Por Luis Manuel Aguana
Ciertamente nadie se esperaba la sorprendente “casa por
cárcel” de Leopoldo López. El régimen en una inesperada jugada de laboratorio que
debemos analizar, ordenó al ex presidiario presidente del TSJ a mejorar las
condiciones de reclusión de su preso estrella, de quien Diosdado Cabello dijo “Leopoldo,
el monstruo de Ramo Verde no saldrá nunca de ahí”. Las cosas deben estar muy
mal en el régimen para que esto haya sorprendido incluso al mismo carcelero (http://notitotal.com/2017/07/08/la-gran-arrechera-paso-diosdado-al-enterarse-la-medida-otorgada-leopoldo/).
Podríamos especular acerca de las razones que llevaron al
régimen a tomar esa decisión humanitaria a favor de Leopoldo, pero el hecho
cierto es que no lo hicieron porque respeten los derechos humanos de este
particular preso político o de ningún otro venezolano preso o fuera de la cárcel,
porque la libertad en Venezuela es algo que depende del humor de quienes nos
desgobiernan. El régimen de Nicolás Maduro nos ha demostrado con ya casi 100
muertos a cuesta, que ese no es el tipo de razones que los mueven.
El
régimen está buscando desesperadamente crear las condiciones para volver a
tomar oxigeno a través de la negociación política con la oposición, en un último
intento de recuperar su estabilidad perdida. Pero se ha encontrado que la cosa ahora
no resulta tan fácil como ocurrió en el 2014 con una oposición entregada, ni
tan inmediata con una Mesa de Diálogo vendida previamente como el 2016. Ahora
es el propio pueblo quien decide.
Pero ¿cómo
hacer que la oposición se siente a dialogar cuando la sola palabra “dialogo”
esta tan satanizada en la oposición de calle como la palabra “constituyente”? Al
dirigente o partido que encuentren dialogando en secreto con el régimen lo
quemarán vivo en la hoguera política. En conclusión, el juego está trancado y
vamos a una evolución sangrienta del conflicto.
El
régimen entendió que la jugada maestra de la oposición al convocar al pueblo a
manifestar cívicamente su voluntad de expresarse, opaca de manera considerable
el llamado al fraude constituyente del 30 de julio, poniéndolo en una situación
clara de retirarlo. Pero no lo harán gratis, y su primera muestra de
acercamiento es la bandera blanca de Leopoldo López en su casa. A López no se
le dio la opción de aceptar o no la medida, fue una decisión del TSJ. Así que bien
pudieron meterlo en un saco y llevárselo al Dorado o para su casa. Y eligieron
esto último por conveniencia política.
Entonces
la siguiente movida esta de este lado. De aquí en adelante el mensaje para la
oposición es claro. Sin embargo, el dialogo que espera el régimen no ocurrirá, al
menos no en los términos que ellos están esperando. Con todo lo que ha ocurrido
en Venezuela no podrían esperarlo. Han asesinado, violado, pisoteado y destruido
los derechos humanos de muchas personas. Sin embargo están armados y siguen
amenazando a la población. ¿Cómo se desactiva eso?
Lo
primero que el régimen tiene que comprender es que no son viables. Su
posibilidad de seguir gobernando a Venezuela es nula y deben entregarse. Si,
entregarse. Porque llegará el momento en que aquellos factores internos que
hasta ahora los sostienen no los defenderán más y no responderán por ellos,
porque esos factores buscarán su propia salvación y justificación en una nueva
realidad política. El quiebre vendrá más temprano que tarde, con lo cual la única
vía de entendimiento no es el diálogo, es la rendición. Lo que hay que discutir
son los términos de esa rendición.
Por
otro lado, la oposición debe entender que aunque la convocatoria del 30 de
julio sea retirada por el régimen en un intento de enfriar las calles y la
consulta popular, esta última no puede ser paralizada porque en ella están los
elementos políticos que sustentarán la siguiente decisión de convocar desde la
Asamblea Nacional a un gobierno de transición. Pero aunque la consulta sea
mayoritaria a un mandato claro de los militares para que respalden la decisión
del pueblo soberano (segunda y tercera pregunta), lo que nacerá será un
gobierno de papel si no cuenta con un apoyo previamente acordado con las
Fuerzas Armadas a ese nuevo gobierno, y este no saldrá sin una discusión clara de
términos con quienes le dan sustento a este régimen. Así que de todas-todas hay
que hablar si no se desea un baño de sangre en Venezuela.
Es
claro que a ese nivel ya esa discusión no podría llamarse “dialogo” como podría
haberse llamado el año pasado, sino algo así como “condiciones de abandono del
poder” porque a los militares no les quedará alternativa sino obedecer el
mandato popular. A eso es a lo que tendrían que enfrentarse los factores de la
oposición democrática y los factores del régimen saliente. Como se verá, allí no
puede ir cualquiera en representación de la oposición, ni mucho menos aquellos
que vendieron el dialogo del año pasado, sino aquellos que representen verdadera
credibilidad y honorabilidad en la oposición democrática. Bien podrían buscarse
entre los formuladores de la idea política que hizo posible esta gesta de consulta
cívica y democrática al pueblo venezolano a pesar de la incredulidad y el
desdeño de la dirigencia de la MUD.
Tal vez
me adelante un poco a los acontecimientos dando una opinión optimista a pesar
de todo lo que ha pasado, pero estoy seguro que saldremos de esta crisis. Al
ver al Leopoldo López salir de una mazmorra para reunirse con su familia, no
pude evitar recordar una escena muy sentida de la película dirigida por Steven
Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, “Rescatando al soldado Ryan”, quien
fuera rescatado en una misión a un costo de numerosas vidas. Ya muriendo el
protagonista, quien encabezara el rescate, le dedicó sus últimas palabras al
soldado Ryan: “James… hágase usted digno de esto… merézcalo”,
algo que quise interpretar como “haga que valga la pena”.
Estoy seguro que Leopoldo López tendrá en algún momento futuro
la posibilidad de ser Presidente de la República, y seguramente lo será. Lo
trágico sería que lo fuera para que el país vuelva a la forma tradicional de hacer
política, causante real de esta tragedia, de la que saldremos pronto con el
favor de Dios, y de la que él mismo ha sido su víctima más representativa. Con
la alegría que nos da a todos este primer paso para su libertad plena, este es
el momento de los venezolanos para decirle a López lo mismo que le dijeron al soldado
Ryan, por todos los muertos que costó su rescate y para que nunca lo olvide: Leopoldo,
haz que valga la pena…
Caracas,
10 de Julio de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana