Por Luis Manuel Aguana
Una cosa es
elecciones con el régimen de Nicolás Maduro Moros en el poder y otra muy
diferente es con un Gobierno de Transición mandando en Miraflores que organice
unas elecciones libres luego de una reingeniería absolutamente necesaria del
Poder Electoral. Si eso lo comprende hasta el último de los venezolanos, ¿por
qué entonces quienes nos representan como oposición oficial no lo hacen? Esta
reflexión la hago en ocasión de las palabras del ex Presidente del Gobierno
español, Felipe González, durante el XII Foro Atlántico “Iberoamérica de cara
al futuro”, que le recuerdan a la dirigencia política opositora oficial algo
que hemos repetido en Venezuela desde la sociedad civil hasta el cansancio: con
delincuentes no se negocia.
Mucha vergüenza
debería darle a esta dirigencia, que sea Felipe González una aquilatada voz de
experiencia política iberoamericana, diga cosas como estas: “Si algo está claro es que allí no va a
haber elecciones democráticas si la transición la dirige Maduro” (ver “La
Asamblea Nacional “Prostituyente” de Maduro no debería tener ningún tipo de
legitimidad”, en https://www.libertaddigital.com/internacional/latinoamerica/2019-06-24/felipe-gonzalez-mario-vargas-llosa-xii-foro-atlantico-iberoamerica-de-cara-al-futuro-maduro-venezuela-1276640822/).
Pero, ¡por favor! ¿Es que tendría que haberlo dicho Felipe González para que
esta gente entienda que NO SE PUEDE HACER NINGUNA ELECCIÓN MAS EN VENEZUELA CON
EL REGIMEN MANDANDO EN MIRAFLORES? Que han repetido infinidad de veces que
ellos no perderían ninguna elección? Pues bien, se los dijo Felipe González,
para la dolorosa pena ajena de los venezolanos.
Pero para asombro
de todos, así se los dijera el mismísimo Libertador si pudiera regresar de su
sepulcro al cual todavía no ha podido bajar tranquilo porque aun no se ha
consolidado la Unión, seguirán por la ruta para ellos inmodificable de pactar
elecciones con el régimen. Lo que no alcanzan a entender González ni el mundo,
es que tal barbaridad solo es posible si consideras a quienes negocian no como
una verdadera oposición al régimen, sino como una extensión de él. Lo que pone
al problema en una dimensión completamente diferente.
En una nota
anterior indicábamos que vistos los descubrimientos del 23F y del 30A, la
oposición oficial nunca estuvo dispuesta a sacar a Maduro sino negociar con su
régimen, por lo que era necesario concluir que el mantra que nos vendieron
desde el principio no tuvo nunca validez alguna, y lo que privó siempre fue un
acuerdo negociado por elecciones con el régimen, que es lo que históricamente
desearon los partidos del G4 desde que se instaló la Asamblea Nacional el 5 de
Enero de 2016 (ver La muerte de un mantra, en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/06/la-muerte-de-un-mantra.html).
Si se parte de ese
hecho que considero fundamental para este análisis, mal podríamos esperar que
vayan a rectificar esa ruta por más que personajes de la talla de Felipe
González les enmienden la plana. De allí que digamos que el problema es mucho
más grave de lo que los venezolanos piensan, que son “errores” que deben ser
corregidos porque este problema tiene más de estructural que de coyuntural.
Entender las
razones por las cuales la oposición oficial insiste en ese camino suicida para
Venezuela como país, para este momento lo considero irrelevante. Puede ser por
una mezcla de afinidades ideológicas –son socialistas todos en mayor o menor
radicalidad-, corrupción conjunta, cuidar el botín de lo que ambos se han
robado en 20 años de desmantelamiento del país, o por la imposición de la
cubazuela de los Castro con la ayuda de sus aliados internacionales, o una
mezcla de todo ese minestrone tóxico. El resultado es el mismo: el régimen se
queda, mutando en el cuero por la vía electoral usando la ruleta cargada del
CNE. Pueden cambiar a Maduro y poner otro, o incluso alguien “conveniente” como
sus candidatos tanto de la oposición oficial como del régimen que mantenga vivo
el “status quo”. Todo eso puede ser parte de un plan que nos están preparando y
que todavía no dan a conocer.
El problema mis
queridos amigos, es que Venezuela se quedó sin dolientes. Que nos traicionaron
quienes dijeron que nos defenderían y que en este momento limbo en que nada
está sucediendo, como no sea el agravamiento de las condiciones de vida de los
venezolanos, lo que se está preparando en Noruega y Suecia es el brebaje que
nos intentarán vender, para convencernos de que “ahora sí”, que el régimen se
irá y habrá “cese de la usurpación” porque hicieron un cambio cosmético de Rectores
en el CNE y el régimen “soltará” algunos presos políticos, aún sabiendo que en
Venezuela existe la famosa puerta giratoria en las mazmorras del régimen, donde
salen unos y entran otros. Confían en que los venezolanos estamos hastiados de
la situación y que compraremos cualquier “solución” porque no hay otra cosa que
hacer. Y eso no es verdad.
¿Y porque no es
verdad? Porque esa solución no es sustentable en el tiempo por el simple hecho
que la libertad no se encuentra en ninguna ecuación donde esté incluido un
régimen como el de Nicolás Maduro Moros y sus asociados. Que el Estado de
Derecho y el restablecimiento de la vigencia constitucional contemplada en el Artículo
333 no se ven por ningún lado, así como el desmantelamiento de la
inconstitucional Asamblea Constituyente de Maduro. ¿Qué nos están ofreciendo
entonces? Otro engaño disfrazado de elecciones. Y no solamente un engaño a los
venezolanos, es a toda la Comunidad Internacional.
¿Quiénes entonces
son los dolientes del país? Solo quedó la Sociedad Civil que de una u otra forma
ha demostrado en los hechos y con sangre, su verdadero deseo de acabar con esta
pesadilla, no desde ahora sino desde los tiempos de la masacre de la Av. Baralt
en el 2002. Esto es, todos los que todavía vivimos en este país –y que no nos
iremos- y aquellos que por una u otra causa lo han abandonado, y aún permanecen
dispuestos a recuperarlo. De allí deberá salir la nueva dirigencia política que
sustituya a quienes oficialmente se les entregó la responsabilidad de
representarnos y que ahora negocian con Nicolás Maduro Moros. Me pregunto si los
diputados que armaron el tinglado de Noruega creerán que sus electores les
dieron el mandato el 6D-2015 para eso.
En este sentido la
sociedad civil en sus diferentes manifestaciones deberá prepararse para asumir
responsabilidades que nunca pensaron el 6D-2015 y participar en una renovación
completa de los cuadros políticos del país, ya bien sea si la solución de esta
pesadilla se encuentra a la vuelta de la esquina o no. Ya no es una cuestión de
pensar que otro resolverá por usted. Las propuestas y las alternativas deben y
tienen que salir de los ciudadanos.
Y no es que
estemos hablando aquí de “anti política”. Todo lo contrario. Tan hacen falta
los políticos y la política seria, que estamos sufriendo esta tragedia por su
carencia en este momento crítico de la vida del país. La descomposición ética,
moral y política llegó desde hace rato hasta esa clase y ya se hace urgente e
indispensable una nueva dirigencia surgida de las entrañas mismas de Venezuela
en todos los órdenes, sin importar la edad o género. Solo así, dejaremos de
pasar el bochorno de escuchar de verdaderos políticos en el exterior lo que
cualquier político principiante en Venezuela debería saber.
Caracas, 25 de Junio de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana