, insultando a Atenea, por supuesto que no hubiera conseguido que le abrieran las puertas al obsequio para conquistar la ciudad de Troya.

Pero lo que más me llamó la atención fue que aparte acusar a otro de actuar a favor del régimen, una responsabilidad que solo le corresponde a la llamada “unidad democrática” electoralista, meten en el saco de sus primarias, nada menos que a María Corina Machado, que casi un mes antes de este podcast de la UCAB, había establecido claramente su posición con relación a ese circo electoral que está organizando la MUD/FA con la ayuda de ese tanque de pensamiento político:

“No cuenten con nosotros para aceptar migajas y vender la idea de que el régimen piensa hacer una elección limpia y libre en el 2024, ¡por favor! ¿Tú crees que el régimen está pensando hacer una elección limpia, libre que produzca un cambio en el 2024? ¿O están montando una nueva farsa electoral para una vez más elegir ellos el candidato opositor? De esto ya tenemos una larguísima cuerda los venezolanos con más de 30 elecciones y con cada vez menos democracia. Por eso, lo que más le conviene al régimen es ver este gentío metiéndose en una feria electoral con pitos y banderas promoviendo candidatos en un país de fantasía porque está controlado por la tiranía. Señores: primero lo primero. Para que un candidato sea útil tiene que haber una elección real. Y para que aquí en Venezuela haya una elección de verdad, primero tenemos que elegir una nueva dirección política...” (ver Posición de María Corina Machado sobre el tema electoral, 6/04/2022, en https://twitter.com/MariaCorinaYA/status/1511826085448626181, min 1:17).

¿Qué parte de este contundente “no cuenten con nosotros” a esas prácticas electoralistas con el régimen, y rechazadas por la mayoría de los venezolanos, no entendieron los analistas políticos de la UCAB?

Como miembro de la comunidad universitaria que soy tengo el mayor de los respetos por la investigación, el conocimiento, la tecnología y las luces que de una manera objetiva salen de las universidades, para aclarar el camino que debemos seguir, para recatar la libertad y la democracia destruidas por esta tiranía. De allí que me cueste entender que no una universidad en particular, sino cualquier universidad, en lugar de profundizar sobre las causas y las razones que nos han llevado a este desastre político jamás visto en la historia del país, proponiendo nuevos caminos y estudios a favor de una solución que nos incluya a todos, haya tomado partido a favor de una parte que se dice opositora, no para favorecer a la población sino a actores políticos específicos que han demostrado una actitud de cohabitación abierta y comprobada con el régimen para que las cosas continúen como están, constituyéndose en un factor político más, en lugar de una referencia orientadora. A juicio de muchos, ese no debería ser el rol la universidad venezolana en la solución de la tragedia que vive el país.

Y no digo que cualquier grupo o persona, perteneciente a la academia o de cualquier otro sector, no apoye la opción política de su preferencia, sino que se use abiertamente la imagen institucional de una universidad de prestigio para convencer a la población de seguir un camino político particular. El país se encuentra dividido entre aquellos que NO CREEMOS en la ruta electoralista de los partidos de la MUD/FA, que nos ha hecho un daño terrible y amenaza con continuar haciéndolo, al entrar en la danza de los millones que significan unas primarias cuando el país se cae a pedazos, y aquellos que creemos en la necesidad de elegir, no un candidato para unas elecciones en primarias, sino UNA NUEVA DIRECCIÓN POLÍTICA que nos lleve verdaderamente a la expulsión de un régimen que controla el aparato electoral del país. Eso no es un cuento de caminos y debe debatirse con la seriedad y la magnitud que el problema tiene.

En esos términos está planteado el debate político de Venezuela, y no a través de una interpretación maniquea que señala buenos y malos en la partida opositora. Dejemos que el país decida quien está y quien no está a favor de salir del régimen inmediatamente. Dejemos que los venezolanos decidan quienes son los burros de Troya.

Caracas, 6 de Mayo de 2022

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lunes, 2 de mayo de 2022

Una Constituyente con el régimen

Por Luis Manuel Aguana

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Me han solicitado una mejor explicación en relación con mi última nota acerca de qué es eso de incorporar al régimen en un diálogo para conseguir una Constituyente. Debo decir aquí que aunque este blog no es tribuna de la organización a la que pertenezco, sino un sitio donde expreso mi punto de vista personal, ANCO explicó en detalle esa ruta al país en un comunicado fechado el 8 de agosto de 2021 titulado “ANCO reafirma y propone al país y a la Comunidad Internacional una ruta para Refundar la Nación” (ver Comunicado ANCO en, https://ancoficial.blogspot.com/2021/08/anco-reafirma-y-propone-al-pais-y-la.html). Esto implica que lo que hago es respaldar y explicar una posición expresada por ANCO desde hace muchos meses.

Pero ciertamente, es preciso explicar con más detalle esa propuesta que puede parecerle chocante a mucha gente, incluso dentro de nuestra misma organización. Lo primero que hay que precisar aquí es que el marco que ha impuesto la Comunidad Internacional para resolver la crisis venezolana es la vía pacífica del diálogo. Si no creemos en eso, esa es otra discusión, que no daré aquí porque implica acciones que no son materia de esta nota.

Si partimos de la premisa cierta de darle la razón a un diálogo, este no puede ser en los términos del régimen, como se estableció a comienzos de las conversaciones en México. Y menos aún la manera en como la oposición aceptó entrar en ese diálogo. El solo hecho de firmar el Memorando de Entendimiento para el diálogo en México, descalificó a la oposición oficial como representante de los opositores venezolanos en esas conversaciones (ver Memorando de Entendimiento, en https://dqtjif.bitlydns.net/2021/08/13/memorando-del-acuerdo-de-entendimiento-entre-la-oposicion-y-el-chavismo-documento/).

La oposición oficial se colocó en una posición de descalificación y contradicción inicial al reconocer al régimen en ese documento como “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela” y aceptar denominarse como “Plataforma Unitaria de Venezuela”, cuando ya se había dado el paso fundamental de designar un Gobierno Encargado encabezado por Juan Guaidó Márquez, reconocido internacionalmente por los EEUU y más de 60 países, y declarar ilegítimo el gobierno de Nicolás Maduro Moros.

Eso selló la derrota de los venezolanos en esas conversaciones de México para conseguir algo positivo para salir de esta desgracia. Si ya de entrada se acepta que son Gobierno, entonces ¿para qué negociar con ellos cuando lo que está en discusión es precisamente su condición de gobernantes legítimos del país? Si eso no será así, entonces no hay nada que discutir allí; y si se acepta, implica una entrega incondicional a cualquier cosa que el régimen imponga allí.

Si existe un diálogo con el régimen, es claro que su reconocimiento no puede pasar de admitir que ejercen el poder de facto en Venezuela, porque esa es una realidad que nadie puede negar. Así como nosotros tampoco podemos negar que si deseamos no llegar a la violencia en Venezuela, debemos establecer a algún tipo de acuerdo con ellos, No es algo que nos agrade a muchos venezolanos, pero es una condición necesaria para movernos a una mejor etapa en esta situación de aislamiento mundial provocado por la condición de no reconocimiento generalizado e internacional en el que nos ha colocado el régimen, al haber violado consistentemente la Constitución y erigirse como un gobierno de facto con el apoyo de unas Fuerzas Armadas al margen del Estado de Derecho.

Este es el principio fundamental de este problema, la definición conceptual de quienes son los dialogantes. De allí parte cualquier cosa futura con ese diálogo que plantea la Comunidad Internacional. Sin eso no hay diálogo posible y la situación de Venezuela se deberá resolver de otra manera. Si el régimen insiste en erigirse como Gobierno Legítimo no hay diálogo posible, con lo cual se deberá insistir y profundizar en las sanciones que les han sido impuestas. Ellos son quienes ejercen el poder de facto y si no admiten ese rol en unas posibles conversaciones, entonces un diálogo con ellos no tiene sentido.

Por otro lado, está la definición de la oposición política. ¿Quiénes son “La Plataforma Unitaria de Venezuela”? ¿Representan en realidad los intereses de los opositores venezolanos? Definitivamente NO. Al margen de que ya los venezolanos no podemos aceptar una oposición que ha admitido de entrada al régimen como Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, está el asunto de quienes están detrás de esa supuesta representación. Los partidos políticos no han participado en ninguna elección legítima en Venezuela desde el año 1998.

Sin embargo, dándoles el beneficio de la duda y admitiendo que la Comunidad Internacional acepta como válida la elección de la Asamblea Nacional de 2015, la representación política de la oposición no se ha contado con el pueblo venezolano desde ese año. Esto último nos deja que desde enero del año 2021, NADIE puede adjudicarse ser representante político de los venezolanos ante ninguna instancia. Y hasta que eso ocurra, los venezolanos nos hallamos huérfanos de representación política y ese diálogo debe esperar, o bien a que los venezolanos se cuenten para designar una nueva representación opositora o se acepte una representación calificada de la sociedad civil venezolana como parte activa del diálogo. Se podría sumar a eso la Asamblea Nacional de 2015 como parte opositora, representante de los partidos políticos que una vez la conformaron, pero definitivamente no como representantes de los opositores venezolanos.

Esa definición primaria de los dialogantes es esencial para llegar a un acuerdo acerca de lo que debe ocurrir en Venezuela, si se ha de pensar en un diálogo como vehículo para resolver la crítica y urgente situación de los venezolanos.

Pero todavía todo lo anterior no responde a la pregunta de por qué incluir al régimen en esa discusión constituyente. Y la respuesta viene dada por el fondo de lo que ANCO plantea que sea discutido en ese diálogo, como lo indicó en el comunicado de ANCO del 8 de agosto de 2021. La propuesta de ANCO es DISCUTIR LA CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, como la salida de este problema. Sin que Maduro renuncie a sea cual sea su condición como gobernante de facto de Venezuela, dejar que sea a la representación legítima del soberano pueblo de Venezuela la que decida su destino, electa través de un proceso de elección Constituyente administrado por la Comunidad Internacional, estableciendo un Tribunal Electoral ad-hoc no controlado por ningún poder público de Venezuela.

Eso y las reglas que han de seguirse para esa elección (en el idioma constituyente esto se denomina Bases Comiciales), serían el objeto de discusión de esa negociación. Ese es el fondo de la propuesta hecha por ANCO a los venezolanos. Por eso incluimos al régimen. Si ellos están tan seguros que su “revolución” es lo que los venezolanos desean, no tendrán problemas de contarse a la luz de unas reglas que no sean impuestas por ellos. De esa misma mesa de negociación saldrían las garantías de la Comunidad Internacional que insiste en que el diálogo es la solución, de hacer respetar, a la fuerza, si fuera necesario, el dictamen del pueblo en esa elección y las decisiones que se tomen en una Asamblea Constituyente.

Muchos me dirán que eso es un sueño imposible. Que el régimen no cederá a su supuesta condición de “Gobierno Legítimo” para una negociación política; y de la misma manera, que la oposición oficial nunca renunciará a su condición de representante de los opositores venezolanos sin representar a nadie. Ambas cosas estarían por verse. Todo estará en cómo se vayan presentando los acontecimientos y las presiones que se ejerzan en ambos lados. Lo importante es que ambos extremos no son monolíticos ni homogéneos, y hay que seguir trabajando. Mientras tanto eso no se cristalice, el diálogo visto de la manera simple en que se está planteando nunca tendrá éxito porque allí no estarán los verdaderos representantes de los venezolanos ni las condiciones iniciales correctas.

Los venezolanos deben entender que esta gravísima situación nos involucra a todos, no solo a los opositores sino a quienes que todavía creen en las promesas del régimen. Una Constituyente es una solución integradora que dejaría expresarse a ambos lados de la ecuación. Por eso que aquí no puede haber una “solución de la oposición” ni una “solución del régimen”. Lo único que puede integrar constitucionalmente a ambos extremos, es una Constituyente libre de sospechas y manipulaciones de una de las partes para unificar las aspiraciones de todos los venezolanos. Eso está mucho más allá de una simple elección de cargos para un quítate tú para ponerme yo. Seguiremos trabajando para que eso se termine de comprender…

Caracas, 2 de Mayo de 2022

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