jueves, 22 de junio de 2017

La Fiscal, cabeza visible

Por Luis Manuel Aguana

En realidad esta era la nota que iba a publicar cuando se atravesó la MUD con lo del 333 y el 350. Tuve que apartarla por considerar prioritario publicar mi anterior nota (http://ticsddhh.blogspot.com/2017/06/y-como-nos-comemos-el-333-y-el-350.html) y aportar para crear opinión en relación a ese tema porque, aunque ustedes no lo crean, aun existe mucha confusión, en especial en aquellos que tienen la responsabilidad de indicarnos el camino. Y cuando ellos por flojera o incompetencia -más de lo segundo que de lo primero, salpicado con mucho de colaboracionismo- deciden en favor de lo que grita la galería, este barco donde vamos todos va directo al precipicio. Y eso es lo que creo que también nos está pasando con el caso de la Fiscal Luisa Ortega Díaz.

La primera impresión que tuvimos todos cuando la Fiscal declaró la ruptura del hilo constitucional con las famosas sentencias 155 y 156 de la Sala Inconstitucional del TSJ, fue que era una trampa del régimen. Pero en la medida que fueron pasando los días y los pronunciamientos adicionales del Ministerio Público, se fue poco a poco develando otra cosa que podría cambiar el curso político del país.

Es claro que la Fiscal no está descubriendo el agua tibia con las irregularidades de este régimen delincuente, en especial cuando la titular de la acción penal anda suelta por su cuenta, con todos los años de mora que solo puede tener un régimen que se ha enriquecido a costa del hambre y la muerte de los venezolanos. ¿Cuántos secretos y expedientes tendrá Luisa Ortega Díaz por cada alto funcionario del régimen en las gavetas de su escritorio? Eso me hace recordar el caso del primer Director del FBI norteamericano, J Edgar Hoover, quien sabía los secretos a todos los políticos de Estados Unidos, lo que lo hacía un hombre muy poderoso y sumamente peligroso.  Este sorpresivo giro de la gestión de la Fiscal tiene un indudable objetivo político que el régimen difícilmente le va a tolerar. Pero es un riesgo que vale la pena correr si en ello se juega el Poder.

Luisa Ortega Díaz parece ser la cabeza visible de un movimiento que esta “rescatando” las banderas olvidadas -pero no muertas- de lo que pudiéramos denominar el “chavismo originario”, algo que en algún momento se calificó como el “chavismo sin Chávez”, que está aprovechando una oportunidad única que les está dando el régimen para reagruparse alrededor de una bandera: la defensa del “legado” del Comandante Eterno y Galáctico Hugo Chávez Frías, la Constitución de 1999. Como extraordinario beneficio colateral están obteniendo el apoyo de la ciudadanía opositora que se niega a vivir en comunismo, esto es, prácticamente todo el país.

En una jugada política muy audaz, la Fiscal coloca al régimen contra las cuerdas favoreciendo las posturas opositoras, causando que la MUD apoye su reciente “conversión”, lo que la transforma de la noche a la mañana en un factor político aglutinante de los dos polos que se disputan el poder en contra del régimen, poniendo sobre la mesa a su favor algo que la oposición oficial no tiene: el apoyo de factores militares afectos al chavismo originario “cuatrofebrerista”.

Esta movida está dejando sin piso político a los presuntos precandidatos opositores, quienes muy a su pesar no les ha quedado otra que apoyar las acciones de esta funcionaria, que en la práctica es la responsable directa de todos los presos políticos que existen en el país, en especial el primero de ellos, Leopoldo López.

Pero también le ha dado nombre al “chavismo originario”, quienes se encontraban en vías de extinción frente a los talibanes castristas del régimen, adoradores de Cuba, y cuya existencia terminaría con la eventual aprobación de una nueva constitución.

Esta división en las filas del PSUV en la práctica aumenta la oposición a las pretensiones del régimen de aprobar una nueva constitución pero también crea una situación inesperada: la viabilidad de una transición conjunta oposición-chavismo que saque fuera del juego a Maduro y a los castrocomunistas, con un interés de negociación común: la preservación de la Constitución de 1999.

En la coyuntura tan desesperada en que se halla el país, nos encontramos en la situación absurda de que es preferible defender lo indefendible, que es una constitución que hace inviable el desarrollo como lo es la de 1999, sostenida por aquellos que nos llevaron al caos del chavismo en 1998, aliados con quienes lo protagonizaron, para salir de la delincuencia organizada que tiene secuestrado el gobierno y todas las instituciones del Estado. En otras palabras, decidir entre el menor de los dos males.

Ante el cuadro dramático que nos dibuja Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos (SSI) del Army War College de Estados Unidos, especializado en la investigación del acontecer latinoamericano, en reciente entrevista con Deutsche Welle, “lo que ocurre en Venezuela no es una cuestión de política o de relaciones internacionales, sino un golpe del crimen organizado de gran escala: un grupo de criminales ha tomado control del Estado y asaltado su tesorería.” (ver http://m.dw.com/es/evan-ellis-venezuela-es-pasar-hambre-o-luchar/a-38722778), al parecer tendremos que transitar por caminos que nunca hubiéramos considerado posible (recuerden esta frase que he mencionado antes en el blog: “politics makes strange bedfellows”).

Los próximos días serán cruciales para la definición del rumbo político del país. No queda duda que Ellis tiene razón al indicar en esa entrevista que la “gobernanza y el orden globales exigen que, independientemente de lo que pase, los funcionarios del Ejecutivo de Maduro sean procesados judicialmente con toda la dureza de la ley por haber saqueado las arcas del Estado, por haber violado los derechos humanos de su población y por haber pisoteado la Constitución Nacional.”. No se van a ir lisos pero tampoco sin llevarse a mucha gente por el medio. Es por eso que la Fiscal jugará un papel tan importante como lo jugó Vladimiro Montesinos en la salida de Alberto Fujimori del Perú.

Soy de la idea de sostener –por ahora- la constitución de 1999 en aras de la salida del crimen organizado que nos desgobierna, pero de ninguna manera a que esta sea la plataforma que sostenga un nuevo “establishment” de poder entre lo viejo cuarto-quinto-republicano y una nueva República. Esa nueva plataforma nos tocará construirla a los venezolanos después que despertemos de esta pesadilla.

Caracas, 22 de Junio de 2017

Twitter:@laguana

miércoles, 21 de junio de 2017

¿Y cómo nos comemos el 333 y el 350?

Por Luis Manuel Aguana

Bien encaminada pareciera estar la decisión de la oposición oficial de ¡por fin! asumir los Artículos 333 y 350 de la Constitución con el fin de enfrentar al régimen en su determinación de imponer un fraude constitucional vía constituyente (ver Manifiesto de la Unidad Democrática en defensa de la Constitución y la Democracia, en http://www.unidadvenezuela.org/2017/06/unidad-democratica-iniciara-nueva-etapa-lucha-social-defensa-la-constitucion-la-democracia/).

Y digo pareciera porque si bien es cierto eso hay que hacerlo, creo que se saltaron algunos pasos antes de llegar allí. Lo primero que hay que hacer es decirle a la gente como se come eso. El solo expresar “estamos en 350” o “estamos en 333” requiere que antes se le explique, y mas allá, se conduzca a la población a la ejecución de las acciones cívicas y no violentas que se realizarán con la ayuda de ellos, más allá de solo indicarles que estén en las calles o exhortar a la población a que declaren “que no permitirán el uso de los centros electorales y centros comunitarios para la violación de la constitución…” (Séptimo punto del Manifiesto de la MUD).

He estado “en 350” desde el año 2013, al desconocer públicamente y en la práctica al CNE como institución que refleja la voluntad de los electores venezolanos y expliqué en su momento porqué (Ver Porqué no les daré mi voto, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/porque-no-les-dare-mi-voto.html). Pero la MUD hasta ahora ha reconocido al CNE participando, y haciendo que la población participe, en todas las elecciones hasta la fecha. Algunos dirán que les salió bien porque existe una Asamblea Nacional opositora. Pero aun así, en el neto, hemos llegado a lo mismo, a desconocerlos por sus acciones inconstitucionales, solo que muchos años después, luego de mucha destrucción y muerte, y donde todos hemos perdido por haber llegado tarde a la misma conclusión a la que yo llegue en el 2013. Es tarde para decir que hubiera pasado si los hubiéramos desconocido antes cuando Capriles no quiso marchar al CNE. Aunque quisiera no tienen mi reconocimiento por eso, y espero que ese desconocimiento que ahora hacen también aplique a su participación en cualquier elección futura hasta que este CNE cambie, incluyendo la de Gobernadores y Alcaldes.

Dicho esto, quiero volver al punto inicial: ¿y cómo se comen en la práctica ahora el 333 y el 350? Porque es muy simple decirle a la gente que “impidan el uso de los centros electorales” sin provocar violencia y muertos, o mantenerse en las calles indefinidamente evitando más muertes de adolecentes. Pregunten a la dirigencia más allá de la rabia que eso nos pueda provocar. ¿Cómo colabora un ama de casa común, o un jubilado de la cuarta edad, o un simple trabajador, que por una u otra razón no ha podido, aunque haya querido, estar en una de esas marchas de protesta cívica? La oposición podrá sacar a la calle un millón de personas pero en el RE hay 19 millones de personas. ¿Cómo se hace para que esas personas que están allí y que se oponen a este régimen se manifiesten abiertamente con un 333 o un 350?

Esas son las preguntas difíciles que nos deben responder responsablemente los dirigentes de la MUD. Si bien es cierto que existen efectivamente venezolanos que están batallando en las calles, ellos no pueden, ni deben ser, aunque lo quieran, material humano bélico de enfrentamiento en contra de un gobierno asesino armado hasta los dientes, que en lugar de alimentos y medicinas, gasta los reales en tanquetas, balas y bombas lacrimógenas para reprimirlos.

Entonces nuestra lucha es y tiene que ser cívica y no violenta. Y eso no significa que se rehúyan las manifestaciones de calle a las que el régimen agrede abiertamente, sino que todas las acciones que se realicen deben tener una característica tal que traigan como consecuencia la participación de la mayor cantidad de personas posible en actos cívicos que impliquen un accionar democrático, y que de ser reprimidas expongan y debiliten aun mas al régimen y a su base de sustentación.

El año pasado me refería a como entendíamos desde la Alianza Nacional Constituyente la ejecución del Artículo 350 (ver El verdadero desconocimiento del Artículo 350, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/10/el-verdadero-desconocimiento-del.html) y la colaboración a la restitución de la vigencia de la Constitución del 333. Allí describía que el solo hecho de activar el Poder Originario establecido en el Artículo 347, por encima de los Poderes Constituidos ya era de hecho el desconocimiento previsto en el Artículo 350. La aplicación misma de las Bases Constituyentes para el llamado a una Constituyente Originaria, era en sí misma un desconocimiento del CNE, TSJ, Ejecutivo Nacional y el resto de los Poderes secuestrados por el régimen.

¡El solo hecho que un ciudadano común firmara una planilla de recolección de firmas para activar el Poder Originario ya constituía la activación del 333 y 350 por parte de ese ciudadano! ¡Y eso sin que expusiera su vida frente a la Guardia Nacional! Mi primera aproximación aquí debería ser a que lo activáramos con unas Bases Constituyentes que ya hemos hecho del conocimiento público. Pero habida cuenta que ahora no se trata de la activación del Poder Originario para llamar al Constituyente sino para que se pronuncie en contra de un fraude constitucional, el método es exactamente el mismo y está en manos de la Asamblea Nacional. Veamos.

En una nota anterior explicaba el mecanismo del Artículo 71 (ver La batea de la Asamblea Nacional, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/06/la-batea-de-la-asamblea-nacional.html) y la propuesta de la Alianza Nacional Constituyente a la Asamblea Nacional (ver Mensaje de la ANC a la Nación, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/05/mensaje-de-la-alianza-nacional.html, y Comunicación dirigida a la AN por parte de la ANC en fecha 25-05-2017, http://tinyurl.com/yd8w2dqy).

¿Qué requiere esto? De una decisión formal de la Asamblea Nacional -que todavía esperamos- de ir a un proceso de Referendo Consultivo con la mayoría simple de sus integrantes de acuerdo al Artículo 71 y establecer a seguidas un cronograma de ejecución inmediata para esa consulta sin el CNE porque estamos en 350, con la colaboración cívica de todos los ciudadanos, investidos o no de autoridad, porque estamos en 333. Estoy seguro que eso lo montaría la MUD en pocos días con la colaboración de todos cívicamente. Así nos comeríamos esa decisión de llamar al 333 y al 350 con la participación de 19 millones de ciudadanos.

Creo entonces que la cosa no está en impedir que ellos voten como dice ese Manifiesto de la MUD, sino en hacer que ellos impidan que nosotros lo hagamos demostrando mayoría. Se vería extraordinariamente mal que nosotros seamos lo que impidamos votar cuando ¡son ellos quienes nos lo impiden a nosotros! ¿Se imaginan al 85% de ese Registro Electoral ejerciendo su derecho a votar en un Referendo Consultivo, llamado por las fuerzas democráticas los días previos al 30 de julio, haciendo cola frente a unas cajas de cartón –sin máquinas- en todas las ciudades de Venezuela en los sitios más diversos? ¿Qué haría el régimen? ¿Nos echaría encima a la Guardia Nacional pretoriana en toda la geografía nacional para acabar con las colas de personas que lo que desean es expresarse cívicamente para vivir en democracia? ¿Se atrevería Maduro a matar a la gente en esas colas de gente asumiendo la constitución pacíficamente? Me imagino cómo reaccionaría la comunidad internacional cuando observen los videos de la GNB dispersando con “gas del bueno” a la gente en las colas tratando de votar. A eso es que hay que obligar al régimen.

Y si lo hacen, ¿se lo permitirán los militares? Allí es donde le veríamos el hueso a las Fuerzas Armadas. Allí es donde aquellos que están para hacer cumplir la voluntad del pueblo con sus armas se tienen que definir a favor o en contra de que ese mismo pueblo se exprese cívicamente. ¡Y lo harán precisamente a través del 328, 333 y 350 porque les daríamos la oportunidad única para eso! Porque no es al frente de una ballena, la GNB o los colectivos armados que el pueblo venezolano deberá ganarle la batalla a estos delincuentes, sino en el mero centro donde se encuentra el origen de la legitimidad de las instituciones: en el voto. Si lo hacemos adecuadamente, habremos conducido esta lucha cívica con la menor exposición de vidas y con la mayor probabilidad de éxito, porque nos habremos comido como es el 333 y el 350, y obligado al 328 quienes les corresponde.

Caracas, 21 de Junio de 2017

Twitter:@laguana

lunes, 19 de junio de 2017

Nicolás versus Maquiavelo

Por Luis Manuel Aguana

No existe mejor obra acerca de cómo ejercer y conservar el poder que aquella escrita en 1513 por Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, dedicada al Magnifico Lorenzo de Médeci (ver la obra completa utilizada en esta nota en https://tinyurl.com/y55y5d3c). Políticos de todos los tiempos la han referenciado como su manual de cabecera porque “presenta como característica sobresaliente el método de dejar de lado sistemáticamente, con respecto a las estrategias políticas, las cuestiones relativas a la moral y a la religión. Solo interesa conservar el poder” (ver El Príncipe, en  https://es.wikipedia.org/wiki/El_príncipe).

Es por esa razón que sobresale que el régimen pretenda conservar el poder haciendo precisamente todo lo contrario a lo que recomendó desde hace mas de 500 años el tocayo de Maduro en su obra, que es algo así como pretender ir en contra de las leyes de la gravedad política.

Pero también resalta que desde un comienzo la oposición oficial no haya hecho uso de ese manual para identificar el mal que nos aquejaba. De allí que se encuentren también en la obra de Maquiavelo líneas que le corresponden a ella. Los males de Venezuela comenzaron hace mucho tiempo. El gobierno de Chávez intentó constitucionalizar el comunismo en el año 2007. Pero ese comunismo comenzó antes, cuando el pueblo se echó a las calles en el año 2002 oponiéndose a una Ley Habilitante que pretendía imponer 48 leyes inconstitucionales. Para esa época ya era una dictadura comunista en gestación -y algunos lo identificamos así-, aunque la dirigencia política de la oposición lo llamaba mal gobierno:

“Sucede lo que los médicos le dicen al tísico: que al principio su mal es difícil de conocer, pero fácil de curar, mientras que, con el transcurso del tiempo, al no haber sido ni conocido ni atajado, se vuelve fácil de conocer, pero difícil de curar. Así pasa en las cosas del Estado: los males que nacen en él, cuando se los descubre a tiempo, lo que solo es dado al hombre sagaz, se los cura pronto; pero ya no tienen remedio cuando, por no haberlos advertido, se los deja crecer hasta el punto de que todo el mundo los ve. Pero como los romanos vieron con tiempo los inconvenientes, los remediaron siempre, y jamás les dejaron seguir su curso por evitar una guerra, porque sabían que una guerra no se evita, sino que se difiere para provecho ajeno…” (El Príncipe, Cap. III, Sobre los Principados Mixtos).

Pero los venezolanos no hicimos como los romanos y ya está a la vista de todo el mundo que estamos muy enfermos. En el 2002 no era tan evidente. El mal siguió su curso y la oposición oficial evitó llamar al pan, pan y al vino, vino “por evitar una guerra”. Pero “una guerra no se evita sino que se difiere para provecho ajeno” como escribió Maquiavelo. Y vaya que el régimen la ha aprovechado en su beneficio…

Sin embargo, la “guerra” comenzó y el régimen pensó que el pueblo venezolano se quedaría con la imposición pura y simple de una ideología que rechaza el 85% de la población. Y ahora es el gobierno el que necesita garantizarse su gobernabilidad y poner orden en las calles. La regla de Maquiavelo está operando ahora en sentido opuesto a sus intereses porque son ellos los que ahora necesitan paz: “…para evitar una guerra nunca se debe dejar que un desorden siga su curso, porque no se la evita, sino se la posterga en perjuicio propio” (El Príncipe, Cap. III, Sobre los Principados Mixtos). Es por eso que el régimen a finales de mayo ordenó a toda costa acabar con las protestas en la calle en 8 días (http://soncriticos.com/2017/05/31/maduro-quiere-acabar-las-protestas-en-8-dias-con-las-fuerzas-del-estado-video/). Vano intento porque se la postergado en perjuicio propio.

Claramente en este momento el perjudicado en las calles es el régimen, al punto que se ha erosionado su estabilidad. Al parecer entonces han decidido seguir el manual de Maquiavelo, intentando destruir a toda costa lo que encuentran en su camino. Lo estamos viendo con las atrocidades en contra de los Derechos Humanos cometidas en invasiones salvajes de la GNB a edificios y casas en Caracas y en el interior: “Porque, en verdad, el único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla. Quien se haga dueño de una ciudad así y no la aplaste, espere a ser aplastado por ella. Sus rebeliones siempre tendrán por baluarte el nombre de libertad y sus antiguos estatutos, cuyo hábito nunca podrá hacerle perder el tiempo ni los beneficios…” (El Príncipe, Cap. V, De qué modo deben gobernarse las ciudades o principados que, antes de ser ocupados, se gobernaban con leyes propias). De acuerdo a esto, tendrán que aplastar la rebelión con mucha gente muerta o esperar “ser aplastado por ella”, porque nuestra rebelión tiene, como bien indicaba Maquiavelo, “el nombre de libertad”.

Pero si en algo no siguió Maduro las enseñanzas de El Príncipe fue esforzarse en conservar el afecto de la gente. Tal vez con Chávez eso hubiera resultado mucho más fácil, dada su condición de liderazgo natural. Pero en el caso del Ilegitimo, al acabarse los reales se acabó el afecto y comenzó la represión: “El que llegue a príncipe mediante el favor del pueblo debe esforzarse en conservar su afecto, cosa fácil, pues el pueblo sólo pide no ser oprimido.” (El Príncipe, Cap. IX, Del Principado Civil). De acuerdo a Maquiavelo, conservar el afecto es cosa fácil pues el “pueblo solo pide no ser oprimido”. Sin embargo observando lo que pasa en las calles, ni Maduro, ni Padrino, ni Benavides ni Reverol están de acuerdo con eso.

Al esfumarse el afecto comienza el abandono de los más cercanos en el poder, que en su obra Maquiavelo los llama “nobles”. Ese es el caso de la Fiscal Luisa Ortega Díaz y el resto del chavismo original, y que además se vuelven sus enemigos: “Lo peor que un príncipe puede esperar de un pueblo que no lo ame es el ser abandonado por él; de los nobles, si los tiene por enemigos, no sólo debe temer que lo abandonen, sino que se rebelen contra él; pues, más astutos y clarividentes, siempre están a tiempo para ponerse en salvo, a la vez que no dejan nunca de congratularse con el que esperan resultará vencedor.” (El Príncipe, Cap. IX, Del Principado Civil).

¡Qué interesante! ¿Con quién se estarán congraciando aquellos que se bajan del barco que se hunde? Ya se están rebelando contra el régimen. Entonces, en esta regla rota de Nicolás esta su perdición: “…en definitiva, no hay mejor fortaleza que el no ser odiado por el pueblo, porque si el pueblo aborrece al príncipe, no lo salvarán todas las fortalezas que posea, pues nunca faltan al pueblo, una vez que ha empuñado las armas, extranjeros que lo socorran.” (El Príncipe, Cap. XX, Si las fortalezas, y muchas otras cosas que los Príncipes hacen con frecuencia son útiles o no). ¡Lean bien eso! ¿Será que Maquiavelo ya predijo lo que pasará en Venezuela?

La poca ilustración de Nicolás tampoco le favorece en este momento: “Porque ésta es una regla general que no falla nunca: un príncipe que no es sabio no puede ser bien aconsejado y, por ende, no puede gobernar, a menos que se ponga bajo la tutela de un hombre muy prudente que lo guíe en todo. Y aun en este caso, duraría poco en el poder, pues el ministro no tardaría en despojarlo del Estado.” (El Príncipe, Cap. XXIII, Cómo huir de los aduladores). Muchos “ministros” podrían andar detrás de despojar del Estado a Maduro y tal vez esa sea la reciente advertencia de Henry Ramos Allup (ver http://epmundo.com/2017/ramos-allup-advierte-golpe-de-estado-contra-maduro/). Ramos sin duda prefiere que Maduro se quede en el poder hasta el 2019 –o más si el fraude constituyente se lleva a cabo- porque de ser despojado perjudicaría su futuro electoral personal, a que alguien detenga ahora mismo de alguna manera la debacle de este “Príncipe” que está matando venezolanos en las calles. Es cuestión de perspectivas…

No hay que haber leído a Maquiavelo para advertir que el régimen ha ido en contra de su propia permanencia en el poder, al punto que Nicolás contradice lo que Maquiavelo dejo para la historia como las reglas básicas para su conservación. En consecuencia no es de esperar que lo conserve por mucho tiempo.

La obra El Príncipe dejó también algo para aquellos que desesperadamente buscan el poder: identificar cuando las circunstancias de un Estado están dadas para que surja un liderazgo nuevo que sea capaz de asumir el control. Maquiavelo lo identificó para la Italia de 1513 en palabras que pueden ser perfectamente aplicadas a la Venezuela de 2017, en especial cuando los bárbaros están de salida. Cambiando solo el nombre de Italia por Venezuela, lo escrito por Maquiavelo en el último capítulo de su obra es increíblemente aplicable:

“Después de meditar en todo lo expuesto, me preguntaba si en Italia (Venezuela), en la actualidad, las circunstancias son propicias para que un nuevo príncipe pueda adquirir gloría, esto es necesario a un hombre prudente y virtuoso para instaurar una nueva forma de gobierno, por la cual, honrándose a sí mismo, hiciera la felicidad de los italianos (venezolanos). Y no puede menos que responderme que eran tantas las circunstancias que concurrían en favor de un príncipe nuevo, que difícilmente podría hallarse momento más adecuado. Y si, como he dicho, fue preciso para que Moisés pusiera de manifiesto sus virtudes que el pueblo de Israel estuviese esclavizado en Egipto, y para conocer la grandeza de Ciro que los persas fuesen oprimidos por los medas, y la excelencia de Teseo que los atenienses se dispersaran, del mismo modo, para conocer la virtud de un espíritu italiano (venezolano), era necesario que Italia (Venezuela)  se viese llevada al extremo en que yace hoy, y que estuviese más esclavizada que los hebreos, más oprimida que los persas y más desorganizada que los atenienses; que careciera de jefe y de leyes, que se viera castigada, despojada, escarnecida e invadida, y que soportara toda clase de vejaciones. Y aunque hasta ahora se haya notado en este o en aquel hombre algún destello de genio como para creer que había sido enviado por Dios para redimir estas tierras, no tardó en advertirse que la fortuna lo abandonaba en lo más alto de su carrera. De modo que, casi sin un soplo de vida, espera Italia (Venezuela) al que debe curarla de sus heridas, poner fin a los saqueos de Lombardia (Cuba) y a las contribuciones del Reame y de Toscana (a las contribuciones de todos los chulos de Venezuela) y cauterizar sus llagas desde tanto tiempo gangrenadas…” (El Príncipe, Cap. XXVI, Exhortación a liberar a Italia de los bárbaros). (Resaltado y subrayado nuestro) Imposible algo más cercano a nuestra realidad…

Les dejo para el final el cierre de El Príncipe que igualmente nos aplica como si fuera escrito para nosotros, en una frase de Petrarca: “La virtud tomará armas contra el atropello; el combate será breve, pues el antiguo valor en los corazones italianos (venezolanos) aun no ha muerto…”. Amén…

Caracas, 19 de Junio de 2017

Twitter:@laguana