miércoles, 6 de diciembre de 2023

La Caja de Pandora del Esequibo

Por Luis Manuel Aguana

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Las acciones ilegales del régimen de Nicolás Maduro Moros comenzaron a traspasar las fronteras venezolanas. Ya no solamente los venezolanos somos las víctimas de un régimen al que la Comunidad Internacional considera ilegítimo desde el año 2018, año en el que Maduro hizo lo que le vino en gana y se autoproclamó Presidente de la República con la ayuda de una oposición comprada, sino que ahora justificándose con un referendo donde concurrió realmente menos del 10% del electorado venezolano, pretende ahora pasar por arriba del ordenamiento jurídico internacional y del Acuerdo firmado en Ginebra en 1966 con la Gran Bretaña, amenazando ocupar el territorio Esequibo, al crear un supuesto Estado inexistente, con todo lo que eso implica.

Lo anterior de ninguna manera justifica que la República Cooperativa de Guyana haya ocupado –ellos sí- el territorio Esequibo desde el año 2004, fecha en que Hugo Chávez Frías y su entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro Moros, actual usurpador, autorizaron a Guyana en una Declaración Conjunta a desarrollar la Zona en Reclamación. Ambos países debían antes arreglar sus diferencias para proceder a realizar cualquier actividad dentro de ese territorio.

Sin entrar en los detalles de lo que el régimen diga con relación a las cifras finales de participación en su referendo consultivo del 3 de diciembre, las decisiones respecto al Esequibo no se encuentran en Venezuela, sino en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, de conformidad con el Acuerdo firmado entre las partes en 1966, porque así lo decidieron en su momento dos gobiernos legítimamente reconocidos por la Comunidad Internacional, por más movilizaciones, leyes para la creación de un nuevo Estado, y un gobierno “a control remoto” del Esequibo, que se invente el régimen venezolano (ver La Voz de América, Venezuela tratará de gobernar el Esequibo “a control remoto” en una primera fase, en https://www.vozdeamerica.com/a/venezuela-tratara-de-gobernar-el-esequibo-a-control-remoto-en-una-primera-fase-analistas/7386408.html).

El reconocimiento de la CIJ que tanto desconoce el régimen, le fue dado por ambos gobiernos, de Venezuela y Gran Bretaña, mucho antes de la existencia de la República Cooperativa de Guyana, a esa instancia a través el Acuerdo de Ginebra, cuyo texto claramente estableció entregar la decisión del mecanismo para dirimir las diferencias al Secretario General de la ONU.

Efectivamente, el Artículo IV, párrafo 2, del Acuerdo de Ginebra de 1966, establece que si las partes no se ponían de acuerdo sobre la elección de uno de los medios de solución previstos en el Artículo 33 de la Carta de Naciones Unidas, estos referirían la decisión sobre el medio de solución a un órgano internacional que acuerden, y si no acuerdan alguno, al Secretario General de las Naciones Unidas (ver Acuerdo de Ginebra 1966, en http://www.consulvenevigo.es/subido/ACUERDO%20GINEBRA%20ONU%201966.pdf).

A su vez, el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas establece: “1.- Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección” (ver Carta de la ONU, en https://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/carta_nu.pdf) (resaltado nuestro).

Lo anterior deja afuera la verborrea del régimen de insistir en no aceptar la jurisdicción de la CIJ, que por lo demás ya decidió acerca de su propia competencia al indicar: Si las Partes dieron su consentimiento al arreglo judicial de su controversia en virtud del párrafo 2 del artículo IV del Acuerdo de Ginebra–Decisión del secretario general vinculante para las Partes–El párrafo 2 del artículo IV se refiere al artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, que incluye el arreglo judicial como medio de resolución de controversias–Los medios de solución de controversias a disposición del secretario general, al que las Partes dieron su consentimiento, incluyen el arreglo judicial. Si el consentimiento otorgado por las Partes para la solución judicial de su controversia estaba sujeto a alguna condición–Si el secretario general debería seguir un orden particular al elegir los medios de solución de controversias enumerados en el artículo 33 de la Carta–La no obligación para el secretario general para seguir un orden particular o consultar con las Partes sobre su elección” (ver Sentencia de la CIJ del 18 de diciembre de 2020, en https://revistas.urosario.edu.co/xml/4295/429566597007/index.html) (resaltado nuestro).

Si en su borrachera de poder el régimen de Nicolás Maduro Moros, cree que llevando tropas a la frontera de la Zona en Reclamación, fabricando sin respaldo popular un Estado Esequibo, nombrando un Gobernador, dando licencias a sus compañías para la explotación de las riquezas petroleras en la zona, saldrá victorioso en su atropello como lo ha sido con nosotros dentro de las fronteras de Venezuela, se llevará una sorpresa (ver Diario Las Américas, Maduro ordena crear provincia y conceder licencia para explotar petróleo en el Esequibo, en https://www.diariolasamericas.com/america-latina/maduro-ordena-crear-provincia-y-conceder-licencia-explotar-petroleo-el-esequibo-n5347754).

Las leyes que rigen entre los Estados y los Acuerdos válidamente suscritos entre ellos se hacen respetar con la fuerza multinacional, para eso existe el Consejo de Seguridad de la ONU, y Guyana tiene ahora un asiento allí, Venezuela no. En ese terreno no vale que Padrino lleve soldados sin equipamiento para amenazar pendejos a la frontera con Guyana, o pongan un bate quebrado de gobernador del Esequibo, o entreguen licencias a compañías que no podrán operar en ese territorio. Lo que valdrá aquí será la fuerza de las leyes que rigen entre los Estados y que se soportarán precisamente en los argumentos arriba señalados para poner al régimen en su lugar.

Si Venezuela tuviera la fuerza y los cañones de los EEUU, no estuviéramos hablando de este asunto. Putin invadió Ucrania sin temor a mayores consecuencias porque lo respaldaron sus bombas nucleares y el terror del mundo ante una Tercera Guerra Mundial. Nuestro tamaño como país nos obliga a respetar mucho más el ordenamiento jurídico internacional que quienes tienen la fuerza para imponer su voluntad.

Estos criminales no se meterán –por ahora- en el territorio Esequibo, pero crearán el suficiente ruido para distraer al mundo para evitar unas elecciones el año 2024. Pero en el camino Venezuela puede perder el Esequibo. Si Venezuela pierde el juicio en la CIJ ante la no concurrencia de los argumentos y la presentación de nuestra memoria histórica que demuestra nuestros derechos sobre el territorio Esequibo, dudo mucho que el régimen pueda sostenerse ni un día más después de esa sentencia internacional. Creo que sus propios partidarios se los comerían vivos…

Al abrir la Caja de Pandora del Esequibo, Maduro decidió jugarse a Rosalinda –el Esequibo- para quedarse en el poder. Pero si decide ir a una siguiente fase de lo que han hecho, no creo que el lance salga tan exitoso como ocurrió en la copla de Ernesto Luis Rodríguez, todo lo contrario. Perderán –y ellos con nosotros- más que “el araguaney, la cobija y el sombrero” del llanero que se jugó a Rosalinda. Las razones las publica el analista político de clase mundial, Ian Bremmer: “Primero, porque los estadounidenses se opondrían firmemente. Los brasileños se opondrían firmemente y, como consecuencia de ello, se verían muchos castigos contra una economía que realmente no puede permitírselo. Pero también, China es propietaria parcial del enorme hallazgo de petróleo que se encuentra frente a la costa de este territorio en Guyana, y es el único amigo que gasta dinero real con los venezolanos en este momento…” (ver Ian Bremmer, Gzero, 6-12-2023, Todo es político, en https://www.gzeromedia.com/in-60-seconds/world/bidens-israel-policy-hurts-his-2024-reelection-chances-from-all-angles).

Entonces, ¿para dónde van a correr con esa pata hinchada? ¿Quién los acompañará en esa locura? ¿Cuba y el Caricom? Esos serán los primeros en acomodarse con Guyana. ¿China? Menos aún, como lo dice Bremmer. ¿La Rusia en conflicto que sacó militares apostados en Venezuela para su guerra? Estos delincuentes encontraron el peor momento para abrir esa Caja de Pandora. Maduro y su régimen no tienen otra salida que contarse en los términos acordados con la Comunidad Internacional. Cualquier cosa diferente, como esta Caja de Pandora que acaban de abrir, no solo significará demorar y hacer más dolorosa su salida, sino también modificar la manera en que saldrán…

Caracas, 6 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

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sábado, 2 de diciembre de 2023

Venganza póstuma

Por Luis Manuel Aguana

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No hay nada peor que la maldición de quienes agonizando todavía ponen trampas a quienes los derrotaron o enviaron a la tumba, en una suerte de venganza póstuma, como si desde el infierno trataran de incidir en los acontecimientos de los que no serán más protagonistas.

Tal es el caso de la mamarrachada titulada “Procedimiento para la revisión de las medidas de inhabilitación acordadas por la Contraloría General de la República”, expedida entre el régimen y su oposición colaboracionista desde una mesa de negociación en la cual los venezolanos todavía seguimos sin estar representados desde que la verdadera oposición resultó electa el 22 de octubre de 2023, con poco más del 90% de los votos. El documento fue publicado por la embajada de Noruega en México, como facilitador del Diálogo y Negociación de Venezuela, quien confirmó allí el procedimiento negociado entre la oposición moribunda y el régimen de Nicolás Maduro Moros (ver documento en @NoruegaMexCA en  https://twitter.com/NoruegaMexCA/status/1730392775198122298).

Este documento, cocinado en la paila del régimen con los ingredientes de la oposición, cumple cuatro objetivos: 1) dar una respuesta antes de la fecha límite, a la amenaza de la Comunidad Internacional de regresarle las sanciones al régimen si no levantaba las inhabilitaciones ilegales a los opositores venezolanos –léase a María Corina Machado (MCM)-; 2) poner a MCM entre la espada y la pared de aceptar los términos del régimen, sometiéndola a una justicia que depende de Miraflores; 3) intentar obligar a MCM a ponerse en rebeldía, lo que dejaría al régimen en la oportunidad de argumentar ante el mundo que es MCM y no los delincuentes que gobiernan al país, quien no desea una solución pacífica a la crisis política; 4) darle la luz verde a los inhabilitados propicios al régimen –ergo Capriles- para quitarles, a ellos sí, su inhabilitación para que puedan competir en las elecciones de 2024, en la comodidad de que ellos si aceptarían “su derrota” frente al régimen.

Lo que más me sorprende de todo esto, no es que la oposición oficial representada por Gerardo Blyde y el régimen hayan cocinado esta “solución” en paila conjunta, sino que luego de más de un mes de celebradas las primarias todavía los venezolanos estemos a la espera de los primeros pasos de la dirigencia de la nueva oposición democráticamente electa el 22 de octubre para, si no desplazar completamente, al menos sí colocar representantes genuinos de la oposición venezolana en esa mesa de negociación “opositora” que dice representarnos. Eso nos lo ganamos el 22 de octubre al votar por MCM. Lo menos que esperamos es que desde ya empecemos a ver resultados.

Más allá de la confianza que MCM dijo tener en Gerardo Blyde, es claro, después de la publicación de semejante “procedimiento”, esa posición debe cambiar radicalmente. En efecto, MCM indicó que “confía plenamente en Gerardo Blyde” (ver @polianalítica, en  https://twitter.com/polianalitica/status/1720453928536420801), pero ya ese primer paso dado de la mesa luego del 22 de octubre, demuestra que en política no se puede confiar en nadie.

La primera pregunta que debemos hacernos es si se puede resolver a derecho en el TSJ del régimen el caso de las inhabilitaciones ilegales del régimen, a todas luces de carácter político. ¿Es aceptable esa salida para Noruega, quien es “garante” de esa negociación? Noruega no está allí para hacerse parte del conflicto interno de los venezolanos sino como mediador. Pero, si es así, ¿por qué es ella quien publica el procedimiento y no las partes en conflicto? ¿Resulta un ensayo para ver cuál es la reacción del cuerpo político venezolano a esa “negociación”?

Cualquiera que sea la respuesta, la existencia misma de esa mesa de negociación se debe a que en Venezuela NO EXISTE un Estado de Derecho y menos aún un sistema de libertades y judicial digno, justo y transparente para los venezolanos, y que tiene un régimen que mantiene presos políticos y toda clase de desmanes en contra de la población, y que desea permanecer en el poder a toda costa, sin contarse electoralmente  de una manera debida. De no ser así, ¿por qué tendríamos que buscar una mesa de negociación internacional con mediadores, en primer lugar? ¿Cómo es que la propuesta de una negociación para resolver las inhabilitaciones puede ser concurrir a la “justicia” venezolana, y peor aún que la parte opositora lo acepte? ¿O será que todos nos volvimos locos en Venezuela?

El régimen de Nicolás Maduro debe levantar las inhabilitaciones políticas, no solo porque son ilegales, sino porque es la única manera de salir de la crisis política que ellos mismos han causado. Y si es que existe todavía alguien sensato en este régimen de criminales, debe sugerirle a quien detenta el poder en Venezuela que se cuente para que la Comunidad Internacional pueda reconocerlos, si es que de verdad tienen los votos para eso. Y eso no es una ingenuidad. Hasta los dictadores del pasado venezolano decidieron irse cuando supieron de cierto que el pueblo los despreciaba.

Pero al insistir quedarse no hacen más que taparle la única salida al vapor a una olla de presión, que más temprano que tarde reventará, siendo ellos sus primeras víctimas. La creencia estúpida de una oposición moribunda que pretende con una venganza póstuma que resolverá su posterior surgimiento, negociando con el régimen aun después de muertos, no resolverá la decisión irreductible de un pueblo que les dio un golpe mortal el 22 de octubre. No fue MCM, fue un pueblo que no los quiere ver más decidiendo por ellos su futuro. Pero no se vengan de MCM, sino de nosotros que ya no confiamos más en ellos.

El régimen de Nicolás Maduro Moros no tiene legitimidad alguna, por lo que la Comunidad Internacional, que le puso límites a su actuación a través de sus sanciones, debe rechazar por írrito ese procedimiento cocinado entre quienes no nos representan y un régimen ilegítimo, como lo debemos rechazar todos los venezolanos. Hasta que no exista un acuerdo firmado con la oposición verdadera electa el 22 de octubre, no se puede considerar zanjado un acuerdo para las inhabilitaciones políticas del régimen. O se cuenta o se cuenta con la oposición legítima, en unas elecciones justas, libres y verificables. Lo demás solo representa una venganza póstuma de quienes se niegan a morir dignamente.

Caracas, 2 de Diciembre de 2023

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