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sábado, 18 de mayo de 2013

Maduro sabe que La Guaira es lejos



Por Luis Manuel Aguana

No hay dicho venezolano más contundente. Cuando tu mujer te agarra en una y te dice “y como sabes tú que la Guaira es lejos”, te moriste. No hay fórmula de juicio, estás descubierto. No tienes para donde coger, o confiesas o te botan, o las dos. No es ningún chiste. Maduro sabe por quién votamos los venezolanos. ¿Y cómo sabe que La Guaira es lejos? Simple, el CNE chavista nunca garantizó el secreto del voto. O sea, ya tienen la segunda Lista de Tascón.

Y siempre lo supimos. Tarde o temprano el castro-chavismo, y ahora el castro-madurismo, enseñaría los dientes diciendo que sabían por quien habíamos votado los venezolanos. Era solo cuestión de tiempo. Solo cuando se consideraran seguros en sus posiciones lo dirían. Y ya lo están diciendo (ver http://www.youtube.com/watch?v=WtdlPn7TFQs).

Empezó el terror. O corres o te encaramas. No hay medias tintas. O estas con ellos o en contra de ellos. Y eso es lo que buscan. Aterrorizar a quienes estando a favor de un cambio no pueden sostener una posición contraria porque están arriesgando sus puestos de trabajo, su vivienda de la Misión, su beca o cualquier otro programa del gobierno. Los más débiles son el blanco de esas amenazas cobardes. Es por eso que era necesario hacer público que sabían que La Guaira era lejos.

Después que Mario Torre nos explicó en aquella histórica reunión del Grupo La Colina el “algoritmo de las bolitas” que desordenaba los votos para evitar que no se siguiera la secuencia de identidad-voto en las máquinas, nadie quedo convencido que el gobierno no nos metiera un chuzo, como el de los amigos pranes de Iris Varela. ¿Y porque?

Porque si bien era cierto que ellos vieron un programita funcionando indicando que no sabrían por quien votábamos los venezolanos, pudiera perfectamente correr otro al mismo tiempo escondido en la máquina, que paralelamente indicara todo lo contrario. ¿Qué auditoría iba a impedir eso? ¿Acaso una auto-auditoría como la que se hace el CNE para contar los votos del reclamo?

Hemos indicado en este blog que en un computador de las características de ese equipo SmartMatic CUALQUIER COSA SE PUEDE HACER. De hecho, al no saber las características ni especificaciones técnicas de esos equipos, estos perfectamente podrían transmitir el resultado electoral en tiempo real si cuentan con la electrónica de telecomunicaciones apropiada. Esto ha sido persistentemente denunciado y señalado por el General Carlos Julio Peñaloza, en su blog Puesto de Combate (ver http://www.puestodecombate.org/) y con testigos que la oposición se niega a escuchar.

Maduro confiesa que ya tiene 900.000 cédulas de los venezolanos para iniciar una persecución. Le sale completico el Tribunal de la Haya por delito de lesa Humanidad solo por esa declaración ¡Y no solo por el apartheid político que demuestra, sino por la brutalidad de decir de manera pública que disponían de esa nueva versión ampliada y actualizada de la Lista de Tascón! Pero tarde o temprano los criminales siempre mueren como el pez, por la boca. Tenía que decir que La Guaira era lejos.

Ahora que todos los venezolanos sabemos de cierto que el gobierno YA SABE por quién votamos, ¿qué hacer? ¿Esperar pacientemente que el gobierno venga a castigarnos por no haber votado por él? ¿Contar con que la oposición defienda judicialmente los casos? ¿Arrepentirse? Creo que esa es una decisión muy personal de cada uno. Sólo puedo contar lo que hicimos un grupo de trabajadores en un caso similar.

En el año 2002 un grupo de trabajadores y ejecutivos del Metro de Caracas fuimos expulsados de esa empresa porque nos negamos a que fuese conducida por delincuentes y maleantes-los famosos colectivos-, en detrimento de la seguridad del transporte de las miles de personas que viajan todos los días por ese medio. No era que el gobierno sabía que no lo queríamos por alguna lista sino peor, se lo dijimos por las cámaras de televisión y así se dieron cuenta.

Muchos trabajadores fuimos despedidos sin contemplaciones y así fue que nos unimos en una ONG llamada AC Familiametro (http://acfamiliametro.blogspot.com/). Llevamos ya más de 10 años combatiendo al gobierno y denunciándolo en sus trapacerías y corrupción en todas sus ejecutorias en relación a la conducción de ese importante medio de transporte. Escapa a esta nota lo que hemos hecho, nuestros éxitos o fracasos, pero no nos quedamos tranquilos, ni callados, ni dejamos que pensaran que teníamos miedo.

En lo personal creo que esos trabajadores han ganado mucho. Han ganado el respeto y la admiración de sus antiguos compañeros de trabajo porque se constituyeron en la primera línea de defensa de los atropellos cometidos posteriormente en la empresa. Es posible que las cosas hubiesen sido peores para todos si cada uno se hubiera ido para su casa con miedo, derrotado y apaleado por un gobierno cobarde. Aquí el tema ES NO TENER MIEDO. Lo dijo Juan Pablo II…

Si 900.000 chavistas tuvieron el valor de votar en contra del gobierno, a pesar de las captahuellas intimidatorias y del sistema electoral tramposo, estoy seguro que tienen la madera para convertirse en 900.000 defensores del sistema democrático. ¡900.000 personas es mucha gente! Por eso el gobierno no solo tiene miedo, TIENE PANICO. Pánico de que el deslave sea monumental y la única manera que encuentra el totalitarismo para sobrevivir a eso es perseguir a quienes se atreven a desafiarlo.

A cada una de estas 900.000 personas les digo lo siguiente: ya no vale la pena esconderse de estos delincuentes, nunca se puede uno esconder de eso. Lo que sí se puede hacer es demostrarles que no se les tiene miedo y que pueden hacer lo que les venga en gana porque el país cambió y que hay otros que te seguirán.

Sólo imagínense si esas 900.000 personas reafirman su condición valiente del 14A y firman con el resto de la sociedad democrática el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente para refundar al país, retomando la promesa de cambio de un candidato que les mintió en 1998. No solo tendrían la oportunidad de rebelarse ante la nueva amenaza de este gobierno, sino que tendrían en sus manos el poder de cambiarlo.

Pero aunque incluso eso no sea así, lo que no se puede hacer nunca es demostrarles miedo ni ponerles la espalda para que se monten encima. Esa es la dignidad del pueblo venezolano, vencedor de dictaduras y libertador de naciones.

Caracas, 18 de Mayo de 2013

Twitter: @laguana

lunes, 5 de noviembre de 2012

Política, Tecnología y Transporte



Por Luis Manuel Aguana

La semana pasada fuimos invitados por el Alcalde Mayor a la presentación formal del sistema de control que operará en el Sistema Metropolitano de Transporte, Transmetropoli. Estas son las cosas que pasan por debajo de la mesa y que es bueno destacar como ciudadanos acerca de lo que sí se puede hacer en el ámbito local, en medio de la más terrible y criminal ausencia de recursos provocada por un gobierno central cuyo afán se centra en la destrucción de todo lo que se ha construido en los años de democracia. Es esa una muy buena razón para no perder las próximas elecciones de Gobernadores y Alcaldes e ir a votar.

Antes que nada deseo aclarar que no me paga la Alcaldia Mayor, ni soy ficha de ningún partido, ni menos aun del partido del Alcalde Antonio Ledezma, así que no me une al Alcalde nada más allá que el respeto a su gestión como administrador público en la Alcaldía Mayor. Simplemente, desde la acera ciudadana, el justo reconocimiento que ha tenido con AC Familiametro y la coincidencia publica en relación a temas comunes como el Metro de Caracas.

Lo que vi en esa presentación se corresponde a lo que es el deber ser de la aplicación de la tecnología a los problemas más graves que tienen los ciudadanos de Caracas. La tecnología aplicada al bienestar de los ciudadanos es la correcta posición que debe mantener cualquier administrador público y político. Entender esas herramientas es una rareza entre nuestros políticos y administradores públicos, y una razón importante para felicitar al Alcalde y al equipo técnico que le acompaña.

El sistema presentado, de ser aplicado en su totalidad, permitirá el control centralizado de lo que pasa dentro y fuera de las unidades de transporte público, su localización física, mantenimiento, organización del transporte para un comportamiento ordenado en la ciudad. Y lo que es más importante, un primer paso fundamental para un Sistema Integrado de Control metropolitano.

El sistema presentado cuenta con cámaras instaladas dentro y fuera de los autobuses, con localizador GPS y comunicación permanente al centro de control a través de la red de una compañía de celulares. De esa manera se conoce en tiempo real la situación de las unidades, si están cargando más pasajeros de lo permitido, o si están cometiendo alguna infracción en la vía pública. Esto es un pequeño ejemplo de cómo se pueden realizar acuerdos con el sector privado para el bienestar común utilizando la responsabilidad social de esas empresas, con una mínima erogación del presupuesto público.

Pero el sistema está naciendo y es incipiente. Se requiere de mucha colaboración y acuerdos para su crecimiento y consolidación. Lo importante es que ya existen en las primeras unidades en funcionamiento y lo que hace falta es que el sistema crezca y se fortalezca.

Esta iniciativa es una combinación singular de la aplicación de la tecnología a un problema fundamental de los ciudadanos como lo es el transporte. Y que tiene un impacto inmediato en el bienestar de la gente. No estamos hablando de un problema de difícil solución presupuestaria como el de hacer nuevas vías o resolver integralmente el transporte público de la ciudad. Es una salida muy ingeniosa y un intento serio para organizar el transporte público de la ciudad.

Podemos soñar que si el sistema es extendido a toda la ciudad de Caracas, en todos los municipios y con muchas unidades de transporte, un centro de control como el de Transmetropolí establecería las pautas de movimiento y transporte de las personas con un orden establecido. Se podrían realizar estadísticas del movimiento ciudadano, localizando adecuadamente las rutas y reubicando las unidades adonde mas se requieran. Mejoraría sustancialmente la seguridad de los pasajeros al estar en contacto permanente las unidades con su centro y este a su vez con las autoridades policiales.

Y si el sueño es aun mayor podríamos tener la ilusión de contar alguna vez con un Sistema Integrado de Control para la ciudad. Estos sistemas no son nuevos en el mundo. Lo tienen las principales metrópolis como Los Ángeles, Nueva York, Sao Paulo, Londres, que son ejemplos que se deben seguir y hay que dar los primeros pasos en esa dirección. Y ya el Alcalde Ledezma comenzó con el sistema de control del Transmetropoli.

Un Sistema Integrado de Control de la ciudad, que le haga seguimiento al transporte público, incluyendo al Metro de Caracas y que indique el estado de las principales vías y autopistas de la capital, a través de cámaras e indicadores que puedan advertir a los conductores cual es la mejor vía, nos haría más vivible esta ciudad caótica.

Y aquí no estamos hablando de mucho dinero para sistemas que no se puedan acordar con el sector privado. La Alcaldía Metropolitana ha puesto la primera piedra para que los transportistas del Sistema Transmetrópoli puedan ser guiados y controlados con máxima seguridad para los ciudadanos utilizando la concertación en un ambiente de  recursos escasos.

El imaginar que podamos tener en la ciudad un Sistema Integrado de Control que alcance a todos los municipios y unidades de transporte público, utilizando las herramientas tecnológicas que ya existen, es poner a la ciudad en la dirección de poder mejorar nuestra calidad de vida.

Estos sistemas le permiten a los gobernantes locales de las ciudades donde operan poder tener control sobre lo que pasa en la ciudad en el caso de una catástrofe pública. Un terremoto, una inundación o cualquier evento que ponga en crisis la ciudad pueden ser monitoreados a través de estos Sistemas de Control y pueden en un momento dado convertirse en el centro de control de desastres donde se comande la fuerza pública (bomberos, policía, Defensa Civil) para atender los eventuales daños. Eso no tiene comparación ni precio para los ciudadanos.

Ahora bien, imagínense si la Asamblea Nacional en lugar de haberle otorgado al CNE 45 millones de dólares para un sistema electrónico electoral SAI, que no necesitábamos, y para embaucarnos a todos el 7-O, los hubiera invertido en NOSOTROS, los ciudadanos, para mejorar nuestra calidad de vida, adquiriendo una tecnología como la que está pariendo el Alcalde Ledezma para los Transmetropoli. De haber sido así las cosas hubieran sido muy diferentes. ¿Se dan ahora cuenta como hace falta que los políticos entiendan de estas cosas? ¿Se dan cuenta que cuando un gobierno de corte totalitario usa la tecnología no lo hace precisamente para que los ciudadanos vivan mejor?

Y ese es el tema del uso político de la tecnología. Es el “para qué” lo que hace la diferencia. Un gobierno totalitario que ha invertido millones de dólares en tecnología para controlar a los ciudadanos como lo ha hecho este para manejar los impuestos, la identificación de las personas, los Registros Públicos de la propiedad, los chips de la gasolina y en ganar elecciones; y no ha puesto ni un dólar para utilizar esa tecnología en mejorar nuestra calidad de vida, lo ha hecho para su beneficio para permanecer en el poder. Es por eso que es necesario que nuestros dirigentes políticos entiendan el hecho tecnológico en su profundidad ciudadana y que modifiquen sus estrategias delante de un gobierno que sabe muy bien como se usan esas herramientas pero para controlar y someter a los ciudadanos.

El esfuerzo que vi de la Alcaldía Mayor en ese sentido me indica que están empezando a entender al surgir de la clase política venezolana dirigentes que empiezan a aplicar estas herramientas que ya son comunes en este mundo globalizado, para el bienestar de la población, poniéndolas al servicio real del ciudadano, y no del gobierno que administran. Bienvenida sea esa dirigencia.

Caracas, 5 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana

jueves, 28 de junio de 2012

Una Reflexión en el camino

Por Luis Manuel Aguana

Pasó desapercibido para quienes opinan en los medios y en la red, un extraordinario artículo de Carlos Goedder publicado en El Universal del lunes pasado titulado “La Responsabilidad Personal en una Dictadura” (ver en http://www.eluniversal.com/opinion/120625/la-responsabilidad-personal-en-una-dictadura). Y digo desapercibido porque ciertamente toca la esencia del hecho totalitario en Venezuela y los estudios de quienes, como Hannah Arendt (1906-1975), han investigado profundamente el fenómeno en el pasado y que de acuerdo con esa experiencia se pueden detectar características y similitudes con lo que está sucediendo con la conducta del venezolano de hoy y su posible respuesta en los venideros comicios del 7 de Octubre.

El fondo del tema estriba en que no es posible asumir una culpa general de la conducta permisiva que colectivamente le hemos delegado al chavismo, o en general, a esta pesadilla socialista del Siglo XXI. De acuerdo a Goedder, decir que "la sociedad venezolana" es la responsable por lo que ocurrió bajo Chávez, es un pretexto inválido y que todos debemos dar cuenta individualmente de lo que hicimos para evitar o bien coadyuvar a que este desastre sucediera. Es bien interesante este concepto, en especial si está fundamentado en una teoría que expusiera Hannah Arendt en su obra fundamental “Los Orígenes del Totalitarismo” en 1951. Hablando en claro venezolano, todos debemos responder a la pregunta ¿Qué hiciste tú en la época oscurantista de Chávez? ¿Te refugiaste en la burocracia diciendo que te ordenaban hacer las cosas que sabías que estaban mal hechas? ¿Tuviste una posición proactiva y determinada en contra del régimen, corriendo riesgos de cárcel, desempleo y apartheid político? ¿Qué hiciste?

La respuesta a estas preguntas es fundamental. No es que te vayan a pedir a que rindas cuentas. Es como si te hicieran un examen con un detector de mentiras y preguntes por el resultado. Solo tú sabes si mentiste o no. Solo tú sabes qué hiciste o no.

Quiero hacer un alto en el camino y pararme en esta reflexión, e invito a todos los venezolanos a hacerlo. ¡Cuánto empleado público, no solo de la administración central sino de los municipios y gobernaciones debe hacerse esta reflexión! ¡Y más aun considerando el hecho que hacia ellos va dirigida la persistente campaña amenazante del CNE!

Hace más de un año escribí un artículo que circuló por las redes en su momento y que titulé “El Ejemplo de Simon Wiesenthal” (lo reproduzco a seguidas en el blog porque no lo publiqué aquí y creo que ahora es un buen momento para hacerlo. Verlo en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/06/el-ejemplo-de-simon-weisenthal.html) y que tenía que ver con esa misma responsabilidad que no solo tiene Chávez como cabeza de esta locura de 13 años, sino con todos aquellos funcionarios de baja jerarquía que son tan o más responsables que él de la persecución atroz a la que han sido sometidas personas inocentes, que hemos presenciado y de cuyas acciones deberán dar cuenta algún día.

Pero ante el razonamiento de que absolutamente todos nosotros, no solo los que tomaron decisiones relevantes durante el régimen, tenemos nuestra cuota de responsabilidad en la perpetuación de un Estado antidemocrático, la cosa se pone espeluznante.

Un funcionario que deja de ultima una solicitud de vivienda de un prójimo que la necesita porque sabe que no es chavista y lo hace por quedar bien; un individuo que pudiendo ver hacia otro lado cuando le piden saber si alguien está en la Lista de Tascón y no lo hace; muchísimos casos en los cuales alguien puede, aunque en una muy pequeña proporción, trabar o no dejar pasar alguna injusticia “socialista” porque sabe de verdad que está mal hacerlo, y de igual manera lo hace, son parte de todas estas cosas a las que nos referimos. Y todas sintetizan un hacer inhumano producto de una maquinaria totalitaria que destruye poco a poco el tejido democrático del país.

Formo parte, como muchos, de un grupo que tuvimos que salir públicamente denunciando los atropellos y malos manejos del gobierno en el Metro de Caracas, asumiendo desde el principio una posición que nos ha traído desempleo y exclusión. Siempre pongo el ejemplo de mis compañeros de AC Familiametro, quienes siguen en pié de lucha por el regreso de sus derechos políticos y laborales atropellados desde aquella gesta del Paro Cívico y aún así no se han cansado o han claudicado, yendo ya para 10 años denunciando públicamente, exponiendo su bienestar privado por un mejor Metro de Caracas. No buscan premios ni reconocimientos más allá de la restitución de sus derechos violados, y el mejoramiento de una empresa que fue estandarte de servicio público.

Como ellos hay muchos que no tuvieron mucha oportunidad de pasar desapercibidos porque fueron excluidos y aún continúan luchando porque el gobierno no cesa la persecución señalándonos como saboteadores. Después que este desgobierno termine, nadie podrá echarles en cara que se quedaron tranquilos ante los desafueros cometidos, aun a costa de su bienestar. Sin embargo también quiero decir que Familiametro ha recibido mucha colaboración de compañeros que aun estando en la empresa saben lo que se hace mal y colaboran con información valiosa para la denuncia eficaz arriesgando sus empleos. Ellos están haciendo algo, no se quedaron tranquilamente cómplices. Pero…¿y los demás? A ellos es que va dirigida esta reflexión en el camino.

Lo primero aquí es que si usted desde su más humilde responsabilidad puede evitar que se cometa un atropello antidemocrático en contra de alguien, lo haga. Si puede realizar cualquier cosa que por su conocimiento evite alguna injusticia, ¡hágalo! Eso no se lo reconocerá nadie. Como en el ejemplo del detector de mentiras, solo usted lo sabrá. Pero si muchos lo hacen, automáticamente habrá una desaceleración del totalitarismo por aquello que indicó Hannah Arendt, si te niegas a participar caerá, así sea que te niegues solo un poco.

Ni hablar del venidero proceso electoral. ¿Cuánta gente dentro del CNE, y no hablo de los decisores políticos, sino de los técnicos honestos y demás funcionarios que estuvieron en el antiguo CSE que saben de cierto y de primera mano si hay algo podrido en el proceso, podrían colaborar silenciosamente a que no se produzca un fraude de proporciones el 7 de Octubre? ¿Cuántos venezolanos y sus familias desean una vuelta a una Venezuela noble, sin exclusiones? ¡Muchos!

A cada venezolano le invito: dense la oportunidad de salir de esta pesadilla diciéndose a sí mismos: yo si hice algo porque esto se acabara, por más pequeño que sea. De esa manera, a la pregunta de ¿qué hiciste? nadie se mirará al espejo y se irá a dormir sin una respuesta positiva…

Caracas, 28 de Junio de 2012

Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 18 de marzo de 2012

Familiametro: Un Legado

Por Luis Manuel Aguana

Hoy se cumplen 9 años de cuando escribí por primera vez acerca de Familiametro (ver http://acfamiliametro.blogspot.com/2011/07/ac-familiametro.html) en ocasión de su fundación. Es difícil para mí hacerlo de una manera objetiva. Largos años han pasado desde que comenzamos esta cruzada por el rescate institucional del Metro de Caracas. Mucho ha ocurrido desde entonces. Escribía hace nueve años que en el tiempo cuando conocí profesionalmente por primera vez al personal de Metro, sentí la urgencia de muchos de sus trabajadores de una conducción honesta y consustanciada con los valores originarios de la empresa, recordando la visión y el desinterés de su fundador en hacer una empresa grande y digna para sus trabajadores y sus usuarios. Y eso esencialmente sigue siendo así, aun cuando el gobierno se haya dedicado a politizar una empresa esencialmente técnica. Un puñado de trabajadores valientes inoculados con el valor que da la nobleza de un hacer honesto de largos años en una compañía de excelencia, se aprestaron para enfrentar las perversiones del gobierno en el 2002, y no tuvieron miedo en aparecer públicamente para defender una institucionalidad que conocían muy bien. Solo tuve el honor de acompañarles. Así nació Familiametro.

En aquellos días de turbulencia política, muchas organizaciones movidas por diferentes intereses se acercaron a Familiametro. Era fácil caer en tentaciones políticas. Creían que la Asociación se prestaría para sabotear la operación del Metro de Caracas, por su conocimiento técnico de la empresa. ¡Qué equivocados estaban! Familiametro no se fundó como una organización de resentidos. Nació para realizar su mejor esfuerzo para rescatar lo que una vez conoció el país como la mejor empresa de servicio público de Venezuela. ¡Imagínense tamaño reto para unos trabajadores despedidos sin medio en el bolsillo porque la empresa ignoró sus derechos laborales! Lo único de lo que disponían era sus ganas de luchar por una mejor empresa y un mejor país.

Al escribir esta nota tengo que hacer un ejercicio de separación natural y ver a mis compañeros de lucha desde afuera. Todos ellos, ninguno con menos de 18 y 20 años de experiencia técnica en la empresa, han permanecido fieles a la misión original. No ha sido fácil para ninguno de ellos en estos años de estrechez laboral y moral, mantenerse fieles a ese compromiso. En el camino hemos ganado experiencia. No somos aquellos técnicos ingenuos del comienzo. Los golpes enseñan. Y lo que se ha ganado en el camino ha sido grandioso: el respeto de la comunidad a la cual hemos dedicado nuestros esfuerzos de contraloría social en defensa de un servicio que debe revestir la seguridad mínima para que nuestras familias se transporten con seguridad hasta sus hogares y trabajos.

Y si hace nueve años escribí de la empresa que conocí cuando trabajé allí y la cual creo que vale la pena rescatar por los valores morales y técnicos que la hicieron grande, hoy deseo escribir acerca de la gente que formó parte de ella y aun continúa, desde afuera, intentando recuperarla para sus trabajadores y principalmente sus usuarios. Y precisamente la razón por la cual aun continúan estos ex trabajadores, que bien pudieron haberse dedicado a cualquier otra cosa y no exponerse a las retaliaciones políticas de los factores violentos del gobierno, tiene que ver con la valiosa escuela que recibieron al iniciarse en el Metro de Caracas en su fundación. La vocación de servicio público y la responsabilidad con el usuario realmente marcan la diferencia.

Siempre digo que analizo a Familiametro desde un ángulo distinto, porque de todos sus integrantes soy el único que no nació con la empresa. De hecho, todos solo tuvieron ese único empleo. Y espero que me dispensen la expresión en primera persona, pero de nuestra Asociación nadie puede comparar, como me ha tocado hacerlo, lo que ha pasado en el Metro de Caracas en estos años, y escribir con cierto grado de objetividad lo que realmente ha hecho el gobierno con una empresa formada por grupo de profesionales bien capacitados para no dar otra cosa que un servicio de calidad de primer mundo, y convertirlo en una cosa maltrecha y en uno de los peores servicios públicos de la ciudad. Es por esa razón que la gente de Familiametro no ha decaído en su firme propósito de regresarle al Metro de Caracas el valor y el orgullo de sus primeros años y lo que sus fundadores le dieron al país.

Sin desmeritar otras empresas públicas de mucha importancia en su sector que han sufrido mutilaciones importantes de sus cuadros técnicos durante todos estos años, creemos no es lo mismo haber sido entrenado para prestar un servicio eficiente y seguro a personas reales todos los días, manteniendo el mismo nivel de servicio. No es lo mismo ser responsable de miles de vidas todos los días y no dolerte lo que les podría suceder por una administración ineficiente y corrupta. En alguno de esos trenes podrían viajar tus hijos, tu familia. Tiene necesariamente que haber personas tanto de adentro como de afuera que les duela la administración y la eficiencia de un servicio tan vital como ese. Es por eso que si no existiera Familiametro habría que inventarla, como lo hemos expresado más de una vez a los medios de comunicación.

Siempre indicamos y hacemos prevalecer nuestra condición de ONG técnica y no politica. Esto significa que aunque muchos de nuestros integrantes pertenezcan en lo personal a partidos y otras corrientes políticas, Familiametro siempre se encontrará del lado de la prestación de un servicio eficiente y seguro. Y si el gobierno nos ha encontrado de frente en la denuncia es porque ese sentimiento existe todavía en los trabajadores activos de la compañía que aun se encuentran vigilantes, y que en muchos casos nos han hecho saber de las corruptelas e ineficiencias a las que el gobierno ha sometido la administración del Metro de Caracas y que pueden poner en peligro las vidas de los usuarios.

En estos tiempos de cambio Familiametro es una referencia para el futuro. La componen todos los trabajadores en cualquier situación, jubilados y activos, y en especial aquellos despedidos por razones políticas del Metro de Caracas. Solo unos pocos somos sus voceros en resguardo de aquellos que no pueden hablar directamente. La única condición que realmente los une es su gran vocación de servicio, tan solida, que les ha hecho sobrevivir todos estos años a esta tragedia destructiva de su empresa, no tomando una posición cómoda sino proactiva en la defensa de los intereses de los usuarios. Tal vez no me corresponda a mí decirlo ya que soy parte integrante de esta Asociación de la que me siento muy orgulloso de pertenecer: Familiametro, a través de una denuncia persistente y constante, ha contribuido a evitar que el Metro de Caracas se deteriore más aceleradamente.

El solo hecho de la existencia de técnicos conocedores de la operación del Metro, conscientes de su responsabilidad, y permanentes vigilantes de la condición del servicio, ha permitido que no haya habido tragedias que lamentar en el sistema de transporte masivo. Se le ha obligado al gobierno a tomar medidas y dedicar recursos al sistema, a través de una incesante y persistente contraloría de sus actividades. Eso ha sido porque los trabajadores que aún siendo despedidos del Metro, aun sienten a esa empresa como suya, conscientes de su responsabilidad para con los usuarios. Y volviendo a esa mirada desde afuera, nunca había visto semejante actitud en ningún trabajador despedido de una empresa pública. Una vocación de servicio así, llevada más allá de los límites de su organización, es la herencia palpable de José Gonzalez Lander. Y aunque el Metro de Caracas sea la obra que lo distingue como fundador, no son las edificaciones, ni los túneles ni los trenes del subterráneo lo que hacen grande a esa empresa. Es su gente y los valores de lucha que han demostrado tener para rescatarla de la peor crisis institucional de toda su historia. Familiametro es realmente su mejor legado.

Caracas, 18 de Marzo de 2012

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