Por Luis Manuel Aguana
Quisiera hacer una pregunta que suena obvia:
¿A quien no le gustaría un cambio de Presidente de manera pacífica a través de
unas elecciones libres, justas y transparentes? Eso es como decía mi abuela, ¿muerto,
quieres misa? Todo el mundo quiere eso desde la primera vez que intentamos
destituir a Hugo Chávez con un revocatorio en el 2004 cuando correspondía en el
2003.
Después de cientos de muertos en las calles y
en los hospitales producto de la violencia que se nos ha impuesto en todas sus
formas, resulta que ahora esa es la oferta de la oposición oficial. Esto es,
Maduro diría simplemente ¡me voy, no aguanto mas las sanciones gringas! Y ya.
¡Ceso la usurpación! y se acabaron los problemas. Lamentablemente el mundo no
funciona así y menos con narcoterroristas.
La oposición oficial se apresta a designar
los nuevos rectores de un CNE negociado con el régimen en una Comisión de
Postulaciones Preliminar designada con diputados de los dos bandos, ambos
buscando diferentes objetivos. Los primeros, estar preparados para una elección
inmediata después que Maduro se vaya (cosa que nos pondría a todos en el primer
cuadro a la espera de un evento que quizá no llegue nunca), y los segundos
buscando las elecciones parlamentarias que ambos –o al menos una parte
importante de la oposición oficial (AD-UNT)- buscan para finales del año 2020.
En todo caso, todos se aprestan para un evento electoral.
Y yo me pregunto ¿qué fue lo que nos
perdimos? Porque que yo sepa, no ha cambiado absolutamente nada, salvo la
promesa después del viaje de Guaidó al exterior, de que seguirán las sanciones
al régimen y sus delincuentes. Y han seguido. La primera aplicada a Rosneft
Trading, la empresa rusa que comercializa el petróleo venezolano desde que
PDVSA dejo de existir para el mundo internacionalmente. Eso nos deja un campo
infinito de posibilidades, pero una muy probable: que las cosas sigan
empeorando para los venezolanos sin que el régimen se mueva ni un milímetro de
Miraflores. Pregúntenle al del Mazo Dando si le importa que los venezolanos
pasen más hambre y más hiperinflación porque Trump imponga un bloqueo a las
costas venezolanas. Seguirán muertos de la risa viviendo del contrabando de
nuestras riquezas. ¡Mejor que Cuba que tiene ya más de 60 años, pues!
Y ustedes dirán: “¡Este tipo si es negativo!
¡Qué va a saber el! ¡Guaidó negoció con Trump que Maduro se iría, ahora le toca
a él movilizar a la gente!”. Veo con mucha dificultad que la gente se movilice
como antes, no solo porque se han ido del país, sino porque no existe un
liderazgo capaz de inspirar eso. Guaidó dejo de serlo… Mis disculpas por la
desconfianza. Mi punto aquí es que el problema sigue siendo NUESTRO, no de los
norteamericanos ni de Trump. No podemos seguir en una actitud de espera
indefinida, por más promesas que le haya hecho Trump a Guaidó. Tenemos la
responsabilidad de hacer algo grande que cambie el estado de cosas actual, más
allá de seguir pidiéndole a la gente simplonamente que salga a marchar a las
calles. ¡Eso tiene que tener propósito!
La crisis económica le ha pegado muy duro a
la población y la oposición oficial se ha encargado de hacer que la gente
pierda la confianza en ellos. No dudo que exista todavía algún nivel de
movilización y respaldo en las calles pero no al punto de lograr la masa
crítica necesaria y suficiente para un cambio político, por más sanciones que
aparezcan en el camino. De seguir intentando lo mismo, el régimen seguirá
haciendo lo que mejor sabe hacer, esto es agredir a todo aquel que asome la
cabeza, asesinando jóvenes en las calles, con la consiguiente vuelta al círculo
vicioso que todos conocemos. Einstein no se equivoco en su sentencia, y se
obtendrán por consiguiente los mismos resultados.
¿Qué hacer entonces? Algo diferente. La
oposición está en la obligación de hacer algo distinto para movilizar un
rechazo masivo de la población al régimen y generar esa presión interna que le
pidieron a Guaidó en la Casa Blanca, más allá de los pocos manifestantes en la
calle que pueda levantar. Y aquí no estoy diciendo que nos olvidemos de las
movilizaciones de calle en protesta por todo lo que ocurre en el país. Estoy
diciendo que debemos sumar algo adicional completamente nuevo y diferente para
lograr ese punto crítico necesario para el cambio que necesitamos.
En marzo de 2014
publique una nota -de hecho es la más leída de mi blog hasta ahora- (ver Caída
inevitable, en https://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/caida-inevitable.html)
donde reseñaba la investigación de la Dra. Erica Chenoweth de la Universidad de
Colorado, en Boulder (ver conferencia de la Dra. Chenoweth en http://youtu.be/y4xcimkAFNc),
que arrojó que durante el período de 1900-2006 las insurgencias No Violentas de
todo el mundo tuvieron dos veces más probabilidades de triunfar completamente sobre
aquellas donde hubo violencia. La investigación reveló que NINGUNA insurrección
había fracasado durante ese período (1900-2006) después que se llegara a una participación activa y constante de
solo el 3,5% de la población, habiéndose contabilizado históricamente insurrecciones exitosas con mucho menos que
ese porcentaje.
Ahora bien, si
atendemos las cifras aproximadas de la población de Venezuela luego del éxodo
masivo calculado alrededor de 5Millones de personas, nos quedamos en Venezuela
unas 25Millones de personas. El 3,5% de esa cantidad son 875.000 personas.
¿Ustedes creen que el actual liderazgo político opositor inspire a la presente
fecha a alrededor de 1Millon de personas a salir a las calles en una
participación activa y constante, como indica la investigadora que debe hacerse?
Seamos serios. Los mejores números los obtuvimos en los años de máxima protesta
activa en las calles, comenzando el año 2002, donde se contabilizaba esa cifra
en cada marcha, sin éxodo alguno.
Los mayores
picos de protesta contabilizados por el Observatorio Venezolano de
Conflictividad Social tuvieron lugar en el 2014 (9.286) en una subida
consistente desde el 2017 (9.787), 2018 (12.715) y 2019 (16.739) (ver Informe Anual
Conflictividad Social en Venezuela 2019, en https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/tendencias-de-la-conflictividad/conflictividad-social-en-venezuela-en-2019).
Esos números indican que la gente no se ha quedado tranquila y puede ser la
chispa detonante de un conflicto mayor pero eso no ha sido suficiente, aun habiéndose
casi duplicado el año pasado la conflictividad del año 2014.
He hecho esta
exposición de motivos previa para hacerle entender a los políticos de la
oposición oficial que una Consulta Popular Plebiscitaria administrada por los
ciudadanos, que hemos planteado desde ANCO, pondría en las calles de Venezuela
en un acto cívico a no menos de 4millones de personas, asumiendo que se hayan
ido 3Millones de electores de los 7Millones contabilizados dentro de Venezuela
en la consulta realizada el 16J-2017. Sin embargo esta consulta no dejaría
afuera a los venezolanos de la diáspora, y haría presentes en la protesta
cívica a las miles de personas que por razones obvias no saldrían a marchar por
edad o condiciones físicas, y por esas mismas razones no se han ido del país.
De esta manera
el grito de protesta cívica que daríamos al mundo exigiendo la salida del
sátrapa estaría por el orden de los 10Millones de personas. Eso es muchísimo
más que convocar marchas en deplorables condiciones de credibilidad aunque
estas no sean excluyentes. Podemos –y debemos- hacer ambas cosas: una gran
Consulta Popular Plebiscitaria, y posteriormente salir a las calles -y no
dejarlas consistentemente- exigiéndole al mundo nos ayuden a hacer efectivo el
cumplimento del resultado del mandato popular con todas las protestas y marchas
que deseemos. ¡Las marchas serían el complemento necesario de esa Consulta
Plebiscitaria! Eso nos pondría a todos en la misma página y con un propósito
común: exigir masivamente el
cumplimiento de nuestro mandato como pueblo.
Si el liderazgo
político no puede poner ahora en las calles a marchar a 1Millon de personas todos
los días como en otros tiempos, si puede ayudar a la sociedad civil a
convocarlo para un acto cívico de esta magnitud en el mundo. El efecto político
creado por una Consulta Popular Plebiscitaria que exprese el sentir de
10Millones de venezolanos residentes en Venezuela y fuera del país, le daría la
vuelta al planeta, y sería de una magnitud tal que si estaría en la posición de
ser el detonante que todos esperamos para el cambio político del país, dándole
a la Comunidad Internacional un respaldo imposible de ignorar para actuar en
Venezuela.
La Consulta y las
marchas en protesta por el cumplimiento de su resultado estarían entre las
acciones que si podemos hacer sin esperar por Trump ni por nadie, podría darle
el respaldo político y popular necesario para actuar y respaldar al Presidente
Encargado en su ejercicio del poder, más allá del Art. 233 Constitucional, y
nos daría los argumentos de peso para solicitar con firmeza y en una sola voz,
la ayuda de fuerza necesaria para desalojar al tirano y recuperar la libertad.
Todavía no se que están esperando…
Caracas, 25 de Febrero de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana