Por Luis Manuel Aguana
Cuando abordo cualquier tema en mis notas, siempre trato de profundizar en las fuentes de la información que cito. Y aunque no soy periodista, si algo me enseñó la formación universitaria en tres largas y sufridas tesis -pregrado, maestría y doctorado- es que si vas a decir algo, más te vale que tenga sustento: quién, dónde y por qué. Pero a veces te encuentras con algo que tiene sentido, pero anónimo y creo importante profundizar, porque eso me pasó con un texto que está ahora rodando profusamente en las redes, y que aunque anónimo, igualmente lo difundí porque creo que es exactamente lo que está sucediendo en el mundo. El texto está titulado: “Va a repercutir en el mundo”… “EEUU está en peligro y con ella todo el hemisferio occidental”, y que pueden leerlo en https://tinyurl.com/5yaxcwsx. Pero aun así, no dejó de incomodarme citar un anónimo en mis notas, por más que crea que tiene sentido, de allí que decidiera profundizar más.
Y efectivamente, antes de escribir esta nota, no me pude quedar con eso e investigué un poco más porque un texto así no sale de la nada, descubriendo finalmente que ese “anónimo” no era más que la ampliación y actualización de un artículo de un gran venezolano, abogado y escritor zuliano en la diáspora de los EEUU, Kaled Yorde, desaparecido en el año 2023, y publicado justamente hace 4 años a raíz de los resultados controvertidos de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 en los EEUU. Y es de allí desde donde debemos contextualizar las ideas de Yorde, del artículo original. El artículo, publicado el 11 de noviembre de 2020 en el portal venezuelausa.org, se titula “Kaled Yorde: ¿Sabían que estamos en Guerra? (ver Kaled Yorde, venezuelausa.org, en https://venezuelausa.org/2020/11/kaled-yorde-sabian-que-estamos-en-guerra/).
Kaled Yorde no era cualquier articulista. “Yorde fue autor de 12 libros entre los que destacan La ley del karma, Cadenas del alma y Detrás del velo de la muerte, Las correctas relaciones humanas, La religión universal y Síntesis de la sabiduría espiritual” (ver Kaled Yorde, sabiduría y sencillez que deja una profunda huella entre la diáspora venezolana en los EEUU, en https://venezuelausa.org/2023/07/kaled-yorde-sabiduria-y-sencillez-que-deja-una-profunda-huella-entre-la-diaspora-venezolana-en-eeuu/). Eso no es algo que se pueda despachar fácilmente y menos aun si se utilizan piezas de su autoría para profundizar en algún tema, en especial una realidad como la que se aborda en ese artículo. Lo menos que pudieron hacer por mínimo respeto intelectual al autor era referenciarlo al ampliar sus ideas.
Y es desde allí que comenzaré, como debe ser, refiriéndome al artículo original de Yorde –y no al anónimo- en su idea de los dos objetivos fundamentales que mueven a la izquierda internacional, y que hoy reviven como si no hubieran pasado 4 años. El primero: la izquierda internacional pretende impedir que “Donald Trump sea reelecto, quieren evitar a toda costa que el presidente Norteamericano permanezca en la Casa Blanca y logre desbaratar el complot global que izquierdas y de los grandes capitales involucrados, grupos radicales que buscan controlar los EEUU (y al mundo) bajo la ideología “progresista” del pensamiento único, el nuevo socialismo. En este momento el Presidente Trump es literalmente el muro de contención que protege la Libertad y El Progreso del serio intento de sometimiento socialista”.
Pues lo lograron. Trump no se quedó en la Casa Blanca a pesar de los argumentos y juicios de fraude electoral que surgieron posteriores a las elecciones de EEUU en el 2020. Hemos visto los denodados esfuerzos en estos 4 años de mucha gente de parar de nuevo la candidatura de Donald Trump a través de innumerables juicios y acusaciones, incluyendo 3 intentos de asesinato.
Asimismo, han sido para el mundo 4 años de retroceso. Un mundo sin control de nadie. Guerras que se iniciaron en ese lapso, donde los EEUU tuvieron poco o ningún control, traduciéndose esto en la estabilidad del mundo occidental. Al parecer, el “policía del mundo” sin accionar o retrocediendo por una neo política progresista, que ignora el peso específico de ese país en lo que ocurre en el planeta, ha traído como consecuencia que creciera un bloque de países, que bajo la bandera de la llamada multipolaridad, en el fondo lo que quiere en realidad es ser el otro bloque que contraponga a los EEUU, en el orden geopolítico como lo hizo una vez la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Este nuevo bloque denominado BRICS, por las iniciales de sus países fundadores, Brasil, Rusia, India, China, y Suráfrica, comienza a despuntar como representante del denominado Sur global. Posteriormente, en este año 2024 se incorporaron Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Todo esto sin contar con los que esperan en la cola de aprobación como Venezuela.
Sin embargo, los BRICS, inicialmente reunidos en el año 2009 como una iniciativa de países para el desarrollo de sus propias economías, comienza a dar grandes pasos para el desafío geopolítico de Occidente, todo bajo la conducción de Rusia y China. Veamos:
“Rusia y China han convertido así a los BRICS en un proyecto antioccidental con el objetivo de romper la hegemonía de las potencias occidentales en el orden global actual y el predominio del dólar estadounidense en la economía global. Los elementos emancipatorios de la fase fundacional, vinculados a una ambición de desarrollo integral, ceden paso a un proyecto geopolítico caracterizado por una política de poder tradicional, fuerza económica y militar e influencia en la política exterior. Si la ampliación que ha tenido lugar se convierte en norma, hay grandes probabilidades de que los BRICS+ degeneren en un club de regímenes predominantemente autocráticos. Esta transformación no ofrece nada en términos de progreso para los pueblos del mundo en desarrollo y es más probable que derive en un retorno al tipo de política de grandes potencias que caracterizó el siglo XIX. El mundo multipolar de Vladímir Putin y Xi Jinping formula reclamos neoimperialistas sobre esferas de interés autodefinidas. No está sujeto a ninguna norma y es exactamente lo opuesto a un mundo multilateral en el que todos actúan según las mismas reglas. Esta noción de multipolaridad destruye el orden basado en reglas y reemplaza la fuerza de la ley por la ley del más fuerte. A cada líder autocrático se le garantiza libertad de acción en su propio país.” (ver BRICS: de la ambición desarrollista al desafío geopolítico, Nueva Sociedad / Marzo-Abril 2024, en https://tinyurl.com/32a3tksv) (resaltado nuestro)
Se comprende entonces la fuerte tendencia ideológica y los intereses de destrucción de la cultura occidental que mueven a estos países BRICS y la consiguiente preocupación de un del mundo libre basado en el respeto de los Derechos Humanos.
En este contexto mundial, el premonitorio artículo de Yorde advierte el siguiente objetivo de la izquierda internacional: “Segundo objetivo, tratar de evitar por todos los medios disponibles que el Gob de Trump acabe con la dictadura Venezolana, con el cáncer Cubano, y con el resto de focos de izquierda y del narco tráfico que los financia y que aún controla buena parte del hemisferio. En el logro de este despropósito participan activamente las izquierdas de América, Venezuela incluida, Europa, Asia, y grupos radicales Árabes, todos enemigos de Occidente y de sus democracias”.
Y ese objetivo formulado hace 4 años por Yorde, coincide a la perfección con la esencia de la agenda de los BRICS de hoy en 2024:
“Los BRICS son un proyecto puramente intergubernamental. Esto no sorprende si consideramos cómo tratan China y Rusia a los ciudadanos que no se ajustan al sistema: son monitoreados sistemáticamente (en especial bajo el sistema de crédito social de China), perseguidos, a veces asesinados o recluidos de diversas maneras.” (artículo citado de Nueva Sociedad / Marzo-Abril 2024) (resaltado nuestro). Si unimos a eso que ”A cada líder autocrático se le garantiza libertad de acción en su propio país” se entiende que camino prefieren los regímenes autocráticos que se unen o pretenden unirse a esa la asociación, amenazando la estabilidad del mundo libre.
Tenía razón Yorde al decir que esta es una nueva lucha que se está desarrollando en el mundo que comenzó hace muchos años, en un contexto lleno de desigualdades: “Esto va mucho más allá de la lucha por la Libertad, es la Lucha del bien para vencer al mal que se quiere imponer a base de violencia, racismo y la manipulación de la verdad. Estamos en Guerra, y necesitamos del esfuerzo de todos, tenemos que perseverar, y con la ayuda de Dios y las ideas muy claras, tener la posibilidad de un futuro próspero donde la justicia y la libertad prevalezcan una vez más”.
Está muy claro que Trump es un obstáculo para quienes empujan este bloque de países, ahora con nuevos objetivos. ¿Tienen posibilidades los países de BRICS de reemplazar en una confrontación el poderío y la estatura económica de los países occidentales con los EEUU al frente? Lo dudo mucho y no en el corto plazo, pero de hecho efectivamente si existe esa guerra, pero en un estado latente y que si no se toman inmediatamente las previsiones y se equilibran las fuerzas mundialmente, evitando el crecimiento de ese bloque anti occidente, la guerra será una consecuencia previsible, y nosotros estaremos en el medio. Por esa razón será crucial y necesaria la definición y manifestación ahora mismo de quienes estarán de cada lado, porque ya no será posible la neutralidad a partir de ahora. Espero que Venezuela se defina de una vez al lado de Occidente después de la elección de Donald Trump como Presidente de los EEUU el próximo 5 de noviembre, con todo lo que ello implique…
Caracas, 2 de Noviembre de 2024
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