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lunes, 25 de agosto de 2014

Del Comunismo a la Democracia Vía Constituyente


Por Luis Manuel Aguana

Una de las cosas más difíciles de explicar dentro del desarrollo que hacemos del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), es que esta propuesta es realmente un borrador de trabajo. No es un dogma que se está tratando de imponer. De hecho, ese es el papel a discutir que requiere para su materialización de una Constituyente. Lamentablemente eso, que es lo principal, no es lo que se ha discutido sino la carpintería necesaria para cambiar la Constitución, que es el proceso Constituyente.

Se puede estar en desacuerdo con nuestra propuesta de cambiar el esquema de distribución del poder en el sistema político venezolano, pero nadie puede negar que esa es una discusión que hay que dar. Y que el mejor escenario para realizarlo es una Asamblea Nacional Constituyente, porque es allí en donde la sociedad venezolana se encontraría en la persona de sus legítimos representantes-los Constituyentes-, y podríamos todos, basados en unas reglas justas, llegar a los acuerdos necesarios para realizar esos cambios en paz. Nosotros llevamos una propuesta basada en un esquema conceptual que prioriza la relación del ciudadano sobre sus gobernantes, y cuya principal razón de ser es la búsqueda de una solución estructural a los problemas del país.

Ahora bien, se ha contrapuesto el argumento a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente a que primero debemos resolver el grave problema de soberanía y la invasión castro-comunista que se desarrolla en Venezuela. Ese argumento ha confundido a la opinión pública, dando origen a un rechazo a la convocatoria constituyente basado en que nosotros no tenemos en cuenta esa situación, cuando en realidad es todo lo contrario.

Lo primero que debemos entender es que aquí hay dos problemas completamente diferenciados que lamentablemente se han mezclado en esta discusión. El primero de ellos es el agotamiento de una forma de Estado que hacía aguas en 1998 y que se enmascaró y congeló con la llegada de Hugo Chávez al poder. Esto es, los partidos y su forma de gobierno hicieron crisis y por ello salió un “salvador” de la nada en 1992 y que se eligió Presidente en 1998. Y lo segundo es que esa crisis estructural del modelo, que aún no se corrige, devino en comunismo.

Los gobernantes de ese entonces SABIAN que el sistema debía ser corregido, debían hacer realidad los postulados de la descentralización prometidos desde la promulgación de la Constitución de 1961, y no lo hicieron. Debían soltar las libertades económicas y no lo hicieron. Las recomendaciones de la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE) fueron engavetadas e ignoradas. Difícilmente un país sin correcciones estructurales saldría de la “crónica de una muerte anunciada”.

Mucha de aquella “claque” política responsable de esa debacle de los partidos –ladrones y oportunistas políticos de oficio-, se constituyeron en apoyadores de lo que hoy es el proyecto revolucionario rojo-rojito. No vinieron del espacio exterior, son ex adecos, ex copeyanos, ex masistas, ex cualquier-partido que no iban a tener nunca la oportunidad de ponerle la mano a las arcas públicas si continuaba el maridaje adeco-copeyano. Pero la corrección estructural del sistema político continuaba sin realizarse. Y todavía continúa sin realizarse.

El gobierno de un Comandante alocado que decía al comienzo que no era comunista, devino en uno. Las fuerzas internacionales que luchaban desde hacía décadas por ponerle las manos a la joya de la corona latinoamericana encontraron el caldo de cultivo perfecto para inocular el veneno. Una clase gobernante corrupta, mucha plata para repartir y un gobierno que se iniciaba sin saber cómo se gobernaba un país, fue la tormenta perfecta para que se iniciara nuestra pérdida de soberanía. El resto fue de bajada. Pero lo importante aquí es que se profundizaron las imperfecciones del modelo centralizador del Estado con la aprobación de la nueva Constitución. Esto trajo consecuencias catastróficas para los venezolanos. La economía y la subsecuente calidad de vida descendieron aún más allá de los niveles de 1998, año en que los venezolanos apostaron por un cambio que en realidad fue un engaño comunista de la mano de un traidor.

Al decir de Allan R. Brewer Carías: “La nueva Constitución de 1999, por otra parte, carecía de las previsiones necesarias para que el país pudiera asumir los cambios democráticos que eran necesarios, particularmente a través de la efectiva descentralización política de la Federación y el reforzamiento de los poderes de los Estados y Municipios. La Constitución de 1999 en realidad, continuó con los mismos principios centralizadores que tenía la Constitución precedente, en algunos casos centralizando aún más ciertos aspectos.” (Recomiendo ampliamente la lectura de Federación Centralizada en Venezuela: Una contradicción Constitucional – Allan R. Brewer-Carías https://drive.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDN1htM1BhaktXb2M/edit?usp=sharing).

Los venezolanos no podemos cometer el error de conservar la Constitución de 1999. Las razones podrán encontrarlas en el documento de Brewer-Carías. Pero más allá de adentrarnos al estudio del daño y el retroceso constitucional que significó la aprobación de la Constitución de 1999 para los Estados y Municipios de Venezuela, explicación que le dejamos al documento de uno de los constitucionalistas más renombrados del país, debemos entender que cualquier solución que le encontremos al problema de Estado y Soberanía que tiene Venezuela, pasa por resolver el problema de fondo por el cual apareció Chávez en la escena política, evitando confundir esto con el problema cubano.

Un proceso constituyente nos pondría en la vía de una solución integral. Por un lado, independientemente de lo que se termine discutiendo en esa Asamblea, donde la propuesta del Proyecto País Venezuela Reconciliada es la única en el escenario político actual para acometer los cambios estructurales necesarios en la próxima Constitución, ese proceso involucra la elección libre y transparente de Constituyentes de todas las tendencias, así como de eventuales nuevas propuestas, siendo ellos los que al final decidirán si Venezuela toma una senda comunista o una democrática. Preguntemos sin miedo a los venezolanos si quieren ir al “mar de la felicidad” de Cuba. Estoy completamente seguro que el régimen no desea hacerlo.

Los venezolanos exigimos votar libremente por Constituyentes de una u otra tendencia. Si no existe coacción electoral, ni máquinas corruptas, ni funcionarios del régimen alterando el proceso, Venezuela elegirá el sistema de libertades que siempre ha tenido, en un proceso inédito, redactando una Constitución realizada desde la base, de abajo hacia arriba, y no impuesta por ningún gobernante o golpista de turno como lo han sido todas las constituciones que hemos tenido. Pero eso no será gratis ni fácil, hay que pelearlo de una manera firme pero pacífica en las calles. De otra manera el régimen jamás se contará limpiamente. Nadie puede negarle al pueblo venezolano ese derecho, comenzando por los militares.

En esa primera etapa será el Soberano el que decida el modelo político-comunista o democrático-, para Venezuela, eligiendo a aquellos Constituyentes que profesen una u otra tendencia. En una segunda etapa, ya en la Asamblea, se decidirá la forma de Estado, centralista o federal para nuestro país, donde aspiramos que se corrijan todos los entuertos constitucionales cometidos, incluso aquellos que tienen mucha historia en la Venezuela contemporánea.

Nuestro Proyecto País Venezuela impulsa la forma de Estado Federal y tiene como eje principal asignarle a la provincia, constituidas por los Estados Regionales de toda Venezuela, competencias constitucionales y legislativas, amplias e integrales en materia política, judicial, electoral, tributaria, administrativa y educativa, con el fin de hacer llegar el poder a los ciudadanos y sean estos los protagonistas de su propio desarrollo, estableciendo una Constitución Federal para la República de Venezuela y Constituciones Regionales para cada Estado acordes con ese planteamiento.

Esto implicaría restablecer la Cámara del Senado en el Parlamento Nacional con la representación paritaria de los Estados para el debido equilibrio del poder legislativo. Implica la transformación del Poder Judicial mediante la creación de las Cortes de Justicia Regionales para dar mayor poder y capacidad de actuación a la justicia local. Implica generar las garantías electorales que brinden legitimidad de origen a los elegidos, como: la doble vuelta, el financiamiento de los partidos políticos y la representación proporcional de las minorías. En otras palabras, el regreso a una democracia fuerte, sana y con Estado de Derecho.

Así que una cosa es restablecer nuestra soberanía como Estado de una manera civil, pacífica y democrática exigiendo como ciudadanos contarnos de una manera transparente en un proceso Constituyente y otra muy diferente es la forma del Estado que debemos discutir en esa Asamblea, no solo para no cometer y corregir los errores que nos llevaron a este desastre mal llamado “Socialismo del Siglo XXI”, sino para reconstruir y comenzar a dar los primeros pasos para nuestro desarrollo como Nación.

Caracas, 25 de Agosto de 2014

Twitter:@laguana

lunes, 14 de julio de 2014

López, Mires y el sistema político



Por Luis Manuel Aguana

La carta enviada por Leopoldo López a Fernando Mires (ver http://prodavinci.com/2014/07/10/actualidad/carta-de-leopoldo-lopez-a-fernando-mires/) no pudo ser más clara. Por eso me extrañó que en la entrevista realizada por Deutsche Welle a Mires (ver http://www.dw.de/el-gran-error-de-leopoldo-l%C3%B3pez/a-17780463), este indicara que “él (Leopoldo) no entendió lo que yo quería señalar cuando planteaba que el problema de base venezolano no es el Gobierno, sino el sistema político. Yo nunca propuse salir a cambiar el sistema porque eso no se puede hacer a corto plazo. Como muestra, un botón: Michelle Bachelet gobierna en Chile con la Constitución dictada por el general Augusto Pinochet.". Nos preguntamos entonces a qué "sistema político" se estaba refiriendo él, en su artículo titulado "No es el gobierno, es el sistema" (ver http://prodavinci.com/2014/03/20/actualidad/no-es-el-gobierno-es-el-sistema-por-fernando-mires/).

La pregunta la contesta el propio Mires en su respuesta a Leopoldo (ver http://prodavinci.com/blogs/respuesta-de-fernando-mires-a-leopoldo-lopez/) “Yo sostuve que los manifestantes, en su mayoría, no salían a derribar al gobierno, sino a luchar en contra de un sistema de dominación.”. Más claro no canta un gallo madrugador. Entonces, ¿por qué dice Mires que Leopoldo estaba hablando de otra cosa?

Precisamente el “sistema” al que alude Leopoldo que debemos desplazar es el mismo “sistema de dominación” al que alude Mires en el artículo que no es otro que el sistema de dominación comunista. Entonces ¿cuál es el desacuerdo? Que Mires es de la idea que no podemos salir en el corto plazo del “sistema de dominación” comunista que están tratándonos de imponer “a troche y moche” los títeres de los Castro en Miraflores: “Derribar un sistema, a diferencia de derribar un gobierno, no es cosa de días sino de años”. Y de acuerdo con este planteamiento todos deberíamos hacer cola frente al partido MUD para inscribirnos allí y esperar “ganar” algún día las elecciones…

Pero lo más interesante que dice Mires es que no es necesario un cambio constitucional para cambiar ese "sistema de dominación” al que alude, dando como ejemplo el caso chileno, porque Bachelet está gobernando con la constitución de Pinochet y porque este dictador aflojó el poder con una oposición unida. Y esa es la receta que plantea, que es la misma receta de la MUD: seguir el sainete electoral.

Pero hay que ajustar mejor el lente porque es posible que eso sea así en el modelo de laboratorio del caso venezolano que tiene el profesor Mires en Alemania. Vistas las cosas desde lejos donde cualquiera podría tener la percepción que los opositores MUD deberían estar haciendo su trabajo opositor, cualquiera caería en el error que Leopoldo y María Corina estaban “dividiendo” a la oposición al plantear “La Salida”, montando un escenario de protestas cívicas a contrapelo de ese plan electoral unitario que les dio resultado a los chilenos.

Y nada más lejano a la realidad. Lo primero que debemos precisarle al profesor Mires-y que tal vez Leopoldo no pueda, deba o quiera decir en su condición de responsable de uno de esos partidos de la MUD-, es que esa unión electoralista no representa ya al pueblo opositor venezolano. Son partidos vacíos que se han alzado con una representación que no tienen y que han pactado con el régimen una supervivencia a cambio de mantener una francachela electoral que le da soporte vital, a sabiendas de una manipulación técnico-electoral fraudulenta. Sugerimos al profesor Mires estudiar a fondo el video de Eric Ekvall, “Elecciones Presidenciales en Venezuela 2012” (http://youtu.be/nSa0kgHgcjs), así como revisar toda la documentación del fraude electoral venezolano desde el año 2004, publicado por ESDATA (http://esdata.info/papers/ ) y la Evaluación de los Resultados electorales presentados por el CNE en la elección Presidencial del 2012 (estudio Febres-Marquez http://esdata.info/pdf/EP_2012_Febres-Marquez.pdf), para que le ponga una lupa a la realidad “opositora” venezolana.

Entonces, lo que ha hecho Leopoldo no ha sido otra cosa que interpretar cabalmente el sentimiento de todos los venezolanos de que no es posible seguirle dando oxigeno a esa falacia so pena de enterrar lo poco que queda de la democracia venezolana. Entonces no es que “La Salida” dividió a la oposición sino que le dio el verdadero sentido al pueblo opositor; y que hasta que ese pueblo en su conjunto no se cale más a esa pretendida oposición de Vichy, habrá la percepción equivocada de dos supuestas “oposiciones”, cuando la verdad es que hay una sola y está en las calles. La otra está negociando con el régimen y no puede ser catalogada como tal.

Es por eso que ante la violación y asesinato de los hijos de una mujer llamada Venezuela por un régimen delincuente, los voceros de esa oposición de Vichy digan que la culpa no es del violador sino de la mujer que no se debió vestir de falda corta, poniendo preso a quienes se indignen manifestando lo contrario. El mundo al revés, pues.

El profesor Mires esgrime en su carta a Leopoldo lo mismo que la MUD: “elecciones tras elecciones la votación opositora ha ido ascendiendo”. Es claro que no puede ser de otra manera por las mismas razones de una manipulación electoral perversa. ¿Cómo se puede decir que todas las instituciones están contaminadas por un régimen como el que indica Mires y dejar afuera la institución electoral? ¿Cómo es posible decir que “Venezuela se puede llenar de muchos sandiegos y de muchos sancristóbales” si son los castro-comunistas los que cuentan los votos? Lo que ocurrió allí, como lo indique en su oportunidad (ver Los verdaderos ganadores del 25M en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/los-verdaderos-ganadores-del-25m.html) lo decidió el régimen.

Concuerdo con el profesor Mires que con solo UNA oposición unificada podremos estar encaminados a salir de esta tragedia. Y eso es lo que pasará primero. Pero antes deberemos concordar todos que estamos en UNA DICTADURA y que los medios que se utilizan para salir de una son diferentes de aquellos que se usan para cambiar gobiernos en una democracia. Y paradójicamente los UNICOS en Venezuela que dicen que NO estamos en una dictadura son los principales voceros de los partidos a los que el profesor Mires llama oposición. Y eso me lleva directamente al tema Constituyente.

El derrumbe del sistema de partidos en 1998 dio paso a que el pueblo venezolano le diera la confianza a un golpista que ofreció una salida constituyente con la intención escondida de llevarnos al comunismo. Pero los responsables de ese derrumbe aun siguen vivitos y coleando, negocian con el régimen  y pretenden seguir en el juego político habiendo sido los creadores de Chávez pasando como opositores. Ya había explicado en ocasión de otra infeliz expresión del profesor Mires, en “Venezuela no habrá salida sin la MUD” (ver La MUD o el gobierno por otras vías http://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/la-mud-o-el-gobierno-por-otras-vias.html) el origen y las pretensiones de quienes detentan la franquicia de la oposición en Venezuela. En efecto no saldremos de esto hasta que no exista una unidad, pero de criterios en relación a quien es y quien no es oposición.

Entonces, si los venezolanos no contamos con verdaderos opositores porque los franquiciantes están abrazados con el régimen y los únicos que hay están presos como Leopoldo, ni tenemos la esperanza de un pronunciamiento militar que nos devuelva la soberanía y haga respetar la constitución, la única vía que le queda al pueblo soberano es la vía constitucional. El que realmente no entendió la carta de Leopoldo fue el profesor Mires. Someter a la consideración del pueblo depositario del Poder Constituyente Originario, si con su firma avala no solo cambiar este “sistema de dominación” y ser gobernado en democracia, sino hacerlo con sus propias reglas.

Es posible que como indica el profesor Mires en su carta eso no sea “cosa de días sino de años”. Puede ser, pero dependerá de muchos factores y solo el tiempo lo pone Dios. Pero mas allá de salir de ese “sistema de dominación” es darnos un nuevo sistema político y constitucional que impida que esta tragedia nos vuelva a pasar en el futuro, con viejos o nuevos actores, reconstruyendo sobre otras bases al país en paz y reconciliados. Y si “en la historia moderna no hay ningún caso en el que un régimen haya sido cambiado por una Asamblea Constituyente” como dice el profesor, tampoco nadie antes de Simón Bolívar había liberado 5 naciones. Eso hizo para el asombro del planeta el bravo pueblo de Venezuela. En todo caso, como en la vida, siempre hay una primera vez…

Caracas, 14 de Julio de 2014

Twitter:@laguana

miércoles, 18 de junio de 2014

Sabores constituyentes



Por Luis Manuel Aguana

Son interesantes las reacciones del común de las personas en relación a la propuesta de realizar una Constituyente. Todas invariablemente se refieren a la Constituyente de 1999 y el mal sabor que dejó en el país, relacionándola con la propuesta electoral de 1998 del difunto presidente y que nos llevó a cambiar la Constitución de 1961. No hay nada más difícil que intentar venderle un bejuco a quien lo ha picado una culebra…

Pero para eso es la democracia, para convencer. Y tengo la impresión-por no decir la certeza- que quienes deben ser convencidos, no conocen el fondo de lo que se está proponiendo, entre otras cosas porque aquellos que adversan la propuesta montan sobre ella precisamente las amenazas que dieron como resultado este desastre que se llama Socialismo del Siglo XXI, sin explicar cómo se dio ese desastre.

Hemos insistido que la única salida que tenemos los ciudadanos es echar mano de la Constitución y hacer pleno uso de ella para combatir el Plan de la Patria comunista, que está avanzando sin pausa. Que nuestra salida es constitucional. Sin embargo, aun habiendo explicado que eso es así, muchos lo que han entendido es que debemos usar la Constitución para “salir del gobierno” cuando el fondo del problema es salir del sistema que nos ha llevado a este gobierno, que es otra cosa muy diferente. Parece un juego de palabras pero no lo es.

Han surgido entonces diversas maneras de entender el para qué hacer una Constituyente, por lo que he indicado que cada cual tiene una versión distinta de esa constituyente, es decir “sabores constituyentes” diferentes, al plantearse varias maneras de enfocar este problema por la vía constitucional. Y esto viene desde el año pasado cuando un grupo de venezolanos encabezados por Leopoldo Lopez y María Corina Machado asomaron por primera vez la posibilidad de realizar una Constituyente para “salir” del régimen.

Esta manera de enfocar el problema es válida también. En la Constitución existen tres maneras de abordar la salida del Presidente: la renuncia del Presidente de la Republica (Art. 233), el Referéndum Revocatorio del Presidente (Art. 72) y la Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (Art. 348). Las dos primeras van dirigidas a la figura del funcionario que ejerce la Primera Magistratura, y la tercera va mucho más allá, al cambio de todos los Poderes del Estado, incluido el Presidente, además de abordar el cambio de la Constitución.

Como se verá, la diferencia entre las dos primeras figuras constitucionales con la tercera es abismal, así como toda la discusión procedimental para llegar a ellas. Sin embargo, visto así, si lo que deseamos es que el Presidente de la República se vaya, con apelar a las primeras dos figuras bastaría. Pero como sabemos, cualquier muñeco de ventrílocuo puede ejercer la Primera Magistratura de Venezuela en las circunstancias actuales de un país invadido por un país comunista, con lo cual no hace mucho sentido sacarlo usando esas figuras porque dadas las ventajas electorales del régimen, inmediatamente tendríamos otro con renovadas energías

Entonces el problema no es de si el Presidente debe irse. Lo que está planteado es que el sistema completo debe irse. Es decir el rescate de la soberanía y el Estado de Derecho por parte de los ciudadanos. La discusión del uso de la Constitución para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente pasa por esa consecuencia, el rescate de la soberanía, además de la destitución de todos los Poderes Públicos y la entrada en vigencia de un período de transición. Pero no es la única, hay más.

El planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente tiene como objetivo hacer una nueva Constitución, un nuevo Pacto entre los venezolanos. Y eso no se puede imponer de una parte del país a otra y menos en medio de un país polarizado como este. La Asamblea Nacional Constituyente debe ser un vehículo de reencuentro y reconciliación entre los venezolanos para discutir entre todos el país en el que deseamos vivir, reconstruyéndolo sin injerencias extranjeras ni ideológicas de ninguna naturaleza.

Es por eso que el “sabor” que estamos proponiendo para esa Constituyente desde el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (ver  http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) difiere en su origen, estructura, concepto y esencia al planteado públicamente de usar esa figura establecida en la Constitución de 1999 para “sacar” al Presidente de la Republica. Ese es otro “sabor” muy diferente y hasta amargo. Es por eso que lo primero que me toca explicar cuando alguien me indica que una constituyente es una “locura o chifladura” que fue lo último que leí, es que lo que debemos hacer de entrada es discutir el país en el que deseamos vivir para luego ver si el modelo en el que concluyamos se ajusta al que tenemos expresado en la Constitución de 1999. Y hasta ahora en ninguna oportunidad me he encontrado que se ajuste.

El Manifiesto publicado el domingo 15 de Junio en los dos principales diarios del país (ver  http://www.ventevenezuela.org/manifiesto-si-hay-una-salida-a-la-crisis/) expresa una ruta para “reemplazar al régimen lo antes posible por las vías constitucionales”. Pero debemos dar la discusión en relación al como se hace eso. Acompañé con mi firma el Manifiesto porque convoca a los factores que no hemos comulgado en el cómo se ha enfrentado hasta ahora desde la oposición el problema del país, en un gran Congreso opositor que una a todo el mundo para discutir eso. Lo peor que podemos hacer es que el país avance hacia su destrucción ante los ojos de todos, sin siquiera ponernos de acuerdo, aquellos que deseamos detener esa destrucción.

Estamos dispuestos, al menos este escribidor, a debatir si existe o no una mejor proposición al “sabor constituyente” que hemos planteado, pero de una manera honesta, sin agendas ocultas ni personalismos. Esgrimir el lugar común “tenemos que ser gobierno primero porque así es que se han hecho siempre las Constituciones en Venezuela” es insostenible en las actuales circunstancias porque se fundamenta en una situación política y militar que dista mucho de ser la de 1958-incluso la del 2002-, sin entrar en el detalle que nos encontramos invadidos por otro país.

Concretar ese Manifiesto puede ser una buena oportunidad para descubrir si lo que se desea es impulsar el proyecto político de alguien o si vamos a tomar en serio por primera vez, después de muchos años de diferencias opositoras, el buscarle soluciones al problema de supervivencia de la democracia en Venezuela.

 Caracas, 18 de Junio de 2014

Twitter:@laguana