viernes, 28 de diciembre de 2018

Un país en sesión permanente

Por Luis Manuel Aguana

Desde que la debacle económica de la hiperinflación arreció, muchos venezolanos nos encontramos en un estado de permanente vigilia para tomar las decisiones que debamos tomar durante las 24 horas del día para poder seguir sobreviviendo. Los siete días de la semana sacamos cuentas, cuadrando el círculo de la economía doméstica. Las cuentas de todos están en un pote familiar que nos permita sumar para poder llegar al límite. Si a un hermano le falta algo se lo damos si lo tenemos, con la solidaridad de siempre que nos ha acompañado como venezolanos. Lo que ayer se podía a comprar, hoy ya no se puede comprar, entonces se privilegian los alimentos y los servicios indispensables.

Los venezolanos estamos en sesión permanente porque el país está en una gravísima crisis que ha arreciado, dejándonos cada vez más pobres y desguarnecidos. Sin embargo los ciudadanos diputados al parecer no se sienten de la misma manera. Bajaron la santamaría de la Asamblea Nacional y se fueron de vacaciones en Diciembre hasta el 5 de Enero cuando eligen a su nueva Directiva. Me consta que a algunos de ellos les falta dinero para llegar a sesionar en la Asamblea Nacional desde sus respectivos Estados, pero lamentablemente esa no es excusa para los venezolanos quienes si estamos en sesión permanente para sobrevivir. La responsabilidad va con el cargo. Todos nos encontramos reclamando que es lo que se hará desde ese único resquicio de legitimidad para salir de esta pesadilla.

Algunos me dirán ¿pero qué es lo que pueden hacer? Yo creo que si pueden hacer algunas cosas, comenzando por cesar con el parcelamiento partidista. ¿Qué significa eso? Si mal no recuerdo no existe tal cosa como las fracciones partidistas desde el punto de vista del elector. Los venezolanos votaron sin nombre por una “unidad opositora” sin nombre y sin partido. Todos los diputados fueron elegidos bajo una sola tarjeta, la tarjeta de la unidad opositora de la MUD. Fue dentro del arreglo que ellos tenían internamente que luego picaron la torta. En otras palabras, ellos se encargaron de separar esa “unidad opositora” una vez posicionados en sus curules, repartiéndose la Directiva y las Comisiones de acuerdo a los votos obtenidos en los diferentes circuitos.

Eso determino que los 4 principales partidos mejor votados en esas elecciones de 6D-2015, AD, PJ, UNT y VP se han ido repartiendo en estos años la Directiva, las decisiones políticas en la Asamblea Nacional, y por ende la conducción de la oposición de acuerdo con ese arreglo. El año 2019, cuarto año de la legislatura opositora, le correspondería al partido Voluntad Popular la conducción de la oposición.

Lamentablemente a VP le ha tocado el peor lugar. La crisis se ha agravado exponencialmente en estos 3 años, 2016, 2017 y 2018, tocándole la peor parte a ellos como conductores de la oposición oficial porque ya los venezolanos no estamos dispuestos a esperar un minuto más por alguna solución que salga de esperar un año más de destrucción de Venezuela.

¿Y porque digo el peor lugar? Porque se entiende que VP desee conducir con la misma igualdad de condiciones que los partidos que le precedieron la lucha opositora el 2019 pero las condiciones de hoy son significativamente diferentes que el 2016 cuando Henry Ramos Allup en su discurso inaugural del 5 de Enero prometió darle a los venezolanos una solución al problema político de los venezolanos en los 6 primeros meses de ese año.

Pues ya se les acabo el tiempo como cuerpo colegiado. Tenemos al frente a un régimen que pretende en los próximos días imponerse, perpetuando en la Presidencia de la República a un individuo sentenciado por Corrupción Propia y Legitimación de Capitales, aunque la misma Asamblea Nacional pretenda ignorar esa sentencia al Alto Tribunal que la emitió.

Quieren negociar elecciones a cambio de hacerse la vista gorda de eso, haciéndonos creer a los venezolanos que arrancar con una lucha como la del 2014 en las calles podría poner a negociar al régimen. Nada más lejano a la realidad. El régimen no negociará elecciones a mediados o fin del próximo año, y si lo hiciera no habría ninguna diferencia con la parodia electoral del 20 de Mayo de 2018. ¿Es que todavía no han entendido con quien están tratando?

Ahora la solución del problema NOS LA TIENEN QUE DAR DE INMEDIATO, sin más dilación, con una ruta clara y precisa. Ahora ese arreglo “unitario” de las elecciones parlamentarias del 2015 se tiene que volver realidad cuando regresen de sus vacaciones, convocándose a sesionar de manera permanente para darnos ENTRE TODOS ELLOS sin distinción partidista –como fueron efectivamente electos- una respuesta a quienes votaron por esa “unidad opositora” el 6D-2015.

Si por acuerdos partidistas decidieron no designar un gobierno de transición para suplir el Vacío de Poder provocado por Nicolás Maduro Moros, deberán entonces darnos una respuesta clara a los venezolanos de que es lo que van a hacer ya que ellos son los contralores constitucionales de lo que hace o deja de hacer el gobierno, más allá de decirnos que “esperemos” otro año por elecciones y dejarle chance al nuevo que entra en funciones en la Directiva (VP) para que dirija la lucha opositora. Ya se les acabó el tiempo. Ellos ya saben que ese cuento se agotó para los venezolanos desde las últimas elecciones de Concejales el 9D-2018.

El 10 de Enero de 2019, Nicolás Maduro Moros nos amenaza con quitarse la careta y constituirse como gobernante de facto de Venezuela, tomando las instalaciones del Palacio Legislativo para juramentarse ante su ilegitima Constituyente. El dueño legítimo de esa casa del Palacio Federal Legislativo es el pueblo de Venezuela representado legítimamente por los Diputados de la Asamblea Nacional. ¿Van a abandonar la casa que se les dio en custodia para cederla a un usurpador del Poder? Si hacen eso, el último que apague la luz porque dudo que regresen a ella. De allí que deban declararse en sesión permanente en el Palacio Legislativo hasta resolver que harán con la presidencia usurpada de Nicolás Maduro Moros. Ahora les toca a ellos, porque ya nosotros desde hace tiempo estamos en sesión permanente…

Caracas, 28 de Diciembre de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 24 de diciembre de 2018

Navidad 2018, una cuestión de credibilidad

Por Luis Manuel Aguana

Tal vez muy poca gente sepa que la hermosísima película de Navidad realizada en dibujos animados, protagonizada por Tom Hanks y estrenada el año 2004, titulada en español “El Expreso Polar” (The Polar Express) estuvo basada en un libro de cuentos brevísimo escrito por Chris Van Allsburg en 1985, autor de otras obras llevadas al cine exitosamente como Jumanji y Zathura. Recuerdo particularmente esta ocasión porque cuando conocí ese libro de cuentos en una bellísima edición de Ediciones Ekare - Banco del Libro patrocinada por Fundación Polar en 1996, la historia no era tan conocida por la película que la hizo famosa y era el perfecto regalo para Navidad.

El cuento en el fondo trata de fe. Un niño que solo le pidió de regalo a San Nicolás un cascabel plateado del arnés de uno de sus renos, siendo este el primer regalo de esa Navidad en el Polo Norte. El cascabel “hacía un sonido mágico como ninguno que hubiera escuchado antes”, decía el niño. Pero de regreso a casa en el Expreso Polar, el niño perdió el cascabel plateado.

La pérdida del preciado objeto le rompió el corazón cuando le dejaron en casa. Pero al abrir los regalos debajo del árbol de Navidad la mañana siguiente, había una caja con su nombre con el cascabel adentro. San Nicolás se lo había regresado y lo había puesto en el árbol con una nota:“Agité el cascabel. Repicó con el sonido más hermoso que mi hermana y yo hubiéramos escuchado jamás. Pero mi madre comentó: -Ay, ¡Qué lástima! – Sí - dijo mi papá-. No suena. Ninguno de los dos había escuchado el sonido del cascabel. Hubo un tiempo en que casi todos mis amigos podían escuchar el cascabel, pero con el pasar de los años, dejo de repicar `para ellos. También Sarah (su hermana), cierta Navidad, ya no pudo escuchar su dulce sonido. Aunque yo ya soy viejo, el cascabel aun suena para mí, como suena para todos aquellos que verdaderamente creen”. (1)

Creen en la Navidad, creen que las cosas pueden ser mejores aunque estén muy mal. Les dediqué este bello libro a mis hijas ese año con la siguiente nota: “Este libro demuestra que el Niño Jesús si existe porque está y estará siempre en el corazón de ustedes…”.

Quise esta Navidad recordar este regalo que les di hace tantos años a mis hijas, en ese entonces pequeñas, porque los venezolanos hemos perdido la capacidad de escuchar ese cascabel. Pero como bien dice el autor al final, suena para todos aquellos que verdaderamente creen. Pero como adultos que somos hemos perdido la capacidad de creer que podemos salir de este grave problema donde nos metimos todos, dejando que el pragmatismo nos convenza que la única salida es plegarse al régimen o salir por Maiquetía, o por las fronteras con Colombia y Brasil.

Y cuando decimos “verdaderamente creen” puede tener otras implicaciones. Pero no deseo entrar aquí en un terreno controversial pero por el que de una manera u otra todos hemos pasado en la creencia o no en un Dios en cada religión. O crees que saldrás adelante o no crees. Es así de simple. Los niños lo tienen más claro, como en el caso del cuento señalado, cuando creen verdaderamente de corazón. Los adultos, lo complicamos todo con el pragmatismo, como indicaba Antoine de Saint-Exupéry en El Principito: A las personas mayores “cuando uno les habla de un nuevo amigo, jamás te preguntan sobre lo esencial. Nunca te dicen “¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Acaso colecciona mariposas? En vez de eso preguntan “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos son sus hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solo entonces creen conocerlo…No hay que tomárselo a mal. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores…” (2)

Comprobé la importancia que había adquirido ese principio para mis hijas cuando muchos años después ya mayores las vi obsequiando “El Principito” a una de sus amigas con la siguiente dedicatoria: “Que el Principito te enseñe a nunca olvidar que fuiste niña alguna vez…”. Parece mentira pero eso también se enseña…

Pero no es fácil hacer que la gente crea en algo si tú mismo no crees, o peor aún, si la gente tiene la percepción de que tú no eres confiable. Ese es un principio fundamental y más aun cuando se pretende guiar a una sociedad en una crisis tan grave como la nuestra. Si el liderazgo no es capaz de transmitirlo de alguna manera, no existe posibilidad de materializar que una sociedad se movilice alrededor de una idea.

En un interesantísimo papel de trabajo presentado en las sesiones del año 2014 del Consorcio Europeo de Investigación Política (European Consortium for Political Research-ECPR), titulado “Credibilidad como fuente de capital político: Explorando el desempeño de los líderes políticos desde una perspectiva de credibilidad” (Credibility as a source of political capital: Exploring political leaders’ performance from a credibility perspective
https://ecpr.eu/Filestore/PaperProposal/71691ba3-7f4b-4f4a-ae59-3d7551645733.pdf), se llegaron, entre otras, a varias conclusiones que transcribo abajo en traducción propia, y que considero bien importantes que sean analizadas por los venezolanos:

La credibilidad es un concepto relacional. No es algo que posean los líderes, es algo inherente a su personalidad, pero es también es algo que necesitan ganar, y que debe ser atribuido a ellos por su público….La credibilidad es una cuestión que el público debe abordar una y otra vez. Esto significa que en lugar de ser un factor estable, la credibilidad puede aumentar y disminuir. Como tal, la credibilidad no es sólo relacional, sino también tiene una naturaleza dinámica…En investigaciones subsiguientes donde se adoptó principalmente un enfoque analítico, los estudiosos asociaron varias dimensiones con la credibilidad, pero en su esencia se encontró una y otra vez que la credibilidad tenía solo dos: competencia y confiabilidad. Competencia se refiere a los conocimientos, la pericia y la experiencia del vocero. En el caso de los líderes políticos, esto podría relacionarse con el conocimiento, la pericia y la experiencia necesarios para abordar adecuadamente los problemas políticos y sociales de la sociedad. La confiabilidad, en segundo lugar, se refiere a la medida en que una audiencia percibe un comunicador como honesto y no engañoso.

Sin embargo desde la década de 1990 ha ocurrido que existe de hecho una tercera dimensión en el concepto de credibilidad: la solidaridad percibida como  “buena voluntad". Esta solidaridad implica que el público necesita estar convencido de que el vocero político les escucha, que tiene sus intereses en su corazón, y que es -en el caso de los líderes políticos- el que no utiliza la política para llenarse los bolsillos. Anteriormente, este rasgo formaba parte de la dimensión de la confiabilidad, que tiene sentido intuitivo. ¿Cómo puede alguien ser digno de tu confianza si no tiene en cuenta tus intereses?...”

A la luz de esas investigaciones, ¿creen ustedes que nuestros líderes políticos opositores posean esas tres dimensiones de la credibilidad para hacerse cargo del país en una transición? ¿Y más aún, la hayan renovado una y otra vez con los venezolanos en el transcurso del tiempo? Yo podría poner algunos nombres aquí y todos convendríamos que sobrarían los dedos de una mano en el número de personas que en Venezuela dan esa percepción. Es por eso que el país está paralizado.

Todos los venezolanos intuitivamente hemos llegado a la conclusión que en los partidos que han manejado desde la oposición venezolana el grave problema que tenemos, nadie es percibido ahora como poseedor de las tres dimensiones: competencia, confiabilidad y solidaridad. Y es por eso que hay que buscar desde la sociedad civil esa solución. Yo le añadiría a esas dimensiones del estudio tres aspectos fundamentales para nuestro caso: ética, moral y virtudes ciudadanas.

¿Le estaríamos pidiendo mucho al Niño Jesús para esta Navidad que aparezcan esas personas para bien del país? Creo en Dios en que recibiremos ese regalo. A mi todavía me suena el cascabel…A todos mis amigos y seguidores del blog TICs & Derechos Humanos reciban una muy Feliz Navidad deseándoles a todos que tengan la chispa mágica de la fe y que verdaderamente crean que Dios en su infinita compasión no nos abandonará…

Caracas, 24 de Diciembre de 2018

Twitter:@laguana

(1)     El Expreso Polar (Título Original The Polar Express), Escrito e ilustrado por Chris Van Allsburg, Ediciones Ekare – Banco del Libro, Caracas, Cuarta Edición 1992, Patrocinado por Fundación Polar, ISBN 980-257-046-X
(2)     El Principito, Antoine de Saint-Exupéry, Traducción David Chericián