lunes, 2 de diciembre de 2019

2019, ¿un año perdido?

Por Luis Manuel Aguana

Intervención en la Mesa de Análisis de la Cátedra Pío Tamayo del 2 de Diciembre de 2019.

Una vez más vaya primero el agradecimiento a la Cátedra Pío Tamayo y al incansable Prof. Agustín Blanco Muñoz, por esta nueva invitación para debatir a Venezuela. Nunca como ahora hace falta reflexión, discusión y debate acerca del rumbo que lleva el país. La labor que por décadas lleva esta Cátedra la hace de indiscutible referencia a la hora de tomar decisiones. Ojalá que el liderazgo político tomara en cuenta lo que en esta aula de aulas se discute en la Cátedra Pío Tamayo. Tal vez los resultados serían diferentes a los que ahora percibimos en el país.

En esta oportunidad la Cátedra Pio Tamayo nos trae a una Mesa de Análisis con un tema de especial relevancia: “Balance de 2019 ¿Un año perdido? ¿Qué nos espera en 2020?”. ¡Menuda discusión! Evaluar lo que se ha hecho, dando una calificación, y pronosticar lo que vendrá. Gracias a Dios que me encuentro aquí, acompañado de extraordinarios docentes en materia de política, comenzando por el Prof. Blanco Muñoz, que podrían evaluar, mucho mejor que yo ese examen. Debo por principio comenzar definiendo quien es el evaluado, para poder responder efectivamente si sus acciones condujeron a que se perdiera un año, si efectivamente ese fue el caso, de la vida del país, entendiendo que a lo que se refiere esa pregunta del año perdido que formula la Cátedra, es si todos los venezolanos perdimos un año en sacarnos de encima a este régimen, por lo que el objeto de la evaluación deberá referirse a quienes tenían la responsabilidad ante nosotros de hacerlo.

De esta manera, defino para los efectos de mi exposición, que los examinados de hoy en esta aula son aquellos que integran lo que he llamado consistentemente la oposición oficial, es decir, aquellos personajes que perteneciendo a los partidos políticos llamados de oposición, resultaron electos en responsabilidades de representación política de los venezolanos, y sus lideres son reconocidos fuera y dentro del país como los responsables de las decisiones que se toman en representación de la población venezolana que rechaza al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Y querámoslo o no, la oposición oficial es la que decide por nosotros el curso que debe tomar la lucha opositora del país en contra de lo que hemos considerado un régimen responsable del desmantelamiento del sistema de libertades y la institucionalidad de la Republica. Podría decirse que la oposición oficial, la integran todos los miembros así llamados en la Asamblea Nacional, compuesta por los partidos que se dicen opositores y que hacen vida allí.

Establecido entonces el evaluado, paso igualmente a definir el objeto de la evaluación. Dado lo amplio del espectro de temas sobre los cuales evaluar la gestión de un año de la lucha opositora -que son múltiples- solamente evaluaré sobre aquellos temas a los que hice advertencia en mi última nota del año 2018, publicada el 31 de diciembre de ese año (ver Por un liderazgo efectivo en el 2019, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/12/por-un-liderazgo-efectivo-en-el-2019.html) y que se resume en cinco aspectos fundamentales sobre los cuales debería asentarse la credibilidad de cualquier liderazgo para poder tener la calificación moral para conducir esta lucha.

Estos aspectos no los inventé yo. Fueron sugeridos por Víctor Lipman, renombrado especialista mundial en liderazgo, colaborador de la Revista Forbes y Harvard Business Review, en un artículo publicado en Marzo de 2018, titulado “5 maneras probadas de construir credibilidad de liderazgo” (5 Time-Tested Ways To Build Leadership Credibility, https://www.forbes.com/sites/victorlipman/2018/03/24/5-time-tested-ways-to-build-leadership-credibility/#3ac678a73fa8) y que resumiré más abajo para la evaluación.

Sin embargo debo mencionar antes, para los efectos de este examen puesto el 31 de diciembre pasado, con la suficiente anticipación para que las respuestas fueran sobresalientes, que era necesario que el nuevo liderazgo que asumía las riendas de la oposición oficial en el nuevo año que comenzaba, representado por estos jóvenes, tomaran en cuenta estas consideraciones porque el año 2019 estaría fuertemente marcado por sus decisiones en la conducción opositora del país. Y no me equivoqué.

Me preocupaba en extremo el hecho de que muchos de esos jóvenes políticos no hubiesen tenido una experiencia de trabajo profesional real, sin un jefe del cual haber aprendido, antes de dedicarse a la política. Entraron de sopetón de las luchas universitarias de calle, a la Asamblea Nacional, Alcaldías y otros puestos de responsabilidad sin antes haber pasado por el forjamiento que solo da el roce de la formación profesional después de una universidad.

Dicho esto, destaque seguir los 5 aspectos para la construcción de la credibilidad del liderazgo de Lipman, que evaluaremos entonces a continuación:

1.- Entregar resultados. Decía el 31 de diciembre de 2018 que ninguno de estos muchachos se ganaría un puesto que tenga credibilidad ante la opinión pública si no presentaban resultados. Aun esperamos los resultados del Cese de la Usurpación después de 11 meses. Solamente por no haber entregado resultados a los venezolanos, el evaluado esta reprobado en este primer aspecto.

2.- Transparencia. Como indicaba Lipman “¿Quieres credibilidad? Tienes que ser sincero con la gente…”. ¿Fueron los jóvenes responsables de la oposición oficial sinceros con la gente? Definitivamente NO. Los hechos del 23 de Febrero y del 30 de Abril de 2019 lo demuestran abiertamente. En lugar de salir del régimen primero, intentaron negociar con él en una Mesa de Dialogo en Noruega y luego en Barbados, y ahora han decidido ir a unas elecciones con Maduro en el poder. En este segundo aspecto el evaluado esta reprobado.

3.- No eludas las decisiones difíciles. Decía en esa nota que todo el 2019 sería extremadamente difícil pero que lo peor que podrían hacer era eludir las decisiones dificiles y no enfrentarlas, así les costara la libertad. Pues bien, hicieron todo lo contrario. Evitaron a toda costa, ni siquiera discutir en el Parlamento, decisiones trascendentales como la aprobación del Artículo 187, Numeral 11 que daba la autorización a los países que lo desearan, el acompañamiento militar de la ayuda humanitaria necesaria para los venezolanos. En este tercer aspecto el evaluado está reprobado.

4.- Demuestra consistencia en tu comportamiento. Pregúntense si el comportamiento de la oposición oficial ha sido consistente. Esto es, si ha mantenido la palabra empeñada. Respuesta: un no rotundo. Lo demuestran el Acuerdo del 1ro de Octubre de la Asamblea Nacional donde anunciaron una nueva ruta que desapareció la trilogía anunciada del 23 de Enero, “Cese de la Usurpación-Gobierno de transición-Elecciones Libres”. En este cuarto aspecto el evaluado está reprobado.

5.- Guía con el ejemplo. Decía en este punto el año pasado que la gente no creería en nadie que no diera el ejemplo. Sin embargo, se escondieron las denuncias de corrupción, conduciéndose exactamente de la misma manera como el régimen de Maduro y de Chávez. Al reventar la olla de corrupción del Cucutazo, las recientes denuncias del ex Embajador designado por el Gobierno Encargado en Colombia, Humberto Calderón Berti, acerca de los manejos irregulares de los partidos de la oposición oficial en la designación de los ejecutivos en Monómeros Colombo-Venezolanos, S.A., y ahora los escándalos de corrupción avanzada en la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, expuestas públicamente en el portal Armando.info (ver ¿Necesita lavar su reputación? Se alquilan diputados para tal fin, en https://armando.info/Reportajes/Details/2614), queda relevado de toda prueba que los venezolanos estamos con la oposición oficial ante exactamente el mismo “musiú con diferente cachimbo” como se estilaba decir en el pasado, esto es, el régimen y su oposición son lo mismo, con todo lo que eso implica. Ni decir que en este quinto y último aspecto, el evaluado está más que reprobado.

Habiendo reprobado el liderazgo de la oposición oficial en esta materia fundamental que es la credibilidad del liderazgo, ¿qué queda para el resto? Cualquier cosa que intenten hacer, así sea una obra de caridad al estilo de la Madre Teresa de Calcuta, estará destinada al fracaso porque no contará con el respaldo de los venezolanos.

A la pregunta, ¿fue el año 2019 un año perdido? Efectivamente después de la evaluación de cada uno de los 5 aspectos objetivos que fueran advertidos con bastante anticipación, los venezolanos perdimos el año 2019. Significa en contrario un avance efectivo para el régimen, al poder sostenerse un año más en el poder. Ahora bien, ¿que nos espera el año 2020?

Los venezolanos no la tenemos fácil en el 2020. Demostrado como está que estamos enfrentando un monstruo que no solo está afuera sino también dentro de nuestra casa, debemos entonces cerrar filas alrededor de lo que tenemos como seguro. No voy a mencionar aquí los nombres de valiosos venezolanos, no solo en el campo de la política sino especialmente en el de la sociedad civil –dentro y fuera del país- que han advertido la necesidad de agruparnos de urgencia alrededor de liderazgos que efectivamente representen a quienes deseamos salir urgentemente de este problema. Ustedes los conocen. El realineamiento del país alrededor de estos personajes, es una necesidad vital por la libertad, y cualquier cosa que deba hacerse para colocarlos en el futuro inmediato en la línea sucesoria y constitucional del poder como protagonistas de una nueva etapa de la lucha opositora para la recuperación de la libertad en el año 2020, es completamente mandatorio.

En este sentido, planteamientos como la Consulta Popular Plebiscitaria a  los venezolanos con la designación de un Consejo de Gobierno de Unidad Nacional, con la incorporación de sectores de la Sociedad Civil por la vía directa, o la consulta para la convocatoria al Constituyente Originario como se está planteando en Chile, son soluciones propuestas por la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, y que deben ser urgentemente revisadas con la seriedad correspondiente por todos los venezolanos.

En la renovación del liderazgo opositor está la clave para que no se pierda también el próximo año y los que vengan después. No les pediré más reflexión a los partidos de una oposición oficial que desde una Comisión de Contraloría opositora, expidieron certificados de buena conducta a los delincuentes del régimen que comercian con el hambre de nuestro pueblo. Si los ciudadanos no emprendemos la lucha para cambiar inmediatamente la conducción política de la oposición venezolana, comenzando por Juan Guaidó, a través de los mecanismos que nos garantiza la Constitución, el año 2020 será definitivamente peor…

Muchas gracias…

Caracas, 2 de Diciembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

jueves, 28 de noviembre de 2019

El único camino de Juan Guaidó

Por Luis Manuel Aguana

Se atribuye al ex Presidente venezolano Raimundo Andueza Palacios (1846-1900) la lamentable frase que la historia ha probado como cierta: "El Tesoro Nacional es como el río Guaire, todo el mundo tiene derecho a meter su pichagua, lo que se discute es el tamaño". A mi juicio algunos articulistas de la red le han dado a esta frase una interpretación errónea. Pienso que Andueza no se refería a meter al agua alguna parte del cuerpo, sino un recipiente para tomarla (recuérdese que en ese tiempo el río Guaire era limpio). La palabra “pichagua”, muy venezolana, es un derivado de la famosa “totuma” o “tapara” indígena utilizada para recoger agua o plato para comer.

Todos los venezolanos teníamos el derecho, según Andueza, a meterle la mano a los dineros públicos. Lo que se discutía era el tamaño del recipiente, porque el río daba agua suficiente para todos. La pregunta era quien tenía más derecho que otro para beber más. La respuesta: el que tuviera la pichagua más grande. Y ese generalmente es el que tiene el poder. Así se interpreta eso en Venezuela. Lamentablemente esa frase se quedó estructurada en el ADN político de quienes han gobernado Venezuela desde ese momento.

Los venezolanos hemos sido testigos de lo más insólito. Andueza nunca pudo imaginarse que el tamaño de la pichagua de los que le sucedieron secaría el río completo de ese Tesoro Nacional que comparó asertivamente con el río Guaire. Ni nadie tampoco se imaginó que la discusión del tamaño de la pichagua le afectara mas allá de los chismes de ladrones que se endilgaban entre sí quienes se peleaban por el poder. El río era demasiado grande hasta que lo secaron y ya nadie pudo beber más.

Las naciones que se consideran hoy desarrolladas tienen un código cultural que limita de manera estructural la corrupción. Ese ha sido un mal de la humanidad, y los venezolanos no somos los únicos en padecerlo. La corrupción, aparte de los aspectos éticos y morales involucrados, le quita eficiencia a la distribución de lo que es de todos. Y creo sin quedarme corto, que lo que ha sucedido en Venezuela es el mejor ejemplo mundial de lo catastrófico que pueden llegar a ser las consecuencias cuando hay una total ausencia de controles para ese mal. Consecuencias que no solo son económicas, sino políticas, y como nos hemos podido dar cuenta con la tragedia que nos consume, profundamente sociales.

De esto claramente se puede deducir que cualquier cosa que venga en el futuro, después de salir de esta banda de ladrones que conducen el poder en Venezuela, tienen que ser muchísimo mejor en ese departamento. Y no solo tienen que serlo, sino también parecerlo, como la mujer del César. De allí que notas como las recientemente publicadas que apuntan a la corrupción que se está destapando del lado de la oposición oficial (ver ¿Donde están los reales Guaidó? en https://prensaamerica.com/2019/11/periodista-manuel-isidro-molina-donde-estan-los-reales-guaido/) indican que las cosas no cambiarían sustantivamente en el futuro. Pero también nos dice mucho del porqué las cosas no se han cambiado todavía a favor de los venezolanos después del 23 de Enero de 2019, siendo por el contrario, que han empeorado mucho más.

La denuncia del periodista Molina, era un secreto a voces. Y el problema no apunta a que pueda existir corrupción en las filas opositoras. ¡Eso es lo de menos! Lo grave es que el Gobierno del Presidente Encargado no esté actuando con la transparencia debida al manejar a su discreción y sin absolutamente ningún control de contraloría, los fondos que ha recibido del exterior y aquellos que se han ido recuperando del régimen. ¿Quién está llevando el control administrativo y dando cuenta de esos fondos a los venezolanos? Eso es lo que debe responder el Presidente Encargado y el gobierno colegiado de la Asamblea Nacional. No puede ser que haya una moral para el régimen y otra muy diferente para la oposición. En eso coincidimos con la nota del periodista Molina.

Pero lo que no se puede tragar es que se pretenda sugerir que sea la ilegitima Asamblea Nacional Constituyente de los ladrones del régimen la que le venga poner control a eso. Esto es, la propuesta de Molina es que una banda de malandros le ponga control a otra pero de la oposición. ¡Acabazón de mundo! La corrupción ha logrado que todo se salga de control. No hay instituciones creíbles porque ya no hay gente creíble. Los dirigentes creíbles se han ido muriendo y los nuevos están enredados en escándalos como el que denuncia la nota del periodista Molina.

Un país sin instituciones como lo ha sido históricamente Venezuela, solo se ha sostenido con la credibilidad moral de los pocos venezolanos que en buena hora prestaron sus servicios para una Venezuela de futuro. Personajes como Arnoldo Gabaldón Carrillo y Luis Razetti en la medicina, Juan Pablo Pérez Alfonzo en petróleo, Vicente Emilio Sojo y Teresa Carreño, en la música, José González Lander en ingeniería, son solo algunos pocos ejemplos de que independientemente de la situación institucional del país, existieron venezolanos que dedicaron sus vidas a una labor al servicio de otros, sin esperar nada a cambio, más allá de la labor cumplida. ¿Se acabaron ese tipo de venezolanos? No me lo creo. Me atrevo a decir que incluso los puede haber mejores ahora mismo. Pero debe existir el ambiente apropiado para que eso pueda florecer y multiplicarse. Y quienes son los responsables de construir ese ecosistema, al parecer pujan todavía por salir.

Será imposible reconstruir a Venezuela si la dirigencia que pretende sustituir a la que hay es exactamente igual o peor que ella. Es una matemática muy sencilla y una norma básica de gerencia ejecutiva: no compondrás lo que se rompió utilizando a quienes lo rompieron. Y si a los que llamas para hacerlo son socios de negocio de los que estaban, el resultado será el mismo o peor. Y eso es lo que estamos contemplando en la actualidad con la administración del Presidente Encargado.

De allí el llamado de muchas voces de conciencia que le han solicitado al Presidente Encargado de que se separe de toda militancia partidista, así como del grupo de partidos de la Asamblea Nacional, y forme un Gobierno de Unidad Nacional con todos los factores representativos de la sociedad, incluso aquellos que desde la oposición le han adversado, muy en especial con aquellas personas que los venezolanos consideran ahora mismo de indudable e irrefutable condición ética y moral. ¡Eso es fundamental! Los hay en todos los terrenos, en el económico, en el político, y en el social.

Esa decisión trascendental fortalecería su presidencia, le daría dirección y firmeza a esta loquera que ya pasa de 11 meses sin resultados, sin contar con el mensaje positivo de un golpe de timón y cambio de rumbo a la Comunidad Internacional, dando una muestra a los venezolanos de querer resolver nuestro problema, y cerrándole el paso a quienes quieren usar su presidencia para la corrupción. Un Gabinete de lujo unificado encontraría en horas (si no minutos) una solución y una acción contundente al problema de la usurpación de Maduro. ¿Difícil? Más difícil lo estamos pasando los venezolanos. Ya la “pichagua” se rompió y la corrupción no le deja otro camino a Juan Guaidó…

Caracas, 28 de Noviembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

sábado, 23 de noviembre de 2019

Venezuela, tres cursos de acción política

Por Luis Manuel Aguana

En el ajedrez mezclado con rompecabezas de infinitas piezas en que se ha convertido la política venezolana, que ahora resulta continental, los venezolanos seguimos tratando de sacar conclusiones simplonas de tipo causa-efecto cuando la realidad apunta a una relación infinitamente más compleja y sistémica. Siempre he insistido que las respuestas no las vamos a encontrar en los mensajes de twitter de 240 caracteres, ni en los posicionamientos interesados de personajes que desde hace tiempo demostraron su incompetencia en el manejo de la crisis.

Cada uno de nosotros debe usar lo que Dios le puso en la cabeza y sacar sus propias conclusiones con su propio sistema de enlazar las cosas. Es por eso que más que convencer a nadie de una realidad, la responsabilidad de quienes todavía escribimos se debe centrar en colocarles los hechos y las situaciones a las personas para que estas se hagan su propio criterio. Eso por supuesto no excluye exponer el nuestro acerca de los problemas. Pero no le imponemos a nadie nuestro criterio que siempre es y será perfectamente debatible. Y en eso las redes son extraordinarias porque los mensajes pueden ir en ambos sentidos todo el tiempo.

¿Por qué digo todo esto? Porque cualquiera (y subrayo el cualquiera) puede expresar en las redes sociales sus criterios, fundamentados o no. Cualquiera que tenga un teléfono inteligente con WhatsApp, Twitter, Facebook o cualquier aplicación de redes sociales puede hacerlo, no solamente yo. Mi posición siempre ha sido que las opiniones (todo el mundo tiene una, como los ombligos) deben ser serias y fundamentadas, pero no todo el mundo lo hace, con lo cual hemos convertido la situación venezolana en algo realmente inmanejable. ¿Qué podemos hacer?

Creo que lo primero, metodológicamente hablando, es separar los problemas y considerarlos de manera aislada para estudiarlos. Eso es lo que se hace cuando se intenta resolver algo complejo: modelar el problema, aunque en el camino se escapen algunos detalles aun cuando sean importantes. Veamos en el país tres situaciones modeladas en tres bloques con diferentes enfoques.

La situación política nos ha traído –querámoslo o no- a casi terminar el año con el régimen en funciones. Guaidó y su combo del G4/MUD-FA han fracasado y sus intentos de revivir los legendarios y gloriosos momentos de las super marchas para dar al traste con el régimen también. Eso es un hecho después del 16N. El régimen sigue vivito y coleando. Visto así, ellos han triunfado en sostenerse y nosotros hemos fracasado en sacarlos.

La Comunidad Internacional aun sigue sosteniendo a la oposición oficial y es por eso que aun sobreviven al régimen en una suerte de “gobierno paralelo” a la espera de un desenlace, sin fecha probable de resolución. Y en ese limbo el gobierno avanza, y avanza muy bien. Tienen ahora su “Mesita” con Timoteo Zambrano a la cabeza, con intenciones serias de hacerse con la Directiva de la Asamblea Nacional para la próxima legislatura el 5 de enero de 2020 a maletinazo verde limpio, y continuar su camino firme a las elecciones parlamentarias del año que viene. En eso no se han detenido y la MUD-FA deshoja la margarita de si participar o no en esas elecciones parlamentarias que el régimen tiene como objetivo –Rectores negociados incluidos- aun cuando hayan dicho lo contrario. Recuerden a Guaidó diciendo que no participarían: “Nosotros no vamos a participar en ningún espacio que no abone una solución real al conflicto que vive Venezuela”, así respondió el presidente interino Juan Guaidó cuando se le preguntó sobre su participación en las elecciones parlamentarias de 2020, con una renovación del Poder Electoral.” (ver Efecto Cocuyo en https://efectococuyo.com/politica/presidenciales-o-parlamentarias-tres-claves-de-las-declaraciones-de-guaido/).

Pero las acciones de la Asamblea Nacional dicen lo contrario. Montaron el tinglado para la selección de los Rectores del CNE con los Diputados del PSUV que abandonaron sus cargos y por tanto son ilegítimos. Así está la conchupancia negociada del régimen con su oposición en la Asamblea Nacional, pero con una férrea postura opositora de la Fracción 16J, única que ha tenido hasta ahora una posición en defensa de los intereses de los venezolanos.

Dicho esto todo indica que tenemos en el próximo futuro una oposición oficial que va directo a unas elecciones con el régimen (parlamentarias, presidenciales o ambas) con un CNE de común acuerdo. Esto es, la materialización oficial de la convivencia con el régimen de Nicolás Maduro Moros.

Por otro lado tenemos otra oposición política que excluye esa posibilidad de convivencia. María Corina Machado, Diego Arria y Antonio Ledezma, los tres en conjunto o separadamente han insistido en una salida del régimen del poder antes de cualquier elección, aduciendo que es necesario que el Presidente Encargado sea liberado de sus ataduras partidistas y que designe un Gobierno de Unidad nacional con todos los factores del país a los fines de poder luchar adecuadamente para lograr la expulsión de Maduro y su régimen del poder.

Hay allí dos modelos políticos con cursos de acción muy diferentes. Sin embargo, existe un tercero, ciertamente hasta ahora poco visible, donde se encuentra una propuesta de la sociedad civil por una Consulta Popular Plebiscitaria al pueblo venezolano para el Cese de la Usurpación, en los términos y condiciones que ya hemos descrito en este blog. Sin embargo la diferencia de este con los dos anteriores es que la sociedad civil no busca ningún posicionamiento político. De hecho la idea es que el proceso consultivo conlleve a entregar hasta ahora el poder político a quien debería detentarlo de manera natural y legítima, esto es, al Gobierno Encargado de Juan Guaidó. Esto ha sido poco entendido, por el mismo Guaidó y sus seguidores, confundiéndonos con sus enemigos.

En los tres bloques modelados hay tres cursos de acción política claramente diferenciados. La oposición oficial aboga por unas elecciones CON Maduro en el Poder, mientras que la otra oposición, llamémosla radical (Machado, Arria, Ledezma), se plantean una lucha hasta salir del régimen, teniendo a Guaido, por ahora, como Presidente Encargado (cuestión que podría cambiar en cualquier momento). Y finalmente nosotros, los ciudadanos desde la sociedad civil, abogando porque todo esto lo decida el pueblo venezolano.

En mi opinión, después de descritos los hechos, no es aceptable una nueva elección estando en el poder los delincuentes que lo controlan, con lo cual me sumo a la lucha hasta salir del régimen para luego ir a unas elecciones libres después de fumigar el CNE. ¿Será posible eso si Juan Guaidó no se separa de la MUD-FA y ejerce constitucionalmente todas sus atribuciones como Presidente Encargado, para luchar y salir del régimen? Si Juan Guaidó no se separa de la MUD-FA y ellos insisten en una solución negociada a espaldas de los venezolanos, el país será una olla de presión inestable porque hasta los mismos chavo-maduristas saben que este régimen es inviable y jamás tendremos una solución pacífica y de convivencia ciudadana en Venezuela con delincuentes controlando el poder.

Considero muy baja la probabilidad que los jefes de los partidos desaten a Juan Guaidó para ejercer una Presidencia liberada de ataduras partidistas para lograr una solución definitiva al problema de Venezuela, cuando precisamente fueron ellos los que fabricaron el Estatuto de la Transición para realizar un gobierno parlamentario que no existe en nuestra Constitución. Asimismo considero que también es poco probable que acepten nuestra propuesta consultiva para el Cese de la Usurpación, si esta no se les impone como solución desde el exterior, porque aun no la han entendido (o si lo han hecho pero temen perder el control al ser los ciudadanos los protagonistas de ella).

Esto nos llevaría a los siguientes escenarios como posibles salidas: a) Que Juan Guaidó se alce con su Presidencia Encargada, porque al fin y al cabo él es el único responsable como designado por la Constitución (Art. 233), y realice ese Gobierno de Transición de amplia base que le solicitamos los venezolanos; y en el marco de ese gobierno convoque al pueblo a un proceso Constituyente que le de curso a la crisis, como lo hicieron los chilenos el 15 de Noviembre; o b) que no lo haga y los acontecimientos se lo lleven por delante, teniendo los ciudadanos, más temprano que tarde, que convocar al pueblo a ser consultado para resolver la crisis del país después de una ola de muerte y destrucción. En ese caso la consulta del pueblo debería incluir la sucesión del poder ya que ni Juan Guaidó ni la MUD-FA decidieron asumirlo.

Me he atrevido a simplificar en tres modelos básicos la compleja realidad política venezolana, pero podemos multiplicar por mucho esa complejidad al incluir lo que sucede fuera de nuestras fronteras. Por ejemplo, de triunfar la MUD-FA y el régimen con sus negociaciones de cohabitación (primer curso de acción), Venezuela seguirá siendo utilizada como base para la desestabilización del continente, elevando nuestra calificación como país potencialmente peligroso para la seguridad interna de los Estados Unidos. El resto se los dejo a su imaginación…

Caracas, 23 de Noviembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
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