lunes, 17 de octubre de 2016

Venezuela, República Federal (VI)

Por Luis Manuel Aguana

Tengo una deuda con mis lectores en relación a esta serie que decidí escribir, como notas particulares acerca de Venezuela como un Estado Federal, en marzo del año pasado. Innumerables razones podría esgrimir haber congelado la serie por más de un año, dedicándome más a analizar la situación política venezolana, pero de ellas la más importante ha sido la discusión misma de la pertinencia a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela, precisamente para discutir los términos de ese mismo Estado Federal en el cual nos hemos empeñado desde la Alianza Nacional Constituyente que anunciamos al país el 17 de marzo de este año (http://ancoficial.blogspot.com/2016/03/lanzamiento-de-la-alianza-nacional.html). Mucho que decir y poca gente que lo diga…

Retomando el tema, como quise escribir esta serie en la misma línea de pensamiento que abordó el Federalista en 1787 en los Estados Unidos (ver al final los enlaces de todas las entregas a la fecha) para convencer a los ciudadanos de aprobar una forma de Estado federal propuesta en una nueva Constitución, la intención aquí tiene una pretensión mucho mayor: convencer a los venezolanos de la necesidad de cambiar la Constitución que tenemos – que no es “la mejor constitución del mundo”-, a contravía de lo que muchos todavía piensan, a una nueva federal y descentralizada, y que debemos entre todos discutir un texto que no está todavía escrito, porque este debe ser el producto de un Pacto Social que tenemos parir entre todos. Al menos en los Estados Unidos, James Madison (1751-1836), Alexander Hamilton (1755-1804) y John Jay (1745-1829), se dispusieron a escribir artículos en The Independent Journal y The New York Packet, dos periódicos de Nueva York, para convencer a su gente de la necesidad de aprobar una que ya estaba escrita. Entonces la cosa no la tenemos fácil…

Si nos planteamos un Estado Federal, donde los 23 Estados de Venezuela tengan la autonomía en los términos que planteamos en el Proyecto País (ver Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente en http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html), cada uno de los Estados debe tener claramente definido el papel que le corresponderá jugar en ese concierto de Estados Federados. Esto pareciera sencillo pero definitivamente no lo es. 200 años de centralismo no pasan en vano. Todavía los habitantes de los Estados de toda Venezuela esperan que alguien de Caracas les explique qué deben hacer y que les van a dar. Y la cosa pasa precisamente en que se pongan los pantalones largos y se conviertan en ciudadanos, y comiencen a dibujar el sueño para su Estado basado en sus propias potencialidades, sin esperar que alguien les diga que deben hacer.

Cuando llegamos a cada región de Venezuela lo primero que hacemos es explicar la Venezuela posible en ese Estado, para que de esa elaboración inicial las fuerzas vivas de esa región construyan una maqueta de desarrollo. En algunos casos avanzados esa maqueta ya existe desde hace muchísimo tiempo, pero en otros no. Y el planteamiento no es que de una manera populista preguntemos que necesitan para dárselo en un futuro supuesto “nuevo gobierno” opositor, como se lo plantea el “establishment” político tradicional, sino que sin siquiera pensar lo que otros podrían hacer por ellos, que es lo que ellos podrían hacer por ellos mismos.

Eso voltea de entrada la forma de pensar. Cada región en Venezuela tiene sus propias características y potencialidades, y la idea es que en un esquema descentralizado y  autónomo, cada región se plantee cual debería ser su mejor plataforma de desarrollo y realizarla. A la pregunta: ¿Y de donde saldrán los recursos? Les decimos de ustedes mismos. ¿Qué pasaría si los impuestos nacionales y municipales se quedan en un 80% en sus Estados y Municipios? ¿Qué pasaría si eliminamos el IVA y lo transformamos en un impuesto a las ventas cuyo 80% se quede en la propia región, administrado por los Estados y Municipios?

¿Qué pasaría si cada Estado decide qué hacer con su ambiente, sus puertos y aeropuertos, la explotación de sus propios recursos naturales? ¿Qué pasaría si cada Estado tiene la discrecionalidad para decidir en su parlamento regional la localización de empresas internacionales que generen empleo especializado? ¿Qué pasaría si cada Estado decide su propia justicia en Cortes Regionales, incluyendo la más alta instancia? ¿Qué pasaría si cada Estado decide cuantos Municipios debe tener de acuerdo con su distribución poblacional y los administre con autonomía? Estamos hablando de generar autonomías locales que generen riqueza y calidad de vida a los ciudadanos.

En otras palabras estamos cambiando la relación básica de poder entre los gobernantes y los gobernados. No más uno que decida por todos. Sería un todos decidiendo por nosotros mismos. Bajar el poder al ciudadano es la clave de esta propuesta. Siendo todos los Estados autónomos, entonces estos deben federarse, esto es, hacer un Pacto Federal que decida qué hacer en relación con los aspectos que le son comunes: esto es las Fuerzas Armadas, la Política Exterior, el Banco Central y la moneda, los ingresos petroleros que aún queden, el Parlamento y los nuevos alcances de la figura del Presidente de la República, así como otros aspectos de una Federación.

Como se plantea que aspectos fundamentales como la administración de la Educación –en todos los niveles-, la Salud, la Seguridad Interna deben ser del dominio de cada Estado y Municipio, lo Federal debe centrarse en las políticas comunes pero sin afectar ni interferir con la competencia de los Estados en esas materias. Las instituciones federales como la Presidencia de la República y un Congreso Nacional de dos Cámaras, así como el resto de las instituciones que por su naturaleza sean de ámbito nacional deberán ser financiadas por los aportes de los Estados a la Federación. Este esquema termina con el paradigma del Estado todopoderoso cuyos administradores le entregan recursos al más pequeño de los municipios sin saber cuáles son sus necesidades. Son los ciudadanos los que deciden que darle al Estado de su propio trabajo. Termina con el esquema toxico de partidos políticos peleándose por administrar a su favor una renta que ahora no existe.

Un esquema como el anteriormente descrito, pone a cada región del país a ser garante, no solo de los recursos que aporta al común, sino de su correcta aplicación. Los representantes de los Estados a ese Congreso Federal ya no serían los “levantamanos” de los partidos y obedientes a una fracción política, sino verdaderos representantes de sus regiones ante un Parlamento Federal, pudiendo estos ser sustituidos y/o rotados por sus respectivas legislaturas si estos no cumplieran con su cometido cabalmente.

A un sistema como ese debemos movernos. Debemos pensar en una reingeniería completa del Estado y del sistema político en Venezuela. Si bien es cierto que debemos solucionar inmediatamente esta coyuntura histórica que representa el castro-chavismo-madurismo, no menos cierto es que la estructura institucional que existe ahora, y la que existía antes de 1998, no está en capacidad para enfrentar los retos de la Venezuela del Siglo XXI. Y lamentablemente la dirigencia política venezolana ha demostrado no estar a la altura de ese reto histórico. El mecanismo para plantearnos y discutir esa nueva estructura para las nuevas generaciones de venezolanos es una nueva Asamblea Nacional Constituyente. Nadie la convocará por nosotros porque quienes deben hacerlo solo están pensando en quien se quedará mandando después de Maduro, por lo que entonces deberemos hacerlo los ciudadanos. En la Alianza Nacional Constituyente ya comenzamos. Convoquémosla entre todos ya…

Caracas, 17 de Octubre de 2016

Twitter:@laguana

Venezuela, República Federal

miércoles, 12 de octubre de 2016

El verdadero desconocimiento del Artículo 350

Por Luis Manuel Aguana

Se han escrito innumerables opiniones en relación a la aplicación del Artículo 350 constitucional a la situación política del país, que van desde asumirlo desde la perspectiva más pacífica a la más violenta e incendiaria. Cada venezolano ha asumido su propia interpretación de acuerdo a cómo siente a Venezuela. Y debido a que quienes tienen la responsabilidad de hacer las interpretaciones definitivas del texto constitucional en el TSJ -la famosa por irrita Sala Constitucional- se han puesto al margen de ella, no me queda otra que hacer lo propio, realizando igualmente mi propia interpretación como cualquier otro venezolano.

Parafraseando a mi estimado amigo Cipriano Heredia, quien en estos días nos indico como "se come el 350" (ver Así se come el 350 en http://runrun.es/opinion/280825/asi-se-come-el-350-por-cipriano-heredia-s.html), pienso que existen otras maneras de "comerse" al 350, además del desconocimiento al que bien hace referencia, igualmente de forma pacífica y constitucional.

Visto desde la perspectiva del desconocimiento a la autoridad constituida por inconstitucional, y que ya se esta realizando como indica Cipriano, se abren todos los caminos para el comienzo de la Lucha No Violenta.

Pero hay un aspecto que considero clave en toda esta ecuación que tiene que ver con el nacimiento mismo de este dispositivo constitucional.

Luego de los sucesos de abril de 2002, Elías Jaua Milano, constituyentista ponente del Artículo 350 constitucional en 1999, escribió un artículo en Aporrea titulado "La historia y el espíritu del Articulo 350" (verlo en http://www.aporrea.org/movil/actualidad/a874.html) donde intentando defender a la "revolución" sienta sin saberlo las bases de nuestra propuesta a una nueva convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, poniendo en ese preciso contexto al Artículo 350, dejando claramente establecido el porque ese Artículo se encuentra dentro del Titulo IX, De la Reforma Constitucional, Capítulo III, De la Asamblea Nacional Constituyente.

Del texto de Jaua, extraigo este párrafo sumamente importante: "Es así como, el Constituyente dejó claramente establecido en los artículos 347, 348 y 349 el carácter originario del poder constituyente y la imposibilidad del poder constituido de normarlo. Pero de la misma forma, quiso el Constituyente evitar cualquier interpretación regresiva, autoritaria o antinacional del poder originario de la Asamblea Constituyente. Es por ello, que en el artículo 350 se colocan frenos, apelando a referentes políticos e históricos de nuestra formación como Nación, al desarrollo de tendencias políticas y sociales retrogradas en la normativa constitucional y legal de nuestra sociedad." (Resaltado nuestro).

Y aquí apelo, no a una interpretación sacada de mi imaginación de exaltado opositor radical, sino lo que el propio Constituyente de 1999 quiso colocar en el texto constitucional y porqué. Primero, que es el pueblo el Depositario de la Soberanía y puede convocarse para cambiar el estado de cosas en Venezuela mediante "transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico, y redactar una nueva Constitución" (Art. 347), como puede convocarse (Art. 348) y la imposibilidad de los Poderes Constituidos de impedir la decisiones de ese pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente (Art. 349).

Y como guinda final, tanto si el Poder Constituyente se excede, como si el Poder Constituido se niega a cumplir el mandato constitucional, el pueblo tiene el derecho constitucional a desconocerlo (Art 350). De allí que el Constituyente "colocó frenos" a ambos Poderes en la decisión ciudadana del pueblo de "desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos.". En ese contexto es que esta allí el Articulo 350, tanto si se contrarían los valores, principios, garantías y los derechos humanos por el lado del Poder Constituyente, como si se violaran por el lado del Poder Constituido.

Ahora bien, queda completamente explícita la imposibilidad del Poder Constituido de poder normar al Poder Constituyente Originario, porque como muy bien indica Jaua en su artículo, este "es y será siempre anterior y superior a cualquier Constitución, incluso a la que estamos aprobando, y por tanto no debe ésta codificarlo, sino simplemente reconocerlo e indicar algunas referencias para la convocatoria a una Asamblea Constituyente.".

En la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) nuestro planteamiento fue muy claro desde que comenzamos a estudiar este tema hace ya varios años, incluso antes de llegar Nicolás Maduro a ser Presidente: establecer la ruta para la convocatoria del Poder Constituyente Originario, trabajo que culminamos con la publicación de las Bases Constituyentes para los venezolanos (ver Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio, en http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html). Al seguir la ruta constituyente de las manos del pueblo soberano, la interpretación correcta del 350 sale inmediata: las firmas recogidas por un Poder Constituyente sin la intervención ni codificación alguna de los Poderes Constituidos deben obligarlos sin chistar, y en el caso de su desobediencia, desconocerlo como prescribe el Artículo350.

Al tener mucho mas de 3 millones de voluntades recogidas organizadamente dentro y fuera de Venezuela, completamente comprobadas, podremos salir a la calle, esta vez con un claro propósito: cobrar el cheque de nuestra Soberanía. Una cosa es que salgan 1.3M de personas a la calle pacíficamente para "probarle" a un régimen que somos mayoría, como ocurrió el 1S, y otra muy diferente que los venezolanos salgan en esa o mayor cantidad a exigir la convocatoria del Poder Constituyente Originario porque son los dueños de la Soberanía.

La calle así tendría un claro propósito y sentido, además de una legitimidad incuestionable. La Lucha No Violenta estaría dirigida a ese objetivo: hacer efectiva nuestra Soberanía desobedecida por el Poder Constituido. Y esa legitimidad le daría a ese pueblo la autoridad para exigir, e incluso ordenar desde las calles, a las Fuerzas Armadas a que se convoque de inmediato al Constituyente. Esto es, los civiles primero, los militares después, en obediencia debida a la Soberanía Popular. Estoy convencido que régimen no saldrá de otra manera. Ese es el verdadero desconocimiento del Artículo 350...

Caracas, 12 de Octubre de 2016

Twitter:@laguana