sábado, 1 de julio de 2023

Un nuevo juego político

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Como en un gran tablero de ajedrez, el régimen movió una de sus piezas, la Contraloría General de la República, y decidió la inhabilitación política de María Corina Machado (MCM) por 15 años. Son irrelevantes las opiniones jurídicas de si eso era legal o no, o los desgarramientos de vestiduras y los golpes de pecho de sus más fervientes seguidores nacionales e internacionales. Lo hizo y punto porque mandan y pueden hacerlo, porque si todavía no se han enterado, estamos en una TIRANÍA, y ellos deciden quién puede y quién no puede medirse con el régimen en unas “elecciones”. Como lo he mencionado antes, tal vez fue una buena dosis de “ubicatex” para los que todavía piensan que estamos en un clásico carnaval electoral, donde el que tiene más votos gana. Y lamentablemente en la Venezuela actual no es así. 

No esperaron siquiera la conformación del nuevo CNE para accionar en contra de las primarias –eso tardaría mucho en un juego político donde cada hora cuenta- aunque eso no significa nuevas jugadas posteriores utilizando su mejor pieza, el Poder Electoral, en contra de que se abra siquiera alguna posibilidad de que se unifique una oposición  alrededor de alguien antes de las elecciones de 2024.

Sin embargo, quiéranlo o no, esa jugada del régimen cambió el escenario político, y las posibles decisiones de sus actores frente a esa nueva realidad. Estamos ante un nuevo juego político. Y si esos actores piensan que pueden seguir tomando las mismas decisiones después de haber ocurrido esa jugada, están pensando con otro órgano diferente del cerebro, y tienen una altísima probabilidad de perder definitivamente el juego.

Hasta ahora, el arrollador avance de la precandidatura de MCM en las primarias, daban por descontado su triunfo para convertirse en la candidata opositora indiscutible frente al régimen. Todos los demás candidatos metidos en una licuadora no daban los números frente a ella. Ahora bien, después de esto, ¿irá alguien a votar en unas primarias por MCM a sabiendas de que aun así no podrá medirse con el régimen en las elecciones? ¿Eran por MCM los números arrasadores de ella en las encuestas, o, por el contrario, obedecían a que logró convencer, aun a aquellos que no la seguían antes de las primarias, de que era posible un triunfo electoral frente al régimen? Ahora que esa posibilidad se desvanece, ¿seguirán igualmente dispuestos a ir a unas primarias?

La inhabilitación política de MCM no le impide seguir en su camino de primarias y efectivamente convertirse en la vencedora de ese proceso. PERO -y aquí el pero es importante- ese proceso es para elegir a un candidato frente al régimen, aunque MCM insista tercamente que el resultado es para definir un nuevo liderazgo opositor. Y dada esa nueva condición impuesta a ella por el régimen, el proceso de primarias no arrojará al mejor candidato que refleje la preferencia de la mayoría del pueblo opositor venezolano, lo que en esencia DESNATURALIZA el mismo proceso de primarias.

En otras palabras, el régimen ha logrado, con la jugada en contra de MCM, meterle basura al sistema de primarias, trayendo como consecuencia que las primarias den como resultado no al mejor candidato opositor, sino al mejor bate quebrado de la oposición.

Entonces, a sabiendas de esa situación, la pregunta que deben hacerse los partidos de la oposición oficial, y mucho más importante todavía, el pueblo opositor venezolano, es si continuar por el camino de las primarias logra el objetivo de poner al mejor candidato al frente, con posibilidad cierta de vencer al candidato del régimen.

Al balancear a su favor el juego, el régimen logra dos cosas importantes: 1) que sea creíble internacionalmente un triunfo del régimen frente a cualquier bate quebrado de una oposición atomizada que salga de las primarias; y 2) aumentar considerablemente la abstención electoral para un proceso que sabemos estará arreglado a favor del régimen, con un CNE que vendrá peor que cuando vivía Tibisay Lucena.

Visto lo anterior, ¿cuál debería ser la respuesta opositora a eso? ¿Lanzarse a las calles insistiendo en MCM para que con ayuda exterior –la única posible- se logre que el régimen acepte medirse con alguien a quien le bloqueó el paso? ¿Funciono eso con la oposición a la tiranía de Daniel Ortega en Nicaragua? De nuevo, ESTAMOS EN UNA TIRANÍA. No olviden nunca esa realidad. Sería una pérdida de un tiempo valioso necesario para que se estructure una nueva estrategia que sí pueda utilizar ese valioso recurso de la calle, pero no salido de una reacción emocional inmediata desde las entrañas a una jugada previsible del régimen, sino como una acción bien pensada en el momento preciso, dirigida a ganar definitivamente este juego.

Lo que debería estar pensando el pueblo opositor venezolano es que el objetivo final de esta lucha es deponer al régimen, por mucha indignación que nos causen las acciones que tomen en contra de alguien. Y si de verdad creen que el mecanismo a utilizar son esas elecciones del 2024, independientemente de que vaya a existir un CNE claramente parcializado, entonces el candidato opositor ya no debería salir de entre quienes están la papeleta de primarias, porque de acuerdo a las encuestas la gente se había decantado a favor de alguien que el régimen decidió excluir, y ese alguien ya no correrá en las elecciones.

Aún todavía ganando las primarias, MCM ya no estará en la carrera electoral definida por el régimen. Y si se pretende seguir por ese camino, la apuesta de la oposición oficial continuará siendo por un candidato “válido” al régimen. Esa es la triste realidad de la oposición oficial cuando decidieron el camino electoral con una tiranía. Y dudo mucho que eso cambie por más presión internacional que se exija fuera del país, porque aun así ellos aceptaron el camino electoral.

A estas alturas debería estar surgiendo una pregunta: ¿y si no son unas primarias, qué? ¿Un consenso? Un consenso entre bates quebrados opositores no daría otra cosa que un candidato opositor perdedor. Por eso era que la presencia de MCM en las primarias era muy importante para la Plataforma Unitaria, y todavía sigue siéndolo aún inhabilitada. Y un consenso intentado con una precandidata clara ganadora de ese proceso no sería viable. Resultado: juego trancado. Conociendo su trayectoria, ¿creen ustedes que MCM negociaría otro candidato que no sea ella y menos aún endosarle sus votos?

A estas alturas el tiempo corre rápido en este nuevo juego político. La siguiente jugada del régimen vendrá con el nuevo CNE en funciones. Si se espera a octubre para definir un candidato opositor que ya no será MCM, se habrá perdido un tiempo precioso, importantísimo para lograr posicionar a otra persona que aglutine el sentimiento opositor, dándole al régimen la oportunidad de oro para que ese nuevo CNE adelante las elecciones, agarrando a la oposición con los pantalones abajo, solo teniendo en las manos a un candidato mediocre pero válido al régimen, producto de esas primarias.

Si eso es lo que desean, adelante con el plan de insistir que solo puede ser MCM después de las primarias. Y todos esos precandidatos, incluyéndola a ella, deberán seriamente evaluar, para lo que venga más adelante, si lo que quieren en realidad es una Venezuela libre, o sus propios intereses y egos de llegar a ser Presidentes de la República…

Caracas, 1ro. de Julio de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana


jueves, 29 de junio de 2023

Candidatura salvadora

Por Luis Manuel Aguana

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He recibido algunas consultas de amigos en el exterior, solicitando mi opinión acerca del registro en la plataforma técnica dispuesta para eso por la Comisión Nacional de Primarias (CNP), habida cuenta de la decisión de esa CNP de “autogestionar” el voto de los ciudadanos. Tal vez no sea yo la persona más apropiada para esa consulta, al haber expuesto públicamente mi opinión en contra de ese proceso de primarias que pienso coadyuva, no solo a generar otra vez una falsa expectativa en la gente de que “esta vez sí saldremos del régimen”, sino a legitimar con nuestra presencia en elecciones un nuevo fraude electoral por parte de quienes controlan el sistema de contar votos. Sin embargo, aun así, pienso que es importante que las personas posean la mayor cantidad de información posible para tomar la mejor decisión a favor de sus intereses.

Desde que anunciaron que el CNE no tendría injerencia en las primarias, la gente se sintió más cómoda en suministrarle sus datos a la CNP. Sin embargo, no debemos olvidar que ese capítulo del CNE todavía no ha terminado. Hasta el último momento el régimen tendrá algo que decir en ese proceso. Lo que sucedió fue que los Rectores del CNE fueron “renunciados” por el régimen, y la CNP decidió “autogestionar” el proceso y no seguir esperando debido al cronograma ajustado que tenían. Pero eso no significa que un nuevo CNE no decida, al entrar en funciones, luego de cualquier sentencia del TSJ del régimen frente a ese proceso, obligar a la CNP a entregar los datos que hayan recogido hasta ese momento para la celebración de las primarias.

Debo admitir que es un escenario hipotético, pero que puede ser muy posible por la larga experiencia que tenemos con la tiranía. El otro escenario es que no se celebren primarias por falta de recursos, o que los recursos que puedan reunir antes de octubre no les alcance para unas primarias como las que pretenden realizar, y decidan otro mecanismo a última hora (¿consenso?) entre los participantes inscritos. Entonces, los datos recogidos hasta ese momento quedarían en manos de alguien (no se sabe de quién) de la oposición oficial, dispuestos allí para ser posteriormente utilizados para cualquier antojo electoral.

En el caso de realizarse las primarias, alguien debería, en buena ley, hacerse responsable de los datos opositores, destruyendo o borrando lo que haya que destruir y borrar para no correr el riesgo de ir a parar en manos de la tiranía, como efectivamente lo hizo la Comisión de Primarias del año 2012, que responsablemente quemó los cuadernos electorales al finalizar el proceso, aun siendo amenazados por el régimen.

Debido a que en Venezuela no existe ninguna regulación en materia de protección de datos (¡no hay siquiera Estado de Derecho!), queda de los electores de la oposición en cualquier parte del mundo confiar en quienes administran ese proceso en la CNP (ver Primarias y protección de datos, en https://ticsddhh.blogspot.com/2023/06/primarias-y-proteccion-de-datos.html) y esperar lo mejor en sus actuaciones. Entiendo que muchos opositores en Venezuela y en el exterior ya se están registrando. Si esos venezolanos todavía creen que un candidato que salga de esas primarias hará alguna diferencia en el 2024 de lo que ha ocurrido hasta ahora con los procesos electorales conducidos por el régimen, regístrense y voten en ese proceso.

No deseo ser pesimista o transmitir pesimismo. Simplemente, expongo los hechos sin generar falsas expectativas. Escribí una tesis de doctorado alrededor de la protección de los datos de los ciudadanos en Latinoamérica, proponiendo una metodología para medir el fenómeno, y como era de esperar, Venezuela resulta el caso más grave en la protección de los datos de sus ciudadanos (ver Tesis de Doctorado de MSc. Lic. Luis Manuel Aguana, EL USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIONES (TIC) PARA EL CONTROL POLÍTICO Y LA LIMITACIÓN AL DERECHO A LA PRIVACIDAD: DESARROLLO DE INDICADORES PARA SU MEDICIÓN Y SU APLICACIÓN EN AMÉRICA LATINA, en https://tinyurl.com/5eh9v7a5). Allí encontrarán suficiente información para que ustedes saquen tus propias conclusiones.

Ahora bien, más allá de que los venezolanos se inscriban para votar en esas primarias, y que todos deseemos fervientemente que el candidato escogido tenga las mejores intenciones de plantarse ante el régimen para cobrar efectivamente el resultado, sería muy ingenuo de nuestra parte creer que el solo acto cívico de votar e irnos a nuestras casas será suficiente para que la pléyade de criminales que detentan el poder en Venezuela se separen de él cuando eso les representa perder la libertad o la vida.

El acto electoral es una acción CIVILIZADA, propia de ciudadanos que entienden que es el pueblo el que mayoritariamente decide quién debe conducir el Estado. Lamentablemente, ese no es el caso en Venezuela. Hemos sido testigos, a lo largo de estos muy duros 23 años, de cómo la tiranía ha ignorado olímpicamente ese principio democrático fundamental. ¿Por qué el régimen se comportaría de una manera distinta en esta nueva oportunidad? ¿Debido a qué los opositores somos mayoría? No podemos llevar esa pretensión hasta ese extremo.

Si bien es cierto que es importante demostrar al mundo por los votos que los venezolanos nos hemos decantado por un rechazo mayoritario y contundente ante quienes nos desgobiernan, no es menos cierto que esa demostración ya la hicimos en el pasado de la misma manera en dos Consultas Populares, en 2017 y 2020, sin que eso moviera ni un milímetro fuerza alguna de afuera ni de adentro del país. ¿Existe ahora algún indicio que señale lo contrario para el 2024?

Los venezolanos de nuevo seguimos esperando, y esta vez de las manos de una candidatura salvadora,  que alguien resuelva por nosotros lo que cada uno no ha afrontado desde la perspectiva de nuestra propia y terrible realidad. Y la realidad indica la necesidad de profundizar en la lucha dura y consistente, impulsada por un movimiento de movimientos ciudadano decidido, constante y permanente de resistencia civil organizada, que no se engañe a sí mismo en los términos y maneras que se requieren para enfrentar a una tiranía como la que tenemos, que es única en el mundo, dispuesta a pasar por encima de nosotros a cualquier precio para no desalojar el poder. De verdad espero que quien se lleve la victoria  en ese papel de marras no tenga el mismo destino histórico que han tenido todos los salvadores…

Caracas, 29 de Junio de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana