miércoles, 22 de abril de 2020

Hinderburgo, el llanero omniabarcante

Por Luis Manuel Aguana

No me lo presentaron, se presentó solo. Una tarde llegó a mi casa porque quería saber más de algo que habíamos comenzado a plantar en el país, el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente. Con ese tono campechano que solo tienen los llaneros, me explicó que había sido Diputado por el partido de Rafael Caldera, aquel famoso “chiripero” que llegó al poder en 1993 pero que se había retirado de la política de partidos decepcionado del resultado que había tenido todo eso que Chávez una vez llamó 4ta República, pero que le había caído en las manos por intermedio de un amigo común, un ejemplar del libro de la propuesta de cambio estructural del Proyecto País, y como buen ingeniero que era, lo analizó y quería saber más, no solo de la propuesta sino de quienes la habían formulado. El amigo le recomendó que hablara conmigo porque ya había escrito bastante en ese momento acerca de la propuesta.

Si esto es verdad, es algo por lo que vale la pena regresar a la política” me confesó Hinderburgo Becerra sin conocerle. Pero dejó claro que se refería a la otra política, a la política de verdad, no la que resulta de los conciliábulos que se hacen para alcanzar el poder por si mismo, sino alcanzarlo para aplicar lo necesario para el bienestar de la gente. Si alguien tenia claro el poder y sus fines era él. Les confieso que me inquietó porque no lo conocía. Me pidió muchos ejemplares del libro del Proyecto País Venezuela para entregarlos a “su gente” del Estado Guárico para hacerles “un examen” y evaluar su aplicación en el propio lugar de los hechos. Les confieso que me causó en ese momento cierta desconfianza entregarle tantos ejemplares que fueran a parar a cualquier lugar, pero en el grupo acordamos dárselos. El tiempo demostró que no fue un error sino la mejor inversión de nuestro proyecto en ese entonces. De su mano recorrimos el Estado Guárico con el Proyecto País Venezuela, en múltiples foros y discusiones enriquecedoras, conociendo gente valiosísima que nunca hubiéramos conocido de otra manera.

Hinderburgo Becerra era un operador político nato de esa política que conocen los venezolanos de jugar “caribe”. Se había movido en las mas altas esferas de la política como conciliador personal del Presidente Caldera, manejándose como pez en el agua entre todas las fracciones políticas del antiguo Congreso, en un gobierno que era franca minoría en ese período difícil del “chiripero” de Caldera, y salir adelante. Había que ser bueno en política para lograr eso, pero Hinderburgo me demostró en lo personal que no solo era bueno en política, sino que para ser exitoso en ella se requería calidad humana y de zamarrería política que pocas veces se dan juntas en un ser humano. Nadie creería eso de un político en Venezuela. Hinderburgo fue la prueba viviente que se podía ser político, honesto y ser humano al mismo tiempo en Venezuela.

Y eso fue lo que paso ayer, se nos fue un ser humano, un ser humano muy valioso. Ayer falleció Hinderburgo Becerra. Y es una perdida tan grande que difícilmente alguna vez podremos evaluar en su justa medida lo que perdimos, no solo por la calidad del ser humano que se fue, como ya se han ido tantos otros en este largo camino recorrido en nuestro Proyecto de un país distinto, sino por lo difícil que resulta conseguir que confluyan en una sola persona el conocimiento político de su país y de su Estado, la profundidad con la que Hinderburgo entendió la propuesta del Proyecto País Venezuela y finalmente la aplicación de esa propuesta para su Estado natal, el Estado Guárico.

Y aquí me referiré de manera egoísta al dolor desgarrador de perder gente de tanta valía cuando el país mas los necesita. Hinderburgo pudo ser otro rico mas de la 4ta República, disfrutando de millones mal habidos, como ya mismo lo están haciendo quienes ni siquiera han accedido al poder desde el gobierno interino. Se había retirado de la política decepcionado y volvió porque nosotros nos pusimos en el medio, pidiéndole que nos acompañara a rescatar lo que habían destruido, difundiendo una propuesta que consideramos lo mejor para Venezuela. Hinder, como le decíamos cercanamente, decidió después de viejo dejar las pantuflas de un cómodo retiro bien ganado de muchos años al servicio del país, enfermo como ya estaba de una operación de cáncer, para dedicarse a recorrer su Estado y el país para convencer a su gente que la política que había sido su vida, si podía ser interpretada mas allá de las banalidades y la corrupción rampante de quienes la ejercen ahora. Que existe una oportunidad, que no todo esta podrido. Y su vida de los últimos años demostró eso con creces. Nadie mejor que él la entendió, siendo como el lo había sido, protagonista de excepción del hecho político venezolano de las últimas décadas.

Disfrutó de sus últimos años blandiendo una nueva bandera política -de la política con “P” mayúscula- que trabajó intensamente para su Estado Guárico en una época donde los políticos solo quieren un puesto publico solo para tener poder y mandar. Tomó las bases escritas del Proyecto País Venezuela, las interpretó y escribió para su Estado. Fue un trabajo extraordinario y digno que todo guariqueño conozca, estudie y aplique. Les dejo una dirección en la red para que se enteren de “Propuesta Región Guárico, Estado Federado” de Hinderburgo Becerra (descargar propuesta en https://tinyurl.com/ybuknwfq), en la que Hinder explica con la minuciocidad que solo un ingeniero de excepción como el podría lograr, de que manera su Estado podía transformarse en una potencia agroalimentaria, con proyectos de agroindustriales, ferroviarios, agua y gas, con la consigna “El Guárico alcanza para todos y sobra...¿Hasta cuándo estaremos sentados sobre nuestras riquezas?”...Eso lo representó con un llanero guariqueño pordiosero, pidiendo monedas cuando estaba sentado sobre un lingote de oro. Esa idea fue de él. Lo sé porque me hizo la dibujar en esa lámina que ustedes verán en ese trabajo extraordinario en el que expresara realmente lo que somos los venezolanos. Eso es lo que esperamos para cada Estado de Venezuela.

En este momento lloro la impotencia de una Venezuela que se le mueren sus mejores hijos en el medio de una desidia y una incomprensión inenarrables. Pero peor aún la sordera de un país que todavía oye con embeleso las promesas huecas de una clase política que se niega a morir, al tiempo que se mueren venezolanos únicos que dejan aportes concretos de política para mejorar su país y su región. ¿¿¿¡Que injusticia es esa Dios mio!??? Y es aquí es en donde comienzo a comprender la angustia del Libertador en sus últimos días...

Nunca tuve ninguna duda del increíble aporte de los llaneros a la libertad de Venezuela. El único que lo dudó fue Hugo Chávez al denigrar de la figura histórica de José Antonio Páez. Afirmo sin lugar a dudas que Hinderburgo Becerra es la prueba de esos aportes que el Estado Guárico seguirá dando a Venezuela. Y esto me hace recordar el Monumento a los Lanceros del Pantano de Vargas, localizado en el Departamento de Boyacá en Colombia, considerado el monumento más grande de ese país, hecho en homenaje a la carga de 15 lanceros al mando de un venezolano, el Coronel Juan José Rondón, llanero del Estado Guárico, en la Batalla del Pantano de Vargas, y que fue a parar tan lejos de su tierra al mando del Libertador, peleando por la libertad de un continente (véanlo ustedes en https://es.wikipedia.org/wiki/Lanceros_del_Pantano_de_Vargas). Estoy seguro que en una Venezuela que yo no veré habrá un monumento en honor a los héroes civiles que reconstruyeron este país, y en alguno de ellos, tal vez el mas grande de su Estado Guárico, habrá uno que encabece Hinderburgo Becerra, como el de Juan José Rondón en Pantano de Vargas, cargando vencedor en contra de la ignorancia, la corrupción y la desidia que azotan a su pueblo.

Hinder solía llamarme a menudo muy temprano en la mañana para comentar cada vez que leía de madrugada alguna nota que le había gustado de las muchas que he publicado, refiriéndose inmerecidamente a mi persona como “un hombre de pensamiento omniabarcante”. Siempre me reí de eso con él porque quienes lo fueron solo están en los libros de historia y por supuesto muertos. Pero siempre me llamó la atención el término. Ahora que te has muerto hermano, me doy cuenta que en ti si aplica el término que me pusiste inmerecidamente. Fuiste mas allá de todo lo esperado y dejaste para las nuevas generaciones un profundo legado de amor y futuro para tu país y para tu Estado. Has abarcado todas facetas que un ser humano puede dejar de legado para su gente y su gentilicio en todas las direcciones posibles, la humana, la ética, y la política. A partir de ahora no se podrá hablar de decencia política en el Guárico sin mencionar tu nombre, te lo ganaste. Descansa en paz hermano, ya hiciste tu parte. Nos queda a los que quedamos hacer la nuestra...

Caracas, 22 de Abril de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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