martes, 30 de agosto de 2022

El Cambio fundamental

Por Luis Manuel Aguana

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Cuando insistimos tercamente que hay que cambiar el sistema institucional del país, erróneamente creemos que la gente nos entiende. Cualquier cosa que implique la palabra “cambio” encontrará la resistencia natural de las personas. La famosa definición de la locura einsteniana que dice que insistir en hacer lo mismo y esperar resultados diferentes, es en definitiva un círculo vicioso que jamás termina en nuestro país. Es por eso que los mismos actores políticos nos insisten en aplicar sus mismas fórmulas (electorales) a la grave crisis que nos aqueja, esperando lograr resultados distintos con esta pila de delincuentes, consiguiendo una y otra vez los mismos resultados fracasados.

De allí que sea necesario ir un poco más allá, explicando la razón de los cambios que hay que aplicar en Venezuela, con la esperanza de poder convencer a los venezolanos que esa no es en definitiva la ruta por la que hay que luchar para salir de esta tragedia. Y para eso es necesario comenzar analizando esa expresión inicial, “el sistema institucional”, que ha definido las relaciones de poder en Venezuela, no de ahora, sino prácticamente desde el comienzo de la República como Estado independiente. Sin embargo, como son muchos los cambios propuestos en nuestro proyecto, El Gran Cambio, por ahora comenzaré explicando el cambio fundamental que hay que principalmente aplicar, que no es otro –nada más y nada menos- que el de la estructura de la Constitución.

Partiendo de la “Constitución del Estado de Venezuela del 24 de septiembre de 1830”, que así era como se titulaba el texto fundamental de nuestro país aprobado luego de la separación de Venezuela de la Gran Colombia, hasta nuestros días, la estructura del poder aplicada a la Constitución ha sido la misma: definición mínima de los Poderes Públicos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, con delegación al Poder Ejecutivo de la Administración de la Hacienda Pública Nacional y las Fuerzas Armadas, con los controles correspondientes delegados al Poder Legislativo.

Esta estructura centralizada del poder, en manos del Poder Ejecutivo, de todas nuestras Constituciones partiendo de 1830, ha sido el sello indiscutible del devenir histórico venezolano. El Ejecutivo es que centraliza el poder de las armas y el dinero de todos los venezolanos. Eso no es malo en sí mismo. Ese es el sistema que nos hemos dado desde el principio de los tiempos republicanos. Pero tiene un defecto estructural: depende altamente de la eficiencia de quienes ocupan la única posición de poder en el país. O dicho de otra manera, la regla establecida en todos nuestros Pactos fundamentales entre gobernados y gobernantes, le entrega a quienes nos gobiernan en el Poder Ejecutivo, la patente de corso de hacer lo que les venga en gana con lo que es de todos.

Y aunque “deberían” existir los contrapesos con el resto de los poderes (Legislativo y Judicial, 3 hasta la Constitución de 1961), lamentablemente en toda nuestra historia estos mecanismos definidos como tales en el Pacto Fundamental, la Constitución, no han sido lo suficientemente eficientes para evitar los desmanes de quienes han ocupado el poder en Venezuela. No ha existido nunca un equilibrio entre los Poderes Públicos, ocasionando que quienes han ejercido el Poder Ejecutivo, hayan tenido permanentemente una influencia perniciosa en la administración de lo que es de todos, trayendo como consecuencia subdesarrollo y pobreza, y últimamente destrucción institucional del Estado y éxodo masivo de la población.

Entonces, la primera conclusión a la que podemos llegar de este hecho completamente comprobable, es que los problemas de los venezolanos nunca se solucionarán solamente cambiando el Poder Ejecutivo (en otras palabras, otro Presidente), sino cambiando la estructura y todo el sistema de relaciones que se den entre los componentes que conformarían una nueva estructura a definir. Y eso nos lleva a la definición de sistema.

Tomaré la definición de Karl Ludwig von Bertalanffy (1901-1972), en su Teoría General de Sistemas, y que ha sido generalmente aceptada por todos, y aplicada a muchos campos del saber humano: “Un sistema se define como un conjunto de elementos que interactúan entre ellos”. Esta definición coincide con la definición del DRAE: “1.m. Conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí” (ver definición de Sistema en DRAE en https://dle.rae.es/sistema?m=form).

El sistema de relaciones entre los distintos Poderes Públicos define el “sistema institucional” que tenemos en Venezuela. Si definimos en nuestro Pacto fundamental que existirá un Poder Ejecutivo que administrará la Hacienda Pública del país y las armas de la República, estableciendo asimismo que los restantes Poderes lo controlarán, no habrá manera de salirse de esa trampa si el Poder Ejecutivo logra evadir a través de la penetración –o corrupción- de los poderes restantes, controlar el sistema y su estructura, esta última definida en el DRAE como la “1.f. Disposición o modo de estar relacionadas las partes de un conjunto” (ver definición de Estructura en DRAE, en https://dle.rae.es/estructura?m=form). Esto último es lo que ha ocurrido en Venezuela durante los últimos 23 años.

Entonces, queda al libre arbitrio de cualquiera que ocupe la Primera Magistratura del país hacer las cosas apegadas o no a la Constitución, porque así fue establecido dentro del sistema de relaciones institucionales definido en ella. Esto es, en nuestro sistema y desde el comienzo de la República de Venezuela, hemos atado toda la vida del país a una persona, el Presidente –y quienes estén bajo su control- desde la misma definición del Pacto. De esto se concluye que para que el sistema funcione, independientemente de quien sea el Presidente, debemos definirlo de una manera tal que el poder descanse sobre una estructura institucional lo más cercano a quienes resulten afectados de su mala administración. Esto es, a los ciudadanos.

Estos principios no los inventé yo. Fueron esbozados inicialmente por Thomas Jefferson (1743-1826), redactor de la Declaración de Independencia norteamericana, donde indicó claramente que, en primer lugar, el poder de los gobiernos deriva de sus ciudadanos, siendo su principal responsabilidad el proteger la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Y en segundo lugar, que este poder debe ser arbitrado y administrado por Leyes e Instituciones, NO POR PERSONAS. En otras palabras, dentro de un Estado de Derecho, independientemente de quien detente el poder. Esto debe estar claramente estructurado y sistematizado en la Constitución, y nosotros hemos hecho todo lo contrario.

El Cambio fundamental que ANCO plantea en su propuesta El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://tinyurl.com/5n6enjrr), es voltear la pirámide del poder en Venezuela. Establecer en nuestro Pacto fundamental que el poder y la administración de los recursos no esté ya absolutamente en manos del Poder Ejecutivo, sino que se quiebre –de menor a mayor poder- en las tantas entidades federales que existan en el país, y en los tantos municipios que definan los ciudadanos dentro de cada entidad federal, de acuerdo a su propia realidad político-territorial actual. Que el poder se encuentre fundamentalmente en los Municipios, que es donde viven y se desarrollan los ciudadanos, luego en los Estados, como entidad política, y luego en el Gobierno Federal, representante genuino de todos ellos.

Al disolver el Poder en muchísimas piezas, será virtualmente imposible que una sola persona y sus cómplices, nos arruinen y nos roben masivamente en el futuro, como ya lo ha hecho este sistema de relaciones de poder existente, con Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros a la cabeza.

Hay que cambiar el sistema, no a las personas. Estamos conscientes que partiendo de esa premisa fundamental, se derivarán muchísimos cambios y nuevas maneras de intercambio en las relaciones institucionales, que hay que construir completamente de la nada, como por ejemplo, el sistema de distribución del ingreso, actualmente definido en la Constitución. Este nuevo sistema de relaciones nos llevará a que NO SEA el Presidente en su Consejo de Ministros el que decida cuanto darle a las regiones o que proyecto desarrollar en ellas, dentro de los múltiples mecanismos que están establecidos en una Hacienda Pública que actualmente se maneja como la chequera de los partidos que administran el poder de turno.

Cada Estado y Municipio en un nuevo sistema de relaciones institucionales no serían los que reciban sino los que aporten a un nuevo conjunto federal de acuerdo a la potencialidad de cada uno, y entre todos formalizar un Pacto para financiar al Gobierno Federal constitucionalmente. No estamos hablando de “descentralizar”. NO. Estamos hablando de definir una nueva República basada en el aporte de todos los ciudadanos, empoderados de abajo hacia arriba en la pirámide, debido a una nueva formulación del sistema institucional.

Esta propuesta requiere reunir al Constituyente a la brevedad posible y proponerles a los legítimos representantes del pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente, una nueva manera de concebir el sistema institucional actual, que nos ha perjudicado históricamente y  que se encuentra completamente agotado. Y esto pasa por explicarles primero a los ciudadanos de Venezuela que estos cambios, que traerían una redefinición profunda del sistema político, van más allá de la idea simplista de cambiar un Presidente en unas elecciones por ahora intrascendentes, pero que los empoderaría para materializar la Refundación de la Nación, necesaria para el bienestar de las nuevas generaciones.

Caracas, 30 de Agosto de 2022

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

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Twitter:@laguana

miércoles, 24 de agosto de 2022

Elecciones versus Constituyente, una decisión trascendental

Por Luis Manuel Aguana

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Hace algún tiempo atrás, hice algunas consideraciones relativas al posicionamiento que debía emprender ANCO, en el marco de una reunión con las Coordinaciones Regionales de la Alianza del oriente del país. Usualmente, publico las intervenciones que realizo, no solo para mantener un registro de la evolución del proceso político que vivimos y que cambia todos los días. Sin embargo, en esa ocasión consideré más importante mantener esta estrategia a lo interno de la organización porque creí en ese momento que sería más importante a nuestros objetivos mantener dentro de ANCO una posición diferenciadora frente a llamada oposición oficial, dirigida a la opinión pública nacional.

Hoy creo que esa estrategia de diferenciación ya no debe ser solo de ANCO sino de todos aquellos que crean, como nosotros, que ir a un proceso electoral con el régimen en el 2024, o cuando el régimen lo decida, es un suicidio colectivo que está siendo cada vez más aceptado por venezolanos desinformados que aún creen en la abrumadora campaña comunicacional de los partidos.

Después de la consulta de diciembre de 2020 promovida e impulsada por ANCO, NO HA EXISTIDO, ningún pronunciamiento auténtico del pueblo venezolano, fuera de los realizados por los servicios electorales del régimen de Nicolás Maduro Moros. De lo anterior se desprende que el único y más reciente pronunciamiento válido del pueblo venezolano en la actualidad, acerca del problema político que afrontamos, es la CONSULTA POPULAR, realizada del 7 al 12 de diciembre de 2020.

Entonces, la Consulta Popular de 2020 y el mandato que de ella se desprendió, constituye la única y última institucionalidad en pié en el país, incluso más allá de la que sostiene al Gobierno Encargado de Juan Guaidó, que aún siendo constitucional, no está validado por la soberanía popular.

¿Dónde nos encontramos entonces? Luego de las decisiones políticas asumidas por la Comunidad Internacional, expresadas en la Declaración Conjunta de los EEUU, la Unión Europea y Canadá, del 25 de junio de 2021, según la cual, “La solución pacífica a esta profunda crisis política, social y económica debe provenir del mismo pueblo venezolano, a través de negociaciones de amplio alcance impulsadas por los venezolanos en las cuales participen todos los actores interesados. Un proceso de negociación integral, con plazos concretos, debería posibilitar el restablecimiento de las instituciones del país y permitir que todos los venezolanos puedan expresarse políticamente por medio de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes (ver Declaración EEUU-UE-Canadá: Declaración conjunta sobre Venezuela, en https://www.state.gov/translations/spanish/ee-uu-ue-canada-declaracion-conjunta-sobre-venezuela/) (resaltado nuestro), se desprende que estos países, en conjunto con la dirigencia política opositora, YA HAN DECIDIDO POR LOS VENEZOLANOS, que unas “elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes” con Nicolás Maduro Moros ejerciendo ilegítimamente el poder en Venezuela, posibilitarían “el restablecimiento de las instituciones del país”. Lamentamos disentir de esa conclusión. Eso es como apostar todo nuestro dinero en un casino que ha sido comprobadamente declarado tramposo e ilegal y esperar ganar, sin antes asegurarnos que quienes lo regentan estén fuera del negocio y en la cárcel.

Es por eso que los partidos y el sector político en general, se han volcado a un proceso de primarias con miras a unas elecciones en el 2024, sin detenerse en el carácter ilegitimo y autoritario del régimen, lo que hace completamente imposible garantizar que esas elecciones efectivamente se realicen, o se posterguen indefinidamente. O todo lo contrario, se adelanten a favor del régimen como ocurrió en el año 2018.

La posición de ANCO frente a la Comunidad Internacional ha sido que se respeten y materialicen los mandatos que el pueblo venezolano ha expresado en dos Consultas Populares vinculantes, y  lamentablemente el mundo entero ha preferido apoyar una vía electoral sin garantías, en tanto que el régimen poco le importa negociar condiciones electorales porque ya consiguieron lo que buscaban en ese diálogo de México: el reconocimiento de la oposición política, expresado en la firma del Memorando de Entendimiento el 13 de agosto de 2021 (ver Negociación Constituyente, la última alternativa, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/08/negociacion-constituyente-la-ultima.html).

En consecuencia, ¿qué debemos hacer los venezolanos ante esa realidad? GENERAR DESDE ADENTRO el suficiente empuje político para POLARIZAR la opinión pública venezolana para enfrentar esa decisión que ha tomado por nosotros la oposición oficial en cohabitación con el régimen, de ir al matadero de unas elecciones con Nicolás Maduro Moros en el poder, versus ACTIVAR UN PROCESO CONSTITUYENTE DE CARÁCTER ORIGINARIO.

¿Cuál debe ser el papel de los ciudadanos que acompañan a ANCO en esta propuesta en todo el país? Generar esa matriz de opinión, basada en 3 líneas de actuación  fundamentales, que deseo compartir con todos:

1.- Explicar y difundir claramente la propuesta de ANCO al país. Esto es, debatir el  proyecto fundamental de cambios que deberán ser discutidos en una Asamblea Nacional Constituyente: El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://tinyurl.com/5n6enjrr). Pueden revisar un resumen, de una ponencia realizada en el Estado Carabobo (ver Por un Gran Cambio para Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/11/por-un-gran-cambio-para-venezuela.html). Este proyecto propone cambios profundos en la distribución y el alcance de cada poder en Venezuela, incluyendo el Poder Ejecutivo y cómo acercar el poder al ciudadano.

2.- Explicar y difundir en Venezuela que los ciudadanos de cada Estado son los protagonistas de esos cambios propuestos. De allí que sus ciudadanos, en especial aquellos que representan a ANCO, deberán extraer de esa propuesta su propia versión de El Gran Cambio en su Estado, así como las ventajas y cambios estructurales al desarrollo que sobrevendrían de aplicar los cambios constitucionales propuestos, planteando y convenciendo a los ciudadanos de cada Estado UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO basado en el Gran Cambio constitucional propuesto, tanto Federal, como Estatal.

3.- Explicar y difundir en toda Venezuela que solo el Constituyente reunido en una Asamblea Nacional Constituyente Originaria puede resolver grave el problema nacional e internacional que ha ocasionado el régimen, decidiendo en su seno, inmediatamente luego de ser instalada, el destino del gobierno ilegítimo de Nicolás Maduro Moros, designando un Gobierno de Transición hasta la aprobación de una nueva Constitución, y la posterior elección, con todas las garantías, de todos los Poderes Públicos, previa reingeniería técnica del Poder Electoral. Todo este proceso, en una sola expresión, es lo que ANCO llama REFUNDACIÓN DE LA NACIÓN.

Y esa es en blanco y negro, en pocas líneas, la propuesta de ANCO a los venezolanos. No se trata de que no creamos en elecciones. La gravedad de la destrucción institucional del país REQUIERE de la intervención de todos los venezolanos, y va muchísimo más allá de “elegir” a un nuevo conductor de un país destruido. Eso lo siente intuitivamente cada venezolano, y es por eso que rechaza un nuevo proceso electoral, como sugieren todas las encuestas. La propuesta de los políticos no puede ser vendernos a “alguien” que “arregle Venezuela” después de unas elecciones, y mucho menos convencer de eso a la Comunidad Internacional. Eso lo debemos hacer entre todos y en el ínterin asegurarnos que no se puedan dar las condiciones para una nueva destrucción en el futuro. Eso es lo que estamos proponiendo.

La Constituyente no es de ninguna manera la solución final de nuestros problemas. Será el acuerdo entre todos de las reglas y los procedimientos para sentar unas bases sólidas para que lo que construyamos por arriba sea duradero. Cada Estado deberá reconstruirse de acuerdo a su propio modelo de desarrollo y sus propias potencialidades; y entre todos los Estados, establecer un Pacto de convivencia Federal. Ese Pacto será lo que estará escrito en esa nueva Constitución, basada en un Proyecto que discutamos entre todos.

De esto se deduce que cualquier cosa que pase en Venezuela lo debemos decidir los venezolanos, no los políticos ni la Comunidad Internacional. La decisión de acompañar a la oposición oficial a una nueva elección con el régimen, o plantarse y exigir al mundo que somos nosotros quienes decidiremos nuestro destino a través del mecanismo Constituyente  que existe en nuestra Constitución, será una decisión trascendental que selle nuestro destino. Desde ANCO seguiremos insistiendo y trabajando para que quien decida el futuro de Venezuela sea el propio pueblo a través de su representación legitima Constituyente.

Caracas, 24 de Agosto de 2022

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