jueves, 12 de marzo de 2020

La Oposición Civil presente

Por Luis Manuel Aguana

Con el fragor de esta lucha por sobrevivir a este régimen, su oposición oficial y la grave situación económica que vivimos en Venezuela, había olvidado la construcción teórica que había comenzado hace años acerca de los fundamentos del porque iniciamos esta lucha desde la sociedad civil. En agosto de 2012, pocos meses antes del desastre de Capriles-Chavez escribí una nota que titulé “Oposición Civil” (verla en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/08/oposicion-civil.html). Definía allí el término: “La Oposición Civil es la sociedad civil en su papel protagónico de los cambios, y su actuación en los asuntos públicos se manifiesta en su participación activa y contralora de los principales actores públicos. Siempre será opositora y les recordará permanentemente a esos actores que existe un país anónimo al que les afectan las decisiones y las políticas públicas que se apliquen a los ciudadanos. Son las personas de a pie que no militan en partidos pero que son ciudadanos conscientes que viven y quieren a su país, ONG’s que tienen sus espacios civiles, personalidades generadoras de opinión sin vinculaciones ni rabos de paja, que están día a día aportando su granito de arena para las cosas se hagan bien. De haber existido antes esa participación decidida tal vez las cosas no hubieran llegado tan lejos y Chávez no existiría en la escena política venezolana”.

Parece que esto se tendrá que hacer valer por mucho en los próximos meses. Después del 10M nos quedamos sin políticos. Juan Guaidó paralizó al país y ese país expectante esperó ese día porque “pasaría algo”. Y como varias veces dijimos, no paso nada. Lo único lamentablemente relevante fue la intervención de ese dinosaurio que ha marcado la política venezolana por varias décadas, Henry Ramos Allup, llamando a todo el mundo a votar en unas elecciones parlamentarias en las que solo cree él, el régimen y los colaboracionistas que le acompañan, supongo que pensando que los venezolanos seguimos siendo los mismos idiotas que viven en Narnia donde no existe una mafia narco-criminal gobernando el país. Será porque él es parte de esa mafia...

Desde que el Libertador reconociera a la Sociedad Civil en la Carta de Jamaica de septiembre de 1815, los venezolanos hemos estado a la búsqueda de una apropiada ubicación de este concepto que parece difuso. Al decir “Nosotros somos un pequeño género humano (refiriéndose a los habitantes del Nuevo Mundo); poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares; nuevos en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo viejos en los usos de la sociedad civil”. Siempre he manifestado que la Sociedad Civil de acuerdo a ese concepto de Bolívar fue primero porque los “usos de la sociedad civil” no son más que el comportamiento civil y ciudadano que todos llevamos dentro para la construcción de una sociedad mejor y más justa.

Al vernos completamente desguarnecidos de la protección que nos deben nuestros representantes electos cuando nos llevan de nuevo directo al matadero electoral del régimen, no nos queda otra a quienes nos vemos identificados con eso que llamamos Sociedad Civil insistir en nuestras propuestas, y darle la bienvenida a otras nuevas que salgan públicamente porque algo hay que hacer desde nuestras tribunas para de alguna manera cambiar el rumbo que consideramos equivocado que estos políticos nos están marcando.

He descrito desde esta tribuna en varias oportunidades la propuesta de una Consulta Popular Plebiscitaria o Consulta Mundial de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, para el logro del Cese de la Usurpación. No ha sido de ninguna manera fácil explicarla pero no descansamos en volverlo hacer las veces que haga falta. Nuestra propuesta consiste en lograr que los venezolanos expresen formalmente su voluntad mediante una Consulta Popular Plebiscitaria, administrada por la misma Sociedad Civil, que decida la presencia de Nicolás Maduro Moros en poder, y a la vez invocar en ella por parte del propio pueblo venezolano, sin intermediarios, la ayuda de la fuerza formal de las naciones en el caso de que este se niegue a acatar ese mandato que exprese el pueblo venezolano en esa Consulta Plebiscitaria, haciendo efectivo el compromiso de intervenir en el país en ocasión a los delitos de lesa humanidad que comprobadamente está cometiendo el régimen en contra de la población.

Esta Consulta debe ser IMPUESTA desde afuera por parte de la Comunidad Internacional como solución al régimen y estar dispuesta a hacerla efectiva. En otras palabras es una solución de afuera hacia adentro. Para ello la Sociedad Civil se organizaría dentro y fuera de Venezuela, no solo para convencer a esa Comunidad Internacional de que es una solución determinante porque proviene de NOSOTROS los afectados y que estamos en el derecho constitucional de hacerlo por encima de quienes nos representan,  sino para contar la voluntad de los venezolanos con la ayuda de observación internacional.

Si logramos que Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos, exprese públicamente que su país se compromete a ayudar a hacer efectivo el mandato expresado en esa Consulta Plebiscitaria promovida por la Sociedad Civil, no solo saldrán los recursos para realizarla, sino que se ordenaría el uso formal de la fuerza por parte de los factores internacionales que han expresado que no la usarían por iniciativa propia. Si el régimen se somete a la voluntad popular – como debería ser – el resto sería negociar con ellos las condiciones de su salida. Pero si no se somete, entonces funcionaría la expresión del mandato ciudadano solicitando una intervención de carácter humanitario. Allí entraría el Consejo de Seguridad de la ONU, quienes contarían con el respaldo formal incuestionable de un pueblo que en Consulta solicita ayuda para desalojar una mafia narcocriminal del poder.

Es por ello que siempre he dicho que lo PRIMERO es que todos los factores SE CONVENZAN de esta iniciativa como SOLUCIÓN POLÍTICA antes que nada, para LUEGO trabajar en convencer a quienes pueden hacerla efectiva fuera del país. Para adelantarme a la pregunta que puedan estar haciéndose algunos al leer estas líneas, hemos hecho del conocimiento de esta iniciativa al Presidente Encargado Juan Guaidó desde hace meses, sin respuesta alguna.

Explicada de nuevo nuestra propuesta, paso a responder a muchos seguidores acerca de las coincidencias o no de nuestra propuesta plebiscitaria con una nueva propuesta de la Sociedad Civil que ha salido recientemente por iniciativa del Dr. Andrés Mezgravis, muy conocido por su anterior propuesta de la aplicación del TIAR a la crisis de Venezuela. De acuerdo con sus “Lineamientos para la organización de la Sociedad Civil” (ver hilo de Twitter de @amezgravis https://twitter.com/amezgravis/status/1235705379037818891), en ambas propuestas se busca el Cese de la Usurpación, con lo cual existe coincidencia con los objetivos fundamentales de la Consulta Popular Plebiscitaria, aunque la manera expresada en el punto No. 2, “mediante el único medio posible: la obtención de ASISTENCIA MILITAR”, es optativa en la Consulta pues eso dependerá del resultado y la reacción del régimen ante el mandato popular. Nosotros no nos estamos planteando una Consulta Popular para sacar a tiros el régimen (aunque eso a muchos nos encantaría). Es para hacer valer la Soberanía que solo reside en el pueblo para decidir la continuidad o no de alguien que no queremos en el poder porque eso está previsto en nuestra Constitución. La Consulta sería la expresión más depurada del principio de Autodeterminación de los Pueblos, tan defendido en la Comunidad Internacional.

Leyendo con mucho cuidado la nueva propuesta y oyendo las entrevistas realizadas a sus promotores, la veo con mucha simpatía por dos razones fundamentales: a) se desea hacer valer la voz de la Sociedad Civil por encima de quienes han olvidado su papel de representación política de los venezolanos; y b) sería un paso importante para que los ciudadanos hagan efectiva la previsión establecida en el Artículo 5 Constitucional del ejercicio directo de la Soberanía, por encima de la representación indirecta que ostentan los partidos políticos.

Elegir de alguna manera (ya veremos eso más abajo) a miembros de la Sociedad Civil en representación de los venezolanos para que actúen nacional e internacionalmente para lograr la “asistencia militar” para salir del régimen de Maduro, es una reacción natural ante el desastre puesto por el liderazgo de los partidos políticos. Sin embargo no debemos olvidar que la Sociedad Civil NO ES el reemplazo de los partidos políticos. La labor de los ciudadanos es de contraloría de lo que hacen con nuestra representación. Eso hay que tenerlo muy claro. Sin embargo es perfectamente válido que ante del deslave de esa función de los partidos por innumerables razones, la mayor parte de ellas asociadas a la corrupción, la Sociedad Civil actúe en defensa de su supervivencia y de la integridad del país proponiendo formulas temporales hasta que esta función política de intermediación genuina de los partidos se restablezca en democracia. De allí que le demos la bienvenida a esa nueva propuesta.

Ahora bien, antes de entrar en el cómo se propondrían lograr esa representación de la Sociedad Civil, me gustaría aclarar un poco el “cómo” de la Consulta Popular Plebiscitaria en virtud que todavía existe mucho desconocimiento de ese aspecto de la Consulta, al punto que me sorprendió la respuesta que dio el Dr. Mezgravis a nuestro amigo José Domingo Blanco (Mingo) en su programa en relación con el Plebiscito. Ante la pregunta de si conocía la propuesta plebiscitaria de ANCO, representada por la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y mi persona, el entrevistado la desestimó aduciendo que “...sería muy engorroso desde mi punto de vista hacerlo de la forma en que se está proyectando cumpliendo con una serie de formalidades legales, que a mi modo de ver ha sido uno de los principales obstáculos para organizar a la sociedad civil. No podemos pensar en un proceso electoral para organizar a la sociedad civil cuando sabemos que eso es imposible. Nada más que recomponer el registro electoral puede tardar más de un año. Realizar unas elecciones formales donde va el elector a depositar su voto en una caja si se decide realizar de una manera manual y no electrónica, pues igualmente sabemos que eso va a estar expuesto a las acciones de los colectivos y todo este tipo de cosas que ya hemos vivido durante 20 años…” (ver RCR750, Por todos los medios, 11-03-2020, entrevista al Dr Andrés Mezgravis, en https://youtu.be/Ufk6_dR-l_o min 55:00)

Debo confesar que me sentí decepcionado al oír esa explicación, no solo porque no se ajusta de ninguna manera a lo propuesto por nosotros sino porque si el Dr. Mezgravis todavía no ha entendido nuestra propuesta, ¿qué podemos esperar que entienda el resto de los venezolanos que no tienen su nivel? Esta respuesta crea confusión y desinforma a la gente de lo que efectivamente proponemos. Y la culpa no es de él, es nuestra. No la hemos sabido explicar bien, a pesar de las infinitas horas, publicaciones, artículos, y entrevistas, que hemos realizado desde que comenzamos con el tema, cuando Maduro convocó a una Constituyente sin tener la cualidad constitucional para hacerlo.

Para el Dr. Mezgravis y el resto de los venezolanos: no estamos convocando a una Consulta Popular Plebiscitaria para “organizar a la sociedad civil”. La convocamos para que se pronuncie y decida la usurpación del poder en Venezuela. Y en cuanto a “las formalidades legales” nadie como el Dr. Mezgravis, siendo abogado debe entender que no podemos decir que el pueblo venezolano se pronunció por algo de una manera legítima sin que medie un respaldo auditable físicamente de que fueron efectivamente los venezolanos quienes votaron por eso. Así ocurre en todas partes del mundo salvo en Venezuela. Para ello hemos diseñado una fórmula técnica inmediata que mejora de una manera sustancial la consulta realizada el 16J-2017, con la que se iniciaría la reconstrucción del Registro Electoral. Podemos usar el RE actual siempre y cuando exista una VOTACION Y ESCRUTINIO MANUAL y depuremos al RE en el proceso. Eso fue lo que decidió el TSJ Legítimo en su sentencia del 13 de Junio de 2018. Y eso no es de ninguna manera “engorroso” como se demostró el mismo 16J-2017 con más de 7,5 millones de sufragios manuales contados en un día, y organizados en dos semanas. Asimismo se demostró que la Sociedad Civil se puede organizar y llevar a cabo unos comicios manuales sin la intervención del Poder Electoral y dar los resultados inmediatamente.

Pero lo más importante, como ya lo mencioné antes, es que si se realiza esta Consulta Plebiscitaria es PORQUE EL RÉGIMEN ACCEDIÓ A ELLO como una solución IMPUESTA por la Comunidad Internacional a la crisis venezolana, no antes. De allí que cuando se realice esa Consulta en Venezuela, no existirán colectivos que la impidan porque será el mismo régimen el que amarrará a sus perros. Eso no saldrá de ANCO ni de nadie aquí en Venezuela. De allí que nos estemos movilizando para abordar a importantes factores internacionales para explicar bien esa solución, que es como ya hemos dicho UNA SOLUCIÓN POLÍTICA al problema. La nueva propuesta no va en un sentido directo como la Consulta Popular Plebiscitaria, sino que hace un paso intermedio para seleccionar nuevos actores para que a su vez trabajen a favor de una intervención militar en Venezuela, para lograr lo mismo que la Consulta Plebiscitaria lograría en un solo paso, lo cual no es a mi juicio de ninguna manera desdeñable, aunque si más largo.

Habiendo hecho esta importante aclaratoria, entiendo que la nueva propuesta involucra la elección de representantes de la Sociedad Civil a través de mecanismos electrónicos utilizando las Redes Sociales (RRSS). Sería un contrasentido si yo acordara ese mecanismo habiendo sido uno de los testigos técnicos de la Sentencia del TSJ Legítimo que anuló el Voto y Escrutinio Electrónico en Venezuela. De allí que la Consulta Popular Plebiscitaria proponga el uso del VOTO Y ESCRUTINIO MANUAL con respaldo tecnológico para dar a conocer de inmediato los resultados, perfectamente auditables. Desde ahora les digo: ya tenemos la solución técnica para este Plebiscito. Lo que resta es organizar a la gente para que vote y organice las mesas y los centros, dentro y fuera de Venezuela. Y eso depende de los venezolanos, aquí y en el exterior. Allí es donde la nueva propuesta puede ser de gran utilidad como complemento de una consulta ciudadana.

La solución técnica que hemos diseñado puede ser utilizada, no solo para la Consulta Popular Plebiscitaria sino para una elección de venezolanos dentro y fuera del país para que representen a la Sociedad Civil. Ponemos a disposición de esta iniciativa esta solución técnica, con lo cual ambas propuestas podrían ser complementarias. Estamos abiertos a realizar esa discusión a la brevedad porque al final del camino ambas propuestas van en beneficio a buscar una solución al grave problema que nos aqueja como pueblo, de la mano de los mismos ciudadanos.

Las cosas no salieron como pensamos en el 2012 cuando escribía “…si las cosas no salen como pensamos y Chávez se alza con el triunfo, -fraude técnico dixit-, aceptado por esta oposición política, veremos entonces un escenario muy diferente. ¿Quiénes se quedaran para "echarle un camión" de voluntad a este país? Respuesta: la Oposición Civil. Los que siempre estaremos y que no dejaremos que este país se vaya por el caño porque unos políticos lo vendieron. No, no es un llamado a la anti política. Es un llamado a jugar a la política de verdad. No eso que nos llevó a este despeñadero y que le sirvió de justificativo a un militar golpista en 1992 para romper su juramento. Esa Oposición Civil tendrá las formas que la circunstancia amerite y se mimetizará en su mejor forma para recuperar la democracia. Dios quiera que no tengamos que llegar allí, pero si llegamos, allí estaremos…”. Pues pasó exactamente así, llegamos aquí después de tantos años y todavía estamos. Nos vendieron y lo seguirán haciendo porque así ha funcionado históricamente la oposición oficial, con y sin Guaidó. Ahora, la Oposición Civil se hizo presente en su mejor forma con fórmulas para recuperar la libertad y la democracia. ¡Usémoslas! Nunca será tarde para hacerlo.

Caracas, 12 de Marzo de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

lunes, 9 de marzo de 2020

El silencio de los corderos

Por Luis Manuel Aguana

Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV del 9 de Marzo de 2020

De nuevo agradezco a la Cátedra Pío Tamayo y al Prof. Agustín Blanco Muñoz la invitación para debatir los temas que gravitan sobre el país. En esta oportunidad discutir uno de la magnitud del planteado en esta oportunidad no es de ninguna manera fácil. Responder a una pregunta como esta, “¿NEGOCIACIÓN ELECTORAL PARA MANTENER O PARA DERROTAR “LA USURPACIÓN”? implica de entrada haber asumido un posicionamiento en relación a lo que está realizando la oposición oficial venezolana con el mandato que se le entregó a Juan Guaidó Márquez el 23 de Enero de 2019.

Y en eso mi posición ha sido diáfana desde el mismo momento en que decidieron abandonar el mantra del Cese de la Usurpación en la Asamblea Nacional para ir a elecciones con el régimen, el 1ro de Octubre de 2019, con la aprobación de la famosa Ruta Integral, denominada eufemísticamente “Acuerdo para la ruta política integral planteada al país que permita elecciones libres y transparentes como salida a la crisis que viven los venezolanos y la reinstitucionalización del país” (ver Acuerdo en https://twitter.com/AsambleaVE/status/1179138987086286848?s=08). Pueden leer mi nota del 2 de Octubre en mi blog TICs y Derechos Humanos titulada “Última parada, el ejercicio directo de la Soberanía” (ver https://ticsddhh.blogspot.com/2019/10/ultima-parada-el-ejercicio-directo-de.html).

Ese nuevo Acuerdo llevó a la basura el Estatuto que rige la Transición aprobado el 5 de Febrero de 2019, razón por la cual aun me extraña que los venezolanos aun se pregunten si Guaidó y la MUD-Frente Amplio irán o no a elecciones con el régimen. ¡Claro que irán! Eso YA FUE DECIDIDO el 1ro de Octubre de 2019. Ese nuevo Acuerdo que permite elecciones con Maduro en el poder marcó una ruta distinta a la decidida el 23 de Enero de manera oficial. Los partidos mayoritarios de la Asamblea Nacional decidieron ir a elecciones este año con el régimen.

Entonces la pregunta no es si la “negociación electoral es para mantener o para derrotar “la usurpación”. No se derrota “la usurpación” yendo a elecciones con el régimen bajo sus condiciones, como efectivamente está sucediendo desde que montaron la Comisión Preliminar de 11 diputados, integrándola con diputados del PSUV que habían perdido su condición de tales por abandonar sus cargos. La sucesión de eventos posteriores demuestra que la negociación está en pie, continuando con la designación paritaria del Comité de Postulaciones Electorales encargado de nombrar los nuevos Rectores del CNE. Nadie entiende ese 50-50 si la oposición oficial es mayoría en la Asamblea Nacional. La guinda de esa torta la pondrán ambas “Asambleas Nacionales”, la de Parra y la de Guaidó, para designar esos Rectores ya negociados con el régimen de Maduro, con el visto bueno del Presidente Encargado, aunque él siga insistiendo extrañamente que “no irá a elecciones hasta que Maduro se vaya”. No ha negado ni uno solo de los pasos para la conformación de ese CNE negociado por su segundo Vicepresidente, Stalin González.

Creo que algunos en Venezuela nos vemos como la agente Clarice Starling en la extraordinaria película “El silencio de los corderos”, mejor conocida como el “El silencio de los inocentes” en Hispanoamérica, protagonizada por Anthony Hopkins y Jodie Foster (original en inglés “The silence of de lambs”). Para los que recuerden esa extraordinaria película de 1991, el personaje protagonizado por Foster, la Agente Starling, relata que de niña oye a los corderos de la granja de su tío llorar y al acercarse nota que los están sacrificando. En un intento de salvarlos le abrió las puertas para que escaparan y ellos no se movieron, y continuaron llorando, congelados llenos de miedo. Ella en su desesperación decide al menos salvar uno y sale corriendo con él hasta que la atrapan. Eso es exactamente lo que está pasando con los venezolanos hasta el día de hoy. Vamos una y otra vez al matadero electoral, y aunque alguien nos abra la puerta nos quedamos allí esperando que nos degüellen. Y hasta que la manada se mueva, seguiremos oyendo llorar a los corderos hasta que esta pesadilla se acabe.

En estos términos la respuesta de la Cátedra es obvia: la negociación es para mantener la famosa usurpación del mantra. Pero eso no nos resuelve el problema. La pregunta debería ser porque los venezolanos, y los políticos como consecuencia, continúan pensando que una negociación electorera con el régimen cambiará el gravísimo estado de cosas del país, en el que todo el planeta coincide que existe un régimen narco-criminal en el poder que ha corrompido los espacios opositores al punto que algunos pensamos que hay que convocar a la soberanía popular para que se decida lo que hay que hacer con él.

Los venezolanos rechazamos la confrontación. Y recordando un análisis que realicé después de las elecciones regionales de Diciembre de 2013, ese síndrome de la “no confrontación” que alguna vez expliqué, en relación con los estudios de Elena Granell en el IESA (ver Palabreo de la condición perdida http://ticsddhh.blogspot.com/2013/03/palabreo-de-la-condicion-perdida.html), el venezolano evitaba a todo evento la confrontación, con la tendencia a escurrir el bulto, a no entrarle de frente a los problemas, a pensar que no hacer nada es una decisión. Y de hecho lo es. No hacer nada frente a los problemas es en efecto una decisión. Sin embargo, la experiencia indica que la mayoría de las veces resulta ser la peor decisión.

Efectivamente no nos gusta confrontar. Citando a Granell, “Nuestra cultura tiende a no enseñar ni reforzar la asertividad, es decir el derecho que tiene y debe ejercer la gente para exponer su punto de vista, sin irrespetar el del oponente. Ser asertivo significa decir lo que se piensa con seguridad, sin agresividad y con gran respeto por la opinión de otro que pueda ser contraria, y no inhibirse de dar la respuesta apropiada aún cuando creamos que ella no va a ser bien recibida”.[1]

En una cultura donde los liderazgos hacen uso de esa condición de la población para su beneficio, es claro que el país entero se comportará como los corderos de la agente Starling. Me llamó mucho la atención que de eso también se dio cuenta la ex senadora colombiana, Piedad Córdova en un controvertido programa de televisión en su país, y que reseñe en una nota que publiqué hace pocos días, donde ella confiesa lo siguiente: Ese es un equipo muy sólido (refiriéndose a Maduro y su gente), muy venezolano siento que están muy contentos trabajando con la oposición. La oposición tiene una gran oportunidad. ¿Sabes que es lo más importante? Que no se matan. Es muy distinto a lo de nosotros…” (ver Entrevista a Piedad Córdoba, en https://youtu.be/lLLkyKOADxY, min 14:30)”. En esa confesión de la colaboradora del régimen se expone con crudeza la realidad de los que nos pasa. Un régimen delincuente muy contento con trabajar con sus colaboracionistas y una oposición oficial muy contenta que se le de la oportunidad para hacerlo. Cualquier otro pueblo se estuviera matando con las barbaridades que están sucediendo en Venezuela.

Pero asumiendo que esa condición del venezolano es positiva, y que creemos en la solución de los conflictos de una manera pacífica, yo me preguntaría ¿por qué no usar más bien eso a nuestro favor y no para coincidir con quien nos somete por la fuerza? ¿Porqué entrar en un terreno en el que el régimen, no solo nos lleva una ventaja porque están armados y ellos si están dispuestos a usar esas armas en nuestra contra, sino porque siendo mayoría podríamos lograr cambiar el curso de los eventos políticos a nuestro favor.

Y eso me lleva a las otras preguntas de la Cátedra: “¿Qué se busca con este posible proyecto de medición de fuerzas? ¿Una marcha de las oposiciones por el centro de Caracas en plena dictadura-usurpación?” Respuesta: Buscan lo mismo que el 2014 en un nuevo intento de desatar “algo” en un pueblo que estructuralmente no confronta, cuando esa solución, que se dio el 2002 sin confrontar, ellos mismos no supieron que hacer con eso cuando los militares si tuvieron la decencia de expulsar del poder a un asesino. No ocurrirá con esas Fuerzas Armadas que ya no son lo mismo y manejadas por extranjeros, y menos aún con 5 millones de personas ausentes en nuestro haber.

Si la oposición oficial en realidad buscara desalojar a Maduro del poder y no convivir con su régimen, las acciones serían otras. Tengo la desagradable impresión que Guaidó le oculta algo al país con su llamado a ciegas a las calles. Y ese llamado es exactamente el mismo caso de llevar corderos a un matadero sin decirles que pasará. Está jugando con la línea dura de la confrontación, confiando en que tal vez eso desate eventos que lleven al régimen a su salida abrupta del poder. Me gustaría creer que tiene las garantías para eso, pero en política esas garantías no existen. Vuelve a lo mismo del 2014 cuando Leopoldo López y María Corina Machado llamaron a “La Salida” pero ahora con menos fuerza en las calles. López y Guaidó aun siguen creyendo en ese cuento que nos sigue costando vidas.

Hace falta que los políticos que están a cargo sean políticos de verdad. Lamentablemente no aprendieron nada más después de dejar el Movimiento Estudiantil, cuando cayeron en las manos de lo más rancio y descompuesto de la oposición oficial tradicional, acostumbrados a hacer un uso irresponsable de la responsabilidad que tienen. Necesitamos desesperadamente Estadistas, con “E” mayúscula, conductores de pueblos, que puedan utilizar ese músculo político de una sociedad hastiada de tanta corrupción opositora y vejámenes del régimen, combinada con la fuerza formal que se le pueda sacar a la Comunidad Internacional. Existe un condicionamiento para utilizar la fuerza de las naciones para desalojar un régimen como el que oprime a Venezuela. ¿Se ha recorrido ese camino? ¿Se se ha reunido Juan Guaido y su gobierno interino en una Fórmula Arria para discutir el uso probable de una fuerza multinacional en Venezuela con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? Obviamente que no, aun habiéndoselo propuesto el mismo inventor de esa Fórmula, el ex embajador Diego Arria, en su reciente visita a los Estados Unidos.

Desde ANCO hemos propuesto usar la voz del pueblo de Venezuela en Consulta como detonante para recorrer ese camino del uso formal de la fuerza en contra de estos delincuentes que azotan nuestro país. Eso no puede considerarse una “invasión militar” como se etiqueta incorrectamente esa acción, es el uso de una prerrogativa que tenemos los venezolanos y que internacionalmente se llama Autodeterminación de los Pueblos. Y no es “una esperanza” como reza una de la preguntas para el día de hoy de esta Cátedra. Sería una realidad si se trabajara seriamente por eso, no sacando a la gente a la calle para que la sigan matando. Los políticos en Venezuela tienen la realidad histórica cambiada. No fue que el pueblo salió a las calles para sacar al dictador Pérez Jiménez. El pueblo salió a celebrar las calles  después –no antes- y luego que quienes tenían que hacer su trabajo efectivamente lo hicieran. Les corresponde a los políticos esa responsabilidad y nosotros a apoyarlos, no al revés.

A las preguntas de la Cátedra: “¿Se impondrá entonces y en definitiva, la vía “pacífico-electoral’ o seguirá con vida la línea de acabar con la usurpación por la vía de la fuerza como se vio el 2019? ¿Se aplicará el mismo esquema 2019 de la “guerra humanitaria”, el intento de golpe, la utilización de miembros de las FANB para fines subversivos?”, hay una respuesta: La vía electoral o el intento de utilización golpista de las FANB se impondrán mientras la sociedad civil siga su plan de corderos en el matadero y no le imponga cívicamente una nueva ruta a quienes conducen el proceso. No puede seguir en el plan de simple espectadora. Seguiremos en lo mismo mientras los corderos sigan en silencio porque ya los mataron…

Muchas gracias…

Caracas, 9 de Marzo de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

[1] “Éxito Gerencial y Cultura: Retos y oportunidades para Venezuela”, Granell, Garaway y Malpica, Ediciones IESA 1997, Págs. 86-87.