Por Luis
Manuel Aguana
Como en un gran tablero de ajedrez, el régimen movió una de sus piezas, la Contraloría General de la República, y decidió la inhabilitación política de María Corina Machado (MCM) por 15 años. Son irrelevantes las opiniones jurídicas de si eso era legal o no, o los desgarramientos de vestiduras y los golpes de pecho de sus más fervientes seguidores nacionales e internacionales. Lo hizo y punto porque mandan y pueden hacerlo, porque si todavía no se han enterado, estamos en una TIRANÍA, y ellos deciden quién puede y quién no puede medirse con el régimen en unas “elecciones”. Como lo he mencionado antes, tal vez fue una buena dosis de “ubicatex” para los que todavía piensan que estamos en un clásico carnaval electoral, donde el que tiene más votos gana. Y lamentablemente en la Venezuela actual no es así.
No esperaron siquiera la conformación del nuevo CNE para accionar en contra de las primarias –eso tardaría mucho en un juego político donde cada hora cuenta- aunque eso no significa nuevas jugadas posteriores utilizando su mejor pieza, el Poder Electoral, en contra de que se abra siquiera alguna posibilidad de que se unifique una oposición alrededor de alguien antes de las elecciones de 2024.
Sin embargo, quiéranlo o no, esa jugada del régimen cambió el escenario político, y las posibles decisiones de sus actores frente a esa nueva realidad. Estamos ante un nuevo juego político. Y si esos actores piensan que pueden seguir tomando las mismas decisiones después de haber ocurrido esa jugada, están pensando con otro órgano diferente del cerebro, y tienen una altísima probabilidad de perder definitivamente el juego.
Hasta ahora, el arrollador avance de la precandidatura de MCM en las primarias, daban por descontado su triunfo para convertirse en la candidata opositora indiscutible frente al régimen. Todos los demás candidatos metidos en una licuadora no daban los números frente a ella. Ahora bien, después de esto, ¿irá alguien a votar en unas primarias por MCM a sabiendas de que aun así no podrá medirse con el régimen en las elecciones? ¿Eran por MCM los números arrasadores de ella en las encuestas, o, por el contrario, obedecían a que logró convencer, aun a aquellos que no la seguían antes de las primarias, de que era posible un triunfo electoral frente al régimen? Ahora que esa posibilidad se desvanece, ¿seguirán igualmente dispuestos a ir a unas primarias?
La inhabilitación política de MCM no le impide seguir en su camino de primarias y efectivamente convertirse en la vencedora de ese proceso. PERO -y aquí el pero es importante- ese proceso es para elegir a un candidato frente al régimen, aunque MCM insista tercamente que el resultado es para definir un nuevo liderazgo opositor. Y dada esa nueva condición impuesta a ella por el régimen, el proceso de primarias no arrojará al mejor candidato que refleje la preferencia de la mayoría del pueblo opositor venezolano, lo que en esencia DESNATURALIZA el mismo proceso de primarias.
En otras palabras, el régimen ha logrado, con la jugada en contra de MCM, meterle basura al sistema de primarias, trayendo como consecuencia que las primarias den como resultado no al mejor candidato opositor, sino al mejor bate quebrado de la oposición.
Entonces, a sabiendas de esa situación, la pregunta que deben hacerse los partidos de la oposición oficial, y mucho más importante todavía, el pueblo opositor venezolano, es si continuar por el camino de las primarias logra el objetivo de poner al mejor candidato al frente, con posibilidad cierta de vencer al candidato del régimen.
Al balancear a su favor el juego, el régimen logra dos cosas importantes: 1) que sea creíble internacionalmente un triunfo del régimen frente a cualquier bate quebrado de una oposición atomizada que salga de las primarias; y 2) aumentar considerablemente la abstención electoral para un proceso que sabemos estará arreglado a favor del régimen, con un CNE que vendrá peor que cuando vivía Tibisay Lucena.
Visto lo anterior, ¿cuál debería ser la respuesta opositora a eso? ¿Lanzarse a las calles insistiendo en MCM para que con ayuda exterior –la única posible- se logre que el régimen acepte medirse con alguien a quien le bloqueó el paso? ¿Funciono eso con la oposición a la tiranía de Daniel Ortega en Nicaragua? De nuevo, ESTAMOS EN UNA TIRANÍA. No olviden nunca esa realidad. Sería una pérdida de un tiempo valioso necesario para que se estructure una nueva estrategia que sí pueda utilizar ese valioso recurso de la calle, pero no salido de una reacción emocional inmediata desde las entrañas a una jugada previsible del régimen, sino como una acción bien pensada en el momento preciso, dirigida a ganar definitivamente este juego.
Lo que debería estar pensando el pueblo opositor venezolano es que el objetivo final de esta lucha es deponer al régimen, por mucha indignación que nos causen las acciones que tomen en contra de alguien. Y si de verdad creen que el mecanismo a utilizar son esas elecciones del 2024, independientemente de que vaya a existir un CNE claramente parcializado, entonces el candidato opositor ya no debería salir de entre quienes están la papeleta de primarias, porque de acuerdo a las encuestas la gente se había decantado a favor de alguien que el régimen decidió excluir, y ese alguien ya no correrá en las elecciones.
Aún todavía ganando las primarias, MCM ya no estará en la carrera electoral definida por el régimen. Y si se pretende seguir por ese camino, la apuesta de la oposición oficial continuará siendo por un candidato “válido” al régimen. Esa es la triste realidad de la oposición oficial cuando decidieron el camino electoral con una tiranía. Y dudo mucho que eso cambie por más presión internacional que se exija fuera del país, porque aun así ellos aceptaron el camino electoral.
A estas alturas debería estar surgiendo una pregunta: ¿y si no son unas primarias, qué? ¿Un consenso? Un consenso entre bates quebrados opositores no daría otra cosa que un candidato opositor perdedor. Por eso era que la presencia de MCM en las primarias era muy importante para la Plataforma Unitaria, y todavía sigue siéndolo aún inhabilitada. Y un consenso intentado con una precandidata clara ganadora de ese proceso no sería viable. Resultado: juego trancado. Conociendo su trayectoria, ¿creen ustedes que MCM negociaría otro candidato que no sea ella y menos aún endosarle sus votos?
A estas alturas el tiempo corre rápido en este nuevo juego político. La siguiente jugada del régimen vendrá con el nuevo CNE en funciones. Si se espera a octubre para definir un candidato opositor que ya no será MCM, se habrá perdido un tiempo precioso, importantísimo para lograr posicionar a otra persona que aglutine el sentimiento opositor, dándole al régimen la oportunidad de oro para que ese nuevo CNE adelante las elecciones, agarrando a la oposición con los pantalones abajo, solo teniendo en las manos a un candidato mediocre pero válido al régimen, producto de esas primarias.
Si eso es lo que desean, adelante con el plan de insistir que solo puede ser MCM después de las primarias. Y todos esos precandidatos, incluyéndola a ella, deberán seriamente evaluar, para lo que venga más adelante, si lo que quieren en realidad es una Venezuela libre, o sus propios intereses y egos de llegar a ser Presidentes de la República…
Caracas, 1ro. de Julio de 2023
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