lunes, 29 de julio de 2024

Fraude insostenible

Por Luis Manuel Aguana

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A diferencia de los que muchos de mis lectores puedan pensar, mi asombro no fue el fraude en descampado que el régimen y su CNE hicieron en la madrugada de hoy al declarar a Nicolás Maduro Moros ganador de las elecciones del 28J. ¡NO! Fue la torpeza de no aceptar la voluntad soberana del pueblo de Venezuela, que en evidente rechazo al régimen se volcó a los centros electorales para votar en contra de la ruina en la que nos han sumido en 25 años.

¡Imagínense solamente cómo estaría ahora el régimen de Maduro, de haber aceptado los verdaderos resultados! Habría sido catalogado como una “democracia modelo”, con un sistema electoral impecable y respetuoso de los Derechos de sus ciudadanos. ¿Qué tal?

Luego de eso, hubiera sido muchísimo más cuesta arriba convencer al mundo de la ilegitimidad de un régimen que nos ha azotado por 25 años, de haber admitido que perdieron las elecciones. Casi que puedo agradecerles que lo hayan hecho porque lo que vendrá en el futuro los purgará definitivamente de Venezuela.

Con 4 de los 5 Poderes Públicos en los bolsillos, la Comunidad Internacional les habría reconocido y abierto todas las puertas, levantado las sanciones y entregado el dinero  retenido, quitando los letreros de “Se Busca” con recompensas millonarias a los criminales que ocupan el poder. ¿¡Qué nivel de imbecilidad tan grande pueden tener a quienes se les ocurrió semejante estupidez!?

A finales de 2015 manejaron mucho más inteligentemente la situación. Aceptaron perder la Asamblea Nacional en diciembre de ese año e inmediatamente la castraron con su TSJ, la dejaron correr algunos meses con un Referendo Revocatorio en el 2016 que finalmente bloquearon,  y en mayo del año siguiente, en 2017, convocaron a una Constituyente para terminar de pisarla. Ahora perdieron la oportunidad de oro de materializar el dicho “perdiendo también se gana”. Y eso que la Asamblea Nacional es por mucho el Poder del Estado más importante de Venezuela.

Pero luego de 25 años de éxitos macabros, lograron perder todo eso en una sola noche. Así como el alcohólico anónimo que por desesperación se emborracha luego de 25 años de abstención. Pero como dicen, las cabras siempre tiran para el monte. No podían esperar que la rana los pudiera pasar por el río y la picaron en el medio de la corriente porque “esa es su naturaleza”. Y eso es así porque son naturalmente criminales.

Si bien es cierto que sabíamos que podrían hacer un fraude, como lo habíamos reseñado tantas veces, el tamaño del tsunami de votos en contra fue tal que no supieron qué hacer con eso. Trataron de impedir desesperadamente la presencia de los testigos como en otras oportunidades, pero se encontraron con un pueblo arrecho que se impuso en todos los centros. Trancaron la recepción de las actas a los servidores del CNE, pero cada acta ganadora ya había sido acopiada en su mayoría por la oposición. No era ni necesario contar cada voto. La respuesta de la población fue de tal magnitud que se asustaron al punto de enviar a sus asesinos en moto a dispararle a los electores en los centros. La propia locura colectiva. Incluso en Acarigua, en el Barrio La Romana, la Guardia Nacional se robaba las cajas con los comprobantes de voto, como quien se roba una gallina, tomándola y pegando la carrera (ver post de @TAMARA_SUJU, en https://x.com/TAMARA_SUJU/status/1817758716713689360). Esa es la mejor ilustración de lo que pasó ayer, unos ladrones roba-gallinas se robaron la elección. 

Pero ocurrió algo que no se había visto nunca antes en Venezuela: los resultados empezaron a salir de los propios centros, y se viralizaron por las redes sociales, dando diferencias de 3, 4 y 5 veces la votación de Edmundo González Urrutia (EGU) por encima del régimen en todas las regiones del país. ¿Quién entonces podría dudar del resultado real de esa elección, por más chavista-madurista que fuera? Nadie…

Entonces ese fraude del CNE y Maduro es insostenible. Antes, técnicos como yo y otros que hemos investigado y trabajado acerca de las modalidades tecnológicas del fraude, y que éramos considerados como cucarachas de laboratorio, nadie nos escuchaba que el régimen se ha robado TODAS las elecciones desde el año 2004.

Ahora ese fraude se constata en la calle de manera silvestre y a los ojos de todo el mundo. Era necesario que el robo fuera creíble. Que ambas opciones fueran lo suficientemente cercanas para poner al régimen a ganar por un pequeño margen, lo suficientemente seguro para permanecer en el poder. Pero en esta oportunidad eso fue imposible. El Rey se quedó desnudo frente a todos, no solo ante unos pocos que podíamos técnicamente verlo y gritábamos que lo estaba. ¿Cómo podría gobernar ahora Maduro ante el desprecio abierto de la población, propia y contraria, que lo sabe ahora  comprobadamente un usurpador? Porque hasta su propia gente lo rechazará al saberlo de cierto perdedor y ladrón de elecciones. Y eso no se puede sostener en el largo plazo.

Ahora bien, después de este atraco en descampado, ¿Qué es lo que viene? Calma y perseverancia. Y esta es la parte más difícil para nosotros porque eso no está en nuestro ADN. Como he mencionado en otras oportunidades, los venezolanos somos los inventores de los operativos. Nos gusta que las cosas pasen inmediatamente. Y esto que paso ayer fue un gran operativo que debía dar como resultado la expulsión del régimen.  “Lo mío que me lo den ya”, y en esta oportunidad el régimen bloqueó esa salida. No tenemos una cultura de trabajo sistemático y perseverante para abordar y resolver los problemas. Y esto está respaldado por estudios académicos y gerenciales:

 “Somos buenos enfrentando situaciones de emergencia y en acciones de tipo comando para manejar situaciones críticas” (Granell y otros, p103, 1997) (1). Pero fallamos estrepitosamente cuando se trata de llevar un plan de largo plazo: “En términos generales, podemos considerar que la cultura venezolana es esencialmente cortoplacista, con un predominio del pensamiento sincrónico, una concepción muy flexible del tiempo y orientada a la obtención de resultados inmediatos más que al inferimiento de recompensas futuras” (Granell y otros, p107, 1997) (1).

Pero si queremos materializar en el futuro la recompensa inmediata que nos negaron ayer de ver salir a Maduro de Miraflores, deberemos esperar y perseverar, siguiendo el lineamiento de un liderazgo claro como el de María Corina Machado (MCM). El régimen ha cometido, más allá de un fraude, un golpe de Estado. ¿Por qué digo esto? El expresidente del Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el exilio, Miguel Ángel Martín, razona esta situación días antes del 28J: “¿Por qué el régimen de Maduro está cometiendo Autogolpe?”, y su respuesta no deja lugar a dudas:

“El régimen de Maduro está socavando sistemáticamente la voluntad popular y las normas constitucionales establecidas para perpetuar su control sobre el poder. Estas acciones incluyen represión contra la oposición, manipulación de los procesos electorales y restricción de las libertades civiles. Esta erosión de la estabilidad institucional y la legalidad democrática refleja un claro intento de mantenerse en el poder a pesar de la oposición generalizada y del deterioro económico y social del país. Esta situación en Venezuela destaca cómo los golpes de Estado pueden manifestarse no solo a través de acciones militares directas, sino también mediante estrategias políticas y manipulaciones institucionales que amenazan los principios fundamentales de la democracia” (ver Diario Las Américas, 23-06-2024, Miguel Angel Martín, “No es un fraude electoral, es un golpe de Estado”, en https://www.diariolasamericas.com/opinion/no-es-un-fraude-electoral-es-un-golpe-estado-n5358763).

Esto configura una situación incluso más grave de la que ocurrió con Juan Guaidó Márquez, siendo Presidente Encargado por aplicación de la Constitución, pero SIN LOS VOTOS, en el año 2019. A diferencia de ese entonces, a partir hoy, el Presidente Constitucional Electo CON LOS VOTOS de todos los venezolanos, se llama Edmundo González Urrutia. Mejor no pudo ser la respuesta de MCM y EGU ante este fraude burdo y desproporcionado del régimen y su CNE proclamando como un hecho certificado la Presidencia de EGU a todos los venezolanos y al mundo.

La Comunidad Internacional comenzó por exigir pruebas de ese despropósito, como los EEUU, principal país dueño de las sanciones: “Es fundamental que cada voto se cuente de manera justa y transparente, que los funcionarios electorales compartan la información de inmediato con la oposición y los observadores independientes sin demora, y que las autoridades electorales publiquen las actas” (ver cuenta de X de la Embajada de los EEUU, Venezuela, @usembassyve, Comunicado del Secretario de Estado Antony Blinken, en https://x.com/usembassyve/status/1817793921776341207). Creo que de eso va a depender su reconocimiento.

Y por más reconocimiento que le otorguen sus aliados políticos internacionales, Maduro se confirma hoy como USURPADOR oficialmente y, léase bien, será válida cualquier acción que se realice tendiente a restaurar el orden constitucional en Venezuela, para colocar en la Presidencia de la República a su legítimo titular. Eso debería ser un claro mensaje para las Fuerzas Armadas. Más les hubiera valido reconocer a EGU. En esa apuesta fraudulenta al estilo de Rosalinda pueden perderlo todo, incluso mucho más que el poder…

Caracas, 29 de Julio de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1)  Éxito Gerencial y Cultura, Retos y Oportunidades en Venezuela / Managing Culture for Success, Challenges and opportunities in Venezuela, Granell, Garaway, Malpica, Ediciones IESA 1997, ISBN 980-217-189-1

lunes, 22 de julio de 2024

La decisión del 29J

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Algunos dirán que hay una equivocación en el título de esta nota. No la hay. La decisión del 28J ya la tomamos los venezolanos de expulsar del poder con los votos a Nicolás Maduro Moros y sus ladrones el 28J. Esa decisión es clara y firme. La que falta por tomar es la decisión del 29J cuando el CNE le lleve los resultados reales a sus jefes del régimen para que estos tomen la decisión de obedecer o no a la voluntad popular. ¿Qué creen ustedes que harán?

Hay opiniones encontradas al respecto. Maduro ofreció un “baño de sangre” si perdían las elecciones, en una suerte de negación violenta de la situación política. Otros dicen que entregarán el poder, pero se ocuparan de hacer control de daños, llamando a un referendo consultivo para imponernos una nueva Ley Orgánica del Poder Popular, tan inconstitucional como la original. Otros dicen que habrá un descalabro y el régimen se caerá como un castillo de barajitas y todos huirán cual ratas de un barco que se hunde. Otros, como Freddy Bernal, organizan a sus motorizados violentos para arremeter en contra de la población indefensa que se le ocurra protestar el resultado que dará el CNE, por supuesto a favor de Maduro.

Al margen de todas esas opiniones, del otro lado aparece una dirigencia opositora muy segura del triunfo electoral, y tienen todas razones para estarlo, vista a los ojos de todo el mundo la preferencia electoral masiva en contra del régimen en todos los rincones del país, a favor del cambio representado por María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU), confiando en que la partida de criminales del régimen solo vociferan, y al final terminarán entendiendo que esa es la voluntad del pueblo y aceptarán pacíficamente el resultado adverso. Es por esa razón que nadie de la campaña opositora indique que es lo que harán si el régimen en la madrugada del 29J decide como el Jalisco mexicano, que “nunca pierde, y cuando pierde arrebata”.

Y esto se materializaría con un resultado que “cuadre” producto de un sistema automatizado que se ha sofisticado en más en 20 años y del cual la oposición tercamente insiste desestimar en su alcance y profundidad, incluso defendiéndolo también como el régimen “el mejor sistema electoral del mundo”, siendo un sistema diseñado especialmente para que los votos no sean contados en su totalidad por los testigos sino por unas máquinas controladas por el CNE, y de las que existen indicios matemáticos y estadísticos que señalan de que son intervenidas para cambiar los votos de los venezolanos.

Ya de por sí, el solo hecho de que los testigos no puedan contar todos los votos de una elección debido a un Reglamento Electoral írrito constituye un hecho irregular INACEPTABLE por cualquiera que compita en esa elección. Pero la oposición oficial venezolana ha aceptado esa condición descabellada desde la primera vez en el año 2004, y tampoco la ha denunciado en 20 años que tiene con nosotros ese sistema de contar votos. A partir de allí la oposición no ha ganado ni una sola elección sin la aprobación del régimen.

No voy a perder el tiempo analizando lo que pasaría en Venezuela si el régimen acepta que perdió la elección y el CNE proclama a EGU presidente Electo de los venezolanos. Ojalá que estemos en esa situación, como decía un antiguo jefe que tuve. Siguiendo la lógica cartesiana de una elección  que refleje lo que realmente sucede en el país y el sentir de sus ciudadanos, eso es lo que precisamente debería ocurrir con toda seguridad, si no tuviéramos la tiranía que tenemos en el poder.

Pero no estamos en un contexto de lógica cartesiana. Tenemos unos criminales que han asesinado opositores en prisión, que mantienen civiles y militares en encierros infrahumanos y han asaltado el erario público, al punto impensable de quebrar a un país petrolero desde sus cimientos en 25 años de ejercicio del poder. En el medio del camino han adquirido toda la tecnología electoral necesaria para que los resultados de elecciones  cuadren a su favor, a contra vía de lo que los electores hayan decidido con sus propios sentidos. Hemos dedicado años intentando explicar que no es suficiente tener los votos frente a un sistema tecnológico muy complejo que siempre arrojará resultados a favor del régimen.

Algunos me dirán que existen “auditorías” y que “es imposible que el régimen pueda cambiar los votos”. A eso respondo con conocimiento de causa  que la tecnología apropiada puede hacer lo que sea, incluyendo manipular el resultado de las actas de una elección. Los programas se pueden cambiar en cualquier computadora y poner a funcionar otros a favor del que los manipula; los datos se pueden intervenir en el medio de una transmisión; un operador bien entrenado puede cambiar cualquier cosa que desee en vivo en las máquinas de los centros. Hay un infinito número de posibilidades técnicas que se pueden manejar en el mundo de la tecnología de la información en el medio de un sistema de esa complejidad, y en especial en la actualidad. Nadie podía ni siquiera imaginar hace unos años que una máquina hablara con una persona, y ahora es posible.

¿Qué es lo ÚNICO seguro en este océano de tecnología? Lo que la gente vio con sus propios sentidos y depositó en una urna electoral. Nada más. En todas esas urnas se encuentra la verdad de cualquier proceso electoral. Las actas no son más que el reflejo de eso y el resumen totalizado de esa expresión. Eso es lo que se cuenta al final, de allí la expresión “acta mata voto”. Pero si vamos a creerle a lo que saca una máquina programada por un régimen criminal, dudo mucho que sus resultados se correspondan con lo que está depositado en las urnas, y que fue lo que vieron y constataron los electores venezolanos con sus propios sentidos.

Cuando en la madrugada del 29 de julio, el Presidente del CNE nos informe que Nicolás Maduro Moros resultó ganador de las elecciones, tengan la certeza de que lo hará basado en el hecho que los resultados de las actas arrojan a Maduro como ganador del proceso. En ese punto, ¿qué harán la oposición oficial y MCM? ¿Aceptar un resultado que contraviene cualquier lógica que hemos percibido con nuestros 5 sentidos en toda Venezuela? ¿MCM y EGU aceptarán eso solo porque las máquinas de quienes manejan un CNE corrupto lo dijeron? Ese será el momento decisivo de Venezuela.

Es muy posible que exista una fuerte inclinación interna, en especial de la MUD-PU, a aceptar ese resultado, no solo porque lo han hecho antes, sino porque en el fondo existe la creencia absurda en ese sistema de robar votos del régimen. Pero no creo que ese resultado lo acepten los millones de electores presentes en las ya legendarias concentraciones de MCM en todo el país, y que vieron con sus propios ojos y depositaron sus papeletas a favor de EGU. Y la ÚNICA MANERA de dirimir ese conflicto que amenazará la paz y la tranquilidad de Venezuela por muchos años, será que los militares del Plan República, los testigos y los venezolanos presentes en todos los centros, ABRAN TODAS Y CADA UNA DE LAS CAJAS Y CUENTEN TODOS LOS VOTOS.

Esa sería la única manera en que los venezolanos creamos que Maduro resultó vencedor el 28J. Esto es, SI LA SUMA DE CADA VOTO QUE EMITIÓ Y CONSTATÓ CON SUS SENTIDOS CADA VENEZOLANO se corresponde con esa afirmación. Es por esa razón por la que en todos los pueblos del mundo LAS PERSONAS ESCRUTAN TODOS los votos de los ciudadanos, y la tecnología lo que hace es auxiliar en la contabilidad de los votos.

¿Y cómo comprobar la verdad de lo que pasó en la madrugada del 29J? Con la presencia firme, pero pacifica y masiva de todos los que votamos por un cambio a través de los votos, a las afueras de los centros en donde votamos en todo el país, en una protesta sostenida, exigiendo el conteo manual de todos nuestros votos emitidos en los centros respectivos. Y en una manifestación presencial alrededor de cada centro, que el mundo constate si en verdad Maduro ganó o no esa elección.

Esta nota va dirigida a los venezolanos que podremos votar el 28J, no al comando opositor ni a la dirigencia política, que tal vez sean los primeros en aceptar lo que dicen como verdad las máquinas de unos criminales. A ellos al final les tocará hacer lo que el pueblo les exija, porque es la Soberanía Popular la que debe manifestarse en el momento más crítico del país. La responsabilidad de la dirigencia política deberá ser direccionar y defender “hasta el final” lo que se expresó en las urnas. Pero lo que sucederá, la decisión del 29J, será del pueblo, de nadie más, porque quizás esta sea la última oportunidad de hacerlo. Ojalá que eso si lo puedan aceptar.

Caracas, 22 de Julio de 2024

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