Por
Luis Manuel Aguana
La agresión
de los colectivos comunistas armados a la manifestación pacífica de los
Autoconvocados el 30N es un guión bien conocido desde los tiempos de las
Camisas Pardas de la Alemania Nazi y las Camisas Negras fascistas de Mussolini en
los años 20s. Al igual que sus predecesores, los agresores del 30N son
especialistas en intimidación y asesinato en contra de sus oponentes políticos.
Los
vimos actuar antes cuando bandas igualmente armadas asesinaron a Maritza Ron de
Torregrosa el 16 de agosto de 2004 en la Plaza Francia de Altamira, e hirieron
de bala a otras 12 personas incluyendo al entonces Diputado Ernesto Alvarenga,
durante la protesta por el fraude electoral del Referéndum Revocatorio. Y sus
asesinos, unos individuos fotografiados al momento de disparar en contra de la
multitud, fueron perfectamente identificados, pero absueltos por ese delito y
están en libertad.
Esa es
la experiencia que tenemos con las bandas armadas del gobierno que atacan a las
manifestaciones pacíficas de la oposición. Tienen patente de corso para actuar
con violencia ante la vista cómplice de las autoridades policiales. Y esa es la
verdadera cara del régimen que enfrentamos, mostrada aquí en su justa dimensión
y en toda su magnitud. A eso es a lo que nos enfrentamos y nos oponemos. No hay
cuentos de camino, esa es la dimensión real del comunismo que tenemos al
frente.
Antes
de comenzar la agresión, varios manifestantes expresaron en la Plaza Venezuela
en un improvisado altavoz su indignación ante el régimen y su intención de
seguir protestando. Y ese es el ánimo verdadero. Y el régimen ha tomado en
serio la protesta de los Autoconvocados
porque un movimiento como ese, en esencia, no obedece a los lineamientos de
unos partidos que tienen controlados por el bolsillo con el juego electorero.
La protesta es fresca, libre y sobre todo muy seria. No es una comparsa-fiesta
donde se oye música ni gente bailando. Lo que se ve es gente indignada y
arrecha por lo que pasa en Venezuela. Y a eso el régimen no solo le teme sino que
le aterroriza.
El
régimen le da terror que esa protesta continúe y crezca. Por eso enviaron a un
pelotón muy grande de motorizados armados, encabezados por los Tupamaros, que
fueron fotografiados portando uniformes y banderas, con fusiles automáticos, a
pesar que la manifestación no era muy grande. A ese nivel le temen al pueblo en
la calle. ¿Harán lo mismo que hicieron en el 2004 en contra de una masa
indefensa? ¿Dispararán como lo hicieron contra Maritza Ron y Ernesto Alvarenga?
Por lo pronto golpearon a los manifestantes y nos hicieron abandonar el lugar.
Las
protestas autoconvocadas tienen un espíritu diferente. La gente no está en la
calle siguiendo a un líder que “pescuecea” en una tarima compitiendo por hablar.
Está en la calle protestando por la salida de un régimen comunista. Por eso es un
error intentar acallar eso con violencia al puro estilo de los Camisas Pardas Nazis
o sus contrapartes Negras fascistas italianas. No porque en esta oportunidad se
impusieran, sino porque es ingenuo pensar que la próxima manifestación no será
mayor precisamente por eso. Allí justamente es donde comenzará la espiral
porque si creen que la gente se amedrentará es que no han conocido la historia
de esta gesta desde que el régimen empezó a quitarse la careta democrática.
Y no es
que aquí haya héroes ni mucho menos. Sino que ya existe la convicción
manifestada allí de volver a salir a las calles una y otra vez sin miedo, a
protestar por lo mismo y pacíficamente, y ahora será en una proporción cada vez
mayor en la medida que el gobierno muestre su temor enviando motorizados para
amedrentar las manifestaciones pacíficas. Mientras más envíen, más gente
saldrá. ¿Intentarán agredir a cada vez a más personas cuando las
manifestaciones sean multitudinarias? ¿Cuántos motorizados necesitaran cuando
eso ocurra?
El 11
de Abril de 2002 pistoleros y francotiradores en Puente Llaguno dispararon en
contra de una manifestación desarmada. Eso no lo olvidaremos nunca. Una de las
razones por las cuales el régimen nunca soltará el gobierno- y menos por
elecciones-, es por las cuentas pendientes de esa investigación que algún día
habrá de darse en Venezuela en relación a lo que pasó allí. Mientras eso llega,
el gobierno deberá pensar muchas veces antes de enviar a esos Tupamaros a
disparar sobre la multitud indefensa. Sin embargo, aquellos que manifestamos
debemos tener muy claro que al concurrir a protestar pacíficamente nos estamos
exponiendo a ese riesgo. Es por eso que a esas manifestaciones no se puede ir
en una tónica festiva ni familiar.
Y eso
es lo que verdaderamente moverá lo que tiene que moverse. El espíritu de los
autoconvocados va en sintonía con el malestar que siente el venezolano por lo
que está pasando en el país. No sigue lo electoral aunque los convocados puedan
estar en simpatía con los partidos. Va en el sentido de la protesta real y
pacífica, sin distingo de ideologías, de hombres y mujeres, de todos los
venezolanos dignos, cuya esencia hemos descrito como Rebelión Civil (ver
Rebelión Civil en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/rebelion-civil.html)
cuando Alberto Carnevali convocó a los venezolanos a luchar contra una
dictadura en Venezuela.
Podría
calificarse que en este momento esas manifestaciones autoconvocadas en las
calles y plazas todavía son embrionarias. Por eso es que el gobierno las quiere
matar o amedrentar mientras sean pequeñas. Pero ya comenzaron e irán creciendo
porque las cosas empeorarán. Tal vez puedan disolver alguna manifestación en
una que otra ciudad, pero disolverlas a
TODAS en todas partes les será bien cuesta arriba. No tienen tantas motos ni
Tupamaros. Y cuando sea mucho más robusta intentarán acallarla con las Fuerzas
Armadas. Sería interesante ver a los militares en el mismo predicamento del
2002. Así que será bueno que fueran pensando desde ahora que es lo que harán
para que no les caiga de sorpresa.
Por
nuestra parte quedará hacer resistencia civil. Ya la estamos haciendo al
protestar pacíficamente por un cambio. Y esa es la lucha, no otra. A eso es a
lo que nos está llevando el régimen y pretenden acallarlo con miedo como en
Cuba. A los cubanos del G2 que planifican estas agresiones: recuerden que su
historia no es la nuestra y pueden salir con las tablas en la cabeza. No se
vayan a creer que intentar cambiar la Constitución y el sistema democrático a la
brava tratando de imponer un sistema comunal o comunista no significara para
ellos un costo. Lo va a tener, pero no con los mismos resultados. Solo con un
espíritu autoconvocado como el que hemos visto a partir del 9N y el 30N dificulto
mucho que lo vayan a lograr. Este es solo el primer encuentro…
Caracas, 1 de Diciembre de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana