Por Luis Manuel Aguana
La carta pública realizada por la
Alianza Nacional Constituyente es un último llamado a la racionalidad y a la
paz que podemos hacerle a aquellos factores del régimen encabezado por Nicolás Maduro
(ver http://ancoficial.blogspot.com/2017/07/carta-publica-nicolas-maduro-moros.html)
empecinados en realizar un proceso constituyente a troche y moche, ignorando la
voluntad popular.
Algunos lo consideraran ingenuo y
tal vez lo sea, pero no podemos dejar fuera de la historia tal vez lo que sea el
último intento racional de evitar una confrontación sangrienta entre
venezolanos que sabemos que nadie ganara, menos aun aquellos que han
deliberadamente ignorado la vocación democrática del pueblo de Venezuela.
Creo necesario hacer esta nota
explicativa porque ha sido pública mi posición desde hace varios años, que
hecho pública desde este blog, en relación al llamado a un Proceso Constituyente
de carácter Originario genuino, de la mano del pueblo. Es por eso que me ha
honrado acompañar los esfuerzos de distinguidos venezolanos al constituir la Alianza
Nacional Constituyente con el fin de impulsarla, a pesar de la indiferencia y
los obstáculos puestos por la oposición oficial venezolana.
La realidad demostró que de
habernos acompañado en esta cruzada, desde hace mucho tiempo no solo hubiéramos
conseguido recaudar el 15% requerido en el Artículo 348 constitucional de
convocar el proceso constituyente por iniciativa popular y aprobar las Bases
Constituyentes propuestas por la Alianza, sino que también hubiéramos hecho un
proceso de elección constituyente al margen de los poderes constituidos, como demostró
cívicamente el pueblo de Venezuela que era posible hacer, el pasado 16J. Pero
no fue así. El régimen se adelantó, distorsionando el llamado constituyente y colocando
a nuestro país al borde una confrontación fratricida.
Los
venezolanos han sido testigos de los esfuerzos que ha hecho el grupo de
venezolanos que conformamos la Alianza Nacional Constituyente, antes y después
de su constitución, para convencer a los ciudadanos de la necesidad de ir a un
Proceso Constituyente de carácter Originario para solucionar la crisis política
que vive y se ha agravado en Venezuela. Múltiples acercamientos a los factores
políticos que conforman la oposición congregada en la MUD, dan fe cierta de los
intentos realizados para convencerlos desde hace varios años de asumir la vía
constituyente por iniciativa popular establecida en el Artículo 348
constitucional.
Aún así
no desistimos de nuestro empeño y nos lanzamos al país a tratar de convencer a
la misma población de la necesidad de emprender esta ruta, con la convicción
profunda de que esta era la mejor solución para una Venezuela polarizada y
necesitada de reconciliación, ya que no solo nos permitía establecer una
discusión entre todos –oposición y oficialismo- de un mejor proyecto para el
futuro del país, sino hacerlo en paz y en democracia, respetando a todos los
sectores democráticamente en su justa proporción.
Nos
organizamos en muchos Estados del país impulsando lo que dimos en llamar Juntas
Activadoras del Poder Constituyente Originario (JAPCOs), figura a través de la
cual impulsamos la recolección del 15% de las manifestaciones de voluntad
necesarias para ese llamado a una Constituyente Originaria basada en la
aprobación del pueblo.
Sin
embargo, el 1ro de Mayo el país fue testigo de una convocatoria a un proceso
constituyente sin la aprobación del pueblo de Venezuela, donde el gobierno
nacional haciendo uso indebido de su facultad para la iniciativa constituyente
establecida en el Articulo 348, convocaba al país a un proceso constituyente.
Todo el
país rechazó esta convocatoria por fraudulenta, y la oposición venezolana satanizó
en forma tal el proceso constituyente que hizo imposible a la Alianza Nacional
Constituyente seguir en su labor pedagógica de educar al pueblo venezolano de
las ventajas que tendría para el país la transformación que sigue siendo
necesaria para corregir los errores estructurales de la Constitución de 1999,
perdiéndose de esta manera una vía extraordinaria que, de la mano del pueblo
venezolano, podría –y creemos que aun puede- resultar en la forma más expedita
y útil de acercar y conciliar un país que se encuentra completamente
descuadernado y a las puertas de un conflicto civil. Cualquier cosa que pase en
Venezuela deberá terminar en un proceso constituyente, y más vale que sea antes
y no después de una confrontación.
Los
venezolanos demostramos al mundo el pasado 16J, a través del acto de protesta
ciudadana más importante que jamás se haya visto, una Consulta Popular
organizada desde las entrañas mismas de la sociedad civil, nuestra vocación
cívica y democrática, lo que demuestra
que no deseamos resolver nuestras diferencias con violencia sino a través del
voto, siempre y cuando sea respetada esa vocación.
Este
esfuerzo, a pesar de haber sido una iniciativa propuesta a la MUD por la
Alianza Nacional Constituyente, fue malinterpretada posteriormente hacia una
salida electoralista, volviendo a equivocarse la oposición oficial,
tergiversando el verdadero mandato del pueblo que exigía -y aún exige desde el
6D-2015- la conformación inmediata de un Gobierno de Unión Nacional desde la
Asamblea Nacional, tal y como fue el mandato de la pregunta No. 3 de la
Consulta Popular.
Desde
la Alianza Nacional Constituyente estamos presenciando que aun cuando el pueblo
expresó en la Consulta Popular su inconformidad con un llamado a constituyente
sin su autorización, el gobierno insiste en realizarlo, lo que con toda
seguridad traerá como consecuencia una conflagración civil de una magnitud
desconocida. No podemos permanecer impasibles ante eso sin proponer una
solución para impedirlo.
Y
nuestra propuesta a los venezolanos es que si el gobierno insiste en un llamado
a un proceso constituyente, solicitarle claramente que este sea realizado de la
manera correcta, como siempre ha sido nuestro planteamiento, utilizando los
mecanismos constitucionales adecuados para su ejecución y respetando los
principios cardinales que guían a este proceso. Ese ha sido el trabajo de
muchos años de la Alianza Nacional Constituyente y lo ponemos de nuevo al
servicio de los venezolanos. Esto nos permitiría acordar la solución conjunta a
esta grave crisis que nos aqueja.
Si el Proceso
Constituyente, así como las Bases Comiciales que sean discutidas conjuntamente,
son aprobados por el pueblo en Referendo Consultivo, por la naturaleza del
mismo mecanismo, nadie debería ser excluido, ni los factores del gobierno ni los
de la oposición. El mismo proceso, se encargaría de regular la participación
equitativa de todas las partes y su representación proporcional. De esta manera
los venezolanos estaríamos resolviendo la crisis con votos, discutiendo en el
foro constituyente el futuro del país.
Nuestra
propuesta es entonces que se detenga y se reformule ese proceso constituyente del
30 de julio y se discutan, con la intervención de mediadores internacionales
aprobados por ambas partes, los términos de un nuevo llamado Constituyente.
Creo firmemente que eso es lo que al menos deberíamos intentar antes de que una
espiral de violencia nos lleve a todos a una guerra fratricida que nadie
ganaría. Aunque creamos que esta comunicación pueda ser ignorada, que la
historia no nos juzgue sin un último llamado a la reconciliación y la paz.
Caracas,
23 de Julio de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana