lunes, 10 de junio de 2013

Golpe de Estado versus Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

La inmensa cantidad de correos y artículos publicados en relación a que la única salida a la crisis institucional del país pasa por un Golpe de Estado es aterradora. Muchas de las argumentaciones se basan-y con toda razón-, en la responsabilidad que tienen las Fuerzas Armadas de la restitución del Estado de Derecho, pisoteado hasta la saciedad por el régimen de Chávez, heredado por el Ilegitimo mediante el atraco en descampado de unas elecciones.

Sin embargo, esas voces al unísono me suenan como el coro de ranas que de aquella fábula de Esopo, “Las Ranas pidiendo Rey” que describí el año pasado: “Aún estamos sintiendo lo que deseamos como país en 1998, a alguien que pusiera orden. Pareciera que todos los venezolanos fuimos a pedírselo juntos en cola al dios Júpiter de la fábula. Y nuestra suplica fue concedida cuando nos llegó alguien que se está comiendo a las ranas en el más absoluto desorden. Pero este país merece algo más que el lapidario designio de Júpiter acerca del reinado eterno de ese rey.” (ver Fabulas de Esopo en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/03/fabulas-de-esopo.html). Lean la fábula y lo comprenderán.

Es por esa razón que voy a atreverme a ir en contra de la corriente general y de las muy respetables voces que claman por ese Rey. No es la primera vez que lo hago. Pienso que vuelven a equivocarse, de la misma manera que lo hacen aquellos que creen, todavía atornillados en el siglo pasado, que nos encontramos en los mismos escenarios políticos e institucionales que vivimos en Venezuela con los golpes ya conocidos y estudiados, con unas Fuerzas Armadas, no solo armadas con las armas de la República sino también con la decencia que ello debe conllevar.

No señores, un Golpe de Estado ahora no sería como el de la Junta de 1948 que entronizó a Perez Jiménez por 10 años, y menos aún como el que le dieron a él los cadetes de la Academia Militar, que asombrosamente contó con una Junta que llevó al país a unas elecciones limpias en 1959 y luego generosamente le traspasó el poder a un Presidente legítimo.

Pero lo peor del Golpe no son las expectativas que se tienen con él-sin fundamento, a mi modesto modo de ver-, sino que sería una suerte de “quítate tu pa’poneme yo” con la extraordinaria excusa que le daríamos nosotros mismos para irrumpir sobre el hilo constitucional al respaldarlo abiertamente porque sobran las razones para darlo. Pero a veces, sobran razones también para matar a un asesino violador con las propias manos y no por eso aprobamos su linchamiento por la poblada. Para eso la sociedad se da tribunales y justicia.

Los Golpes del pasado contaban con una condición que no existe ahora: eran golpes entre venezolanos, no había un tercero interesado en medio. Se convoca a la “institucionalidad de las Fuerzas Armadas” como si eso fuera algo que no debe estar respaldado por las armas.

El Comandante Hugo Chávez DESARMO a la Fuerzas Armadas. Así como lo leen. Le entregó las armas de la República a las milicias inconstitucionales, a los grupos paramilitares, a los delincuentes, a la narcoguerrilla, a los Colectivos, a todo el mundo menos a quienes debían institucionalmente tener el control de esos instrumentos, los únicos capaces de sacarlo del poder.

Desmanteló el apresto operacional de todos los componentes de las Fuerzas Armadas al punto de que no existiera nadie que fuera capaz de reunir el poder suficiente para cambiar este estado de cosas por la vía de la fuerza militar, en contra de los designios de la ocupación cubana. Chávez no corrió el riesgo de sus predecesores. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto daño le ha hecho este régimen a las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, como dicen en las Fuerzas Armadas: “los militares son leales hasta que se alzan”. Pero, asumiendo que ese coro de voces tenga razón, ¿quiénes serían los nuevos alzados? ¿De dónde saldrían? ¿De unas Fuerzas Armadas deliberadamente desarmadas y desarticuladas? Esta situación nos pone en el siguiente predicamento: los soldados institucionales no pueden alzarse porque fueron desarmados, y quienes eventualmente pueden hacerlo serían los otros, los del “lado obscuro de la fuerza”. Y en caso de que lo hagan, ¿ustedes creen que lo harían con la premisa de llevarnos a una democracia? ¡Nos enterrarían en una urna blanca! De nuevo, las ranas pidiendo Rey…

Venezuela ha llegado al punto en el cual todos debemos entender que no se puede seguir imponiendo una parte del país sobre la otra parte. Chávez hizo bien su trabajo al dividirnos en dos toletes. Soy de la creencia que estamos en el tolete de la mayoría pero esa mayoría no se le puede imponer al resto del país sin que se le reconozca su representación proporcional. Necesitamos reconciliar a Venezuela para reconstruirla. Eso no significa impunidad, significa vivir en paz desde algún punto en adelante y reconstruir al país con justicia. Con un Golpe no se logrará eso por la naturaleza misma del concepto.

Un Golpe bajo la premisa que los que queden al mando reunificarán al país es ingenuo. Nadie puede garantizar lo que salga de la Caja de Pandora que se abriría cuando eso ocurra y el que lo diga es un ingenuo o un criminal oportunista.

La naturaleza de los militares que están del “lado obscuro de la fuerza” en Venezuela y que son los que tienen el suficiente poder para dar un Golpe, solo la saben el Departamento de Estado norteamericano y todos los servicios de inteligencia de las potencias que buscan narcotraficantes globales. Ellos solo darían un Golpe para defenderse de que no los extraditen. Y en el supuesto negado que lo hagan, no será para nuestro bien, como lo sufrieron las ranas de la fábula.

Algunas voces han asomado la posibilidad de un proceso Constituyente para afrontar la crisis. No es una fantasía, es una posibilidad cierta. El país requiere volver a encontrar un camino. Lo está buscando tan desesperadamente como en 1998 cuando clamó por un salvador que dijo que una Constituyente era la solución. Y los venezolanos le creyeron y lo hicieron Presidente.

Pero ahora las razones de una Constituyente se hacen presentes de nuevo pero con una diferencia y una razón fundamental: elegir los Constituyentistas sobre la base real del país actual con la representación proporcional de las minorías que no hubo en 1999 para discutir el país que queremos como diferencia principal, con la reunificación del país como razón fundamental.

Convocar a una Constituyente solo requiere de la voluntad del 15% de los venezolanos inscritos en el Registro Electoral y está en la Constitución (Art. 347, 348 y 349). No existen lapsos para hacerla y nadie puede impedírnosla. Podemos realizarla cuando queramos los ciudadanos que resolvamos hacerlo.

Una Asamblea Nacional Constituyente no es un salto al vacío como si lo sería un Golpe de Estado. No hay que tenerle miedo a la democracia. Estableciendo un mecanismo de decisión por consenso en una ANC se eliminarían las dudas que una parte del país se imponga sobre la otra parte. En ella se decidiría reafirmar nuestra soberanía expulsando a quienes la han usurpado y reconstituyendo a nuestras Fuerzas Armadas; y asimismo reconstruir los poderes públicos, particularmente al Poder Electoral para unas Elecciones Auténticas que desalojen al Ilegitimo de Miraflores, unificando a los venezolanos en torno a un proyecto común y de consenso de país. ¿No creen ustedes que eso es mejor que un Golpe de narcotraficantes y oportunistas?

Caracas, 10 de Junio de 2013

Twitter: @laguana

jueves, 6 de junio de 2013

Más allá del racionamiento electrónico



Por Luis Manuel Aguana

No hay nada más odioso que decir “te lo dije”. El pasado año publicaba en este blog: “El uso de la más avanzada tecnología, solo encuentra salida en este gobierno en las aplicaciones más aberrantes y atentatorias contra los Derechos Humanos. Utilizando los recursos de todos los venezolanos, PDVSA y su Presidente encontraron en la tecnología del CHIP una aplicación para llevarle la cuenta a los ciudadanos del Zulia y del Táchira de cuanto combustible usan, haciendo realidad por primera vez en nuestro país la tarjeta de racionamiento cubana, pero con la más alta sofisticación tecnológica. De allí a que nos pongan un brazalete con un CHIP para indicarnos cuantos litros de leche o cuantos kilos de arroz podemos comprar por mes en un supermercado, no hay sino un paso.” (ver Un CHIP para los viejitos en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/07/un-chip-para-los-viejitos.html).

En la citada nota sugería que en lugar de usar la tecnología para racionar la gasolina a los habitantes de los Estados fronterizos, se utilizara para evitarle las colas a los viejitos para cobrar su pensión. Paradójicamente lo hicieron. No sé si alguien del gobierno leyó la nota y se le prendió un bombillo, cosa que rara vez pasa. En esta oportunidad espero que hagan lo mismo.

Pues bien, Arias Cárdenas logró la proeza de establecer la famosa tarjeta de racionamiento electrónico cuyas pruebas debutantes anuncié en julio de 2012 (Ver http://www.noticierodigital.com/2013/06/arias-cardenas-sistema-automatizado-de-venta-de-alimentos-no-es-una-libreta-de-racionamiento/).

Nuestros derechos económicos están plenamente garantizados en nuestra Carta Magna. De acuerdo al Art. 117 de la Constitución, Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes y servicios de calidad, así como a una información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características de los productos y servicios que consumen; a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno…”. Nótese aquí la frase DERECHO DE DISPONER DE BIENES Y SERVICIOS. En ninguna parte de ese artículo se habla de que el Estado pueda disponer a su discrecionalidad de los bienes o servicios de los ciudadanos o si los funcionarios públicos pueden administrar ese derecho.

En razón de eso ¿qué derecho tiene el Gobernador Arias Cárdenas o cualquier otro funcionario público, para decidir cuanta salsa de tomate le echo a mi comida, cuantas arepas me como en el desayuno o cuantos marrones me tomo en el día? De allí a decidir si prendo o no mi televisor o cuántos hijos quiero tener con mi mujer no hay más que un paso.

El expediente de contrabando de extracción que utiliza Arias para racionar electrónicamente a los zulianos, ya utilizado con la gasolina, tiene un fundamento que se basa en distraer a los venezolanos de quienes realmente poseen el negocio de la extracción.

Las gandolas llenas de gasolina o de comida que pasan por las fronteras hacia Colombia a la vista gorda de las autoridades, incluyendo la del Gobernador, no pertenecen a los ciudadanos pendejos a los que ahora les están diciendo que comer y en qué cantidad. Pertenecen a los delincuentes bien organizados, con las conexiones necesarias con las autoridades para hacer ese negocio en gran escala, y que con esta medida están siendo protegidos por el gobierno de Arias en el Zulia.

No es solo una prueba de cómo manejar administrativamente y de manera más eficiente-de forma tecnológica-, la escasez alimentaria que se apodera de Venezuela. Es una manera de matar dos pájaros de un tiro: de como meterse unos reales con el hambre del pueblo y de paso dejar lo que quede para la mayor cantidad de gente posible.

Pero hay más. Este manejo de la tecnología para el atropello de las libertades públicas no se hace solo. La denuncia permanente que he realizado acerca del uso de la tecnología para restringir las libertades ciudadanas, que es el objetivo principal de la existencia de este blog, apunta hacia el hecho que detrás de todo este aparataje lleno de tecnología hay técnicos venezolanos usando sus habilidades y experticia para realizar este lamentable trabajo, en deplorable conchupancia con el invasor cubano.

Estos técnicos comparten esta violación de nuestras libertades individuales. Es tan criminal lo que hace Arias Cárdenas como lo que hacen los técnicos informáticos al proveerle de una herramienta para atropellar nuestros derechos. La tecnología de la información es una herramienta muy especializada y poderosa que hay que utilizar a conciencia. Es hora que las personas que se desempeñan en este campo en Venezuela sepan que no están actuando sin conocimiento de causa, aunque posteriormente puedan alegar que solo era un trabajo por encargo.

El gobierno al hacer un uso intensivo de estas herramientas para incidir en la vida de las personas sin el debido control ciudadano, como existe en otras partes del mundo-menos en Venezuela-, nos deja solo a nosotros, los técnicos, con alguna responsabilidad ética de no permitirlo, en la medida de nuestras posibilidades. Pero de permitirlo, los expertos se hacen cómplices. Ya hemos publicado de la inexistencia en Venezuela del Derecho de Autodeterminación Informativa y que es en cierta medida la causa por la cual los gobiernos pueden hacer uso indiscriminado de la información de los ciudadanos (ver Censo 2011 y el Derecho a la Autodeterminación Informativa en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/08/censo-2011-en-venezuela-y-el-derecho-la.html).

Lo lamentable es que las personas se hallan desprovistas de cualquier posibilidad de evitar los embates del Estado venezolano para atropellarlas. Al limitar la compra de los artículos de la cesta básica a una cantidad programada de una manera periódica, se hace requerida la identificación personal de la gente. De esta forma, al crear una base de datos centralizada con las compras periódicas de las personas, el gobierno estará en la posibilidad de limitar esas compras DE MANERA PERSONALIZADA.

Con un gobierno que ha demostrado hasta la saciedad ser criminal y retaliativo, todos los venezolanos deberíamos estar muy preocupados porque se cruce esa base de datos de compras con la muy triste célebre Lista de Tascón, y más aun cuando se piensa que este experimento llegue a nivel nacional. ¿Se dan cuenta de lo importante que es evitar que esto se desarrolle?

Un racionamiento que excluya a personas identificadas de una manera deliberada, no solo es una posibilidad cierta cuando se cuenta con las herramientas tecnológicas apropiadas para ello, sino la forma más expedita de aterrorizar a los más débiles, con la intención de atarlos permanentemente a los designios del gobierno, y de la manera más despreciable: por el estomago y las necesidades del ser humano.

Así que debemos sopesar esta noticia más allá de lo que se ve a simple vista, incluso más allá de la consideración técnica de un racionamiento del Siglo XXI. Se debe apreciar como la raya que debemos colocar para indicar el final de la tolerancia a un régimen delincuente y castrador de libertades.

Caracas, 6 de Junio de 2013

Twitter: @laguana

domingo, 2 de junio de 2013

Reflexiones del conuco



Por Luis Manuel Aguana

Solía reunirme con algunos de mis ex compañeros del IESA para reflexionar acerca del país, del mundo, de la política y de las grandes verdades. Nunca dejamos en realidad de hacerlo porque fueron muy gratos los momentos pasados en el Instituto y que nos dejo muchísimo, en especial amistades solidas con compañeros y profesores. En una de esas oportunidades llegamos a una conclusión lapidaria cuya autoría me atribuyen cuando en realidad la reflexión salió de todos. Lo que hice yo fue darle un enunciado: “más vale un conuco bien montado que un postgrado mal habido”. Recuerden eso.

Podríamos interpretar esta expresión como un reconocimiento al trabajo duro y del día a día en contraposición a los galones que a veces se lucen y que en el fondo no son más que una manera de cubrir deficiencias de origen. De ninguna manera se debe interpretar como una sub valoración a lo educativo, sino todo lo contrario: cuando se hace un trabajo arduo y los valores básicos son parte de tu esencia es cuando entonces una mejor educación refuerza esos valores. El “postgrado mal habido” no se refiere al que compras u obtienes de manera ilegal sino al que haces para tapar deficiencias en tus valores esenciales.

Pero funciona también al contrario. Cuando hay una educación con valores morales y del trabajo deficientes, pasa lo que dijo El Libertador: “El talento sin probidad es un azote”. Allí cualquier cosa que hagas después se transforma en “postgrado mal habido”, en un azote. Tal vez el enunciado no es más que un corolario de esta famosa ley social y llegamos a ella sin darnos cuenta.

Traigo a colación este recuerdo que se me activó al recibir las diferentes reacciones a mi anterior nota “Lo que parece no es” (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2013/05/lo-que-parece-no-es.html) y que aprovecho para agradecerles encarecidamente.

Y ustedes me dirán ¿y qué tiene que ver un conuco con eso? Mucho. Porque esto es un problema de valores. El conuco representa en ese constructo (utilizo la palabra usada por los investigadores para darle un modelo al concepto) para señalar la fuerza de los valores morales y del trabajo primero y luego de tener eso, apreciar en toda su extensa magnitud los valores superiores de la educación.

Un conuco es la representación básica de lo que en Venezuela se conoce como el trabajo con las manos para poder obtener el sustento. Sudarte el sustento, pues. Saber que significa como se bate el cobre, como se consigue el real y medio para vivir. Y luego de que lo sepas tendrás la legitimidad para darme una clase de cómo se hace mejor. Ese es el conuco.

Recuerdo que los viejos, en especial los de los pueblos del interior le daban una importancia superior a la educación de la casa, a la de papá y mamá, a la de la familia, sobre la que se construía el edificio de la educación. Cuando vemos la historia de nuestros liderazgos fundamentales que se cocinaron a principios del siglo pasado no ves sino eso primero. Lean sus biografías y se darán cuenta.

A nadie se le ocurría pensar que ese liderazgo fundacional utilizaría sus posiciones públicas para hacerse con una empresa, ganar dinero o utilizar sus posiciones para el beneficio propio. A nadie se le ocurrió ver a Gallegos, a Villalba, a Caldera o a Betancourt en eso. Ellos tenían claro los conceptos de quien era quien. No en vano la mayoría de ellos vinieron del interior de una Venezuela pobre.

Ahora bien, muchos líderes quieren decirles a los venezolanos que van a vivir mejor sin haber pasado por el conuco pero sí por el “postgrado mal habido”, dándose un portazo en la cabeza. No pretendo aquí aparecer como un fanático salido de las cavernas del siglo diecinueve. Simplemente tratar de entender porque la gente sigue a quien sigue y porque aun después de muerto, un individuo como Chávez aun sigue siendo la esperanza de miles de venezolanos.

Recuerdo que ese 4 de Febrero de 1992 la gente decía y murmuraba abiertamente en todas partes (y esto es información para las nuevas generaciones) que por fin salía en Venezuela alguien que se responsabilizaba por sus acciones; y la gran mayoría le dio su simpatía escondida al insurgente-y completo desconocido-, del “por ahora” por haber intentado al menos algo a favor de la decencia pública, al margen de la forma utilizada de un violento golpe de estado e intento de magnicidio.

Nadie se acordó de las personas que murieron ese día, ni que habían intentado asesinar al Presidente de la República y a su familia en la propia residencia presidencial. Solo se acordaron de un  individuo reducido pero altivo que dijo que “por ahora” la lucha que había comenzado no había alcanzado sus objetivos y “el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor…y ante el país y ante ustedes asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano…”. De esta manera se dejó construir un liderazgo que luego de más de 20 años aún tiene al país de cabeza y cuyos herederos todavía se aprovechan de él.

¿Cuál es la moraleja de toda esa historia? Que a lo que se le dio importancia real allí fue a los valores, más allá de cualquier consideración y que están presentes en lo más profundo de la psiquis del venezolano. Las últimas palabras de esa alocución se grabaron como en un molde de concreto porque constituyen la esencia real de este caso: intenté algo para acomodar el desastre, fallé, asumo la responsabilidad, pero no desisto (la razón del “por ahora”). Allí lo que valió fue la percepción de la gente que inmediatamente compró el mensaje: ¡Este es el hombre!

¿Porque traigo este ejemplo a colación luego de la explicación del conuco? Porque primero son los valores que funcionan como las bases de toda edificación, lo que hace a la gente legítima como persona primero para luego darle la confianza de la conducción. Chávez logró eso el 4F de 1992 a pesar de todo lo que sabemos hizo después.

¿Porque insisto tanto en que nuestro liderazgo debe pasar por esa prueba insoslayable? Porque las personas deben percibir esa coherencia que solo nace de este tipo de acciones que reflejan algún valor que conecte con lo más profundo de la gente.

No puede ser que luego que inicias una lucha el 14A, pase el 15A y el 16A con toda la intensidad de la represión en las marchas hacia los CNE del interior, y luego el liderazgo diga que suspendemos la marcha el 17A en Caracas porque creemos que el gobierno nos reprimirá. Citando a mi amigo Luis Betancourt Oteiza, “¿Qué sentido tuvo ese sacrificio si iban a terminar pidiendo a la gente que bailara salsa?”.  Esas incoherencias se pagan tarde o temprano, de la misma manera como tarde o temprano se premian la coherencia y la responsabilidad como valores fundamentales. Pero lo doloroso no es que las paguen ellos, las pagamos todos. Es por eso que hay que tener el conuco primero para que valga el postgrado después…

Caracas, 2 de Junio de 2013

Twitter: @laguana

jueves, 30 de mayo de 2013

Lo que parece no es



Por Luis Manuel Aguana

La calma “chicha” que se apoderó del país después de la declaración del fraude del 14A y que todos esperábamos que tuviera un desenlace, aun no tiene final ni mucho menos cauce visible. Hay como una energía latente que no se ha manifestado. Esa calma se ha matizado con el suspenso creado por Capriles y que desembocó en el famoso audio del presentador predilecto de Chávez. Muchas interpretaciones, nacionales e internacionales, pero al final nadie puede decir que sabe verdaderamente lo que sucede.

Es por eso que es necesario darle paso a la reflexión, tratando de entender lo que está pasando al margen de la infinidad de informaciones que llegan y las opiniones de muchos que “creen” saber lo que en realidad pasa dentro del gobierno y la oposición. Todo esto por una simple razón: todos los venezolanos seremos los afectados finales de esa novela por capítulos.

Son muchas las piezas de ese rompecabezas, y si se intenta cuadrar de la manera equivocada, por lo que se ve a simple vista, la interpretación será descabellada. Es por eso que partiré del criterio según el cual debemos identificar la naturaleza de cada actor en esta ópera de acuerdo a su origen, estableciendo para cada uno una pauta lógica de conducta. ¿Qué significa eso?

Lo expondré mediante un ejemplo. En estos días una persona amiga me indicaba que tuvo que hacerle una reingeniería a su negocio para adaptarse a las nuevas realidades del país. Si quería sobrevivir y darle viabilidad a su empresa debía necesariamente cambiarla y reenfocar objetivos, o cerraba el negocio. Es claro que un empresario debe hacer eso porque no controla el entorno. Ese es el rol que juega un empresario: SOBREVIVIR. Eso está en su naturaleza. El empresario no está allí para cambiar las reglas, vive con las que le dan. Es de otros la responsabilidad que esas reglas sean las más justas para que la economía y el país pueda avanzar y desenvolverse. ¿Entienden ahora a Lorencito Mendoza?

Pero ¿a quien corresponde cambiar y administrar las reglas? Los políticos son aquellos personajes que elegimos para que lo hagan. Y ellos tienen un rol en este rompecabezas. Los hay del gobierno y de la oposición. Una oposición verdadera debe “oponerse” a las políticas que aplique el gobierno que vayan en detrimento de la población. Ese es el deber ser.

Es por eso que la política, entendida de la manera correcta, es muy importante porque es a partir de ella que se definen las reglas del juego y como deberán comportarse los diferentes actores de esta ópera que vivimos todos los días los venezolanos. Pero si los políticos actúan de una manera conceptualmente distinta a la de su definición establecida, se pierde el norte y el sentido de la ubicación. Eso es lo que nos está pasando ahora. Si tuviéramos claro quién es el malo y quien es el bueno todo sería una maravilla. Pero lamentablemente las cosas en la Venezuela actual no son blancas y negras. Nos han condenado a vivir en el gris de la incertidumbre.

Y así como los empresarios, los políticos tienen un rol. Cuando se es un empresario, se piensa como tal. Sus intereses están claramente definidos. Cuando se es un político de verdad, no debería existir otro interés que el del bienestar del país más allá de cualquier consideración. Nótese que aquí estoy deliberadamente siendo purista en la definición de ambos roles.

Cuando un empresario tiene un canal de televisión que funciona como una empresa, y se niega, por la razón que sea, válida o no, a cambiar o adaptarse a lo que su ambiente le exige, esa empresa deja de ser viable y muere. Esta “muerte” puede manifestarse de muchas maneras. Una de ellas puede ser su desaparición física (caso RCTV) y otra un cambio forzado de su esencia original (caso Globovisión).

Cuando unos políticos dejan de lado su razón de ser en la política que es la de defender los intereses de la población, dejan de serlo en la conceptualización del término para convertirse en “mercaderes de la política”. Al hacer eso  se transforman en bienes transables a los intereses de cualquiera que tenga suficiente dinero para comprarlos. A veces la moneda de intercambio no es el dinero, sino además de él, prebendas y poder. Esa es la desnaturalización de la esencia política.

Si partimos del hecho- que damos por cierto-, que el famoso audio demuestra la infinita corrupción del régimen en detrimento de uno de los bandos en disputa del poder dejado en herencia por el dictador; y que este es usado, no solo para desacreditar al gobierno-ya suficientemente desacreditado “per se”-, podemos llegar a la conclusión que la oposición política está jugando del bando de uno de los factores en disputa. Esta desnaturalización, no solo de la esencia de lo político, me lleva a afirmar que dejaron de ser de lejos representantes del bienestar ciudadano para convertirse en esos bienes comprables por el mejor postor de la disputa del gobierno. Allí no hay ingenuidades posibles.

No entraré aquí a elucubrar de donde salió ese audio-o los próximos-, o porque la oposición los usa, más allá del hecho mismo de prender un ventilador que confirma lo que ya sabíamos todos, a menos que tengamos claro en lo conceptual el rol que cada actor está jugando, que evidencia una crisis profunda dentro de las filas opositoras acerca del curso de acción ante esta calma “chicha” que le grita “¡¡¿¿Qué van a hacer??!!”. Sencillamente NO LO SABEN. Y no hay viento bueno para el barco que no sabe para dónde va, Séneca dixit.

Lamentablemente Capriles no quiere dejar de ser candidato presidencial para convertirse en lo que la gente le pide ahora que sea, el conductor de esta crisis. Ya el gobierno SE ROBO las elecciones, o corres o te encaramas. La lucha en contra de esa situación no se podrá hacer con la gente en su casa, ni tampoco desde fuera del país, ni mucho menos a través de Twitter. El problema se resume de la siguiente manera: o planteas una lucha real o te retiras. Oportunidades como las del 17A no se presentarán en un futuro previsible salvo que tengan un plan con el que no han evidenciado contar más allá de esperar un TSJ que sabemos cómo se pronunciará y un CNE que ya terminará pronto de hacer su auto-auditoria exitosamente.

Y entonces, con ese curso de acción escogido-no hacer nada-, llegará el momento de la verdad porque el tiempo juega a favor del gobierno. Ya comienza a decir que vamos a las elecciones municipales, sin haber resuelto el entuerto del fraude. Tamaña contradicción será difícil de tragar para los sectores de oposición sin aceptar que son colaboradores del gobierno. O eres chicha o eres limonada, no hay otra.  Si la situación no cambia- ceteris paribus economista-, se decretará el final verdadero de la candidatura de Henrique y comenzará otro capítulo de esta historia. Habrá que ver si con él en pie todavía.

Pero lo fundamental, lo que es realmente esencial en toda esta ópera con actores que tienen intereses comunes, gobierno y oposición, es que no se resolvió nada el 14A y la inestabilidad del sistema se ha agravado. ¿A qué juega en realidad la oposición con los vladi-audios? ¿A lograr la estabilidad del sistema o a colaborar con el gobierno para vivir en la inestabilidad? ¿O la oposición tendiéndole la red al gobierno para que no se termine de caer? Miren bien y obtendrán su respuesta, lo que parece no es…

Caracas, 30 de Mayo de 2013

Twitter: @laguana