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lunes, 23 de julio de 2018

La solución dejo de estar en Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

Si los venezolanos teníamos alguna duda del arreglo de colaboracionismo de la oposición oficial y el régimen de Nicolás Maduro, solamente vean la denuncia realizada por el Ex Embajador Diego Arria en un reciente video (ver video en https://bit.ly/2mBjhtu) según la cual el diputado oficialista, el Abog. Amador Valles Méndez se dirigió el 10 de julio al Presidente de la Asamblea Nacional, solicitando información sobre el Presidente del TSJ legitimo, porque supuestamente este tendría doble nacionalidad, y el mismo día el Secretario de la Asamblea Nacional, Negal Morales se dirigió a su vez a la Cónsul General de España solicitándole que documente “sobre la identidad de este ciudadano” y que lo haga “de manera perentoria y urgente porque es muy importante para la institución de la Asamblea Nacional y para ciudadanía en general”. Mayor descaro de colaboración imposible.

¿Cuál es el interés de la Directiva de la Asamblea Nacional de solicitar información a otro país acerca de un venezolano que la misma Asamblea invistió como Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia? ¿Es que esas investigaciones no se realizaron cuando se analizaron las postulaciones para ejercer las altas Magistraturas del Tribunal Supremo de Justicia? ¿Cuál es el interés de atacar ahora al Presidente del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio?

En este momento la Directiva de la Asamblea está abiertamente eludiendo una sentencia del TSJ legítimo de fecha 2 de julio de 2018 (ver Sentencia de Falta Absoluta en https://tinyurl.com/y8z7eqgq):

SEGUNDO: Se impone a este Tribunal en cumplimiento del mandato supremo de asegurar la integridad de la constitución y el orden en ella establecido (artículo 334 del texto magno) poner fin al desorden institucional que reina actualmente en el Estado, el cual, en caso de extenderse, pudiera atentar contra las bases fundacionales de nuestra República; por lo que, LE CORRESPONDE A LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, por aplicación extensiva en la línea de suceder en el cargo de Presidente de la República, en virtud de la evidente falta absoluta que rodea actualmente la Presidencia de la República y la renuncia tácita en que incurrió el Vicepresidente Ejecutivo al optar por otro cargo público indebidamente asignado, QUE DE CONFORMIDAD CON EL PRIMER APARTE DEL ARTÍCULO 233 DE LA CONSTITUCION DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, SUPRA MENCIONADO, PROCEDA A LLENAR EL VACIO CONSTITUCIONAL DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA, hasta que se puedan celebrar elecciones presidenciales, previo nombramiento de nuevos Rectores del Consejo Nacional Electoral, depuración y actualización del Registro Electoral y Voto Manual, entre otras condiciones mínimas necesarias, ajustado en todo, a lo ordenado en la sentencia de la Sala Electoral de este Máximo Tribunal de fecha 13/06/2018, Expediente SE-2018-001.”

¿Es esta decisión la que pretende evitar la Directiva de la Asamblea Nacional? En este momento la Directiva de la Asamblea y el régimen de Nicolás Maduro tienen un enemigo común muy incómodo: el TSJ legítimo en el exilio. A ambos les resulta muy inconveniente que se cumpla esta sentencia. Al régimen por razones obvias, pero a la oposición oficialista por razones muy difíciles de tragar para la opinión pública nacional: el régimen amenaza con no irse solo, sino llevándose con el a todos los cómplices que ha tenido siempre en la oposición oficial, comenzando con los implicados en el mayor escándalo de corrupción latinoamericano de los últimos tiempos: el caso de Odebrecht.

Desde Venezuela es imposible con la oposición oficial que controla a la Asamblea Nacional escoger un Gobierno que reemplace al régimen de Nicolás Maduro por una simple razón: son lo mismo. El equilibrio de poder que ha sostenido el régimen de Nicolás Maduro -y antes el de Hugo Chávez- siempre se basó en que la oposición oficialista impidiera su reemplazo a cambio de contratos encubiertos y migajas de poder en Gobernaciones y Alcaldías, con financiamiento a sus principales lideres. Eso la dirigencia principal de la Asamblea Nacional.

Le sería imposible a la oposición oficial cumplir con esa sentencia solo por el hecho de que tendrían que nombrar, como bien dice el aparte Segundo de la Decisión del TSJ legítimo, “los nuevos Rectores del Consejo Nacional Electoral, depuración y actualización del Registro Electoral y Voto Manual, entre otras condiciones mínimas necesarias, ajustado en todo, a lo ordenado en la sentencia de la Sala Electoral de este Máximo Tribunal de fecha 13/06/2018, Expediente SE-2018-001.”. Eso no lo permitiría el régimen.

Solamente por esto la Asamblea Nacional evadirá por todos los medios a su alcance el cumplimiento de esa sentencia, así sea echando mano del expediente de enlodar el nombre de los Magistrados del TSJ legítimo, y si pueden hacer causa común con el régimen para desconocerlos, mejor aún. Hay demasiada complicidad entre la oposición oficial y el régimen, y también mucho que perder.

¿Qué podemos hacer los venezolanos ante esta triste realidad? ¿Aceptarles a Omar Barboza y su directiva colaboracionista la permanencia indefinida de Nicolás Maduro en el poder? Les llegó el momento de la verdad. Harían bien los diputados que no están en complicidad con esta situación apartarse y pronunciarse a la brevedad posible. Si no lo hacen se harán cómplices por omisión.

A los venezolanos solo nos queda apoyar por todos los medios que nos sea posible, a los Magistrados que se constituyeron como Tribunal Supremo de Justicia legitimo en el exilio para que tomen la decisión histórica de designar a la brevedad un Gobierno de Emergencia Nacional que nos conduzca por sobre toda esta basura de corruptelas locales, hacia una solución definitiva que nos permita dar por terminado este régimen oprobioso que nos desgobierna y nos está matando de hambre y enfermedades. La Asamblea Nacional no solo esta descalificada para cumplir con el mandato de la sentencia del TSJ legitimo, sino que si lo llegara a hacer no sería para beneficio de los venezolanos, sino para el de un binomio de corrupción con el régimen. Así de grave están las cosas por la corrupción, el secuestro institucional y el colaboracionismo. La solución dejo de estar en Venezuela.

Caracas, 23 de Julio de 2018

Twitter:@laguana

sábado, 21 de julio de 2018

Dos Venezuelas

Por Luis Manuel Aguana

En el actual estado de la situación política que vive el país, es difícil hacer pronósticos. Los venezolanos dejaron de esperar por algo que no termina de ocurrir mientras el régimen avanza exitosamente en la destrucción de lo poco que queda. La gente está huyendo de Venezuela. Esa gente que pasa por miles a través de la frontera hacia Colombia y Brasil no son los “ricos” que huyen del comunismo, son paradójicamente los pobres cuyas vidas se hicieron inviables en la Venezuela actual. O se van o no comen, tan simple como eso. Esa es nuestra realidad al día de hoy.

Mientras Maduro y su régimen destruyen la economía y nuestra forma de vida republicana, los venezolanos que quedamos, nos seguimos debatiendo en como afrontamos este problema. Como paramos el desangre de la herida que le han hecho a nuestro país y no morir en el intento. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que Venezuela se ha dividido en dos grupos: aquellos que creen que la solución saldrá desde dentro del país, y aquellos que creen que dentro de Venezuela ya no hay mas nada que hacer porque la institucionalidad está destruida, por lo que es necesaria la ayuda internacional para resolver el problema.

Ambas Venezuelas están enfrentadas. El primer grupo, llamémoslo el grupo de la solución local, tiene una policromía que va desde buscar una vía electoral para convivir con el régimen “hasta que esto se resuelva”, claro está sin dar un horizonte claro de tiempo más allá de indicar que ellos “ganaran” el siguiente proceso electoral, hasta los grupos más beligerantes que desechan las salidas electorales pero sin decir claramente cuál es el camino de lucha mas allá de exigir que el régimen “dimita” de sus funciones, apelando a la presión social, preludio de otro baño de sangre en las calles.

El segundo grupo, llamémoslo el grupo de la solución internacional, parte del supuesto que en Venezuela difícilmente levantará cabeza debido a la situación de secuestro institucional de todos los Poderes Públicos, incluida la Asamblea Nacional, que hace que cada día que pase resulte mas difícil desalojar a un régimen que se ha pegado como una hiedra venenosa al tronco del país, al punto de que lo está matando. La solución en ese caso pasa porque la Comunidad Internacional venga en nuestro auxilio para cortar la hiedra y sanear el árbol moribundo.

Ambos grupos se presentan incompatibles, al punto que el primero sabotea al segundo. El grupo de la solución local piensa que una intervención que ellos no controlen –y no podrían controlarla aunque quisieran- no sería bienvenida, y en consecuencia hacen lobby internacional y se mueven políticamente para arruinar los esfuerzos que se hacen para que se logre cualquier solución que termine en una intervención humanitaria en Venezuela, aunque el régimen nos ponga en prisión y nos estemos muriendo de hambre y enfermedades.

Mientras tanto, el grupo de la solución internacional dice que sin el apoyo de los sectores políticos, económicos, sociales, y eclesiásticos del país, difícilmente podría lograrse convencer a una fuerza internacional –y particularmente a los Estados Unidos- para que apoye el rescate de la democracia y la libertad en Venezuela, ya que la Comunidad Internacional no nos vería unidos para lograr el mismo propósito. Insisten en que hay que convencer a los principales sectores que hacen vida en Venezuela para que esa intervención humanitaria pueda ser posible.

Resultado: Ninguno de los dos tiene la solución del problema, pero ambos tienen la solución del problema. Luce contradictorio pero no lo es. Lo cierto es que ya la Comunidad Internacional, y en particular el gobierno de los Estados Unidos, se cansó de recibir a los múltiples representantes de la oposición venezolana, cada uno con una idea diferente de cómo resolver el problema ocasionado por el régimen. Y eso es lógico. Me imagino oyéndolos: “cuando se pongan de acuerdo en lo que quieren hacer y como lo quieren hacer, que presenten un plan y entonces los ayudamos”. Y eso nunca ocurrirá en las presentes condiciones con dos Venezuelas opositoras con dos visiones distintas del problema. Y mientras tanto el régimen haciendo estragos con nosotros en el país.

¿Se podrían conciliar ambas posiciones? No lo sé. Recuerden que los intereses de los grupos políticos en Venezuela están por encima de los intereses del país. ¿Les parece duro? Si no fuera así, hace muchísimo tiempo el tema se hubiera resuelto. ¿Y cómo? Un apoyo irrestricto de la Asamblea Nacional a sus propios Magistrados en el exilio y al Alto Tribunal que ellos constituyeron, daría la solución política por excelencia para lograr un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional que conduzca y coordine las acciones desde el exterior para forzar una salida pacífica del problema en Venezuela con el auxilio de una fuerza multinacional.

Es así como la Comunidad internacional nos vería juntos y coordinados para afrontar un problema que a ellos les interesa tanto o más que a nosotros resolver. No es un tema que los grupos de afuera o de adentro tengan la razón. El asunto es que hay que deponer los intereses de todos en favor del país. Ya parece un lugar común repetirlo pero hay que hacerlo miles de veces para ver si se entiende. No se necesita estar de acuerdo en todo, lo que se necesita es tener la disposición para andar juntos un trecho de camino hasta salir del problema.

Pero también somos venezolanos: “En comparación con un grupo de 45 países de todas partes del mundo, Venezuela demostró tener uno de los índices más altos en necesidad de poder. Rasgos culturales semejantes han aparecido repetidamente en otros estudios sobre identidad cultural del venezolano” (1) De acuerdo a esto nadie en Venezuela cederá poder aun cuando eso suponga el sufrimiento de personas. Ningún sector político cederá a favor de un Gobierno en el cual no participe o en el que no tenga alguna influencia, por lo que se hace necesaria otra solución más drástica que de paso a los intereses de terceros en esta ecuación.

En un ejercicio de política ficción, el ex Embajador Diego Arria, ex Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, hizo circular en las redes sociales una nota de prensa donde señala lo que podría ocurrir luego de una muy posible decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, y que reproducimos enteramente en este blog (ver Gobierno de Emergencia Nacional de Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/07/gobierno-de-emergencia-nacional-de.html). Utilizó para hacerla una de las muchas notas publicadas cuando el Consejo de Seguridad autorizó una fuerza multinacional para restaurar la democracia en Haití en 1994, solo cambiando el nombre del país por Venezuela.

De acuerdo a esa nota, basada enteramente en la Resolución 940, de 1994, del Consejo de Seguridad de la ONU, “Aprobación del establecimiento de un grupo de avanzada de la UNIH para restablecer la democracia en Haití y el pronto retorno del Presidente legítimamente electo y las autoridades del Gobierno de Haití, y prorrogar el mandato de la UNMIH” (ver Resolución 940 Consejo de Seguridad de la ONU http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=S/RES/940%20(1994) )no existe ningún impedimento para que el Consejo de Seguridad de la ONU no haga lo mismo para el caso de Venezuela, excepto que exista un Gobierno legítimo de venezolanos a quien entregarle el poder.

Léase bien esto último: la solución política de Venezuela pasa porque primero nos pongamos de acuerdo en la designación de un Gobierno Legítimo que se ponga al frente de una coordinación conjunta con esa fuerza multinacional. Que este Gobierno salga de la Asamblea Nacional o del Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio, no es del problema de la Comunidad Internacional, pero si nuestro. Y es absolutamente necesario para desalojar a quienes ilegítimamente ejercen el poder en Venezuela como ocurrió en Haití en 1994.

Tenemos ya introducida la solicitud al TSJ legítimo en el exilio para el nombramiento de un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional (ver solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb), y también existe una sentencia de ese Alto Tribunal que urge la necesidad a la Asamblea Nacional de llenar el vacío de Poder conforme a la Constitución (ver sentencia del TSJ-L en https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1014611587745886211). ¿Qué esperan ambos Poderes para proceder, conjunta o separadamente?

Caracas, 21 de Julio de 2018

Twitter:@laguana

(1)     Éxito Gerencial y Cultura, Retos y Oportunidades en Venezuela / Managing Culture for Success, Challenges and opportunities in Venezuela, Granell, Graraway, Malpica, Ediciones IESA 1997, Pág. 21, ISBN 980-217-189-1