Por Luis Manuel Aguana
Definitivamente se evidencia el nivel del
liderazgo político de un país por la calidad de las soluciones que le dan a los
problemas que enfrentan. A pocas semanas del ataque del Foro de Sao Paulo a la
democracia chilena, el 15 de Noviembre, ya la oposición y el gobierno del
Presidente Sebastián Piñera diseñaron un acuerdo político en el Congreso
chileno que puso fin a lo que se consideró en la región una grave fisura a la
democracia del continente, dándole un curso civil y democrático a la crisis.
Tal y como lo señala nuestro amigo Antonio
Sánchez García en una de sus últimas y esclarecedoras notas acerca de la crisis
en su país natal: “La diferencia, la
brutal diferencia entre los gestores de lo político en Chile, respecto de
Venezuela y Cuba, países estos últimos incomparablemente menos dotados, cultos,
experimentados y rigurosos en los combates amigo-enemigo que suelen
caracterizar la gerencia de los asuntos públicos, es que en Chile los partidos
e instituciones políticas, culturales y mediáticas dominan el arte de sublimar,
metabolizar y digerir sus conflictos políticos sin que sus techos se vengan
abajo…” (ver Antonio Sánchez García, El despertador barbudo en https://t.co/2UHipGMQUI?amp=1).
Efectivamente, ese país no solo está más
desarrollado económicamente que el nuestro, sino más desarrollado
políticamente. Fue capaz de “digerir” en horas el grave problema que tuvieron,
dando con la mejor solución: consultarle a la Soberanía popular, que solamente
reside en el pueblo chileno, la reconstrucción del Pacto Social, y que
finalmente se establece en una nueva Constitución.
Aun cuando los políticos chilenos dominen “el arte de sublimar, metabolizar y digerir
sus conflictos políticos sin que sus techos se vengan abajo” como afirma
Sánchez García, ¿por qué les resulta tan difícil entender a los políticos
venezolanos que la solución a nuestro conflicto también pasa por la
participación de los ciudadanos? ¿Por qué insistir en desatar una ruptura
violenta desde adentro para provocar el cambio? Lo del 23F, 30A y ahora el 16N
con una marcha sin respaldo ciudadano, pretendió encender en las calles un conflicto
que terminaría, de acuerdo a sus cálculos, en un desplazamiento del poder del
régimen de Maduro.
Esa insistencia de repetir y repetir lo
mismo, esperando resultados diferentes, es la definición “einsteniana” de
locura, como bien lo indicó el genio. Y lo más grave es que intentan aplicar la
misma solución “de calle” en las peores condiciones que jamás hemos tenido los
venezolanos, y que se va agravando cada día que pasa con la fuga incesante del
país de cientos de compatriotas, sumada a la más grave tragedia económica que Venezuela
haya vivido en su historia. ¿Cómo puede llamar la oposición oficial a una calle
“sin retorno” a un pueblo que se muere de hambre, que tiene que salir todos los
días a arrancar casi del aíre cada bolívar devaluado para alimentarse? ¿En qué
país vive Juan Guaidó y su gente? ¿Y después del 16N qué? ¡Qué falta de
interpretación del momento político que vivimos!
¿Qué logró la oposición oficial el 16N más
allá de la frustración y la molestia de los venezolanos? Los chilenos
encaminaron su conflicto interno en días con una solución que les sirvió a
todos. Y lejos de hacer comparaciones odiosas entre las situaciones de dos
pueblos diferentes, nosotros, con el respaldo que jamás se le haya dado nacional
e internacionalmente a político alguno en Venezuela, con esta oposición al
frente, no hemos podido generar una salida en más de 10 meses. Y no creo que
sea falta de imaginación. Los hechos han demostrado que los tiros van más bien por
los lados de la corrupción y la cohabitación con el régimen, a espaldas de los
intereses de los venezolanos.
Dada la importancia que ese acuerdo de Chile
podría tener para Venezuela, me permitiré citar sus primeros 4 puntos, leídos
públicamente del Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución de Chile, presentado
por el presidente del Senado chileno, Jaime Quintana (ver Histórico Acuerdo por una nueva Constitución, en https://www.youtube.com/watch?v=y9MiX7BsNO4):
“Ante la grave crisis política y social del país
atendiendo la movilización de la ciudadanía y el llamado formulado por su
Excelencia el Presidente Sebastián Piñera, los partidos abajo firmantes han
acordado una salida institucional cuyo objetivo es buscar la paz y la justicia
social a través de un procedimiento inobjetablemente democrático:
1.- Los partidos que
suscriben este acuerdo vienen a garantizar su compromiso con el
restablecimiento de la paz y el orden público en Chile y el total respeto de
los Derechos Humanos y la institucionalidad democrática vigente;
2.-
Se impulsará un Plebiscito en el mes de abril de 2020 que resuelva dos
preguntas:
a.
¿Quiere Ud. una
nueva Constitución? Apruebo – Rechazo
b.
¿Qué tipo de
órgano debiera redactar la nueva Constitución?
i.
Convención Mixta
Constitucional
ii.
Convención
Constitucional
3.-
La Convención Mixta Constitucional será integrada en partes iguales por
miembros electos para el efecto y parlamentarios y parlamentarias en ejercicio;
4.- En el caso
de la Convención Constitucional sus integrantes serán electos íntegramente para
este efecto. La elección de los miembros de ambas instancias se realizará en el
mes de octubre de 2020, conjuntamente con las elecciones Regionales y
Municipales bajo sufragio universal con el mismo sistema electoral que rige las
elecciones de diputados en la proporción correspondiente;
Solo dos preguntas se le harán al pueblo
chileno para que este decida si desea o no un nuevo Pacto Social que resuelva
sus diferencias políticas y sociales internas, y que luego se traducirán en un
texto Constitucional que se adecue a los nuevos tiempos. De la misma manera
como será ese órgano que en Venezuela llamamos Asamblea Nacional Constituyente,
preguntando si incluirá o no a los diputados del actual Congreso de la
República. Si los chilenos logran con eso resolver o no sus diferencias, lo
decidirán ellos. Pero cualquier cosa que salga saldrá de lo que digan sus
ciudadanos. ¡Ese es el verdadero fondo! ¡Eso es lo realmente importante! En
Venezuela pediremos que el pueblo decida en su momento y como Chile, un proceso
Constituyente de carácter Originario. En ANCO estamos comprometidos en eso.
Pero primero hemos de salir del régimen usurpador con el poder que solo da la
Soberanía Popular.
Eso es exactamente lo que hemos planteado
desde ANCO: ¡Que el pueblo venezolano decida! La situación en Venezuela es
mucho más compleja que en Chile dado que aquí estamos sometidos a un régimen
delincuente con apoyo del terrorismo y los cárteles internacionales de la droga.
Sin embargo la solución va exactamente en la misma dirección: someter a la
consideración de los venezolanos, fuera y dentro del país, la ruta a seguir
para resolver el problema. De allí que deberemos trabajar arduamente para
encontrar la manera de que el pueblo venezolano se pronuncie.
Desde ANCO hemos planteado un procedimiento
que termina en una consulta a la Soberanía Popular, y que posteriormente se
cumpla el mandato del pueblo, a pesar del régimen. Ese procedimiento lo hemos
descrito desde hace meses (ver Porqué un Plebiscito SI y unas Elecciones NO en
Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/07/porque-un-plebiscito-si-y-unas.html,
y Plebiscito: Que el pueblo decida el cese de la usurpación, en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/07/plebiscito-que-el-pueblo-decida-el-cese.html)
por lo que no lo repetiré aquí. Sin embargo las preguntas mínimas que
proponemos se adecuan a la trilogía que se anunciara al país el 23 de Enero:
“1)
CESE DE LA USURPACIÒN ¿Aprueba
Ud. el cese inmediato de la
usurpación de los poderes ilegítimos
que ejercen Nicolás Maduro Moros como Presidente, la Asamblea Nacional Constituyente, el Consejo Moral Ciudadano, el Tribunal Supremo
de justicia, y el Consejo Nacional Electoral.?
(*)
(*) Se declara de manera expresa la voluntad de la ciudadanía con base en
el principio de soberanía popular y los artículos 5,22,23 y 70 de la
Constitución, que asume como ilegítima
la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 03 de agosto de 2017 y por tanto
todos sus actos nulos y sin eficacia, para iniciar el proceso de reparación de
la soberanía popular y en el caso de no cesar esta usurpación autorizo a que
los países asuman la obligación de tomar medidas para liberar y socorrer al
pueblo de Venezuela y detener la violación de los derechos humanos conforme a
la doctrina de la ONU y la aprobación por parte de la Asamblea Nacional del
TIAR ya aprobado por la OEA.
2)
GOBIERNO DE TRANSICION ¿Requiere
y autoriza Ud. al Ciudadano Presidente
de la Asamblea Nacional en su carácter de Presidente Encargado de la República
que conforme a la vigente Constitución
en el plazo de treinta días designe
un Gobierno provisional de unidad
nacional para que inicien el cambio del
modelo político administrativo y constitucional de la República Bolivariana de
Venezuela?
3)
ELECCIONES LIBRES ¿Ordena
Ud. que el gobierno provisional de transición, a la mayor brevedad posible,
convoque y se celebren elecciones libres, justas, transparentes, con un nuevo
sistema electoral y auditadas para legitimar el ejercicio del Poder Público en
Venezuela, organizadas, dirigidas y vigiladas con la participación de una Nueva
directiva del CNE, del pueblo
venezolano, sus organizaciones sociales, gremiales, civiles y políticas y la
supervisión internacional?”
Estas preguntas se hallan en un proceso
de revisión permanente y exhaustiva por un equipo jurídico y político de ANCO en
todo el país, para ampliarlas y/o modificarlas; y le dan una idea a los
venezolanos de que si existen personas en el país que pensamos en otra manera
de plantear la salida de Nicolás Maduro Moros, sin esperar ni requerir de ellos
más sacrificios de sangre en las calles de Venezuela, como consecuencia de la
incapacidad y/o corrupción de la dirigencia política de la oposición oficial. Ojalá
que Venezuela después del 16N entienda que solo se requiere que el pueblo
reclame y exija con firmeza a sus representantes su derecho a la participación
política establecida en la Constitución, sin interceptación de ninguna
naturaleza. Eso es mucho más sensato que salir a las calles sin propósito,
encabezados por gente que todavía cree que los venezolanos somos un atajo de
pendejos sin criterio. Gracias a Dios el 16N las calles de Venezuela
demostraron lo contrario.
Caracas, 17 de Noviembre de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana