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sábado, 8 de febrero de 2014

Constituyente de Calle

Por Luis Manuel Aguana

En agosto del año pasado le pedía a los distinguidos juristas que nos decían machaconamente que una Constituyente solicitada en los términos estrictamente constitucionales debía NECESARIAMENTE morir con este CNE y todos los poderes constituidos penetrados por cubanos, que me dijeran que era lo que si se podía hacer para poder salir pacíficamente de esta situación de destrucción institucional a la que nos han sometido, con entrega a traición de nuestra soberanía (ver Constituyente desde el Gobierno http://ticsddhh.blogspot.com/2013/08/constituyente-desde-el-gobierno.html).

Y ese es en realidad el fondo el problema. Si planteamos la convocatoria en estricto cumplimento de los Artículos 347, 348 y 349, de acuerdo a los juristas debemos llevarles las firmas a estos malandros electorales del CNE para que “ellos” nos digan si estas son buenas y no “planas” o peor aún, que desconozcan de lleno la soberanía popular, haciéndonos pasar por el calvario del Firmazo y Reafirmazo del 2003-2004. Y aun aceptando nuestras firmas y corriendo los riesgos de una nueva Lista de Tascón, pasar por las maquinitas SmartMatic de Jorge Rodríguez y Tibisay Lucena, esperando ingenuamente un conteo justo de votos Constituyentes. Así de verdad que terminamos de ponerle la ultima pala de tierra a la fosa donde enterraremos a la democracia venezolana.

Cada vez que me he sentado con algún abogado o profesional del derecho de cualquier nivel, buscando las salidas a esto me topaba con la misma pared, deseando oírles opinar-como lo indique en mi anterior nota y solo para variar-, como se podía deshacer el entuerto que sus colegas de la antigua Corte Suprema de Justicia crearon en 1999, que nos hiciera salir de esta situación sin matarnos entre nosotros.

Desde la Cátedra Pío Tamayo de la UCV salió por primera vez el término “Constituyente de Calle” sin CNE, habida cuenta que la mayoría los venezolanos no confiamos en esa institución entregada a los jerarcas de la Universidad de Ciencias Informáticas de la Habana. Los venezolanos no podemos aceptar que nuestros votos sean contados por un gobierno extranjero invasor que intenta perpetuar a sus agentes en funciones de gobierno y menos aun que decidan nuestro destino Constitucional.

Muchas horas se han debatido en la Cátedra Pío Tamayo alrededor de este tema y siempre se termina con la misma interpretación: el pueblo en la calle determinara el destino de Venezuela y de allí el término “Constituyente de Calle”. Un Movimiento de Movimientos capaz de movilizar a la gente y que requiere de una organicidad para su ejecución. En el fondo es el pueblo venezolano decidiendo su destino donde realmente se hace sentir: en las calles.

El Proyecto País Venezuela vía Constituyente (ver Proyecto País Venezuela vía Constituyente
https://drive.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDR29KUFBDQ0JPa2c/edit?usp=sharing) a su vez tiene su propia interpretación, que explica en detalle un principio fundamental: el Poder Originario está en supremacía de los Poderes Constituidos, cuyos órganos están obligados constitucionalmente a acatar la voluntad del pueblo, dando cabal cumplimiento a una convocatoria de acuerdo a los términos que ese mismo pueblo defina en unas Bases Comiciales presentadas, en conjunto con las manifestaciones de su voluntad.

Sin embargo, este planteamiento tiene, de acuerdo a los juristas, una dificultad: cualquier solicitud hecha con la normativa constitucional vigente debe seguir sus reglas y no podemos alegar, de acuerdo a esto, salirnos de ella por más Poder Originario que esgrimamos en su convocatoria. En otras palabras no podemos alegar instituciones supra constitucionales, o formas que no existen en la constitución, para hacer que el CNE se subrogue a la voluntad popular. Vuelta al comienzo…

Pero al parecer si existen salidas desde el fondo mismo del Derecho Constitucional y van saliendo de la mano de los propios juristas. ¡Por fin! Lo que había estado solicitando desde hace meses se empieza a descubrir. De acuerdo al criterio del Dr. Jose Vicente Haro, Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Constitucional, en entrevista en Toque de Queda en EUTv con Mingo (ver Constituyente de Calle http://eutv.net/toque-de-queda/jose_vicente_haro_0702s1,  http://eutv.net/toque-de-queda/jose_vicente_haro_0702s2, http://eutv.net/toque-de-queda/jose_vicente_haro_0702s3)  el Poder Constituyente de hoy no puede condicionar el Poder Constituyente del mañana. O dicho de otra manera el Poder Constituyente de 1999, no puede atar el Poder Constituyente de hoy.

De acuerdo a la interpretación constitucional del Dr. Haro, los requisitos de la Constitución de 1999 no tienen porque cumplirse si hacemos una Constituyente de Calle, porque al final tenemos dos opciones (cosa nueva en esta discusión): O hacemos una Constituyente con base a los procedimientos establecidos en la Constitución de 1999 y pasamos obligatoriamente por todos los caminos establecidos en ella (CNE, TSJ y demás Poderes invadidos) o hacemos una Constituyente sin seguir ese camino, tal y cual se la dieron hace más de 200 años el pueblo francés y el pueblo norteamericano cuando fundaron a sus respectivas naciones. Esto es, convocando el pueblo a la calle a deliberar y reconstruirse, preguntándole por ejemplo, si el modelo de desarrollo que quiere es el de los hermanos Castro. En otras palabras, una “Constituyente de Calle”. No estábamos tan pelados en la Cátedra Pío Tamayo.

Este planteamiento es por decir lo menos, sumamente revolucionario para un país en el Siglo XXI, pero que se ajusta perfectamente a los conceptos más profundos y clásicos del constitucionalismo histórico. Algunos podrán estar o no de acuerdo con el planteamiento pero nadie puede dudar que sería una salida muy posible al hueco en donde nos encontramos, ajustando adecuadamente una opinión jurídica al problema: Reunir al pueblo en la calle constituido en Asamblea y consultarle si quiere o no un modelo comunista para su desarrollo, y ante la mayoritaria negativa que bien conocemos, establecer una Constitución ajustada a la Democracia y al Estado de Derecho, refundando a la Nación con un nuevo modelo de país. El cómo se haga eso es un asunto de organización y de procedimiento. Nadie puede obligar a un pueblo a seguir una senda que no quiere o a condenarlo a una pobreza segura solo porque una minoría ideologizada así lo ha decretado. No al Bravo Pueblo de Venezuela…

Caracas, 8 de Febrero de 2014

Twitter:@laguana


viernes, 24 de enero de 2014

La Salida



Por Luis Manuel Aguana

Así fue que se tituló el llamado que varios grupos políticos, Diputados y otras personalidades, encabezados por Leopoldo Lopez y María Corina Machado, hicieron el 23 de Enero, donde convocaron al país para buscarle salidas a la grave crisis que estamos viviendo los venezolanos. Ya era hora que alguien en la oposición empezara a ocuparse de hacer oposición verdadera en Venezuela.

Pero un llamado de esa magnitud necesariamente pasa por el rompimiento definitivo con las estructuras existentes opositoras. Extrañé del discurso de La Salida un rompimiento efectivo y abierto de ese liderazgo en relación a las ejecutorias de la oposición oficial reunida en la MUD, que en este momento se ha constituido en el bote salvavidas de un régimen que los ha convocado para cogobernar.

Extrañe del discurso de Maria Corina y de Leopoldo su salida de la MUD y la creación de una entidad opositora que convoque efectivamente como lo hicieron, al pueblo venezolano, a buscarle salidas a la crisis. Aun están a tiempo. No se puede estar bien con Dios y con el Diablo al mismo tiempo. Si de veras desean que los venezolanos crean cualquier cosa  que se plantee producto de las Asambleas de Ciudadanos que se propusieron para discutir las salidas a la crisis política económica y social, tendrán que hacer como Hernan Cortez y quemar las velas. Aquí vencemos o morimos.

Y no es que Maria Corina Machado y Leopoldo Lopez, o los Diputados de la Movida Parlamentaria no hayan dado muestras de distanciamiento con las ejecutorias de la MUD. Es que hasta ahora han sido parte de la oposición oficial que hasta el 8D insistió en las salidas convencionales que la Mesa avaló para salir del régimen y que muchos combatimos como colaboracionistas. Si ahora piensan de una manera diferente- lo cual es perfectamente válido-, para hacer una tortilla hay que romper los huevos.

Ya llegamos al momento donde mono no carga a su hijo, y ya ni siquiera por un poquito, modificando el dicho popular. Después de todo lo que ha pasado, después de ver que los Alcaldes usaron el voto de los opositores para hacerle carantoñas al régimen en Miraflores y ser parte de su fiesta con los reales de los venezolanos, ya es hora que quienes deseen realmente conducir los destinos opositores se distancien de una manera verdadera de aquellos que vendieron la franquicia opositora a los intereses del régimen, so pena de ser acusados de ser lo mismo con diferente cachimbo.

La situación del país opositor después del 8D es de verdadera desolación. Hay un vacío que cualquiera con suficiente ambición de poder puede llenar, porque en un cuarto obscuro quien tiene una linterna sabe por dónde salir. Por eso es que resulta indispensable diferenciar la verdadera vocación por el país de la habilidad política de posicionarse. Esa es una altísima responsabilidad de los conductores que no puede ser dejada de lado, aun en los momentos donde pareciera no haber salidas. Es allí donde se mide el forjamiento del metal con que están construidos los liderazgos.

En 1998, Hugo Chávez muy astutamente se aprovechó de ese vacío de una democracia destruida por la corrupción para ofrecer un mejor país y la gente lo siguió sin pedir garantías. No podemos cometer de nuevo esos errores. Teniendo ahora un país en peores condiciones que en 1998, cualquiera que ofrezca una salida será bienvenido. Pero quienes la ofrecen deben dar esas pruebas mostrando las velas ardiendo en la playa.

Aquellos quienes creemos que la única salida que tiene el país es REFUNDARLO sobre unas bases completamente diferentes, no nos conformamos con sacar a estos procónsules delincuentes del régimen por los votos de una Constituyente-que sería la consecuencia natural e inmediata de ese proceso-, sino que no podemos permitir que algo semejante a lo que ha sucedido en Venezuela pueda volver pasar en el futuro.

Una Constituyente convocada para sacar al régimen podría parecerle a mucha gente algo ideal pero sumamente engañoso porque cambiar a los jugadores sin cambiar la estructura del juego puede poner al país de nuevo en las manos equivocadas, porque el PODER es algo que debe regularse. Y esta Constitución no lo regula para quienes resultan vencedores. Imagínense cualquier grupo, independientemente de su color o de sus intenciones iniciales, utilizando para su servicio las mismas estructuras de poder de este régimen.

El llamado de La Salida no solo debe incluir un rompimiento con las ejecutorias de la oposición oficial, sino la convocatoria a una nueva oposición incluyente de todos los liderazgos y grupos que sean necesarios para comenzar a establecer las estrategias para hacer efectiva esa salida, haciendo realidad una nueva oposición que le de esperanzas al pueblo venezolano.

Caracas, 24 de Enero de 2014

Twitter:@laguana