Por Luis Manuel Aguana
Algunos seguidores me preguntan:
¿y te olvidaste de la Consulta Popular que ahora te has enfocado en el Gobierno
de Emergencia Nacional? Todo lo contrario. Cuando uno se plantea caminos muy
largos y enfrenta obstáculos del tamaño del que nos enfrentamos, debemos hacer
un alto en el camino y buscar un sitio desde donde se pueda ver kilómetros
adelante. Algo así nos pasa con este nuevo enfoque. Nos subimos al tope de un
árbol muy alto y nos dimos cuenta viendo más lejos que teníamos que rodear un
gran obstáculo para poder continuar nuestro camino más adelante.
Eso no significa que abandonamos
nuestra ruta original, sino que hicimos un desvío, que al final de cuenta nos
llevará más rápido adonde queremos llegar. Y este “detour” o rodeo se llama
Gobierno de Emergencia Nacional.
Y se preguntarán ahora ¿y cuáles
fueron los obstáculos? Bien, el asunto es y no es fácil de explicar. Es fácil
porque se puede entender que todavía la gente no compra el argumento de una
nueva Consulta Popular luego de la traición de los políticos al mandato claro
de la Consulta Popular del 16J-2017, aun cuando lo hemos intentado explicar
(ver Dos Consultas y una fotografía en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/dos-consultas-y-una-fotografia.html).
Es difícil porque pareciera que estamos abandonando nuestros principios según
los cuales un Gobierno debe nacer de la voluntad popular de un pueblo y no de
una decisión judicial. Y decimos “pareciera” porque no hemos abandonado ese
principio fundamental sobre el que se construye el piso de legitimidad política
necesario para cualquier gobernante.
Sin embargo las cosas en Venezuela
no se están dando en la secuencia lógica que quisiéramos por más que lo
presionemos. Debemos flexibilizar caminos pero no abandonar principios. Si no
tenemos de manera inmediata un proceso Constituyente que valide popularmente a
un Gobierno de Emergencia Nacional, debemos entonces lograr esa validación de
otra forma. Y si no tenemos un proceso Constituyente que designe de una manera
legítima un Gobierno de Emergencia Nacional, entonces debemos conseguir la
aparición de ese gobierno por otras vías igualmente legítimas y
constitucionales para continuar nuestro camino.
Paradójicamente es el mismo pueblo
venezolano el principal obstáculo para llegar a la convocatoria Constituyente.
No es la primera vez en la historia que alguien es el responsable de evitar su
propia cura. ¿Y por qué? Porque se ha llegado a un punto debido a la ineptitud y
las acciones criminales de este régimen, en el que ya no se le puede pedir
humanamente al pueblo venezolano que espere un minuto más. Debemos hacer lo que
sea necesario dentro de la Constitución para lograr un cambio inmediato de la
situación. Maduro y su sistema cubano deben irse a la brevedad posible.
Pero la oposición política
venezolana reunida en la Asamblea Nacional, en una mezcla de colaboracionismo,
torpeza política, incapacidad,
indolencia, corrupción y quien sabe cuántas cosas más, negaron la posibilidad
de designar como era su deber constitucional, a un Gobierno de Transición y
Unidad Nacional solicitado por el TSJ legítimo en atención al juicio por
corrupción seguido a Maduro. Este proceder criminal esta alargando el
sufrimiento injusto del pueblo venezolano al favor de la búsqueda de una
solución inmediata al problema de la ocupación ilegal del poder en Venezuela. Pero
le abrió el camino jurídico a la instalación de un Gobierno de Emergencia
Nacional.
Ahora mismo están reunidos los principales de
esa supuesta oposición buscando la manera de lograr unas elecciones que solo se
encuentran en su imaginación, intentando de nuevo embaucar a los venezolanos en
otras propuestas suicidas, en lugar de estar buscándole salidas a la extinción
que les tiene planeada el régimen en su siguiente paso de destrucción
institucional. La infinita estupidez humana, Einstein dixit.
Pues bien, el TSJ legítimo ha tomado su
trabajo en serio. Ha dado entrada formal a nuestra solicitud asignando el Nro.
SC-2018-012 al expediente correspondiente, asumiendo la ponencia la
Presidencia de la Sala Constitucional del Alto Tribunal, y disponiéndose a
comenzar el proceso para decidir conforme a derecho la solicitud para la
conformación de un Gobierno de Emergencia Nacional.
Desconocemos cual será el mecanismo que
utilicen los Magistrados legítimos para designar a ese gobierno igualmente
legítimo. Pero lo que no me cabe duda es
que quienes sean designados tendrán toda la atención de los venezolanos, y
hacia allá deberán dirigirse todas las esperanzas para tomar el liderazgo y
asumir las decisiones para salir de estos delincuentes. No más MUD, no más políticos viajando a los Estados
Unidos para pedir financiamiento con la excusa salir de la dictadura, que
terminan en sus bolsillos y aspiraciones candidaturales. Tengo la esperanza que
el TSJ legítimo escoja gente honorable que nos conduzca realmente por un camino
correcto, liberados de presiones y aspiraciones políticas subalternas.
Una vez designado ese Gobierno de Emergencia
Nacional, solicitaremos su atención para llevar a cabo de manera inmediata una
Consulta Popular, dentro y fuera de Venezuela, que inmediatamente no solo le de
piso político y apoyo popular a la designación legítima de ese Alto Tribunal, sino
para que tome las decisiones que estime convenientes para el regreso a nuestro
país al Estado de Derecho, la libertad y la Democracia, con miras a la
refundación de Venezuela.
Es fácil imaginar que los primeros que estarán en contra de esta
designación son aquellos que nunca han jugado al favor de los intereses del
pueblo venezolano y que incluso se aliarán con el régimen para desconocerla,
como ya lo hicieron abierta y encubiertamente el 20M. Eso los descubrirá ante todo el mundo. Pero
no les corresponde a ellos esa decisión sino al soberano pueblo de Venezuela, y
de allí la necesidad de una Consulta Popular de la mano del mismo pueblo que se
contó a sí mismo el 16J-2017. Es por ese lado que llegaremos a la Consulta
Popular.
Caracas,
7 de Junio de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana