martes, 3 de julio de 2012

El Poder de una Frase

Por Luis Manuel Aguana

En el transcurso de la historia del mundo han existido frases que han definido los momentos de un país y de una sociedad. Es impresionante como el poder de una frase dicha en el momento justo ha cambiado para siempre el curso de los acontecimientos.

Nadie se puede imaginar cual habría sido el destino de Inglaterra si Winston Churchill no hubiera pronunciado esa frase en la Cámara de los Comunes en 1940 al reemplazar al anterior Primer Ministro Chamberlain y que se hizo tan famosa: "No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.". El pueblo inglés soportó bombardeos, penurias y sangre, resistiendo los embates de un enemigo poderosísimo solo porque su liderazgo le insufló el coraje para hacerlo y salieron adelante.

Que hubiera pasado en Venezuela en 1812 si luego del terremoto de Caracas, con un pueblo sometido al dominio español, si Bolivar no hubiera pronunciado "…si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca!...", en un claro desafío pecaminoso ante Dios. Muchos lo atribuyeron a que era necesaria esa dura expresión porque la gente estaba moralmente derrotada y había que estremecerla para que saliera de su depresión y peleara por su libertad.

Otra frase que repitió hasta el cansancio Martin Luther King en su discurso desde las escaleras del Monumento a Lincoln en 1963..."Yo tengo un sueño, yo tengo un sueño..." fue definitoria para el Movimiento de los Derechos Civiles de los Estados Unidos cuando todas las minorías negras soñaron que era posible vivir con igualdad de derechos y oportunidades en un país que no había terminado de entender que la esclavitud se había acabado con Abraham Lincoln.

Que importante resultan las frases bien dichas en los momentos aciagos cuando un liderazgo entiende y se sintoniza con la gente. En el medio de la más atroz depresión de los años 30’s, en los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt pronunció un discurso memorable al momento de asumir la Presidencia en 1933 y en el que indicó, de entrada y en sus primeras frases: “Esta gran nación va a salir adelante como lo ha hecho hasta ahora; revivirá y prosperará. En consecuencia, primero que nada, permítanme manifestar mi firme convicción, de que a la única cosa a la que tenemos que temer, es al miedo mismo- miedo anónimo e irracional y sin sentido que paraliza todos los esfuerzos que son necesarios para convertir el retroceso en una marcha hacia adelante…”. ¡Las palabras justas para el momento justo! No en vano Roosevelt repitió cuatro veces como Presidente hasta que la muerte lo sorprendió no terminando su último período.

Ya más de cerca, otras frases se hicieron célebres y ciertamente marcaron un rumbo al país. La famosa frase “Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder.”. Esto fue pronunciado por Hugo Chávez cuando ladinamente los oficiales que lo custodiaban desobedecieron las ordenes de mostrar a los medios al principal responsable del golpe del 4 de Febrero de 1992. Esa frase se grabó en el imaginario popular al punto que todo el mundo, incluyendo a quien escribe esta nota, pensó que por fin aparecía un venezolano responsabilizándose de sus acciones cuando todo el mundo en este país, en particular en el mundo político, escurría el bulto a las suyas.

Esos 15 segundos de fama se le metieron en los poros a miles de venezolanos hasta el punto que hoy todavía hay gente que cree que este golpista sigue siendo la solución. Vean que poder tuvo eso que aun sufrimos.

Una de las frases más importantes del siglo XX venezolano y que cambió el imaginario popular en el tema económico y político la constituyó el famoso “Sembrar el Petróleo” de Arturo Uslar Pietri, escrita por primera vez por el insigne venezolano en el editorial del diario “Ahora” en Julio de 1936. Tanto caló este pensamiento que todavía los venezolanos nos debatimos en su significado, dando un sin número de interpretaciones a como debe ser utilizado el producto de nuestra renta petrolera. Desde ese momento y hasta que se acabe el petróleo como bien comercial en el mundo y para Venezuela, este concepto prevalecerá en la mente de todo aquel que gobierne este país para siempre.

Las frases no son solo celebres. Marcan un rumbo. Algunos recordamos todavía el “Recibo una Venezuela hipotecada” de Luis Herrera Campins al asumir la Presidencia de la República en 1979, para luego realizar la mayor devaluación conocida por el país hasta ese entonces durante el famoso “Viernes Negro” de 1983. Todo el mundo le recordó al Presidente Herrera en su gobierno que si el había recibido una Venezuela en hipoteca, él perdió la casa. Aun muchos decíamos, antes de conocer el actual desgobierno de Chávez, que el de Herrera Campins había sido el peor gobierno de la democracia. Chávez nos sorprendió con uno, o mejor dicho varios, gobiernos mucho peores que el del recordado Presidente Herrera, especialista en salidas inteligentes y famosos dichos. Es por eso que por la boca muere el pez.

Y entre frase y frase llegamos a la ultima perla del collar del Presidente: “Quien no es chavista no es venezolano”, pronunciada durante el discurso del 191 Aniversario de la Batalla de Carabobo. Menudo sitio que escogió para insultarnos y dividirnos aun más a todos los venezolanos. Cualquiera que estuviera presente en el acto debió haber sentido terror a que las almas de aquellos bravos guerreros que lucharon en el Campo de Carabobo, que selló la libertad de todo un continente, abrieran de par en par esa tierra y se tragara vivo al insolente que pronunció tal blasfemia. Ya los venezolanos perdimos nuestra capacidad de asombro ante este adefesio político que funge como Presidente de la Republica. Pero lo que tal vez no haya previsto este blasfemo son las consecuencias de esa frase.

Y así como en 1992 esos segundos en los que pronunció su famosa frase del “Por Ahora” que le dieron fama mundial, elevando al golpista a la categoría de Presidente, esa frase lamentable y excluyente pronunciada en el Campo de Carabobo lo llevará a una estrepitosa derrota. Los venezolanos no somos así y parece que el golpista lo ha olvidado en el camino. No hay nada más desagradable e intolerable para un venezolano que alguien discrimine por cualquier condición. Es como un requisito básico de nuestra nacionalidad. Esa frase lo llevará indefectiblemente a su muerte política.

Pero lo más hermoso, incluyente y abrumador, fue la respuesta de su principal contendor y próximo Presidente de todos los venezolanos: "El Presidente no decide quién es venezolano, son los venezolanos quienes deciden quien es el Presidente". Esa frase cambiará la historia de Venezuela…

Caracas, 3 de Julio de 2012

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domingo, 1 de julio de 2012

Foro de Sao Paulo: Oxígeno para una Revolución moribunda

Por Luis Manuel Aguana

A principios del gobierno chavista circuló profusamente un documento anónimo titulado "EL PROYECTO o EL PROCESO - Estudio y entendimiento de un Plan Siniestro” (verlo en www.venezuelanet.org/El_Proceso.pps) y cuya autoría se le podría atribuir a lo que el régimen califica como la “ultraderecha”. El documento cita muchos nombres, actuales y pasados, de quienes han funcionado como protagonistas del llamado “proceso” chavista y sus responsabilidades en mucho de lo que nos está pasando hoy a los venezolanos. Indicaba claramente que el desastre que en aquel entonces empezaba a mostrarse a todos los venezolanos y cuyo protagonista principal era Hugo Chávez, no era más que el capítulo venezolano de un plan de mucha mayor envergadura y con cobertura y alcances internacionales del cual Venezuela era una pieza clave y fundamental en su ejecución.

De esta manera conocí por primera vez qué era el llamado Foro de Sao Paulo. Los movimientos de la izquierda revolucionaria latinoamericana reagrupados luego del fracaso de la revolución armada. El convocante en 1990, Lula Da Silva, acogió a “nuestros” representantes de aquel entonces, Pablo Medina y Alì Rodríguez Araque, para reformular los planes de los viejos insurgentes que, como el “Che” Guevara, podrían bien ser considerados terroristas en el presente siglo. Cualquier lector ingenuo de aquel entonces, -como quien les escribe- al ver ese documento hubiera dicho, y como en efecto me dije, que resultaban exageradas todas esas afirmaciones. Pero el tiempo, que todo lo devela, pasó. Y vaya que pasó. Resultó ser que no eran tan exageradas.

Es cuesta arriba no decir ahora que el gobierno venezolano no ha financiado y dado protección en Venezuela a los guerrilleros colombianos de las FARC, luego de las pruebas internacionales mostradas por el Ex Presidente Álvaro Uribe, sin contar con las computadoras de Alias Raul Reyes. Nadie puede negar la profundización de los primeros contactos denunciados en ese documento con la Libia de Kadafi, la vinculación del gobierno con las organizaciones terroristas Palestinas HAMAS y el JIHAD ISLÁMICO, y que son solo parte de lo que hemos visto los venezolanos en estos últimos años, que se han denunciado fuera del país, sin incluir el armamento ruso, chino e iraní. Asimismo, la internacionalización y financiamiento descarado del llamado “proceso” chavista a los gobiernos de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, y el resto de los países del ALBA.

Entonces, ese documento anónimo de la “ultraderecha” resultó ser como premonitorio de lo que nos esperaba con la profundización del “proceso” chavista en Venezuela y en Latinoamérica, con el dinero de la renta petrolera de todos los venezolanos; y que los protagonistas señalados no han hecho más que seguir un guión del cual todos hemos sido testigos de excepción en los últimos 13 años.

Sin embargo, el documento cerraba con un llamado de esperanza. Convocaba a que “El líder que va a conducir la victoria y felicidad de este noble pueblo va a llegar, nadie lo conoce ahora pero cuando aparezca todos lo reconocerán”. Y tuvo razón. Nadie lo conocía al comienzo del gobierno de Chávez y cuando fue electo el 12 de Febrero de 2012, desde ese momento todos lo reconocemos: Henrique Capriles Radonsky.

La aparición de este personaje ha sido de tal trascendencia que ha provocado que sea necesaria la reagrupación de las fuerzas que produjeron a Hugo Chávez: El Foro de Sao Paulo. La posibilidad de perder el gobierno de Venezuela ha puesto en guardia a los integrantes de esa izquierda trasnochada que se ha nutrido de los fondos de una nación con la complicidad de un traidor a la Constitución, entregando el sistema de libertades y la democracia a un conciliábulo que requiere de su permanencia en el poder para poder sobrevivir. Los fondos que provee Venezuela a la izquierda representada en ese Foro son insustituibles.

Pero llegan tarde. El comienzo de una campaña personal casa por casa, sostenida por el candidato opositor desde febrero cuando fue escogido, ha desarmado al gobierno y a su líder fundamental. Los desaciertos y el haber vendido al país a un proceso internacional como el que motivó al Foro de Sao Paulo en 1990, ha sido la razón fundamental de su desgracia. El Foro llega a Caracas con la intención de cambiar el curso de caída de una revolución que está moribunda, al intentar darle oxígeno a algo al borde del sepulcro. Mas les valdría a los ganadores del Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, declinar esa invitación que los compromete con un líder que ya perdió la confianza de su pueblo por traidor y negador a los Derechos Humanos. Nadie se retrata con un déspota y menos si va de salida.

La utilización de una fecha patria, como un nuevo aniversario de la firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela, descalifica de entrada al gobierno con la convocatoria de ese Foro en Caracas. No hay nada de más injerencia en nuestros asuntos internos como eso. Estos personajes fueron convocados para apoyar la candidatura presidencial del capítulo venezolano del Foro de Sao Paulo en medio de una campaña electoral. Todo venezolano que se precie de tal debe rechazar de manera firme y contundente este nuevo atropello del gobierno a la venezolanidad.

La esencia del Foro de Sao Paulo representa la cesión de independencia política de un país a una estrategia de dominación conjunta de un grupo, con un propósito político e ideológico. ¿Cómo es posible que un gobierno de Venezuela conmemore la Firma de la Declaración de Independencia que nosotros los venezolanos en actitud libre y gallarda realizamos para liberarnos de un poder extranjero, convocando a quienes precisamente se han agavillado internacionalmente para penetrar y destruir el principio de soberanía de los pueblos? Más que indicar que el Foro se está inmiscuyendo en asuntos de entera soberanía de los venezolanos, se debe explicar que es una aberración que contradice los principios de libertad e independencia y que solo puede salir de la mente enferma y desesperada de quien se sabe derrotado.

Capriles está ganando en la calle a pesar de todas las encuestas pagadas por el gobierno y la maledicencia del régimen. Este en un hecho irreversible. Finalmente, parafraseando con toda la determinación posible el final del autor anónimo del documento citado: “Tengamos Fe que la justicia y la paz van a imperar en el corto plazo y El Todopoderoso en su infinito Amor nos dará toda su fuerza. Que Dios nos bendiga a todos y el Espíritu Santo nos ilumine”…

Caracas, 1 de Julio de 2012

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jueves, 28 de junio de 2012

Una Reflexión en el camino

Por Luis Manuel Aguana

Pasó desapercibido para quienes opinan en los medios y en la red, un extraordinario artículo de Carlos Goedder publicado en El Universal del lunes pasado titulado “La Responsabilidad Personal en una Dictadura” (ver en http://www.eluniversal.com/opinion/120625/la-responsabilidad-personal-en-una-dictadura). Y digo desapercibido porque ciertamente toca la esencia del hecho totalitario en Venezuela y los estudios de quienes, como Hannah Arendt (1906-1975), han investigado profundamente el fenómeno en el pasado y que de acuerdo con esa experiencia se pueden detectar características y similitudes con lo que está sucediendo con la conducta del venezolano de hoy y su posible respuesta en los venideros comicios del 7 de Octubre.

El fondo del tema estriba en que no es posible asumir una culpa general de la conducta permisiva que colectivamente le hemos delegado al chavismo, o en general, a esta pesadilla socialista del Siglo XXI. De acuerdo a Goedder, decir que "la sociedad venezolana" es la responsable por lo que ocurrió bajo Chávez, es un pretexto inválido y que todos debemos dar cuenta individualmente de lo que hicimos para evitar o bien coadyuvar a que este desastre sucediera. Es bien interesante este concepto, en especial si está fundamentado en una teoría que expusiera Hannah Arendt en su obra fundamental “Los Orígenes del Totalitarismo” en 1951. Hablando en claro venezolano, todos debemos responder a la pregunta ¿Qué hiciste tú en la época oscurantista de Chávez? ¿Te refugiaste en la burocracia diciendo que te ordenaban hacer las cosas que sabías que estaban mal hechas? ¿Tuviste una posición proactiva y determinada en contra del régimen, corriendo riesgos de cárcel, desempleo y apartheid político? ¿Qué hiciste?

La respuesta a estas preguntas es fundamental. No es que te vayan a pedir a que rindas cuentas. Es como si te hicieran un examen con un detector de mentiras y preguntes por el resultado. Solo tú sabes si mentiste o no. Solo tú sabes qué hiciste o no.

Quiero hacer un alto en el camino y pararme en esta reflexión, e invito a todos los venezolanos a hacerlo. ¡Cuánto empleado público, no solo de la administración central sino de los municipios y gobernaciones debe hacerse esta reflexión! ¡Y más aun considerando el hecho que hacia ellos va dirigida la persistente campaña amenazante del CNE!

Hace más de un año escribí un artículo que circuló por las redes en su momento y que titulé “El Ejemplo de Simon Wiesenthal” (lo reproduzco a seguidas en el blog porque no lo publiqué aquí y creo que ahora es un buen momento para hacerlo. Verlo en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/06/el-ejemplo-de-simon-weisenthal.html) y que tenía que ver con esa misma responsabilidad que no solo tiene Chávez como cabeza de esta locura de 13 años, sino con todos aquellos funcionarios de baja jerarquía que son tan o más responsables que él de la persecución atroz a la que han sido sometidas personas inocentes, que hemos presenciado y de cuyas acciones deberán dar cuenta algún día.

Pero ante el razonamiento de que absolutamente todos nosotros, no solo los que tomaron decisiones relevantes durante el régimen, tenemos nuestra cuota de responsabilidad en la perpetuación de un Estado antidemocrático, la cosa se pone espeluznante.

Un funcionario que deja de ultima una solicitud de vivienda de un prójimo que la necesita porque sabe que no es chavista y lo hace por quedar bien; un individuo que pudiendo ver hacia otro lado cuando le piden saber si alguien está en la Lista de Tascón y no lo hace; muchísimos casos en los cuales alguien puede, aunque en una muy pequeña proporción, trabar o no dejar pasar alguna injusticia “socialista” porque sabe de verdad que está mal hacerlo, y de igual manera lo hace, son parte de todas estas cosas a las que nos referimos. Y todas sintetizan un hacer inhumano producto de una maquinaria totalitaria que destruye poco a poco el tejido democrático del país.

Formo parte, como muchos, de un grupo que tuvimos que salir públicamente denunciando los atropellos y malos manejos del gobierno en el Metro de Caracas, asumiendo desde el principio una posición que nos ha traído desempleo y exclusión. Siempre pongo el ejemplo de mis compañeros de AC Familiametro, quienes siguen en pié de lucha por el regreso de sus derechos políticos y laborales atropellados desde aquella gesta del Paro Cívico y aún así no se han cansado o han claudicado, yendo ya para 10 años denunciando públicamente, exponiendo su bienestar privado por un mejor Metro de Caracas. No buscan premios ni reconocimientos más allá de la restitución de sus derechos violados, y el mejoramiento de una empresa que fue estandarte de servicio público.

Como ellos hay muchos que no tuvieron mucha oportunidad de pasar desapercibidos porque fueron excluidos y aún continúan luchando porque el gobierno no cesa la persecución señalándonos como saboteadores. Después que este desgobierno termine, nadie podrá echarles en cara que se quedaron tranquilos ante los desafueros cometidos, aun a costa de su bienestar. Sin embargo también quiero decir que Familiametro ha recibido mucha colaboración de compañeros que aun estando en la empresa saben lo que se hace mal y colaboran con información valiosa para la denuncia eficaz arriesgando sus empleos. Ellos están haciendo algo, no se quedaron tranquilamente cómplices. Pero…¿y los demás? A ellos es que va dirigida esta reflexión en el camino.

Lo primero aquí es que si usted desde su más humilde responsabilidad puede evitar que se cometa un atropello antidemocrático en contra de alguien, lo haga. Si puede realizar cualquier cosa que por su conocimiento evite alguna injusticia, ¡hágalo! Eso no se lo reconocerá nadie. Como en el ejemplo del detector de mentiras, solo usted lo sabrá. Pero si muchos lo hacen, automáticamente habrá una desaceleración del totalitarismo por aquello que indicó Hannah Arendt, si te niegas a participar caerá, así sea que te niegues solo un poco.

Ni hablar del venidero proceso electoral. ¿Cuánta gente dentro del CNE, y no hablo de los decisores políticos, sino de los técnicos honestos y demás funcionarios que estuvieron en el antiguo CSE que saben de cierto y de primera mano si hay algo podrido en el proceso, podrían colaborar silenciosamente a que no se produzca un fraude de proporciones el 7 de Octubre? ¿Cuántos venezolanos y sus familias desean una vuelta a una Venezuela noble, sin exclusiones? ¡Muchos!

A cada venezolano le invito: dense la oportunidad de salir de esta pesadilla diciéndose a sí mismos: yo si hice algo porque esto se acabara, por más pequeño que sea. De esa manera, a la pregunta de ¿qué hiciste? nadie se mirará al espejo y se irá a dormir sin una respuesta positiva…

Caracas, 28 de Junio de 2012

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El ejemplo de Simon Wiesenthal

Por Luis Manuel Aguana

(Dedicado a mi hermano Raúl Luis Aguana, abogado y autor de la idea, dispuesto a seguir los pasos de Simon Wiesenthal)

Esto terminará. Tarde o temprano el régimen de Hugo Chávez caerá. Su herencia será una nación dividida, un país arruinado y endeudado hasta los tuétanos, un parque industrial destruido, la mayoría de nuestra sangre vital ausente porque consiguieron otros horizontes donde desarrollarse como personas y profesionales. Por más de una década los venezolanos hemos contemplado un gobierno desmantelar una a una nuestras instituciones más preciadas. Y lo peor es que ese desmantelamiento ha contado con la ayuda y complicidad abierta de personajes con nombre y apellido que han atropellado los derechos humanos de las personas a los ojos impávidos de todos nosotros. Un juez pone en la cárcel por 30 años a los Comisarios sin una sola prueba, un Contralor persigue sin ningún rubor a cualquier dirigente que ponga en problemas la elección de algún candidato del gobierno, los Ministros del régimen y los familiares directos de la familia del Presidente se enriquecen a los ojos de todos sin que opere el más mínimo resquicio de justicia. Se han perdido alimentos en contenedores por valor de muchísimos millones de dólares y los Diputados, con nombre y apellido, de la Asamblea Nacional del gobierno se niegan a investigar, encubriendo flagrantemente un delito, que mas allá del delito de corrupción, es un delito en contra de la humanidad de miles de compatriotas que escarban la basura para buscar alimento. Un agricultor llamado Franklin Brito muere de mengua porque un funcionario con nombre y apellido decidió no entregarle lo que era suyo y una Juez llamada María Afiuni es atropellada en su condición humana por dar un fallo a derecho por una funcionaria, con nombre y apellido, a cargo de un penal de mujeres.

Pero esto terminará, tarde o temprano terminará. Y volveremos a reconstruir. Pero será imposible hacerlo sin que se haga justicia a una época de oscurantismo y persecución. Sin creer ingenuamente que volveremos a ser los venezolanos de antes, tendremos que volver a convivir. Y para eso necesitaremos que se haga justicia. Cuando el régimen termine, Hugo Chávez será el principal pero solo uno de los muchísimos responsables de esta tragedia que se llamó la Revolución Bolivariana. Y huirán, huirán los Magistrados cómplices, los Fiscales, los Ministros, los Narco-Generales, huirán como en su momento huyeron muchísimos oficiales de la SS alemanas culpables de delitos contra la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial, con sus bolsillos rellenos de dinero de la corrupción de muchos años. Se esconderán en muchos países del mundo con otros nombres huyendo del brazo de la justicia que necesariamente prevalecerá en Venezuela.

Y como lo hizo en su oportunidad Simon Wiesenthal al no olvidar la tragedia del pueblo judío en Europa, habrá venezolanos que no olvidarán la tragedia de Venezuela en estos años de ignominia. Wiesenthal, tras haber estado prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, dedicó gran parte de su vida, a no olvidar y a localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivos y llevarlos a la justicia. Me puedo imaginar al SimoWiesenthal venezolano encontrando e identificando a Luisa Estela Morales en una peluquería en Buenos Aires con el supuesto nombre de Beatriz Algonzaga, o como lo hizo con Aldolf Eichman, secuestrando a Diosdado Cabello de un taller mecánico en Brasil en donde laboraba como perito automotriz. Solo imagínense a Nicolás Maduro en su trabajo de chofer de autobús en Montevideo y de pronto un comando lo baja del autobús y lo mete en el baúl de un carro para traerlo a la justicia venezolana. O a Juan Barreto localizado luego de mucha investigación, trabajando en un bar de travestis en Lima. Tendría un trabajo interesante e intenso esta versión venezolana del cazador judío y tendría mucha colaboración al ser bastante la gente que ha sido afectada por los desmanes de este régimen. No se sonrían, pero esa puede ser perfectamente una versión de nuestro futuro cercano.

No puede ser posible que tanto funcionario público, afecto a este régimen, se olvide que están delinquiendo por temor a perder un puesto de trabajo. Deben entender que esto no es más que un gobierno que pasará, muy malo pero que pasará como tantos otros. La actitud de la Juez Afiuni al actuar de conciencia en el caso que la condujo a prisión nos da la medida de que si existe gente decente y con coraje que hace su trabajo, independientemente del temor. Si todos no tuvieran temor otro gallo le cantara al gobierno. ¿Que locura colectiva esta pasando aquí? ¿Pensará de verdad la Directora del penal donde se encontraba la Juez Afiuni, que no pagará por los delitos de persecución y maltrato a un ser humano y en especial a una mujer enferma? ¿Pensarán los funcionarios que condenaron a los Comisarios a 30 años que eso pasará debajo de la mesa y no pagarán por eso? ¿Pensará de verdad la funcionario que ha perseguido a Biaggio Pilieri que quedará tan campante en el país después de haber pisoteado la justicia como lo hecho? Todos ellos se irán corriendo del país al caer el régimen y serán perseguidos y encontrados por nuestro Simon Wiesenthal.

Creo que no habrá un solo cazador sino muchos. Y eso les debería atemorizar a esta pléyade de aúlicos del régimen que, tratando de ganar indulgencias, han pisoteado nuestra venezolanidad, nuestra forma de ser como pueblo, nuestra historia. Nunca como ahora había habido tanta iniquidad y tanta maldad persecutoria, ni siquiera cuando Gómez, respetando las distancias. Hasta en el castillo de Puerto Cabello que era donde encerraban a los opositores del régimen de Juan Vicente Gómez y botaban la llave, los esbirros tenían la decencia de dejar pasar para el preso la guitarra del compadre Venancio Laya. Es por eso que así como Hugo Chávez quedará preso en La Haya, el resto de los responsables de esta tragedia no dormirán por el temor a ser encontrados. Y ojala que nuestro Simon Wiesenthal tampoco duerma hasta encontrarlos a todos…

Caracas 21 de Febrero de 2011

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Nota: Este artículo fue escrito y publicado en las redes el 21 de febrero de 2011 y por error de omisión no fue  insertado en este blog hasta el día de hoy.