jueves, 6 de febrero de 2025

Venezuela, la inacción como política

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

Para aquellos que hemos opinado públicamente acerca de la no-juramentación de Edmundo González Urrutia (EGU) en el exterior, ya tenemos una respuesta clara de la política decidida por parte de la dirigencia opositora que conduce María Corina Machado (MCM), como efectivamente lo informó ella misma en su reciente rueda de prensa: “Nosotros hemos escuchado propuestas de algunos actores sobre la conveniencia de la juramentación del Presidente Electo fuera de Venezuela. Siempre hemos respondido, se va a juramentar en Venezuela en la Asamblea Nacional. Esta ha sido la posición que hemos tenido, y es la que hemos además acordado con aquellos gobiernos que reconocen a nuestro presidente Electo” (ver María Corina habla al país cara a cara ¿qué sigue?, canal Hasta que Caiga la Tiranía, en https://youtu.be/6gdJB-kDk9Y?t=2394).

Y punto, “no questions to ask”. Lamentablemente, la juramentación del Presidente Electo no es una mera formalidad jurídica que pueda ser retrasada a voluntad de nadie, y menos aún del propio Presidente, o por acuerdos con otros gobiernos, no solo por porque constituye un mandato y una obligación constitucional de EGU, como lo comenté en mi nota anterior, sino porque cada día que pasa se corre el posible riesgo de que perdamos un esfuerzo de años y de vidas opositoras, en el caso extremo que a EGU le suceda algo fuera del país que le impida pasar a la siguiente etapa como Presidente en ejercicio (ver El iceberg de la juramentación, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/02/el-iceberg-de-la-juramentacion.html).

Esa es una previsión que pienso se debió haber tomado en consideración, no solo por la condición física de cualquier persona de la edad del Presidente Electo, sino por la propia seguridad del proceso que tenemos entre manos, dados los crímenes que ya sabemos que el régimen ha ordenado cometer en el exterior y que son públicos, notorios y comunicacionales. No es mi intención de ninguna manera causar alarma, sino que estas consideraciones corresponden a la situación que de hecho estamos viviendo en Venezuela y que no son un secreto para nadie.

El Artículo 233 Constitucional indica: “Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa se procederá a una nueva elección universal directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes”.  ¿Están conscientes quienes participaron en esa decisión anunciada por MCM de juramentar a EGU en Venezuela, de que realizar una nueva elección como la del 28 de julio es imposible? ¿Están consientes de que la situación que hemos logrado hasta ahora con EGU, no es posible de repetir en las mismas circunstancias? Estamos en la etapa más crítica de cobrar esas elecciones, y en caso de una desaparición sobrevenida del Presidente Electo, NO HAY NADA QUE COBRAR.

Al juramentarse a la brevedad posible, EGU inmediatamente formalizaría su sucesión en MCM como Vicepresidente, como ya lo ha anunciado, y en el caso de que algo le sucediera en el exterior como Presidente de la República en ejercicio, la Presidente Encargada MCM continuaría la lucha por la recuperación del país como está planeado, pero en condiciones completamente diferentes, porque solo le correspondería llamar a elecciones en Venezuela una vez que el régimen ya no esté en el poder.

La estrategia que a todas luces está siguiendo la oposición para la juramentación de EGU en Venezuela, y que se nos da a entender por la declaración de MCM y sus voceros, es esperar a que los acontecimientos se vayan desarrollando en torno a la política del Presidente de los EEUU hacia Latinoamérica, en especial con las decisiones relativas a las bandas terroristas como el Tren de Aragua y el narcotráfico, manejados ambos por el régimen venezolano. En otras palabras, “esperar y ver” (wait-and-see) lo que hacen los EEUU con esas realidades en el corto, mediano o largo plazo.

Podríamos estar de acuerdo con esa estrategia de “esperar y ver”, pero el problema es que ya a los venezolanos se nos acabó el tiempo. De haberse juramentado EGU el 10 de enero como dice la Constitución de 1999, por ejemplo en los EEUU, ante el TSJ en el exilio, en la sede de la OEA, con la presencia de presidentes y expresidentes, y el mundo diplomático acreditado en ese país, le hubiera dado la plataforma oficial correspondiente para reunirse con el Presidente Electo, para ese momento Donald Trump, y comenzar a tratar sin espera la solución de Venezuela, así como la situación de los inmigrantes venezolanos en los EEUU, a la luz de las promesas que había realizado el candidato Trump de regularizar la inmigración, porque ese era un asunto que abordaría inmediatamente al juramentarse como Presidente de los EEUU, como efectivamente lo hizo sin contemplaciones.

¿Ustedes creen que Trump, ya como Presidente en ejercicio, hubiera tomado las decisiones en contra del TPS de los venezolanos de haber existido una reunión previa con EGU para tratar ese asunto? Algunos dirán que no hubiera conseguido nada, pero eso nunca lo sabremos ahora. Lo cierto es que tal vez no estuviéramos recogiendo los vidrios rotos de explicarle al gobierno norteamericano que los venezolanos que viven en los EEUU no son ningunos delincuentes del Tren de Aragua para ser deportados.

O bien, ¿ustedes creen que Trump hubiera enviado un negociador especial a reunirse con Maduro, sin que el gobierno de EGU, oficialmente reconocido, no estuviera previamente enterado de los términos? Y no fue que el negociador Richard Grenell llego a Venezuela con el garrote de Trump para que le devolvieran a los norteamericanos presos y Maduro se los entregó mansamente. A Grenell le bastó decirle a Maduro que EEUU no se metería por seis meses más con la licencia de Chevron para que el régimen le entregara a sus presos. El gobierno de Trump siempre hará lo necesario para proteger sus intereses, ya bien sea rescatando a rehenes norteamericanos o expulsando a venezolanos de los EEUU.

Y así podría señalar otras que se presentarían consecuencia de continuar con una estrategia “esperar y ver”, sin contar que EGU y MCM no manejarán los fondos que le entregaron a la AN2015 en los EEUU, primera interesada en congelar a EGU como Presidente Electo, como ya lo he presentado en anteriores notas. El gobierno de los EEUU seguirá trabajando por sus propios intereses, y tarde o temprano –y esperamos que más temprano que tarde- sacará a Maduro, como parte de su actual política continental, de eso no me cabe la menor duda. El problema es que hasta ahora no parece que sepamos cuando, ni si considerarán a la oposición política de MCM más allá de ser testigo interesado en esas decisiones, aparte de que no podríamos saberlo por no tener un gobierno oficialmente, si por alguna causa de geopolítica esas decisiones se atrasan o, peor aún, se cancelan.

La inacción como política funciona en algunos casos, pero puede ser muy perjudicial cuando existen crisis humanitarias, conflictos bélicos o problemas ambientales que requieren de soluciones urgentes. Y Venezuela sufrimos de los tres. No tengo que recordar aquí que Venezuela es un caso humanitario de primer nivel, con millones de desplazados y hambre. Tiene conflictos bélicos importados de las guerrillas del ELN y de las disidencias de las FARC. Y al asociarse con el régimen para el negocio del narcotráfico en la frontera, se importó también el conflicto que tienen, como el caso de la guerra en el Catatumbo entre ambos bandos, con el consecuente desplazamiento de más personas. Y como la guinda de la torta,  tenemos el grave problema de destrucción ambiental del Arco Minero, cedido a la guerrilla del ELN como pago de la asociación de negocios del régimen de Maduro. Ese es el cuadro dantesco que vive el país y que necesita alguna intervención urgente, en la que no podemos incidir en ninguna medida al haber decidido que no habrá presencia oficial opositora hasta que los EEUU decidan qué hacer.

Ojalá que no tengamos que esperar mucho por lo que hagan los EEUU, sin ninguna actividad proactiva de nuestra parte, más allá de los contactos diplomáticos que haga EGU en sus viajes, porque eso que hace no se pueden llamar giras oficiales porque no es Presidente en ejercicio.  ¿Por qué digo esto? Porque hay una segunda fase que todavía tenemos que enfrentar, ya que no será suficiente con la renuncia de Maduro.

Cualquier cosa que sea que hagan los EEUU para resolver la situación de Venezuela deberá involucrar de una vez a todo el régimen, con sus militares incluidos, porque de solo renunciar Maduro, yéndose a Rusia o Turquía, como se ha sugerido que fue parte de la conversación de Grenell con Maduro, no es que vendrá EGU a juramentarse a Venezuela, como quizá algunos crean. Su sucesor sería parte de la misma estructura que dio el golpe de Estado el 29 de julio al desconocer el triunfo de EGU, y que pretende modificar la Constitución para no necesitar más de la voluntad popular porque ya no tienen pueblo. Así que preparémonos para una siguiente fase de esta lucha, que requerirá de todo lo que se pueda hacer fuera de Venezuela, incluyendo esa juramentación, así como la presencia activa de MCM fuera del país, porque esta tragedia no se terminará con la sola renuncia de Maduro…

Caracas, 6 de Febrero de 2025

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 2 de febrero de 2025

El iceberg de la juramentación

Por Luis Manuel Aguana

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Algunos amigos llamaron para que les explicara con más detalle el comentario que hice en la entrevista que me hicieron José Domingo Blanco (Mingo) y Erika Mendoza en su programa “Arrímate al Mingo” del pasado jueves 30 de enero, relativo a que la situación que presenta la juramentación de Edmundo González Urrutia (EGU) era como una suerte de iceberg donde la parte visible es precisamente ese paso que todo el mundo está discutiendo (ver Nuevas elecciones: buscando normalización, Arrímate al Mingo, 30 de enero de 2025, Otro Nivel, en https://youtu.be/1MCkBiqY0PY?t=2752).

Y efectivamente la juramentación de EGU esconde por su evidente controversia un tema de mucho fondo, que no solo es el que ya he abordado en mis recientes notas, como el dinero que actualmente administra la seudo oposición (ver Hay que juramentar a Edmundo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/01/hay-que-juramentar-edmundo.html), y del cual perderían el control si existe un nuevo y legítimo representante de Venezuela, sino de algo que los venezolanos no hemos entrado todavía en una debida discusión.

Y eso no es otra cosa que de la desaparición completa de una oposición vertebrada en el país, para ponerle al frente al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Y ustedes me dirán: ¿pero, y María Corina Machado no es esa oposición? Mi respuesta sería como la de los matemáticos: existe y es necesaria, pero no es suficiente. Todos los partidos llamados opositores desaparecieron cuando ella los derrotó en justicia el 22 de octubre de 2023 y ahora se convirtieron en partidos oficiales intentando sobrevivir. Todos los partidos que irán a esa farsa electoral el 27 de abril son organizaciones tan oficiales como el PSUV del régimen, por lo que en Venezuela desapareció una estructura opositora en funcionamiento, porque lo que queda de ella está siendo perseguida, encarcelada o muerta.

La oposición que queda, dirigida por MCM, dentro y fuera de Venezuela, se ve entorpecida por los agentes encubiertos de una dirigencia opositora falsa que administra un dinero que, luego de más de 6 meses de electo EGU, ya no deben tener. Y digo encubiertos porque nunca se dedicaron a impulsar los esfuerzos de MCM y la mayoría de los venezolanos, para ganar las elecciones del 28 de julio, y ahora se aparecen financiando y acompañando a EGU en todas sus giras,  aprovechando los problemas por los que atraviesa lo que queda de oposición, donde entre los más relevantes se destacan la persecución política y estrechez económica. ¿Cómo podríamos pensar que saldremos de esta situación con el enemigo adentro?

Esos partidos reunidos en la Asamblea Nacional de 2015, aun considerada legítima por el gobierno de los EEUU, despachan y se dan el vuelto. De allí es de donde sale la punta del iceberg. Quieren que el control del dinero siga en sus manos en una suerte de chantaje en virtud de que el Artículo 231 Constitucional los pone a ellos de primeros para juramentar al Presidente de la República, ignorando abiertamente que existe un TSJ en el exilio, que podría realizar tal juramentación cumpliendo igualmente los extremos de la Constitución, como lo indica el mismo Artículo 231.

La AN2015 nunca consideró legítimo al Tribunal Supremo de Justicia en el exilio constituido en la sede de la OEA en 2017, considerando a sus integrantes tan solo como magistrados en el exilio. Ante esa disyuntiva publiqué en el 2018 una nota titulada “¿Es legítimo y constitucional el Tribunal Supremo de Justicia venezolano en el exilio?”, donde reproduzco la opinión jurídica autorizada, de un artículo con el mismo título, escrito por el Dr. José Vicente Haro, Profesor de la Especialización de Derecho Constitucional de la UCV. Léanla y saquen ustedes sus propias conclusiones. No es materia de esta nota entrar esa discusión jurídica (ver José Vicente Haro, ¿Es legítimo y constitucional el Tribunal Supremo de Justicia venezolano en el exilio?, en https://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/es-legitimo-y-constitucional-el.html).

Pero lo que si deseo entrar a discutir es el injustificado retraso de juramentar a EGU argumentando problemas de orden jurídico cuando el problema de fondo es eminentemente político, amenizado con un sinfín de intereses económicos de quienes fueron los protagonistas del interinato de Guaidó y que deberán en algún momento futuro presentar cuentas de los fondos recibidos durante su gestión.

Ahora, el tema de fondo: ¿Venezuela puede seguir luchando con unos partidos políticos en esas condiciones? ¿Cómo podría recomponerse la oposición venezolana en partidos políticos sanos y organizados, después de esta tragedia que los ha destruido hasta los cimientos éticos y morales? Esa es una pregunta que solo podría ser respondida luego de que en Venezuela se restablezca el Estado de derecho y las correspondientes libertades públicas. Y el primer paso de esa aspiración es que el único liderazgo creíble que queda en el país, construya las condiciones para eso. Pero ese liderazgo carece ahora de la poca estructura que logró ser armada después de las primarias y para las elecciones del 28 de julio, sujetándose solo de la confianza y el respaldo de los votos del pueblo venezolano.

Nos encontramos en una situación insólita donde después de todo el esfuerzo realizado por la población al elegir a EGU, utilizando los votos de MCM, se dependa de quienes perdieron toda la confianza del país para salir del problema y que nunca la apoyaron políticamente, y que seguramente pretenden negociar ahora mismo el “como quedo yo ahí” para juramentar a EGU. Eso es lo que está sumergido del iceberg de la juramentación de EGU como primer problema urgente a resolver, consecuencia de una descomposición política que no se ha resuelto en más de 25 años, y que debemos abordar los venezolanos como problema medular.

Si esa es la situación, sería intolerable para quienes elegimos a EGU, un chantaje que ponga en un riesgo inaceptable la libertad del país; y entre EGU y MCM tendrían la obligación frente al pueblo que voto por ellos, tomar de inmediato la decisión política de obedecer el MANDATO que les dio el pueblo venezolano el 28 de julio, y que no es potestativo del Presidente Electo alargar más, ya que está en la obligación constitucional de hacerlo. Si la AN2015 es el obstáculo, se deberá entonces juramentar a EGU ante los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, así sea en la Plaza Bolívar de cualquier capital latinoamericana, siguiendo los extremos constitucionales.

Esa sería la formalidad necesaria exigida por la Ley de Juramento Público de 2021, que sustituyó la Ley de 1945, donde expresamente se estableció este paso para poder  EJERCER, a partir de cumplido ese requisito, el cargo para el cual fue electo un candidato: “Artículo 3. La candidata elegida o candidato elegido para Presidenta o Presidente de la República tomará posesión de su cargo mediante juramento ante la Asamblea Nacional…” (ver Ley de Juramento Público, Gaceta Oficial 6.660 Extraordinario 4-11-2021, en  https://tinyurl.com/8nka2hmr).

La recomposición del país y del tejido político de los partidos se dará luego de que el Presidente Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones, convoque al Constituyente para que en elecciones justas, libres y transparentes, la representación legítima de los venezolanos se congregue para la Refundación de Venezuela. Y luego de todo el proceso Constituyente, en elecciones igualmente libres, justas y transparentes, los venezolanos decidamos quienes conducirán políticamente el país. Allí los muertos políticos que todos conocemos, que quieran todavía figurar en la escena política venezolana, que se midan con el pueblo a ver si los deja volver a la vida.

El proceso de cambios es indetenible y ya comenzó. No se puede detener la inercia misma de la decisión de cambio del pueblo venezolano. En este punto no pueden existir dudas para actuar entre quienes tienen la responsabilidad política de no defraudar de nuevo las aspiraciones del pueblo venezolano. Vacilar es perdernos, Bolívar dixit

Caracas, 2 de Febrero de 2025

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