Por Luis Manuel Aguana
Para aquellos que hemos opinado públicamente acerca de la no-juramentación de Edmundo González Urrutia (EGU) en el exterior, ya tenemos una respuesta clara de la política decidida por parte de la dirigencia opositora que conduce María Corina Machado (MCM), como efectivamente lo informó ella misma en su reciente rueda de prensa: “Nosotros hemos escuchado propuestas de algunos actores sobre la conveniencia de la juramentación del Presidente Electo fuera de Venezuela. Siempre hemos respondido, se va a juramentar en Venezuela en la Asamblea Nacional. Esta ha sido la posición que hemos tenido, y es la que hemos además acordado con aquellos gobiernos que reconocen a nuestro presidente Electo” (ver María Corina habla al país cara a cara ¿qué sigue?, canal Hasta que Caiga la Tiranía, en https://youtu.be/6gdJB-kDk9Y?t=2394).
Y punto, “no questions to ask”. Lamentablemente, la juramentación del Presidente Electo no es una mera formalidad jurídica que pueda ser retrasada a voluntad de nadie, y menos aún del propio Presidente, o por acuerdos con otros gobiernos, no solo por porque constituye un mandato y una obligación constitucional de EGU, como lo comenté en mi nota anterior, sino porque cada día que pasa se corre el posible riesgo de que perdamos un esfuerzo de años y de vidas opositoras, en el caso extremo que a EGU le suceda algo fuera del país que le impida pasar a la siguiente etapa como Presidente en ejercicio (ver El iceberg de la juramentación, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/02/el-iceberg-de-la-juramentacion.html).
Esa es una previsión que pienso se debió haber tomado en consideración, no solo por la condición física de cualquier persona de la edad del Presidente Electo, sino por la propia seguridad del proceso que tenemos entre manos, dados los crímenes que ya sabemos que el régimen ha ordenado cometer en el exterior y que son públicos, notorios y comunicacionales. No es mi intención de ninguna manera causar alarma, sino que estas consideraciones corresponden a la situación que de hecho estamos viviendo en Venezuela y que no son un secreto para nadie.
El Artículo 233 Constitucional indica: “Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa se procederá a una nueva elección universal directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes”. ¿Están conscientes quienes participaron en esa decisión anunciada por MCM de juramentar a EGU en Venezuela, de que realizar una nueva elección como la del 28 de julio es imposible? ¿Están consientes de que la situación que hemos logrado hasta ahora con EGU, no es posible de repetir en las mismas circunstancias? Estamos en la etapa más crítica de cobrar esas elecciones, y en caso de una desaparición sobrevenida del Presidente Electo, NO HAY NADA QUE COBRAR.
Al juramentarse a la brevedad posible, EGU inmediatamente formalizaría su sucesión en MCM como Vicepresidente, como ya lo ha anunciado, y en el caso de que algo le sucediera en el exterior como Presidente de la República en ejercicio, la Presidente Encargada MCM continuaría la lucha por la recuperación del país como está planeado, pero en condiciones completamente diferentes, porque solo le correspondería llamar a elecciones en Venezuela una vez que el régimen ya no esté en el poder.
La estrategia que a todas luces está siguiendo la oposición para la juramentación de EGU en Venezuela, y que se nos da a entender por la declaración de MCM y sus voceros, es esperar a que los acontecimientos se vayan desarrollando en torno a la política del Presidente de los EEUU hacia Latinoamérica, en especial con las decisiones relativas a las bandas terroristas como el Tren de Aragua y el narcotráfico, manejados ambos por el régimen venezolano. En otras palabras, “esperar y ver” (wait-and-see) lo que hacen los EEUU con esas realidades en el corto, mediano o largo plazo.
Podríamos estar de acuerdo con esa estrategia de “esperar y ver”, pero el problema es que ya a los venezolanos se nos acabó el tiempo. De haberse juramentado EGU el 10 de enero como dice la Constitución de 1999, por ejemplo en los EEUU, ante el TSJ en el exilio, en la sede de la OEA, con la presencia de presidentes y expresidentes, y el mundo diplomático acreditado en ese país, le hubiera dado la plataforma oficial correspondiente para reunirse con el Presidente Electo, para ese momento Donald Trump, y comenzar a tratar sin espera la solución de Venezuela, así como la situación de los inmigrantes venezolanos en los EEUU, a la luz de las promesas que había realizado el candidato Trump de regularizar la inmigración, porque ese era un asunto que abordaría inmediatamente al juramentarse como Presidente de los EEUU, como efectivamente lo hizo sin contemplaciones.
¿Ustedes creen que Trump, ya como Presidente en ejercicio, hubiera tomado las decisiones en contra del TPS de los venezolanos de haber existido una reunión previa con EGU para tratar ese asunto? Algunos dirán que no hubiera conseguido nada, pero eso nunca lo sabremos ahora. Lo cierto es que tal vez no estuviéramos recogiendo los vidrios rotos de explicarle al gobierno norteamericano que los venezolanos que viven en los EEUU no son ningunos delincuentes del Tren de Aragua para ser deportados.
O bien, ¿ustedes creen que Trump hubiera enviado un negociador especial a reunirse con Maduro, sin que el gobierno de EGU, oficialmente reconocido, no estuviera previamente enterado de los términos? Y no fue que el negociador Richard Grenell llego a Venezuela con el garrote de Trump para que le devolvieran a los norteamericanos presos y Maduro se los entregó mansamente. A Grenell le bastó decirle a Maduro que EEUU no se metería por seis meses más con la licencia de Chevron para que el régimen le entregara a sus presos. El gobierno de Trump siempre hará lo necesario para proteger sus intereses, ya bien sea rescatando a rehenes norteamericanos o expulsando a venezolanos de los EEUU.
Y así podría señalar otras que se presentarían consecuencia de continuar con una estrategia “esperar y ver”, sin contar que EGU y MCM no manejarán los fondos que le entregaron a la AN2015 en los EEUU, primera interesada en congelar a EGU como Presidente Electo, como ya lo he presentado en anteriores notas. El gobierno de los EEUU seguirá trabajando por sus propios intereses, y tarde o temprano –y esperamos que más temprano que tarde- sacará a Maduro, como parte de su actual política continental, de eso no me cabe la menor duda. El problema es que hasta ahora no parece que sepamos cuando, ni si considerarán a la oposición política de MCM más allá de ser testigo interesado en esas decisiones, aparte de que no podríamos saberlo por no tener un gobierno oficialmente, si por alguna causa de geopolítica esas decisiones se atrasan o, peor aún, se cancelan.
La inacción como política funciona en algunos casos, pero puede ser muy perjudicial cuando existen crisis humanitarias, conflictos bélicos o problemas ambientales que requieren de soluciones urgentes. Y Venezuela sufrimos de los tres. No tengo que recordar aquí que Venezuela es un caso humanitario de primer nivel, con millones de desplazados y hambre. Tiene conflictos bélicos importados de las guerrillas del ELN y de las disidencias de las FARC. Y al asociarse con el régimen para el negocio del narcotráfico en la frontera, se importó también el conflicto que tienen, como el caso de la guerra en el Catatumbo entre ambos bandos, con el consecuente desplazamiento de más personas. Y como la guinda de la torta, tenemos el grave problema de destrucción ambiental del Arco Minero, cedido a la guerrilla del ELN como pago de la asociación de negocios del régimen de Maduro. Ese es el cuadro dantesco que vive el país y que necesita alguna intervención urgente, en la que no podemos incidir en ninguna medida al haber decidido que no habrá presencia oficial opositora hasta que los EEUU decidan qué hacer.
Ojalá que no tengamos que esperar mucho por lo que hagan los EEUU, sin ninguna actividad proactiva de nuestra parte, más allá de los contactos diplomáticos que haga EGU en sus viajes, porque eso que hace no se pueden llamar giras oficiales porque no es Presidente en ejercicio. ¿Por qué digo esto? Porque hay una segunda fase que todavía tenemos que enfrentar, ya que no será suficiente con la renuncia de Maduro.
Cualquier cosa que sea que hagan los EEUU para resolver la situación de Venezuela deberá involucrar de una vez a todo el régimen, con sus militares incluidos, porque de solo renunciar Maduro, yéndose a Rusia o Turquía, como se ha sugerido que fue parte de la conversación de Grenell con Maduro, no es que vendrá EGU a juramentarse a Venezuela, como quizá algunos crean. Su sucesor sería parte de la misma estructura que dio el golpe de Estado el 29 de julio al desconocer el triunfo de EGU, y que pretende modificar la Constitución para no necesitar más de la voluntad popular porque ya no tienen pueblo. Así que preparémonos para una siguiente fase de esta lucha, que requerirá de todo lo que se pueda hacer fuera de Venezuela, incluyendo esa juramentación, así como la presencia activa de MCM fuera del país, porque esta tragedia no se terminará con la sola renuncia de Maduro…
Caracas, 6 de Febrero de 2025
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Hola Luis, si bien la solución viene y hay que hacerla desde adentro, bajo el liderazgo de MCM y EGU, hay un componente importante de apoyo desde afuera, que ya se viene dando, desde la CE, OEA y otros países de la región, pero el actor clave es EEUU, que ya está moviendo las piezas y deberá coordinar en corto y mediano plazo, con el liderazgo interno la estrategia de transición tan esperada por todos nosotros.
ResponderEliminarSaludos