lunes, 29 de noviembre de 2021

Hacia una nueva representación opositora

Por Luis Manuel Aguana

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Sería realmente mezquino para cualquier analista político en Venezuela eludir el análisis de la propuesta realizada por María Corina Machado, ante lo ocurrido el pasado 21N con las elecciones regionales emprendidas por el régimen y su oposición. Su propuesta se resume en algo que toda Venezuela sabía pero nadie deseaba encarar: hay que cambiar de urgencia el liderazgo político de la oposición. Se podría decir que los venezolanos nos quedamos formalmente sin referentes políticos después del abrumador rechazo a votar en ese acto electoral espurio.

Pero si bien es cierto que la propuesta de MCM revela una verdad tan grande como una catedral, no menos cierto es que por el mismo hecho de formularla ella, muchos no centraron su crítica en lo que propuso sino en quien lo propuso, dejando afuera la posibilidad de ahondar en la importancia de lo que dijo y su viabilidad técnico-electoral. Todos inmediatamente le cayeron encima acusándola de aprovechar de manera oportunista el momento, tratando de buscar fórmulas para liderar ese más del 75% que algunos atribuyen a la abstención del 21N. No entraré en esa discusión intrascendente porque además de ser fiel en esa máxima de los juristas que reza que la buena fe se presume y la mala hay que probarla, creo que es una propuesta que debe ser considerada seriamente por los venezolanos, independientemente de quien la haya hecho. Será por eso que algunos dicen que me enterrarán en urna blanca…

Y sí, María Corina tiene razón. Tenemos que cambiar urgentemente el liderazgo político, no solo por lo que pasó el 21N sino porque todo el sistema político colapsó y ha llegado a un punto de inviabilidad. Recuerdo ahora ese viejo dicho que dice que los políticos son como los pañales desechables, hay que cambiarlos permanentemente por razones obvias. Pero en Venezuela pareciera que esa máxima no aplica, y de allí el intolerable olor a excremento imposible de seguir aguantando.

No es la primera vez en estos años que he abordado en esta modesta tribuna de la red el tema del liderazgo opositor tratándolo desde la perspectiva científica. He expuesto las investigaciones de Simon Sinek y Derek Sivers (ver Tres Dimensiones del 16D en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/tres-dimensiones-del-16d.html y Lecciones de liderazgo de un loco que se marcho, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/02/lecciones-de-liderazgo-de-un-loco-que.html) para poder entender como un líder inspira a la acción y como un liderazgo comienza un movimiento; así como también la experiencia corporativa de Rosalinde Torres (ver Cuestionario de liderazgo en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/10/cuestionario-de-liderazgo.html) para entender que requisitos debe tener una persona para calzar la altísima responsabilidad de dirigir grupos.

Asimismo, he tocado el tema desde mi propia experiencia y perspectiva (ver La búsqueda del liderazgo perdido, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/11/la-busqueda-del-liderazgo-perdido.html, Un liderazgo que valga la pena, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/04/un-liderazgo-que-valga-la-pena.html, Reflexiones del conuco, en  http://ticsddhh.blogspot.com/2013/06/reflexiones-del-conuco.html). En todas esas referencias de alguna manera he llegado a la misma conclusión, repetida una vez más ahora, que en Venezuela hemos hecho como pueblo todo lo contrario de lo que hace todo el mundo: los liderazgos llegan a las altísimas responsabilidades en nuestro país sin la ética, ni la moral, ni la experiencia necesarias, y de allí la tragedia grotesca en donde estamos metidos ahora con los liderazgos de la oposición.

Tenemos años y años tolerando dirigentes políticos que cometen repetidamente los mismos errores, con o sin intención, en atención a sus propios intereses, a costillas de la vida de los venezolanos, y pasan más de 20 años y siguen allí tan campantes como si no hubiera sucedido nada. Les trancan las posibilidades a las nuevas generaciones, no hacen elecciones en sus partidos, toman decisiones trascendentales por nosotros teniendo ya vencida la representación legítima de los venezolanos. Y no pasa nada. MCM solo dijo lo que ya los venezolanos sabíamos con una diferencia: todo el mundo lo vio en vivo y en directo el 21N como una realidad imposible de ignorar. Los venezolanos expresaron con su ausencia y rechazo a unas elecciones espurias la siguiente sentencia que todos escuchamos en alta voz: ¡no los queremos!

Al no existir la institución política por excelencia que no es otra cosa que un Parlamento legitimo electo, los venezolanos debemos emprender un camino que implique un cambio en la representación política. No podemos avanzar en una lucha firme en contra del régimen sin una representación política legítima, así la tengamos que construir nosotros mismos desde la sociedad civil, como indicó MCM en su propuesta. No es tolerable otra “renovación” de la Asamblea Nacional de 2015, no solo por razones jurídicas sino por razones éticas y morales, pero también por razones Políticas, con “P” mayúscula.

La Asamblea Nacional de 2015 le falló con todas sus letras a los venezolanos, a pesar de la confianza y la avalancha de votos que se les entregó en su oportunidad. El único producto tangible que puede presentar esa Asamblea fue el Gobierno Encargado de Juan Guaidó que nunca asumió la responsabilidad del Poder Ejecutivo al regirse por un Estatuto de Transición inconstitucional, lo que convirtió a su presidencia en un gobierno parlamentario ilegal y completamente inútil. Los Diputados se repartieron posiciones en el exterior a la vieja usanza, lo que nos reveló a los venezolanos que su dirigencia política no aprendió absolutamente nada de esta tragedia.

Pero la propuesta de MCM estará incompleta si no se le suma un “con quien”, un “para qué” y un “cómo”. No es suficiente decir que hay que elegir un nuevo liderazgo político. ¿Qué elegiríamos? Es claro que se requerirán muchas organizaciones, políticas y de la sociedad civil que acompañen la idea (con quién), y con estas establecer el mecanismo técnico-electoral (el cómo) que nos permita elegir con la mayor transparencia posible a aquellos que representen a sus Estados, Municipios y Parroquias, así como la representación internacional de la diáspora venezolana.

En este sentido esta propuesta podría conectar con una iniciativa de ANCO, previa al bodrio electoral del 21N (ver Comunicado ANCO, Reagruparnos para Refundar a la Nación, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/11/comunicado-anco-reagruparnos-para.html) que hemos denominado CONGRESO CIUDADANO, instancia pensada para que sirva como “herramienta de participación organizada, social y política, que agrupe a los diversos sectores de expresión ciudadana a ser utilizada en la materialización del gran esfuerzo de REFUNDACIÓN DE LA NACIÓN, ofreciéndose como instancia republicana para reunir el contingente necesario para desplegar las tareas de la lucha democrática con agilidad y acierto, dentro y fuera del país… (ver Comunicado ANCO: La Refundación Nacional, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/11/comunicado-anco-la-refundacion-nacional.html). De esta manera se aterrizaría en los hechos la idea de elegir la renovación de la representación política en todo el país. Elegiríamos bajo este concepto representantes legítimos provenientes de toda Venezuela. ¿Para qué? Para tomar las decisiones de política que harían un frente común de oposición unificada y verdadera al régimen de Nicolás Maduro Moros.

A pesar que los liderazgos no se decretan ni se eligen, porque la situación misma los genera, los venezolanos debemos encontrarle nuevos cauces y alcances a la lucha opositora por encima de lo que nos ha sucedido a través de una representación actualizada y legitima. Si se lograra llegar a un acuerdo que sume a la mayor cantidad de organizaciones posible alrededor de la idea planteada, sería posible conformar ese Congreso Ciudadano que supla la falta de la institución política que le de dirección a la lucha opositora, hasta que podamos elegir un Parlamento legitimo en Venezuela.

En una nota que publiqué el año 2012, referenciada anteriormente, La búsqueda del liderazgo perdido, destacaba que debíamos escoger para representarnos solo aquellas personas con conocimiento, tradición y tiempo de añejamiento, no solo en la política sino también en el desarrollo de su vida. Que verificáramos su trayectoria personal y profesional y aportes a sus comunidades. No escoger recién llegados sin experiencia en sus propios campos de actividad. Pedir referencias, investigarlos bien. No dar un cheque en blanco a alguien desconocido. Ser más profundo y crítico en las apreciaciones. Oír sus intervenciones y tratar de sopesar la sinceridad de su discurso y su amor por este país. ¡Nos estamos jugando a Venezuela!

Desde hace mucho tiempo atrás estamos en una época de definiciones. Ya es hora que una nueva casta de líderes aparezca para conducir una nueva era de progreso y bienestar. No me preocupa que los liderazgos nacientes no hayan entrado a la escena política todavía porque estoy seguro que aparecerán si se presenta una iniciativa sincera de llamado a servir al país como la que se daría este momento preciso y oportuno de la vida del país con estas propuestas.

Un Congreso Ciudadano que reúna lo más representativo de una oposición verdadera en todo el país, podría sopesar con la debida rigurosidad y transparencia, sin mediar intereses, la propuesta de ANCO de Refundación de la Nación y asumirla como el desarrollo político que necesariamente debe darse para una solución pacifica y constitucional de la crisis que azota a Venezuela. Ya el régimen y su oposición decidieron un rumbo revocatorio que nos conducirá a un barranco que continuará con el sufrimiento de los venezolanos hasta más allá del 2024. Pero también vemos que ya existen las ideas y propuestas para impedírselos. Tengo la esperanza que ahora exista la suficiente sensatez para hacerlas realidad…

Caracas, 29 de Noviembre de 2021

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sábado, 27 de noviembre de 2021

¿Qué viene después del 21N?

Por Luis Manuel Aguana(*)

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Intervención en el Foro “Que viene después del 21N”,

del Observatorio Nacional de Derechos Humanos

26 de Noviembre de 2021

Buenas tardes,

Antes que nada mi agradecimiento al Observatorio Nacional de Derechos Humanos por esta cordial invitación a este conversatorio para hablar de este tema tan controversial en la Venezuela de hoy. Cualquier persona desprevenida podría preguntarse por qué un Observatorio Nacional de Derechos Humanos se está ocupando de un hecho eminentemente político como lo es lo que viene después de un proceso como el que ocurrió el 21 de Noviembre en Venezuela; y de paso convocar a especialistas o gente preocupada en el hecho electoral para discutir eso. Sin embargo después de una breve lectura a la Declaración Preliminar de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea que evidenció, y cito “las persistentes deficiencias estructurales”, del sistema electoral venezolano, que de ninguna manera son casuales, no queda menos que preguntarse la insistencia de seguirnos tropezando con esa piedra en el camino de conseguir la libertad de Venezuela (1).

Efectivamente la Misión de Observación Electoral indico en su resumen cosas como, y cito, “…decisiones judiciales ampliamente criticadas que han afectado a la igualdad de condiciones al sustituir a los comités ejecutivos de algunos partidos y entregar sus tarjetas electorales a facciones internas que los utilizaron para presentarse a las elecciones. Además, se mantiene la inhabilitación política arbitraria de candidatos de la oposición, el extendido uso de recursos del Estado en la campaña y un acceso desigual a los medios de comunicación”. O esta que me llamo mucho la atención: “Los tres rectores considerados cercanos al gobierno tuvieron el control de los órganos ejecutivos del CNE, mientras que los otros dos rectores no ocultaron a la opinión pública sus opiniones discrepantes sobre temas en los que no se pudo alcanzar el consenso”. Fin de la cita. ¿Cómo es posible que se señale a Rectores “cercanos al gobierno” con control de toda la operación electoral y no se concluya que hubo ventajismo y fraude abierto y descarado? (resaltado nuestro)

O esta otra perla que ha sido la denuncia permanente en todos los procesos electorales con el régimen de quienes participamos en este Foro, y cito: “La jornada electoral se vio ensombrecida por importantes retrasos en la apertura y el cierre de las mesas electorales, y por acusaciones de coacción a los votantes. Los observadores de la UE fueron testigos de la instalación de dispositivos de control a los votantes por parte del PSUV (puntos rojos) en los 23 estados y en el distrito capital, a pesar de la prohibición explícita del CNE. En todo el país, salvo en el estado de Amazonas, se observó un abuso del voto asistido. En el municipio de San Francisco (Zulia), un votante murió y otros dos resultaron heridos en un tiroteo frente a un centro de votación”. Fin de la cita. (resaltado nuestro)

¿De qué estamos realmente hablando aquí? De la violación consistente de quienes gobiernan en Venezuela de un Derecho Humano establecido en el primer instrumento internacional en su tipo, la Declaración Americana de los Deberes y Derechos del Hombre, que precedió en 7 meses a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta Declaración fue aprobada el 30 de Abril de 1948, en la Novena Conferencia Panamericana en Bogotá, Colombia. Venezuela tuvo como representante en esa Conferencia a su político más resaltante de la época, designado por el entonces Presidente Don Rómulo Gallegos, el Sr. Rómulo Betancourt.

En el Informe anexo al Proyecto definitivo de la Declaración de los Derechos y Deberes Internacionales del Hombre, fechado el 8 de Diciembre de 1947 en Río de Janeiro, se resalta el Artículo XIII, El Derecho al Sufragio, indicando y cito: “Siendo el del sufragio un derecho primordial en la organización democrática, cuya base se halla precisamente en la facultad del pueblo de escoger libremente sus representantes y dirigentes, subrayamos que el artículo es trascendental, mas de nada valdrá si no es cumplido lealmente, si en la realidad no se crea un mecanismo que registre con fidelidad la voluntad popular, si los gobiernos y los estadistas de América no se empeñan en mejorar las costumbres políticas y que en sus reiteradas propuestas y declaraciones a favor de la democracia estén acompañadas por un esfuerzo tesonero con el fin de que en el terreno de los hechos el sistema democrático sea aplicado y respetado, así como constantemente perfeccionado”. Fin de la cita. (2) (resaltado nuestro)

Pero no es eso lo que ha sucedido porque ese Derecho ha sido atropellado criminalmente. No ha valido de nada ese derecho porque no ha sido cumplido –y mucho menos lealmente- por el régimen; y ese incumplimiento ha sido tolerado de manera cómplice por la oposición política, en especial cuando se han hecho uso tecnologías que con la excusa de darle fidelidad al sistema, en la realidad ha tergiversado y torcido deliberadamente la voluntad popular a favor del régimen y sus delincuentes.

Ese uso infame de la tecnología desde el año 2004, cuando se utilizó por primera vez para afianzar a Hugo Chávez Frías en el poder a través de un Referendo Revocatorio, que posteriormente las matemáticas han demostrado como fraudulento, ha erosionado año tras años la confianza que tradicionalmente los electores venezolanos han tenido en los procesos electorales. El 21N no es más que la consecuencia de esa realidad donde los venezolanos no estamos dispuestos a seguir tolerando que se vote pero no se elija, porque el sistema es un instrumento principalísimo para afianzar a la tiranía de Nicolás Maduro Moros y sus delincuentes.

De allí que la sociedad civil insista en el cumplimento de la sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia Legitimo del 13 de Junio de 2018, cuya protagonista principalísima, Adriana Vigilanza se encuentra con nosotros hoy, y que  declaró, y cito, NULO E INAPLICABLE el uso del sistema automatizado de votación y escrutinio que actualmente existe en Venezuela para la elección de los cargos de representación popular de los poderes públicos, así como para la celebración de los referendos, en los términos señalados en el artículo 293.5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, y se ordenó  al Consejo Nacional Electoral (CNE), como órgano rector de los procesos electorales, “…la DEPURACION Y ACTUALIZACION del Registro Nacional Electoral, debiéndose efectuar las debidas correcciones sobre la identidad de cada ciudadano venezolano o extranjero habilitado para ejercer el voto, así como el diseño e implementación de un sistema de votación y escrutinio fundamentalmente manual, en donde el uso de la tecnología e informática sea auxiliar y sólo en beneficio de la celeridad, publicidad, transparencia y eficiencia del voto, escrutinio y totalización, sin que ello implique limitación del derecho de participación de los electores y de los partidos u organizaciones políticas, en plena garantía de la confianza pública del ejercicio del sufragio”. Fin de la cita. Esa sentencia ha sido ignorada abierta y arteramente tanto por el régimen como por su oposición. Esa sentencia debe cumplirse antes de otro proceso electoral en Venezuela y eso lo tendrá que entender más temprano que tarde la Comunidad Internacional.

De nuevo el régimen y sus asociados de la oposición política llamarán al pueblo a partir del 21N a repetir la “hazaña” de Hugo Chávez Frías del 2004, con un Referendo Revocatorio que estirará el concubinato toxico del régimen y su oposición política hasta el 2024. De más estaría decir que Venezuela rechazará de nuevo con su ausencia ese evento, a pesar que el régimen termine financiando esa iniciativa y tenga con quien acompañarse.

¿Qué deberíamos hacer los venezolanos ante esa situación? ¿Cuáles son las propuestas posteriores a este 21N, fecha donde el mensaje de rechazo de los ciudadanos fue claro y contundente? Personalmente he sostenido de manera consistente que ante la ausencia de representación política los venezolanos debemos ir a la fuente de todos los poderes públicos que no es otra que la voluntad de los venezolanos y que sea el pueblo venezolano el que decida.

Que la solución política de los venezolanos pasa, no por una “elección de cargos” ni de Presidente ni de Parlamentarios, completamente devaluados de una institucionalidad destruida tras más de 20 años de devastación, sino por la elección de representantes constituyentes, con un árbitro electoral internacional que se negocie con la Comunidad Internacional, sin la intervención de ningún Poder Publico de Venezuela. Ese sería el único sentido de una negociación con el régimen para un levantamiento de sanciones internacionales.

De esta manera, no solo se resolvería el nudo gordiano de Maduro y sus ladrones sino se discutiría una nueva institucionalidad para Venezuela basada en un proyecto de país, la designación para un plazo necesario de un Gobierno de Transición que conduzca a los venezolanos a una elección de poderes públicos legítimos en el marco de un nuevo texto Constitucional.

¿Es esto un desvarío producto de más de 20 años de tiranía? No lo creo. Sin embargo es necesaria la voluntad política de representantes opositores verdaderos, que deseen realmente una solución para Venezuela, y que es precisamente de lo que carecemos y necesitamos desesperadamente. Debo señalar sin mezquindades que creo que cualquier iniciativa que apunte a sustituir a los personajes que nos han representado hasta ahora con un lamentable saldo de fracasos escandalosos, es necesaria y hay que discutirla. Que es necesario un nuevo liderazgo político es ya una realidad incuestionable en Venezuela.

En la medida que organizaciones tan prestigiosas de la Comunidad Internacional como la Unión Europea sigan apuntalando e insistiendo en que se siga utilizando un sistema electoral como el de Venezuela completamente desnaturalizado en sus fines, el Derecho al Sufragio de los venezolanos seguirá siendo atropellado, en una suerte de círculo vicioso interminable. Hay que crear nuevos círculos, esta vez virtuosos para romper esa trágica monotonía. De otra manera no habrá necesidad de preguntarse qué pasará después de una fecha electoral en Venezuela porque trágicamente sabremos la respuesta…

Muchísimas gracias,

Caracas, 26 de Noviembre de 2021

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Referencias

1.- Declaración Preliminar de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea en Venezuela, 2021.  https://eeas.europa.eu/sites/default/files/declaracion_preliminar_venezuela_2021_final_es.pdf

2.- 60 Años de las Declaraciones Internacionales de los Derechos Humanos, compilador Juan Jose Caldera, Universidad MonteAvila-Fundación Konrad Adenauer Stiftung, 2008. ISBN 978-980-12-3530-9

(*) Luis Manuel Aguana es Directivo de ANCO, Alianza Nacional Constituyente Originaria, Doctor en Estudios del Desarrollo, MSc en Economía Internacional y Licenciado en Computación  de la Universidad Central de Venezuela, UCV.