Ponencia en la Cátedra Pío
Tamayo del 21-10-2013
Por Luis Manuel Aguana
Video en https://youtu.be/qBeTn92N6cA
Gracias al Prof. Agustin
Blanco Muñoz y a la Cátedra Pio Tamayo por esta nueva oportunidad de expresar puntos
de vista acerca de lo que acontece en el país, en esta oportunidad en relación
al sistema electoral.
El sistema
técnico-electoral venezolano descansa sobre dos pilares: el Registro Electoral
(los datos de los electores) y el Sistema informático que cuenta y transmite
los votos (maquinas, programas y elementos de transmisión). El fraude técnico
del cual hemos estado hablando es una combinación muy especial de: a)
corrupción de la data de los electores (RE) y b) corrupción y/o cambio de los
programas que generan los resultados. Si unimos a ello una “auditoria” guiada
del árbitro electoral, eso termina de poner la lapida sobre la tumba de nuestro
sistema de elegir gobernantes.
En esta oportunidad no me
adentraré en temas densos como el Registro Electoral, cosa que ya ha hecho el
Dr. Genaro Mosquera en esta misma Cátedra de una manera magistral y
contundente. Simplemente tomaré su conclusión: el Registro tienen más personas de
lo que estadísticamente debe tener, estando abultado de una manera considerable
entre 3 y 5 millones de electores.
En esta oportunidad yo
solo revisaré tres indicios que delatan al régimen en lo que damos en llamar el
fraude técnico: a) la aparición de las captahuellas en el sistema electoral
para el Referéndum del año 2004 y siguientes; b) El sistema de identificación
al elector (computadoras a la entrada de los centros de más de 3 mesas); y c) La
desaparición del escrutinio manual y el nacimiento de la Verificación
Estadística Ciudadana (el famoso 54%).
Analizaremos cada uno de
ellos:
Las Captahuellas
Desde el año 2004 nace en
el sistema electoral venezolano la figura de este tenebroso aparato que captura
la huella dactilar de los electores para ir a votar. Los jóvenes que cumplen
ahora 18 años y son votantes por primera vez no podrían recordar-porque tenían
9 o 10 años y eran solo unos niños-, que el CNE incorporó este periférico a las
puertas de los centros de los 8 estados más poblados del país, con la aviesa
intención, 1) de saber quiénes iban a votar y 2) colocarlos solo en los centros
de población consistentemente opositora para retrasar su voto.
El FRAUDE de
la captahuella reside en la justificación dada desde su nacimiento en la escena
electoral: la garantía de “un-elector-un-voto”. Veamos eso técnicamente en
detalle. Supongamos que el CNE tenga la totalidad de las huellas de los
electores, que se ha demostrado que no es así en más de 1.500.000 huellas, pero
para los efectos del ejemplo solo supongámoslo.
La UNICA
manera de garantizar que una persona haya votado UNA SOLA VEZ, usando este
mecanismo, en cualquier mesa en todo el país, es que el repositorio de datos
sea UNICO y contra el cual cada captahuella de TODAS las mesas haga una
búsqueda y se marque al elector como “YA VOTO” cuando éste efectivamente lo
haya hecho. Al intentar un elector fraudulento votar otra vez con su huella
dactilar, y al realizar de nuevo esa búsqueda, el sistema indicará
“ADVERTENCIA: ESTE ELECTOR YA VOTO”, con la consecuente respuesta de las
autoridades.
Esto supondría
un super servidor con una capacidad de tráfico para manejar las aproximadamente
40.000 maquinas concurrentemente y despachando respuestas en tiempo real al
menos a 4.000 (un 10% conservadoramente) máquinas en todo el país. Por supuesto
ese super servidor deberá ser tolerante a fallas y tener un espejo para que en
caso de caídas fatales no interrumpa el servicio de las captahuellas. Ni
siquiera el banco más grande del país, o tal vez del mundo, dispone de
semejante infraestructura. Realizar un proyecto de tal naturaleza exigiría mucho
tiempo, prototipos, pruebas en vivo de
tiempo de respuesta, pruebas del software en línea, infraestructura, etc, etc,
etc…
Es por esa
razón que cuando las personas llegan a la mesa electoral el funcionario le
solicita la cedula para digitarla en un teclado, cuando lo correcto debería ser
que se colocara primero la huella, se verificara esa huella en ese super
servidor y se constatara si el elector votó o no antes en cualquier mesa en
todo el país, contrastando con los datos de la cédula de identidad que presente
el elector.
El actual
procedimiento trae con la huella el registro del elector que está ubicado en la
máquina de ESA MESA pero en modo alguno garantiza que esa persona no esté en
otra y vote de la misma manera, con lo cual el principio básico por el que
Jorge Rodríguez se gasto 65 millones de dólares en captahuellas nunca se
cumplió en el año 2004 y menos aún en el resto de los procesos electorales a
partir de ese año. No solo fue una mentira sino que también fue un acto de
corrupción, aunado al hecho de que deja abierta la posibilidad técnica de que
una persona vote varias veces en varias mesas en diferentes centros. El sistema
entonces hace precisamente todo lo contrario para lo cual fue adquirido.
El sistema de identificación al elector (SIE)
La mentira que
justifica el SIE se halla en la función de dar el número de la mesa y la línea
del cuaderno donde vota el elector. Desde que hizo su aparición, ningún elector
puede pasarse por alto esta estación para poder votar, so pena de ser agredido
por el Plan República, en abierta violación a nuestro derecho constitucional de
votar solamente con nuestra cédula de identidad.
Pero lo más
interesante de este sistema nos lo revela la propia auditoría realizada por el
CNE con el aval de “nuestros técnicos” electorales para las elecciones del 7-O.
Como podrán
apreciar en la famosa “Auditoría” del CNE, se les presentó el sistema SIE a
nuestros técnicos. Los técnicos se metieron en su tecnología, calcularon el
número mágico (“hash”) que sirve para que no se puedan copiar los programas del
sistema sin que la oposición se de
cuenta, pero NADIE ALLI se preguntó ¿Cuál es el propósito de este sistema?
Nadie allí le
hizo una simple, sencilla y obvia pregunta al CNE: ¿Por qué se necesita el SIE
si la ubicación de los electores está en los listados a las afueras de los
centros? No, ellos se dedicaron a otra cosa. Se dedicaron a preguntar cuantos
laptops habría en los centros y la distribución de ellos. ¡Más de 18.000
computadoras portátiles! ¡Qué descaro y que desperdicio de recursos de los
venezolanos, con tanta necesidad y hambre!
Nadie allí
indagó ni preguntó porque ese sistema se conectaba con un centro remoto a
través de un sistema de comunicaciones, ni porqué, como se constató
posteriormente, esas maquinas transmitían información de los electores. Nadie
preguntó por las características técnicas de esos laptops y si podían o no
estar conectados inalámbricamente. NADIE PREGUNTO NADA.
La desaparición del escrutinio manual y el nacimiento
de la Verificación Estadística Ciudadana (el famoso 54%)
La justificación dada por
el CNE la primera vez que se instituyó esta manera de contar nuestros votos fue
que era “estadísticamente imposible” que si se verificaba el 54% de las mesas
electorales, el resultado fuera diferente del total que el CNE nos dijera al
totalizar el 100% de los votos automatizados. Esa fue la mentira que el
gobierno nos metió al instituir en la Ley Orgánica de Procesos Electorales el
voto electrónico por Ley: “Artículo 141. El acto de escrutinio deberá
ser automatizado y excepcionalmente manual, cuando así lo determine el Consejo
Nacional Electoral.”
Entonces de
acuerdo a ese cambio en la ley, las máquinas “escrutan” el 100% de los votos y
nosotros “verificamos” solo un porcentaje de ellos. Sutil pero decisivamente
tramposo. El régimen le cambió el sentido al idioma y al mismo tiempo nos
sembró una trampa de incalculables proporciones al permitir que solo contáramos
una parte de los votos, dejando a las maquinas hacer lo que quisieran con el
resto.
Pero la
mentira más aviesa en relación a la población votante es la convencerlos de que
abriendo solo el 54% de las cajas es suficiente, estadísticamente hablando,
para quedarnos tranquilos. ESO EN ESE SISTEMA ES FALSO.
Simplemente
hagamos el ejercicio numérico. Pongamos un ejemplo: Un centro tiene 1000 votos
y van todos los electores. Abrimos el 54% y dejamos sin abrir el 46%. Esto es,
solo contaremos (Verificaremos) 540 votos. Supongamos, que en esos 540 votos la
oposición saca el 55% y el gobierno 45% (10 puntos arriba). Esto es, 297 votos
para la oposición y 243 votos para el gobierno, dando la ventaja a la oposición
55% a 45% de acuerdo al ejemplo.
Ahora veamos los
460 votos que estaban en las cajas que no se abrieron. Si en esas máquinas el
CNE logra ponerle de forma fraudulenta al candidato del gobierno
conservadoramente el 60º% de esos votos, esto es, de esos 460 votos el 60% se
lo ponen al gobierno. Esto es 276 votos para el gobierno y los restantes 184 a la
oposición. El resultado total del centro sería 519 para el gobierno y 481 para la
oposición. Como son 1000 votos totales, resultaría el 51,9% para el candidato
del gobierno y el 48,1% para el de la oposición (3,8 puntos por arriba) en todo
el centro.
Esto es,
dándole a la oposición de esos 460 votos solo el 40%. Ahora imagínense el
escenario que no le dé nada, que sea el 100% de esos 460 no verificados. El
resultado sería 703 votos al candidato del gobierno y 297 votos al candidato de
la oposición. Esto es 70,3% para el gobierno y 29,7% para la oposición, solo en
ese centro, aun teniendo nuestro candidato 10 puntos porcentuales por arriba
antes del cambio en las mesas abiertas. Para el 8D se mantienen los 5.454
Centros de 1 sola mesa más 2.626 centros de 2 mesas, donde hubo, según ESDATA,
la mayoría del gobierno.
Los expertos
en estadística indican que los resultados en todas las mesas del mismo centro
deben guardar una distancia porcentual muy baja, con lo cual si existen 10
puntos por arriba en las mesas abiertas eso debe mantenerse aproximadamente en
todas las mesas por igual. Pero los resultados de los estudios rompieron ese
patrón el 7-O (ver estudio Febres-Márquez Elección Presidencial en Venezuela
2012 – Evaluación de los resultados electorales presentados por el CNE
Nov2012). ¿Se explican ahora porque se voltean los resultados de los conteos
rápidos cuando empiezan los escrutinios electrónicos?
¿Por qué no
podría correr otro programa que arroje resultados cambiados en las cajas que
previamente se sabe que no se abrirán y
se transmitan esos resultados?
Y no lo tienen
que hacer en todas las mesas del país sino en un conjunto de mesas en centros
escogidos previamente. Por eso es que no les dió el análisis de Newcomb-Benford
realizado por Delfino y Salas que reseñe en mi artículo “La Naturaleza
delató al CNE” ni en el 2004 ni en el 2012, donde los resultados de la curva de
Chávez siempre fueron uniformes, atentando contra esa ley natural. Es por eso
QUE TENEMOS QUE CONTAR TODAS LAS BOLETAS.
Y aun si no
las contamos, es absolutamente
importante que el régimen no sepa con anticipación cuales mesas serán sorteadas
para el proceso de Verificación Ciudadana sino hasta cuando todas cierren
en un centro, cumpliendo a cabalidad
la secuencia del Art. 441 del Reglamento Electoral. La MUD no ha podido
detectar eso porque nunca han verificado ese 54%, con la respectiva Constancia
de Verificación Ciudadana, no yendo más allá del 2.5% de las máquinas el 7-O
pasado y nunca más allá del 12% según lo confesó Liliana Hernández en un
programa de televisión con Nitu Perez Osuna.
Consecuencias políticas de continuar con un sistema
pervertido de elecciones
Luego de muchas
conversaciones con muchos de los principales actores políticos opositores llegamos
a varias conclusiones:
·
No les interesa
profundizar acerca del tema del fraude electrónico argumentando una
credibilidad sospechosa en sus representantes técnicos, personajes que han
demostrado su incompetencia al representarnos en todos los procesos electorales;
·
Estos técnicos
les han convencido (¿?) que el fraude no es tecnológico sino producto del
ventajismo, aun cuando les hemos presentado informes técnicos que prueban lo
contrario desde el año 2004;
·
Todos los medios,
incluido Globovisión cuando existía, silenciaron las declaraciones de técnicos
y voceros que pudieran poner en duda la credibilidad del sistema electoral del
CNE como línea política de la MUD, convirtiéndose esta última en la principal
defensora del sistema electoral;
·
Concluimos que los
dirigentes de la oposición no desean cambiar sino beneficiarse de este sistema
al momento de cualquier cambio político que los ponga a gobernar, lo cual es un
contrasentido porque utilizando la vía electoral jamás serán gobierno.
Entonces, el planteamiento
es la convivencia y la negociación de los puestos electorales, ya que al estar
ambas partes conscientes que los números electorales son manipulados, entonces
lo que queda es repartirse la torta de acuerdo a un juego perverso que maneja
quien tiene el sartén por el mango. En ese escenario no hay “plebiscito” que
valga el 8D! Entonces, si esto lo sabe la MUD ¿a qué juego está jugando?
Por eso es que el 8D no
será diferente en los resultados. Ya el gobierno tiene cuadrados los números en
cada circunscripción electoral, considerando las debilidades estructurales de
la oposición y de acuerdo al mapa previamente establecido: cuantos centros de
1, 2 y 3 mesas haciendo el mismo juego del 14A. El gobierno necesita consolidar
las municipales para darle rienda suelta a su cambio comunal.
Sin embargo algo nuevo
está pasando de manera significativa en todo el país. Aparecen como novedosas muchas
candidaturas fuera del juego de la MUD-PSUV. Y esto tiene una lectura muy
significativa. Los Concejales por definición deben provenir de las comunidades,
no de acuerdos entre partidos, más aun cuando estos no fueron electos en un
proceso de Primarias. Tanto en el chavismo como en la oposición quienes
controlan los centros no son los partidos, son las comunidades de esos lugares
donde los partidos han hecho un trabajo de manipulación. Al estar estas
comunidades fuera de la esfera partidista, cualquier cosa podría suceder,
comenzando por no dejar que la manipulación con las máquinas tenga éxito. Sin
embargo esto es un proceso muy tímido en todo el país.
Habiéndose cerrado la vía
electoral para poder cambiar este estado de cosas de manera pacífica, lo que
nos resta es organizarnos como depositario de la soberanía para hacer uso del
dispositivo Constitucional para cambiarlas. Votar o no votar no representa más
el verdadero dilema de esta coyuntura. Los venezolanos están percibiendo que
votando o no votando el 8D o en cualquier otra elección, no cambiará su calidad
de vida o mejorará el rumbo equivocado de la nación. Lo medular es la necesidad
de un cambio en la conducción del país y esto pasa por construir un nuevo
sistema electoral que nos garantice Elecciones Autenticas.
Caracas, 21 de Octubre de
2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana