viernes, 24 de julio de 2020

Más allá de unas elecciones libres

Por Luis Manuel Aguana

“Hay un objetivo de la oposición muy transparente: transmitirle al régimen de Maduro un mensaje tan claro como discreto: o deja que la OEA organice unas elecciones libres y multipartidistas, o se arriesga a una intervención militar colectiva encabezada por Estados Unidos, país que posee, insisto, numerosos “casus belli””. (ver Carlos Alberto Montaner, “La Oposición venezolana”, en el Foro “Iniciativas para cesar la usurpación en Venezuela”, en https://youtu.be/SIY0LTlWjoM, min 2:19). Casus belli: “El casus belli no es otra cosa que el hecho generador o sea aquel que motiva la declaración de guerra…Caso, causa o motivo de guerra. Es el acto ofensivo ejecutado por una nación en contra de otra, y que esta juzga suficiente para la declaración de guerra” (ver Enciclopedia Jurídica, Casus Belli, en http://www.enciclopedia-juridica.com/d/casus-belli/casus-belli.htm).

Con estas palabras Carlos Alberto Montaner, destacado miembro del Directorio del Instituto Interamericano para la Democracia, resumió, a mi juicio de una manera brillante, el fondo de lo que un grupo de ciudadanos venezolanos le solicitamos a la OEA en una carta dirigida a su Secretario General, Dr. Luis Almagro, en fecha 16 de junio de 2020 (ver https://www.gopetition.com/petitions/apoyo-la-solicitud-de-la-sociedad-civil-venezolana-al-secretario-general-de-la-oea-para-la-aplicaci%C3%B3n-de-una-soluci%C3%B3n-humanitaria-de-caracter-electoral.html).

Pero aunque esta declaración sea completamente cierta y la suscribamos en toda su extensión, lleva en su interior una pesada carga de complejidad para su implementación, comenzando por las zancadillas que nos aplicaron en las redes sociales aquellos venezolanos que no la entendieron, creyendo de entrada que pedíamos elecciones con Maduro y su CNE, cuando la titulamos Solución Humanitaria de carácter Electoral, porque “en Venezuela ya no aplican elecciones”. Si esto que Montaner explicó tan claro como el agua no se entiende por aquellos que suponemos están en nuestra propia acera de lucha y que en algunos casos tienen años dándose golpes contra el régimen como nosotros, ¿qué podemos esperar del resto de los venezolanos?

Aun cuando lleguemos a convencer a todos los venezolanos, todavía faltaría que lo entiendan los Embajadores de la OEA y sus respectivos gobiernos para entonces comenzar a pensar en ese casus belli si todas las opciones se agotan. Vean ustedes lo lejos que estamos todavía de una intervención militar, asumiendo que los gobiernos del continente acepten el casus belli en el supuesto de que comiencen a trabajar activamente por esa Solución Humanitaria Electoral planteada. Este tema no tan fácil como decir en Venezuela que lo único que hace falta es que la Asamblea Nacional apruebe el 187#11, o pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe una intervención militar sin que estén dadas las condiciones. Es por esa razón que creemos que el “o deja que la OEA organice unas elecciones libres y multipartidistas” de la intervención de Montaner, llegaría más rápido que la opción militar del casus belli.

Sin embargo deseo hacer aquí una precisión que considero sumamente importante: le pedimos fundamentalmente a la OEA su intermediación en el problema venezolano, y luego de aceptado ese arbitraje, su decisión acerca de la conveniencia de dos opciones perfectamente aplicables luego de decidir intervenir electoralmente en el país: a) un acto electoral que  obligue al régimen que usurpa el poder en Venezuela a  aceptar el mandato del pueblo en una Consulta Popular vinculante, establecida en nuestra Constitución, que permita al pueblo en ejercicio de la soberanía popular decidir sobre el Cese de la Usurpación, la conformación de un Gobierno de Transición que garantice condiciones básicas  e institucionales, de convivencia social,  que  permitan proceder  a la celebración de elecciones libres y democráticas;  o b) por una Elección Presidencial que reponga el ejercicio legítimo de la Presidencia  de la Republica usurpada.” (ver nuestro respaldo a la solicitud de la Sociedad Civil venezolana a la OEA por una Solución Humanitaria Electoral, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/06/comunicado-anco-respaldo-la-solicitud.html).

En ambos casos sería el pueblo venezolano el que finalmente decidiría el destino del país, permitiendo dar un paso adelante para resolver la grave crisis política. Pero ambas opciones tienen diferencias fundamentales. La Comunidad Internacional solicita desde hace años una solución Constitucional, pacífica y electoral, pero no se pasea por el hecho de que en Venezuela todas las instituciones se evaporaron por la acción corrosiva de una tiranía, incluyendo las instituciones partidistas y el árbitro electoral. Hay que rehacerlo todo, incluyendo a los partidos, que han sido contaminados por los venenos de la corrupción y el colaboracionismo. Hacer una elección Presidencial sin un piso político solido y estructurado es meter al país en una espiral de inestabilidad. El país necesita una transición del actual estado de cosas a uno nuevo, con instituciones mucho más sanas y fortalecidas, que garanticen un mínimo de estabilidad política.

Si la OEA decide actuar activamente en la intermediación electoral en Venezuela, deberá ir más allá de la opción que sugirió con claridad meridiana Carlos Alberto Montaner de  unas elecciones libres y multipartidistas”, sino la consideración de un periodo especial de estabilización política con sustento del voto, donde exista en la conducción la presencia de los factores más representativos de la realidad venezolana, que le permita al país ir reconstruyendo todas las instituciones destruidas por Maduro y su mafia. No es un requisito pero si una recomendación para el beneficio de un país que ha sido destruido hasta los cimientos de su nacionalidad.

ANCO ha recomendado desde hace mucho tiempo la necesidad de un gobierno colegiado post Maduro que conduzca un periodo de recuperación del país. Dado el nivel de destrucción institucional que dejará en Venezuela la plaga narco delincuente del régimen de Maduro cuando se vaya, se requerirá de las mejores mentes y experiencias en todas las áreas para recuperarnos de esta tragedia mil veces peor que el COVID-19 por su capacidad de generación de muerte y destrucción.

Y ese gobierno colegiado no existe en nuestro ordenamiento constitucional, por lo que tiene que surgir de una decisión de los ciudadanos. Guaidó no tiene ese respaldo porque su presidencia no nació del voto popular. Cualquier propuesta que se haga para recuperar los equilibrios institucionales debe ir en la dirección del respaldo popular de quien gobierne y la forma que ese gobierno tenga. Venezuela necesitará de una forma novedosa de gobierno para sortear los peligros que se presentarán por la destrucción institucional que ha provocado el régimen. Entonces mas allá de pensar en despachar con una elección este problema consideremos primero que aparezca un árbitro transparente y confiable, para luego pensar en dirección tomara el proceso. Y como en Venezuela desapareció hace mucho tiempo ese arbitro, lo seguimos buscando fuera. Espero que la OEA se anime a serlo. Creo que les conviene tanto como a nosotros…

Caracas, 24 de Julio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

lunes, 20 de julio de 2020

La olla de presión de Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

Es muy fácil caer en soluciones inmediatas que caben en los 240 caracteres de Twitter: “que la Comunidad Internacional termine de activar el TIAR y acaben con la dictadura de una vez”, o mejor aún, “organicemos a la sociedad civil y provoquemos la fuerza suficiente para desplazar al régimen”, son frases atractivas que mueven seguidores en las redes sociales –incluso a periodistas e importantes formadores de opinión- y que por supuesto generan expectativas en un conglomerado humano, desesperado por una solución que no termina de llegar. Los políticos han vivido por años de manipular esas expectativas. ¿Quién puede competir con eso? Y mientras tanto el tiempo pasa y no pasa nada. O si pasa, el régimen se fortalece.

A nadie le gusta enfrentar las realidades cuando se ponen difíciles, de allí que el escape de la mente cansada de buscar, encuentre allí la solución más rápida para apoyarla. “Esto es lo que hay que hacer” y ya. Sin ninguna elaboración. O mejor, si lo dice el Dr. Mengano o el periodista Sutano debe ser verdad. “Esos son unos tipos muy informados y estudiados y por lo tanto deben saber lo que dicen”. Es increíble cómo se han fraguado legitimidades por las redes sociales. De hecho, las legitimidades ahora se miden por número de seguidores. Me hace recordar la vieja conseja que indicaba que si fuera por las moscas todos comeríamos basura. Lo paradójico es que los venezolanos ya estamos comiendo de la basura a causa de este régimen, lo que de alguna manera intrincada confirma la inferencia lógica. Puede sonar duro pero es así.

Les voy a hacer una pregunta sencilla: ¿Para qué creen ustedes que los países que integran la Comunidad Internacional, con Estados Unidos a la cabeza, están sancionando al narco-régimen de Maduro y a sus principales funcionarios y cómplices? Creo que la respuesta unánime sería “¡Para que se vaya!”. La siguiente pregunta –no tan obvia- que les haría sería: ¿Y cómo sería eso? ¿Esperan que un día Maduro se levante de la cama y diga “ya es suficiente, ¡me voy!”? ¿Llamaría a Diosdado, a Padrino López y al resto de la banda de malandros y les diría, ¡vámonos, ya no podemos más!? Luce improbable, ¿verdad? Incluso hasta estúpido…

Entonces, ¿qué espera la Comunidad Internacional con el continuo ahorcamiento del régimen? ¿Que se provoque algún tipo de negociación, que Maduro levante un día una bandera blanca y pida negociar? Pero, ¿negociar qué? ¿Abandonar el sitio de rehenes más grande del planeta? Cuba lleva más de 60 años sancionada y bloqueada, y allí siguen los cubanos presos de su régimen. Entonces las sanciones deben tener un sentido más concreto: te presiono para que hagas algo y te sientes conmigo a negociar ese algo.

A veces es necesario acudir a comparaciones simples para que pueda comprenderse mejor una realidad compleja. Incluso las mentes estudiadas las necesitan para ver esas realidades que están allí pero que a veces no se notan. Con las sanciones establecidas de esa manera al régimen, se puede comparar a Venezuela como una olla de presión llena de agua -con todos nosotros dentro- puesta a fuego lento pero sin válvula de escape…Cuando una olla así hierve y la presión  no sale por algún lado solo pueden suceder dos cosas: que la olla reviente (eso dependerá de su calidad) o se agriete dejando salir vapor a presión.

En otras palabras, si le pones fuego a una olla (las sanciones) y no le pones una válvula de escape para que la fuerza que se genere por el fuego pueda ser canalizada de una manera segura y productiva para el lado que tú quieras que se mueva, la olla se rompe de cualquier manera. De una manera violenta estallando de una vez, o por partes agrietándose.

Eso es lo que debiera ser entendido con este ejemplo simple aquí. Para el caso del símil que nos ocupa, que la olla se reviente serían las ideas de secesión de una nota publicada recientemente en PanamPost, y que la opinión pública de las redes no le ha dado la suficiente importancia (ver Empezar a pensar en la división territorial de Venezuela
https://es.panampost.com/asier-morales/2020/07/15/empezar-a-pensar-en-la-division-territorial-de-venezuela/). Dividir a Venezuela es condenarla a la suerte del comunismo cubano para siempre porque los más desvalidos –que siempre son la mayoría- se agruparían en magnitud en el lado que lleva la peor parte del trato: Vietnam y Corea del Norte. Este tipo de solución se propone cuando la olla se está reventando… Por otro lado una grieta en la estructura de la olla significaría la radicalización armada interna del país, lo que nos pondría en la ruta de Siria más temprano que tarde. Esto es, en tanto y en cuanto demos por ciertas las intenciones de aquellos que iniciaron acciones armadas, y que muchos aun, fuera y dentro del país, esperan que continúen, apostando una mejor suerte en el futuro.

Ninguno de estos resultados producto de la aplicación de fuego a una olla de presión cerrada son buenos para Venezuela, aunque lo parezcan. Y la razón es principalmente porque sin una válvula de presión que en principio canalice la acción de ponerle fuego a la olla, simplemente la destruimos…Eso lo deberían entender más que nadie los norteamericanos.

Nuestra propuesta del arbitraje electoral a la OEA es esa válvula de escape que hay que ponerle a la olla de presión (ver https://www.gopetition.com/petitions/apoyo-la-solicitud-de-la-sociedad-civil-venezolana-al-secretario-general-de-la-oea-para-la-aplicaci%C3%B3n-de-una-soluci%C3%B3n-humanitaria-de-caracter-electoral.html). Todo el fuego que se le ponga a la olla –más sanciones- debe ir dirigido a que el régimen acepte ese arbitraje de la Comunidad Internacional. No tiene ningún sentido seguir sancionando al régimen sin perseguir un objetivo perfectamente definido. No puede ser “seguimos sancionando para que Maduro se vaya”, porque es explosivo, y nos estamos acercando peligrosamente a que la olla se rompa o se agriete, en perjuicio de todos los que estamos aquí adentro. Tengo que decir a riesgo de ser malinterpretado que es muy fácil decir desde fuera que se le siga aplicando fuego a una olla sin válvula de escape cuando tú no estás adentro. No me quisiera quedar del lado de la nueva Corea del Norte latinoamericana…

Mientras la olla de Venezuela se calienta mas con las sanciones, Maduro si le aplica bien el fuego a la oposición oficial porque su presión si es bien precisa: “O vas a elecciones o te mueres”. De allí que todos ellos, Enrique Capriles (PJ), Henry Ramos Allup (AD) y Manuel Rosales (UNT) si se vieron con él para negociar ir a esa trampa electoral en diciembre. Pero las sanciones con las que amenazaron los norteamericanos a Henry Ramos Allup rompieron el trato, que paradójicamente si cumplió el régimen, metiendo al hermano de Bernabé Gutierrez en el CNE (ver La reunión secreta entre Maduro y la “oposición” para acordar elecciones legislativas https://es.panampost.com/emmanuel-rincon/2020/07/14/las-reuniones-secretas-oposicion-chavismo-elecciones/).

Ahora a Ramos Allup, en un nuevo giro a la tuerca de las sanciones, no le queda otra que radicalizarse, intentando una nueva fase sin el respaldo del régimen como había sido hasta ahora. Veremos qué tal le va afuera de la AD colaboracionista, porque se quedo en el peor de los mundos: ya no será el interprete oficial de los adecos sometidos por él durante 20 años, pero tampoco podrá serlo de los adecos que se vendieron al régimen. Se quedo completamente afuera…

Los meses que restan antes de diciembre van a definir los próximos años de Venezuela y los venezolanos. Ojala que la oposición oficial que maneja la relación con los Estados Unidos termine de entender que es lo que nos estamos jugando aquí, y que si no tiene una respuesta clara e inmediata para los venezolanos que nos encamine evitar que la olla de presión de Venezuela estalle o se agriete, que al menos nos ayude con la Comunidad Internacional a ponerle una válvula de escape a esta olla de presión…

Caracas, 20 de Julio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana