lunes, 19 de noviembre de 2012

La hora de las gradas



Por Luis Manuel Aguana

La “mentalidad de rancho” es una vaina bien seria en nuestro país. Se lleva en la cabeza. Lo ves cuando al entregarle el apartamento nuevo a una familia que nunca ha usado un baño, buscan el espacio para construir un séptico. Así de grave es la cosa.

Y así usted explique y eduque, no hay manera de cambiar eso porque es un asunto de creencias, de manera de ver la vida, de una cultura sumamente arraigada de años y años de hambre y necesidad.

Lo vemos cuando el gobierno le entrega a la gente apartamentos que parecen ratoneras invivibles, sin espacios mínimos para convivir, sin áreas verdes y cualquier otra cosa que diga que le están mejorando su calidad de vida. ¡Y en plena Avenida Libertador en Caracas! Y ellos, que no han tenido nunca nada, lo ven como si el gobierno les estuviera resolviendo la vida. Y la verdad es que están vendiéndoles la idea de la propiedad de las viviendas cuando en realidad están confinándoles en “guettos” controlables de los que pueden disponer en cualquier momento, haciéndoles víctimas de un chantaje para siempre.

Y no es que la situación sea de ignorar las necesidades de quienes se están muriendo en los refugios sino de utilizar esa necesidad humana fundamental para manipular y engañar a quienes necesitan para apoyar un proyecto político. El fondo es verdaderamente deleznable, tanto como haberlos dejado en los refugios. Lo que en realidad hicieron no fue construirles viviendas dignas sino refugios organizados en cubículos localizados en las principales calles de Caracas y de los que el gobierno a su antojo amenazará con sacarlos de allí a cada nueva “elección democrática”.

Esa es la manera que tiene el gobierno de ajustar hacia abajo. Todos tenemos que vivir mal. Esa es la esencia del comunismo castrista que se nos trata de imponer.

Y esa misma “mentalidad de rancho” del gobierno “resolviendo” el problema de la vivienda, la tienen nuestros políticos opositores al enfocar la solución de los problemas del país. Estamos como cuando la casa (las instituciones) se está cayendo, y cuando llueve te mojas más adentro que afuera y aun así no te quieres mudar porque no has vivido de otra manera en toda tu vida.

Viven en el rancho de la política construida sobre la base del engaño, la corrupción, del “quítate tu pa'ponerme yo”. Cuando sale alguien "normal" a decir ¡se nos cae el rancho en la cabeza! se apresuran a callarlo "porque así hemos vivido siempre". Y van corriendo a abrir el hueco para poner un séptico habiendo baños en los apartamentos.

Es por eso que a quienes no hemos vivido nunca de "eso" vemos con perplejidad este sainete triste del 7-O y te sale alguien de la oposición a decirte que "no hemos conectado todavía con las clases populares" ¿En qué rancho mental estarán viviendo?  ¡La casa (institución electoral) se les está cayendo en la cabeza y te dicen que todo está bien!

Es bien complejo lo que está sucediendo en Venezuela. Y hay que realizar análisis aun mucho más profundos porque intervienen demasiadas variables. No es un simple análisis causa-efecto.

Pero cuando miras al “bullpen”, que es el sitio de donde el manager del juego de beisbol ve para cambiar jugadores, te pones a llorar. No hay reemplazos. ¡Y el palo de agua sigue insufrible y sabes que la casa se está cayendo! Los que estamos en las gradas gritamos, escribimos, decimos, nos reunimos, proponemos y nada.

Les reseñaré una pequeña historia que posiblemente alguno de ustedes conozca que describe la realidad actual con más precisión:

“Una pequeña historia. Esta es una historia acerca de cuatro personas que se llamaban TODO EL MUNDO, ALGUIEN, CUALQUIERA Y NADIE. Había un trabajo que era importante llevar a cabo y TODO EL MUNDO estaba seguro que ALGUIEN lo haría. Cualquiera pudo haberlo hecho pero NADIE lo hizo. ALGUIEN se molesto mucho porque ese era un trabajo para TODO EL MUNDO. TODO EL MUNDO pensó que CUALQUIERA podía hacerlo pero NADIE se dio cuenta que  TODO EL MUNDO no lo haría. Esta historia termina en que TODO EL MUNDO culpó a ALGUIEN cuando NADIE hizo lo que CUALQUIERA ha podido hacer.” Anónimo.

Cuando comencé a escribir acerca de este tema electoral y por alguna razón no he dejado de hacerlo, empecé a ser uno de los que decía que el rancho tenía goteras. Y a advertir como un venezolano más que debían cogerse las goteras porque con el tiempo se harían huecos más grandes. Ya a este nivel todos nos hemos dado cuenta que tanto al gobierno como la oposición les es conveniente que el rancho siga igual, pero con todos nosotros dentro. Y ya el rancho no tiene solución y hay que cambiarlo.

Pues verán, imagino que ya todos habrán llegado al convencimiento que nadie cambiara el rancho electoral. Como bien dice la historia, todo el mundo está a la espera que alguien lo haga pero nadie lo terminará haciendo. Esa historia se parece mucho a como los venezolanos nos comportamos cuando hay una responsabilidad difusa y diluida. Y lo peor es que hay fuertes intereses a favor de que las cosas continúen como están. Menudo problema.

No endilgaré la responsabilidad a todo el mundo porque eso es como la historia reseñada: no es responsabilidad de nadie. Pero si puedo decir algo: si todos los que presenciamos el juego nos duele lo que está pasando en el campo y no hay gente en el “bullpen”, ya es hora que vayan bajándose de esas gradas y presionar al manager para que ponga nuevos jugadores.

La construcción de algo nuevo no puede seguir esperando, así sea que a quienes les competa construirlo no deseen o no quieran hacerlo. Todos estamos bajo el palo de agua. Ya es la hora de los jugadores de las gradas.

Caracas, 19 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana

jueves, 15 de noviembre de 2012

La alcabala de Tibisay



Por Luis Manuel Aguana

Ya lo confirmó hoy el Directorio del CNE. Las estaciones de Verificación SON OBLIGATORIAS. ¿Y a cuenta de qué el Directorio del CNE ignora las disposiciones legales según las cuales solo es necesario para votar la cédula de identidad laminada, vencida o no? ¿Dónde aparece en la legislación venezolana que ahora los electores necesiten “el papelito” de la nueva alcabala de Tibisay Lucena como requisito adicional para ejercer un derecho ciudadano?

Esta alcabala, que aparece como novedosa en este escenario, opaca en notoriedad a la que antes considerábamos como el principal escollo en toda esta trampa tecnológica que nos impusieron a los venezolanos desde el CNE, la captahuellas.

Varias observaciones en relación a este nuevo escollo. Luce sumamente sospechosa la insistencia del CNE en colocar como obligatorio ese instrumento que hasta donde hemos podido constatar solo le ha servido al gobierno para movilizar a su militancia del PSUV y obligarla a votar, y a la vez ralentizar las colas en los centros de mayoría opositora. Pero pudiera tener una razón técnica más de fondo y que se nos pudiera estar escapando.

Veamos técnicamente la cosa. Son estaciones conectadas a través de la red celular de la CANTV con los servidores principales del CNE. Transmiten al menos el numero de cedula de identidad de la persona que está llegando al centro a votar. Al menos eso es lo que “aparentemente” está pasando, de acuerdo a lo que uno visualiza externamente.

Sin embargo, me puedo permitir hacer especulaciones basadas en nuestro desconocimiento de la arquitectura técnica de las maquinas de votación, ya bien sea porque el CNE no le entregó las especificaciones técnicas a la oposición a través de “nuestra representación” técnica y estos avalaron algo que no vieron, o que si se las entregaron y por alguna razón se ha mantenido oculta a pesar de la insistencia en que se haga pública para el estudio de técnicos independientes. Ambas cosas son inaceptables.

Puedo imaginarme que las máquinas de votación tienen la electrónica interna necesaria para conectarse inalámbricamente, conformando una red interna, con esas estaciones conectadas a la red celular de la CANTV para la transmisión de algo más que cédulas de identidad para movilizar chavistas.

Eso podríamos saberlo fácilmente con un celular inteligente en la mano. Se podría detectar cuales redes están activas en un radio cercano con un simple celular inteligente. Podríamos probar eso cuando vayamos a votar y detectar si hay alguna red WiFi extraña dentro del centro que no debería estar allí. ¡Y denunciarlo!

¿Sabemos cuáles procesos se activan en las máquinas de votación además del proceso auditado de captura y resguardo de votos? ¿Es ese el único programa que hay? ¿Existe una auditoría que nos permita saber si el CNE coloca algo adicional dentro de las máquinas de votación sin el conocimiento de la oposición? Esas maquinas son computadores multitarea y eso lo saben tanto el gobierno como la oposición.

Y suponiendo que esto sea así, el CNE podría estar transmitiendo votos antes del cierre de las maquinas de votación, así de simple. O cambiarlos si conocen las claves de encriptado. Y así como puede haber transmisión hacia fuera, podría también haberla hacia dentro, precisamente para eso último. Esa es una duda perfectamente razonable, basada en el desconocimiento que tenemos de esos equipos comprados sin licitación. Al ser un proceso enteramente controlado por el CNE, ¿por qué no podríamos pensar mal y que estas maquinas están haciendo algo adicional? ¿Porqué no pensar que desde el CNE se envíen archivos completos que sustituyan los resultados de las máquinas?

¡Cuentos de camino! dirán quienes aun defienden ese sistema. Siempre insistiré: cualquier cosa se puede hacer con una maquina que se programa y que está hábil para comunicarse, y más aún si está protegida por quien debe ser su principal vigilante: ¡los técnicos de la oposición! Y si dicen eso entonces demuestren que no es así publicando las especificaciones de esos equipos y entregando uno de ellos para el análisis exhaustivo de parte de un grupo de expertos independientes calificados.

Las maquinas de verificación afuera funcionarían como una especie de puerto de comunicación de las máquinas de votación hacia y desde el CNE. De esa forma Tibisay, es decir el gobierno, quien es la única que puede totalizar, pudiera tener información acerca de lo que sucede en los centros que tienen esas máquinas de verificación conectadas a la red celular de la CANTV. Por lo mínimo, si no cambian los votos, podrán conocer en tiempo real los resultados intermedios de los centros que tienen esas máquinas.

Por principio natural, no debería existir NINGUN dispositivo que transmita nada al CNE hasta el cierre del proceso electoral. Esa es una exigencia mínima que debe realizar la oposición. Si nuestra queja fue que ralentiza el proceso, como en efecto pasó durante el pasado 7-O, la respuesta de estos delincuentes del CNE ha sido colocar más máquinas para acallar eso. Pero el fondo real sigue vivo y es que están violando de manera flagrante los Derechos Humanos de los electores de tener un proceso libre.

Y lo cierto es que el sistema electoral está en tal grado de descomposición que ya no es sostenible ni tragable por la población demócrata. Y lo peor es que está avalado y defendido por la propia oposición. De allí no puede salir nada bueno y cualquier cosa puede estar pasando con esas estaciones. Por eso la insistencia en ponerlas obligatorias. Un sistema electoral completamente corrompido y controlado, cuyas auditorías no establece sino el auditado, no puede garantizarnos nada más que trampa.

El venezolano común ya no confía en el sistema electoral. Pero lo que es más grave, ya no confía en quienes se supone deben defenderlo en contra de las imposiciones e irregularidades del ministerio de elecciones del gobierno. Ante este panorama sombrío de no tener a quien acudir ante estas arbitrariedades, a todas luces cada vez más descaradas de este régimen que dañó deliberadamente el sistema, las sociedades se construyen sus propios anticuerpos.

Si el sistema electoral, que es el mecanismo en democracia para decidir quiénes deben dirigir los destinos del país, fue deliberadamente descompuesto y quienes deben decir algo sobre eso no lo dicen, el ciudadano defraudado deberá entonces encontrar otros cauces democráticos para canalizar ese evidente descontento de la mayoría.

No es sólo que tenemos que ir a la desobediencia civil de no pasar por esa alcabala puesta como obligatoria por el CNE, es que debemos activarnos para CAMBIAR el sistema electoral COMPLETAMENTE y exigir Elecciones Auténticas. Esa alcabala de Tibisay no es el problema, lo es todo el sistema electoral venezolano. Movilicémonos para cambiarlo de raíz…

Caracas, 15 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana