jueves, 15 de marzo de 2018

Hay que agendar un Plebiscito

Por Luis Manuel Aguana

En el medio de la más espantosa crisis económica, política y social de toda nuestra vida republicana, la Venezuela de hoy  está sumida en un gran desconcierto. Luego de abandonar una agenda de calle donde los ciudadanos tuvieron como uno de sus logros cívicos más importantes una Consulta Popular el 16 de julio de 2017, los venezolanos parecemos haber perdido el rumbo.

Por una parte, la Venezuela política – la MUD y su nuevo Frente- nos dicen que debemos exigir condiciones para ir a un proceso electoral con el régimen, colocando eso como solución a los graves problemas del país; y por otra parte se nos dice que debemos abstenernos de una manera militante, saboteando un proceso que todos vemos como fraudulento. Sin embargo en ambos casos, no se le dice al país como asististendo o no a un proceso electoral se resuelve la crisis terminal venezolana; y tampoco nadie explica cómo nos quitamos de encima una Asamblea Nacional Constituyente del gobierno con poderes supremos, que hace y deshace a su arbitrio, a la orden de un gobierno extranjero y del régimen, y a la que deberá someterse un supuesto próximo Presidente de la República, pudiendo esperarse su segura juramentación ante esa Constituyente considerada por el mundo entero como írrita, ilegal e inconstitucional.

Los venezolanos han perdido su fe y confianza en que la clase política este a la altura del problema que tenemos. Pero la agenda y el debate público sigue estando entre ir o no ir a votar. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Quién establece esa agenda del país? ¿Por qué solo debemos debatir eso? ¿Es que no hay otras opciones que considerar?

Y ciertamente me ha parecido muy extraño que solo “existan” en el debate público las propuestas que referencian a las elecciones - o su negativa- como solución del problema del país y no otras igualmente democráticas y constitucionales, que apunten al centro del problema político, discutiendo las fórmulas para disolver esa Asamblea Constituyente inconstitucional del gobierno, como por ejemplo un Plebiscito o Consulta Popular, o un Referendo, antes siquiera considerar algún nuevo proceso electoral.

Existen grupos y generadores de opinión pública muy importantes que deliberadamente están ignorando y/o rechazando el tema, haciendo que se sepulte un debate tan importante en un océano de electoralismo estéril que alarga el sufrimiento de los venezolanos. Y si a eso le añadimos lo que muchos esperan, una intervención militar extranjera, la agenda de la opinión pública se hace aun más enrarecida y compleja.

Solo entendiendo un problema es que se puede comenzar a transitar por una solución. Veamos la siguiente definición:

"La "teoría de la fijación de la agenda", también conocida como teoría del "Agenda Setting" postula que los medios de comunicación de masas tienen una gran influencia sobre el público al determinar qué asuntos poseen interés informativo y cuánto espacio e importancia se les da. El punto central de esta teoría es la capacidad de los medios de comunicación para graduar la importancia de la información que se va a difundir, dándole un orden de prioridad para obtener mayor audiencia, mayor impacto y una determinada conciencia sobre la noticia. Del mismo modo, deciden qué temas excluir de la agenda..." (ver Teoría del establecimiento de la Agenda, en  https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_establecimiento_de_la_agenda).

De acuerdo a esta teoría de la comunicación, la respuesta del porqué algo es importante o no para la población se halla en los medios masivos de comunicación y de aquellos que fijan la opinión. Esto parecería obvio pero no lo es. Siendo este un concepto tomado como probado y universal, la Agenda Setting en nuestro país siempre ha sido guiada por pocas personas y/o medios. Lograr que lo que se discuta en el país esté en la agenda publica pasa por convencer a esos “generadores de opinión” que el tema es importante.

En una época próximo pasada, programas como Aló Ciudadano y Buenas Noches en Globovisión, generaron gran parte de esa Agenda Setting de Venezuela. Programas importantes de opinión de anclas reconocidas de radio y televisión también formaban parte de la creación de esa agenda política y en cierto grado todavía lo siguen siendo, aunque estén muy disminuidos.

Al irse imponiendo la “hegemonía comunicacional” del gobierno gran parte de la Agenda Setting se ha trasladado a generadores de opinión por la vía de programas de video/audio digital y su difusión a través de las redes sociales, pero siempre de la mano de pocos operadores con credibilidad, sin dejar de lado los pocos medios impresos de importancia que quedan de cobertura nacional de tendencia opositora que aun no han cerrado sus puertas, como El Nacional y otros de relevancia.

Es de una importancia clave que estos operadores de la comunicación social estudien y den cabida a nuevas formas alternativas de solución al problema político sin esperar que sea “noticia” primero, sino que por el contrario, sean ellos los que creen esa realidad alternativa al dar cabida a esas nuevas propuestas por encima de los deseos interesados de una claque política que se niega a morir y que ha demostrado con creces no querer una solución para el país.

Muchas personas me han indicado que la propuesta plebiscitaria de la Alianza Nacional Constituyente-ANCO no se conoce y que requerimos de montañas de dinero para hacerla llegar a la gente. Y yo me pregunto: ¿es que debemos tener uno o varios mecenas, o contar detrás con millonarios a la vieja usanza que esperen cobrar favores políticos futuros para poner en la agenda del país algo que va en el beneficio de todo el mundo? Estaría de acuerdo que necesite dinero para impulsar la candidatura de alguien porque eso estaría en el interés de esa persona o grupo político. Pero ¿es la misma situación cuando la propuesta es por el interés del país?

Del debate de lo que está en la agenda es que se establece el curso de acción de lo que terminara pasando en Venezuela. Pero si ni siquiera está en la agenda de la discusión pública la posibilidad de que el pueblo decida su destino a través de un Plebiscito, mucho menos ésta será considerada por la ciudadanía pensante como una solución real del problema del país. De allí que crea hay manos peludas interesadas en  dejar fuera de esa agenda este tema crucial para Venezuela. Y esas manos peludas si están llenas de dinero para lograr eso, con lo cual el problema se magnifica.

En todos los foros públicos alrededor del país donde hemos debatido la posibilidad de un Plebiscito o Consulta Popular, invariablemente y sin distinción de tendencia política, todos han coincidido en que es ciertamente una solución alternativa  incluyente, democrática y constitucional para la crisis venezolana. Pero hay que agendarla para su debate y discusión general. Ojalá que así llegaran a pensar quienes en la actualidad fijan la agenda política del país. Tal vez en sus manos este el destino de Venezuela...

Caracas, 15 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana

domingo, 11 de marzo de 2018

Dos actos, un mismo propósito: el relanzamiento de la MUD

Por Luis Manuel Aguana

Muy difícil ignorar lo que ocurrió el martes 6 de marzo de 2018 en la UCV y el relanzamiento de la MUD dos días después con otro nombre. Más difícil todavía es creer que ambos actos no estén relacionados, por más que se lo quiera negar. La habilidad política con la cual la vieja MUD se mueve para no morir es espeluznante, por decir lo menos. Primero, generar la matriz de opinión de un lanzamiento de la sociedad civil de las manos de dos pilares fundamentales de la conciencia creíble de Venezuela: la Iglesia Católica y la Universidad venezolana; y luego, el relanzamiento de la MUD en unión con esa misma sociedad civil que se expreso en la UCV dos días antes, pero rebautizándola como Frente Amplio Venezuela Libre, para volver a plantear la salida electoral en la agenda del país.

Es de hacer notar que en los Manifiestos de ambos actos se insiste en elecciones como la salida al problema venezolano: el de la UCV se plantea como el “ejercicio libre del derecho al voto, con un árbitro imparcial y en las condiciones y plazos previstos en la ley, que permita votar para elegir…”, y el del nuevo Frente Amplio Venezuela Libre: “Proponemos una amplia alianza que exige elecciones libres y justas para cambiar y reconciliarnos…”. Y en ambos casos ir a elecciones sin resolver el fondo que no es otro que una Constituyente inconstitucional sobre todos los Poderes Públicos. ¿Qué fue lo que hicieron? Primero se bañaron de sociedad civil legítima en la UCV y luego se relanzaron pública y muy hábilmente dos días después. El resto lo hicieron los medios y las redes sociales.

Y si leemos en detalle ambos Manifiestos, descubriremos entre líneas los mismos puntos que la MUD le exigía al régimen antes de irse corriendo a República Dominicana a negociar con Maduro: apertura del canal humanitario, liberación de los presos políticos, reconocimiento a la Asamblea Nacional y…elecciones generales. Es impresionante como los venezolanos caemos de nuevo con estos vendedores de espejitos.

Quiero dejar algo claro: a la sociedad civil puede convocarla cualquiera–hasta la MUD-, incluso se puede auto convocar, y ciertamente es necesario que lo haga en esta hora crítica del país. Pero de allí a una manipulación de factores encubiertos de la MUD para usar posteriormente ese acto en la UCV para el refrescamiento de aquellos que persistentemente nos han llevado al fracaso, pretendiendo lograr que la “sociedad civil olvide” el pasado reciente, yendo “todos juntos” al rescate del país, es pedir demasiado. Si dejamos pasar eso, entonces dejamos pasar los muertos, dejamos pasar la traición del 16J, dejamos pasar el fracaso de esos factores que insisten en una solución que pretende validar al régimen de Nicolás Maduro mediante elecciones. Eso es inaceptable.

Pero hay algo peor que sale de toda la manipulación de ese nuevo Frente MUD+“sociedad civil”: que todos aquellos que no estamos de acuerdo con esa nueva máscara, somos divisionistas, los que no quieren una solución “unitaria” a los problemas del país, los radicales, los malos de la película que son necesario excluir, con una matriz de opinión creada con los reales de la MUD. La percepción general es que nadamos a contracorriente de una matriz de opinión, que luciría “mayoritaria” porque la “Iglesia Católica y las Universidades” bendijeron en un acto en la UCV a una sociedad civil que ahora trabaja “unida” a esa MUD, y que ahora se lava la cara tranquilamente cuando nos llevo a un barranco durante todo el año pasado. De nuevo, eso es inaceptable.

Pero la realidad dista mucho de ser la percepción de esa matriz de opinión. La Conferencia Episcopal Venezolana no es el Padre Ugalde o el Rector Virtuoso, personajes muy respetables, quienes tienen todo el derecho de respaldar a la MUD en su pretensión que las elecciones son la solución del país o que Maduro sale con votos. O incluso que la solución está en el “chavismo light” en el poder.

La posición oficial de la CEV está por escrito desde el 12 de Enero de 2018 en su Exhortación Pastoral “Dios Consolará a su Pueblo” del 12 de Enero de 2018 y el Comunicado de la CEV ante la convocatoria a elecciones presidenciales adelantadas: donde establecieron claramente: “5.- Debemos recordar lo que dice la Constitución Nacional: "La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo..." (Art. 5), por tanto, es el pueblo el que debe asumir "su vocación de ser sujeto social con sus capacidades de realizar iniciativas como, por ejemplo, que la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra Carta Magna (Cfr. Art. 71)" (n.6). Es el propio pueblo, y no una instancia espúrea el que sitúe las cosas en su justo lugar.”

Por otro lado tampoco puede afirmarse que la posición oficial de los Rectores universitarios que conforman la Asociación de Rectores Universitarios-AVERU concuerda con la salida electoral de la MUD (y ahora la de su nuevo Frente) tolerando la Constituyente del régimen. Muchos Rectores de universidades muy importantes tienen una opinión muy diferente, aunque respeten por mucho la posición de algunos de sus colegas que si están de acuerdo. Todos están tan divididos en opinión como el resto de los venezolanos.

El acto de UCV aun cuando haya sido concurrido y respetable en su Manifiesto final, no representa la posición final de la sociedad civil y mucho menos la opinión oficial de la CEV y la AVERU en su conjunto, ni de allí se pueden derivar matrices de opinión que nos lleven a pensar que la sociedad civil venezolana apoye esta nueva iniciativa de la MUD, llamada ahora Frente Amplio Venezuela Libre, ni a sus descalificados dirigentes políticos. Asimismo, es difícil disociar un acto del otro, o que el segundo sea consecuencia de una manipulación del primero. Podrán manipular a algunos pero no a todos. Ese chantaje “unitario” fue descarado y pretende llevar de nuevo la situación política del país al estado previo de República Dominicana.

En consecuencia, la posición de la Alianza Nacional Constituyente-ANCO sigue imperturbable y consecuente con la posición oficial ya expresada de la Iglesia Católica: “…que la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra Carta Magna (Cfr. Art. 71)" (n.6). Es el propio pueblo, y no una instancia espúrea el que sitúe las cosas en su justo lugar”.  Esto solo se traduce en nuestra única y categórica afirmación a la sociedad civil venezolana: Que el pueblo venezolano decida.

Caracas, 11 de Marzo de 2018

Twitter:@laguana