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jueves, 7 de junio de 2018

TSJ Legítimo: una decisión trascendental

Por Luis Manuel Aguana

Algunos seguidores me preguntan: ¿y te olvidaste de la Consulta Popular que ahora te has enfocado en el Gobierno de Emergencia Nacional? Todo lo contrario. Cuando uno se plantea caminos muy largos y enfrenta obstáculos del tamaño del que nos enfrentamos, debemos hacer un alto en el camino y buscar un sitio desde donde se pueda ver kilómetros adelante. Algo así nos pasa con este nuevo enfoque. Nos subimos al tope de un árbol muy alto y nos dimos cuenta viendo más lejos que teníamos que rodear un gran obstáculo para poder continuar nuestro camino más adelante.

Eso no significa que abandonamos nuestra ruta original, sino que hicimos un desvío, que al final de cuenta nos llevará más rápido adonde queremos llegar. Y este “detour” o rodeo se llama Gobierno de Emergencia Nacional.

Y se preguntarán ahora ¿y cuáles fueron los obstáculos? Bien, el asunto es y no es fácil de explicar. Es fácil porque se puede entender que todavía la gente no compra el argumento de una nueva Consulta Popular luego de la traición de los políticos al mandato claro de la Consulta Popular del 16J-2017, aun cuando lo hemos intentado explicar (ver Dos Consultas y una fotografía en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/dos-consultas-y-una-fotografia.html). Es difícil porque pareciera que estamos abandonando nuestros principios según los cuales un Gobierno debe nacer de la voluntad popular de un pueblo y no de una decisión judicial. Y decimos “pareciera” porque no hemos abandonado ese principio fundamental sobre el que se construye el piso de legitimidad política necesario para cualquier gobernante.

Sin embargo las cosas en Venezuela no se están dando en la secuencia lógica que quisiéramos por más que lo presionemos. Debemos flexibilizar caminos pero no abandonar principios. Si no tenemos de manera inmediata un proceso Constituyente que valide popularmente a un Gobierno de Emergencia Nacional, debemos entonces lograr esa validación de otra forma. Y si no tenemos un proceso Constituyente que designe de una manera legítima un Gobierno de Emergencia Nacional, entonces debemos conseguir la aparición de ese gobierno por otras vías igualmente legítimas y constitucionales para continuar nuestro camino.

Paradójicamente es el mismo pueblo venezolano el principal obstáculo para llegar a la convocatoria Constituyente. No es la primera vez en la historia que alguien es el responsable de evitar su propia cura. ¿Y por qué? Porque se ha llegado a un punto debido a la ineptitud y las acciones criminales de este régimen, en el que ya no se le puede pedir humanamente al pueblo venezolano que espere un minuto más. Debemos hacer lo que sea necesario dentro de la Constitución para lograr un cambio inmediato de la situación. Maduro y su sistema cubano deben irse a la brevedad posible.

Pero la oposición política venezolana reunida en la Asamblea Nacional, en una mezcla de colaboracionismo, torpeza política,  incapacidad, indolencia, corrupción y quien sabe cuántas cosas más, negaron la posibilidad de designar como era su deber constitucional, a un Gobierno de Transición y Unidad Nacional solicitado por el TSJ legítimo en atención al juicio por corrupción seguido a Maduro. Este proceder criminal esta alargando el sufrimiento injusto del pueblo venezolano al favor de la búsqueda de una solución inmediata al problema de la ocupación ilegal del poder en Venezuela. Pero le abrió el camino jurídico a la instalación de un Gobierno de Emergencia Nacional.

Ahora mismo están reunidos los principales de esa supuesta oposición buscando la manera de lograr unas elecciones que solo se encuentran en su imaginación, intentando de nuevo embaucar a los venezolanos en otras propuestas suicidas, en lugar de estar buscándole salidas a la extinción que les tiene planeada el régimen en su siguiente paso de destrucción institucional. La infinita estupidez humana, Einstein dixit.

Pues bien, el TSJ legítimo ha tomado su trabajo en serio. Ha dado entrada formal a nuestra solicitud asignando el Nro. SC-2018-012 al expediente correspondiente, asumiendo la ponencia la Presidencia de la Sala Constitucional del Alto Tribunal, y disponiéndose a comenzar el proceso para decidir conforme a derecho la solicitud para la conformación de un Gobierno de Emergencia Nacional.

Desconocemos cual será el mecanismo que utilicen los Magistrados legítimos para designar a ese gobierno igualmente legítimo.  Pero lo que no me cabe duda es que quienes sean designados tendrán toda la atención de los venezolanos, y hacia allá deberán dirigirse todas las esperanzas para tomar el liderazgo y asumir las decisiones para salir de estos delincuentes. No más MUD,  no más políticos viajando a los Estados Unidos para pedir financiamiento con la excusa salir de la dictadura, que terminan en sus bolsillos y aspiraciones candidaturales. Tengo la esperanza que el TSJ legítimo escoja gente honorable que nos conduzca realmente por un camino correcto, liberados de presiones y aspiraciones políticas subalternas.

Una vez designado ese Gobierno de Emergencia Nacional, solicitaremos su atención para llevar a cabo de manera inmediata una Consulta Popular, dentro y fuera de Venezuela, que inmediatamente no solo le de piso político y apoyo popular a la designación legítima de ese Alto Tribunal, sino para que tome las decisiones que estime convenientes para el regreso a nuestro país al Estado de Derecho, la libertad y la Democracia, con miras a la refundación de Venezuela.

Es fácil imaginar que  los primeros que estarán en contra de esta designación son aquellos que nunca han jugado al favor de los intereses del pueblo venezolano y que incluso se aliarán con el régimen para desconocerla, como ya lo hicieron abierta y encubiertamente el 20M.  Eso los descubrirá ante todo el mundo. Pero no les corresponde a ellos esa decisión sino al soberano pueblo de Venezuela, y de allí la necesidad de una Consulta Popular de la mano del mismo pueblo que se contó a sí mismo el 16J-2017. Es por ese lado que llegaremos a la Consulta Popular.

Todos los venezolanos, incluyendo a aquellos factores políticos que levantaron su voz en la Asamblea Nacional para que se tomara una decisión a favor del nombramiento de un nuevo gobierno, debemos apoyar ahora a nuestros Magistrados legítimos para que tomen la decisión más trascendental que tribunal alguno haya tomado en más de dos siglos de vida republicana, respaldando públicamente su decisión. Por favor firma el apoyo a la decisión del TSJ-L en https://chn.ge/2Jhb2jO o en https://tinyurl.com/y9npjqcy. Los próximos días serán cruciales para el futuro de Venezuela. No los abandonemos. Dios los guíe y proteja al pueblo venezolano...

Caracas, 7 de Junio de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 4 de junio de 2018

Más allá de un Gobierno de Emergencia Nacional

Por Luis Manuel Aguana

La solicitud para proceder a la designación de un Gobierno de Emergencia Nacional que introdujimos ante el TSJ legítimo un grupo de venezolanos comprometidos, entre los cuales tengo el honor de participar (ver solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb), obedece entre muchas razones, a la necesidad de buscarle un curso lógico de acción a la paralización en la cual la sociedad venezolana se ha visto sometida luego del desastre mil veces anunciado del fraude del 20 de Mayo de 2018. No es posible que luego de ese fraude gigantesco aun no tengamos una respuesta al “que vamos a hacer” del liderazgo político, en especial aquellos que decían que saldríamos con votos del problema, mas allá de decirnos que “ganó” la abstención. Einstein afirmaba: "Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo". Los políticos opositores venezolanos han comprobado para el libro de Records Guinness esa duda de Einstein, que lo único infinito es la estupidez humana.

En una nota anterior explique porque es necesario que exista un Gobierno de Emergencia Nacional y no un gobierno de transición como el que la mayoría de la dirigencia política del país pide a gritos (ver Gobierno de Emergencia Nacional, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/05/gobierno-de-emergencia-nacional.html) por lo que no repetiré aquí el fundamento. El objeto de esta nota es abordar el tema de cómo se articula esa solicitud con el momento político que vive el país, más allá de que se le de cumplimento a la obligación constitucional que la Asamblea Nacional no quiso asumir.

Se acabo el tiempo de esperar por este supuesto liderazgo político, que tiene no menos de 15 años cometiendo errores que han costado vidas y sufrimiento a la población. Y no estoy responsabilizándolos a ellos por lo que ha hecho el régimen, sino por lo que no han hecho ellos, a pesar de las múltiples veces que les hemos pedido que convoquen al soberano. Es impresionante el temor que les infunde una sentencia popular, en especial si se dicen demócratas. Todavía les retumba el mandato incumplido del 16J-2017.

Luego del 20 de Mayo toda la dirigencia opositora se deshizo como una galleta debajo de un aguacero. Hasta ahora no nos han dado una respuesta clara a los venezolanos de qué hacer con estos comunistas que amenazan con destruir la poca institucionalidad democrática que le queda al país. Han hecho como el avestruz, esconder la cabeza para ver qué pasa. Tanto los que dijeron como los que rechazaron ir a elecciones, no tienen nada que decir. Los primeros diciendo que “ganó” la abstención y pidiendo más elecciones con “condiciones electorales” (¡hasta cuando, por Dios!), como los que no fueron, que todavía llaman Presidente a Nicolás Maduro y esperan el milagro de que los comunistas se vayan solos. Eso es lo que hay, dirían algunos.

Los más radicales intentan de nuevo justificar acciones de calle, que no son ni serán seguidas por los ciudadanos si no se les muestra claramente una ruta que justifique arriesgar la vida en el intento. Solo valdrá la pena salir a las calles cuando alguien diga con certeza para donde quiere ir, con alguna probabilidad razonable de éxito, más allá de decir ¡Maduro vete ya! Ya la gente ha tomado más conciencia de lo que los políticos están dispuestos a admitir.

Ante ese cuadro opositor tan desolador, ¿que nos queda a los ciudadanos? ¿Esperar a que a Henry Ramos, Julio Borges, Henrique Capriles, o a quien sea de ellos, se les ocurra algo? ¡Por favor! ¡Hay gente muriendo todavía en los hospitales! Sigue sin haber medicinas y la comida no se puede comprar. La hiperinflación ha destruido la economía del país, ¡ya no hay basura que comer porque no hay siquiera que comer para producir basura! Pareciera que el país entró después del 20 de Mayo en una suerte de “limbo político”  donde nada se mueve salvo la comida que venden los bachaqueros. Y hay que romper eso.

Si algo quedo claro después del megafraude del 20M es que no existen referentes políticos serios a quienes seguir en la Venezuela presente para lograr una solución a la crisis, y eso es lo que los venezolanos buscan desesperadamente. Alguien que capitalice esa abstención que pasó del 80% y que la ponga al servicio de salir de los delincuentes que nos desgobiernan. Pues eso es lo que busca esa solicitud que hicimos ante el TSJ legítimo. Si la oposición política se hizo el “harakiri” al desentenderse de seguir el procedimiento constitucional para designar un gobierno a solicitud del TSJ legítimo, entonces alguien tenía que tomar el hilo y solicitarlo al el poder judicial legítimo.

¿Qué fue lo que en realidad solicitamos, más allá de que se continúe por la vía judicial algo que la Asamblea debió resolver por obligación constitucional? Una representación política que coordine las acciones y que sea el epicentro de toda la atención nacional e internacional a los fines de luchar en contra de la dictadura. No se estarían eliminando los factores políticos tradicionales sino reorientándolos y focalizándolos a favor de una lucha coordinada por un grupo de gobierno, cuyo supremo interés sea sacarnos de este grave problema, con la grandeza que solo los Estadistas pueden dar, alejados de toda mezquindad política y aspiraciones de poder, utilizando para eso toda la ayuda que le puedan brindar dentro y fuera de Venezuela. Y eso es imposible que se logre con la atomización de las fuerzas políticas en el país y las aspiraciones mezquinas que lamentablemente no han depuesto esos líderes políticos a favor de una solución consensuada para Venezuela. La Asamblea Nacional nos hizo un favor sin saberlo, al dejar en manos del TSJ legítimo esa decisión.

Un Gobierno de Emergencia Nacional haría lo que le es imposible hacer a la dirigencia política en el país, ser el representante político legítimo único de los venezolanos, eliminando las múltiples cabezas de la hidra opositora que viaja por el mundo diciendo que es representante de nuestros intereses, y que lo que verdaderamente representan son las aspiraciones políticas de los lideres a quienes respaldan. De allí que nadie afuera se mueva asertivamente a nuestro favor como Nación, porque no existe un plan coordinado común de ese liderazgo opositor venezolano que solo responde a intereses particulares.

Un Gobierno de Emergencia Nacional, lograría unificar un plan de recuperación de la libertad y la democracia en Venezuela, articulando con todos los países que nos apoyan, las medidas que juzguen más convenientes a los intereses de Venezuela, en contra del régimen y sus principales cabezas, y lo más importante con venezolanos al frente. Coordinaría con todos los sectores políticos y de la sociedad civil los consensos y acciones necesarias con un sentido de verdadera unidad. Si la oposición no construyo la unidad política necesaria para luchar en contra del régimen, un Gobierno de Emergencia Nacional si podría lograrlo.

La situación venezolana es completamente inédita en el mundo. Nos enfrentamos sin dirección con gobierno tomado por la delincuencia internacional ideologizada. Lo que tenemos aquí no es un gobierno de acuerdo a los estándares internacionales. Y lo lamentable es que el mundo pretende tratarlo como tal. Esta situación requiere de soluciones de una creatividad nunca antes vista en este hemisferio. Y eso es lo que estamos intentando hacer.

Dicen que Dios pone las cargas a quien puede sobrellevarlas. Pues bien, nos las pusieron a nosotros los venezolanos, lo que significa que El sabe que podemos. Lo que hagamos nosotros de aquí en adelante será utilizado en el futuro por la humanidad como modelo para enfrentar este tipo de tragedia. Ya hemos enfrentado faenas inéditas en el pasado cuando libertamos 5 Naciones con el Libertador al frente. Hagamos valer entonces ese gentilicio…

Caracas, 4 de Junio de 2018

Twitter:@laguana