jueves, 6 de junio de 2013

Más allá del racionamiento electrónico



Por Luis Manuel Aguana

No hay nada más odioso que decir “te lo dije”. El pasado año publicaba en este blog: “El uso de la más avanzada tecnología, solo encuentra salida en este gobierno en las aplicaciones más aberrantes y atentatorias contra los Derechos Humanos. Utilizando los recursos de todos los venezolanos, PDVSA y su Presidente encontraron en la tecnología del CHIP una aplicación para llevarle la cuenta a los ciudadanos del Zulia y del Táchira de cuanto combustible usan, haciendo realidad por primera vez en nuestro país la tarjeta de racionamiento cubana, pero con la más alta sofisticación tecnológica. De allí a que nos pongan un brazalete con un CHIP para indicarnos cuantos litros de leche o cuantos kilos de arroz podemos comprar por mes en un supermercado, no hay sino un paso.” (ver Un CHIP para los viejitos en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/07/un-chip-para-los-viejitos.html).

En la citada nota sugería que en lugar de usar la tecnología para racionar la gasolina a los habitantes de los Estados fronterizos, se utilizara para evitarle las colas a los viejitos para cobrar su pensión. Paradójicamente lo hicieron. No sé si alguien del gobierno leyó la nota y se le prendió un bombillo, cosa que rara vez pasa. En esta oportunidad espero que hagan lo mismo.

Pues bien, Arias Cárdenas logró la proeza de establecer la famosa tarjeta de racionamiento electrónico cuyas pruebas debutantes anuncié en julio de 2012 (Ver http://www.noticierodigital.com/2013/06/arias-cardenas-sistema-automatizado-de-venta-de-alimentos-no-es-una-libreta-de-racionamiento/).

Nuestros derechos económicos están plenamente garantizados en nuestra Carta Magna. De acuerdo al Art. 117 de la Constitución, Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes y servicios de calidad, así como a una información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características de los productos y servicios que consumen; a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno…”. Nótese aquí la frase DERECHO DE DISPONER DE BIENES Y SERVICIOS. En ninguna parte de ese artículo se habla de que el Estado pueda disponer a su discrecionalidad de los bienes o servicios de los ciudadanos o si los funcionarios públicos pueden administrar ese derecho.

En razón de eso ¿qué derecho tiene el Gobernador Arias Cárdenas o cualquier otro funcionario público, para decidir cuanta salsa de tomate le echo a mi comida, cuantas arepas me como en el desayuno o cuantos marrones me tomo en el día? De allí a decidir si prendo o no mi televisor o cuántos hijos quiero tener con mi mujer no hay más que un paso.

El expediente de contrabando de extracción que utiliza Arias para racionar electrónicamente a los zulianos, ya utilizado con la gasolina, tiene un fundamento que se basa en distraer a los venezolanos de quienes realmente poseen el negocio de la extracción.

Las gandolas llenas de gasolina o de comida que pasan por las fronteras hacia Colombia a la vista gorda de las autoridades, incluyendo la del Gobernador, no pertenecen a los ciudadanos pendejos a los que ahora les están diciendo que comer y en qué cantidad. Pertenecen a los delincuentes bien organizados, con las conexiones necesarias con las autoridades para hacer ese negocio en gran escala, y que con esta medida están siendo protegidos por el gobierno de Arias en el Zulia.

No es solo una prueba de cómo manejar administrativamente y de manera más eficiente-de forma tecnológica-, la escasez alimentaria que se apodera de Venezuela. Es una manera de matar dos pájaros de un tiro: de como meterse unos reales con el hambre del pueblo y de paso dejar lo que quede para la mayor cantidad de gente posible.

Pero hay más. Este manejo de la tecnología para el atropello de las libertades públicas no se hace solo. La denuncia permanente que he realizado acerca del uso de la tecnología para restringir las libertades ciudadanas, que es el objetivo principal de la existencia de este blog, apunta hacia el hecho que detrás de todo este aparataje lleno de tecnología hay técnicos venezolanos usando sus habilidades y experticia para realizar este lamentable trabajo, en deplorable conchupancia con el invasor cubano.

Estos técnicos comparten esta violación de nuestras libertades individuales. Es tan criminal lo que hace Arias Cárdenas como lo que hacen los técnicos informáticos al proveerle de una herramienta para atropellar nuestros derechos. La tecnología de la información es una herramienta muy especializada y poderosa que hay que utilizar a conciencia. Es hora que las personas que se desempeñan en este campo en Venezuela sepan que no están actuando sin conocimiento de causa, aunque posteriormente puedan alegar que solo era un trabajo por encargo.

El gobierno al hacer un uso intensivo de estas herramientas para incidir en la vida de las personas sin el debido control ciudadano, como existe en otras partes del mundo-menos en Venezuela-, nos deja solo a nosotros, los técnicos, con alguna responsabilidad ética de no permitirlo, en la medida de nuestras posibilidades. Pero de permitirlo, los expertos se hacen cómplices. Ya hemos publicado de la inexistencia en Venezuela del Derecho de Autodeterminación Informativa y que es en cierta medida la causa por la cual los gobiernos pueden hacer uso indiscriminado de la información de los ciudadanos (ver Censo 2011 y el Derecho a la Autodeterminación Informativa en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/08/censo-2011-en-venezuela-y-el-derecho-la.html).

Lo lamentable es que las personas se hallan desprovistas de cualquier posibilidad de evitar los embates del Estado venezolano para atropellarlas. Al limitar la compra de los artículos de la cesta básica a una cantidad programada de una manera periódica, se hace requerida la identificación personal de la gente. De esta forma, al crear una base de datos centralizada con las compras periódicas de las personas, el gobierno estará en la posibilidad de limitar esas compras DE MANERA PERSONALIZADA.

Con un gobierno que ha demostrado hasta la saciedad ser criminal y retaliativo, todos los venezolanos deberíamos estar muy preocupados porque se cruce esa base de datos de compras con la muy triste célebre Lista de Tascón, y más aun cuando se piensa que este experimento llegue a nivel nacional. ¿Se dan cuenta de lo importante que es evitar que esto se desarrolle?

Un racionamiento que excluya a personas identificadas de una manera deliberada, no solo es una posibilidad cierta cuando se cuenta con las herramientas tecnológicas apropiadas para ello, sino la forma más expedita de aterrorizar a los más débiles, con la intención de atarlos permanentemente a los designios del gobierno, y de la manera más despreciable: por el estomago y las necesidades del ser humano.

Así que debemos sopesar esta noticia más allá de lo que se ve a simple vista, incluso más allá de la consideración técnica de un racionamiento del Siglo XXI. Se debe apreciar como la raya que debemos colocar para indicar el final de la tolerancia a un régimen delincuente y castrador de libertades.

Caracas, 6 de Junio de 2013

Twitter: @laguana

domingo, 2 de junio de 2013

Reflexiones del conuco



Por Luis Manuel Aguana

Solía reunirme con algunos de mis ex compañeros del IESA para reflexionar acerca del país, del mundo, de la política y de las grandes verdades. Nunca dejamos en realidad de hacerlo porque fueron muy gratos los momentos pasados en el Instituto y que nos dejo muchísimo, en especial amistades solidas con compañeros y profesores. En una de esas oportunidades llegamos a una conclusión lapidaria cuya autoría me atribuyen cuando en realidad la reflexión salió de todos. Lo que hice yo fue darle un enunciado: “más vale un conuco bien montado que un postgrado mal habido”. Recuerden eso.

Podríamos interpretar esta expresión como un reconocimiento al trabajo duro y del día a día en contraposición a los galones que a veces se lucen y que en el fondo no son más que una manera de cubrir deficiencias de origen. De ninguna manera se debe interpretar como una sub valoración a lo educativo, sino todo lo contrario: cuando se hace un trabajo arduo y los valores básicos son parte de tu esencia es cuando entonces una mejor educación refuerza esos valores. El “postgrado mal habido” no se refiere al que compras u obtienes de manera ilegal sino al que haces para tapar deficiencias en tus valores esenciales.

Pero funciona también al contrario. Cuando hay una educación con valores morales y del trabajo deficientes, pasa lo que dijo El Libertador: “El talento sin probidad es un azote”. Allí cualquier cosa que hagas después se transforma en “postgrado mal habido”, en un azote. Tal vez el enunciado no es más que un corolario de esta famosa ley social y llegamos a ella sin darnos cuenta.

Traigo a colación este recuerdo que se me activó al recibir las diferentes reacciones a mi anterior nota “Lo que parece no es” (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2013/05/lo-que-parece-no-es.html) y que aprovecho para agradecerles encarecidamente.

Y ustedes me dirán ¿y qué tiene que ver un conuco con eso? Mucho. Porque esto es un problema de valores. El conuco representa en ese constructo (utilizo la palabra usada por los investigadores para darle un modelo al concepto) para señalar la fuerza de los valores morales y del trabajo primero y luego de tener eso, apreciar en toda su extensa magnitud los valores superiores de la educación.

Un conuco es la representación básica de lo que en Venezuela se conoce como el trabajo con las manos para poder obtener el sustento. Sudarte el sustento, pues. Saber que significa como se bate el cobre, como se consigue el real y medio para vivir. Y luego de que lo sepas tendrás la legitimidad para darme una clase de cómo se hace mejor. Ese es el conuco.

Recuerdo que los viejos, en especial los de los pueblos del interior le daban una importancia superior a la educación de la casa, a la de papá y mamá, a la de la familia, sobre la que se construía el edificio de la educación. Cuando vemos la historia de nuestros liderazgos fundamentales que se cocinaron a principios del siglo pasado no ves sino eso primero. Lean sus biografías y se darán cuenta.

A nadie se le ocurría pensar que ese liderazgo fundacional utilizaría sus posiciones públicas para hacerse con una empresa, ganar dinero o utilizar sus posiciones para el beneficio propio. A nadie se le ocurrió ver a Gallegos, a Villalba, a Caldera o a Betancourt en eso. Ellos tenían claro los conceptos de quien era quien. No en vano la mayoría de ellos vinieron del interior de una Venezuela pobre.

Ahora bien, muchos líderes quieren decirles a los venezolanos que van a vivir mejor sin haber pasado por el conuco pero sí por el “postgrado mal habido”, dándose un portazo en la cabeza. No pretendo aquí aparecer como un fanático salido de las cavernas del siglo diecinueve. Simplemente tratar de entender porque la gente sigue a quien sigue y porque aun después de muerto, un individuo como Chávez aun sigue siendo la esperanza de miles de venezolanos.

Recuerdo que ese 4 de Febrero de 1992 la gente decía y murmuraba abiertamente en todas partes (y esto es información para las nuevas generaciones) que por fin salía en Venezuela alguien que se responsabilizaba por sus acciones; y la gran mayoría le dio su simpatía escondida al insurgente-y completo desconocido-, del “por ahora” por haber intentado al menos algo a favor de la decencia pública, al margen de la forma utilizada de un violento golpe de estado e intento de magnicidio.

Nadie se acordó de las personas que murieron ese día, ni que habían intentado asesinar al Presidente de la República y a su familia en la propia residencia presidencial. Solo se acordaron de un  individuo reducido pero altivo que dijo que “por ahora” la lucha que había comenzado no había alcanzado sus objetivos y “el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor…y ante el país y ante ustedes asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano…”. De esta manera se dejó construir un liderazgo que luego de más de 20 años aún tiene al país de cabeza y cuyos herederos todavía se aprovechan de él.

¿Cuál es la moraleja de toda esa historia? Que a lo que se le dio importancia real allí fue a los valores, más allá de cualquier consideración y que están presentes en lo más profundo de la psiquis del venezolano. Las últimas palabras de esa alocución se grabaron como en un molde de concreto porque constituyen la esencia real de este caso: intenté algo para acomodar el desastre, fallé, asumo la responsabilidad, pero no desisto (la razón del “por ahora”). Allí lo que valió fue la percepción de la gente que inmediatamente compró el mensaje: ¡Este es el hombre!

¿Porque traigo este ejemplo a colación luego de la explicación del conuco? Porque primero son los valores que funcionan como las bases de toda edificación, lo que hace a la gente legítima como persona primero para luego darle la confianza de la conducción. Chávez logró eso el 4F de 1992 a pesar de todo lo que sabemos hizo después.

¿Porque insisto tanto en que nuestro liderazgo debe pasar por esa prueba insoslayable? Porque las personas deben percibir esa coherencia que solo nace de este tipo de acciones que reflejan algún valor que conecte con lo más profundo de la gente.

No puede ser que luego que inicias una lucha el 14A, pase el 15A y el 16A con toda la intensidad de la represión en las marchas hacia los CNE del interior, y luego el liderazgo diga que suspendemos la marcha el 17A en Caracas porque creemos que el gobierno nos reprimirá. Citando a mi amigo Luis Betancourt Oteiza, “¿Qué sentido tuvo ese sacrificio si iban a terminar pidiendo a la gente que bailara salsa?”.  Esas incoherencias se pagan tarde o temprano, de la misma manera como tarde o temprano se premian la coherencia y la responsabilidad como valores fundamentales. Pero lo doloroso no es que las paguen ellos, las pagamos todos. Es por eso que hay que tener el conuco primero para que valga el postgrado después…

Caracas, 2 de Junio de 2013

Twitter: @laguana