miércoles, 2 de octubre de 2019

Última parada, el ejercicio directo de la Soberanía

Por Luis Manuel Aguana

En el más enredado lenguaje, ni siquiera digno de Cantinflas quien si demostró una perfecta armonía con el pueblo que magistralmente interpretó en el cine, los Diputados Asamblea Nacional abandonaron oficialmente el mantra "Cese de la Usurpación-Gobierno de Transición-Elecciones Libres" (ver Acuerdo en https://twitter.com/AsambleaVE/status/1179138987086286848?s=08). El nuevo Acuerdo anunciado ayer con los votos del régimen confirma lo que se gritaba por las redes sociales: los Diputados amputaron los dos primeros pasos de la secuencia acordada en la Ley del Estatuto que rige la Transición, del 5 de Febrero de 2019, yendo directamente a unas elecciones con el régimen de Nicolás Maduro Moros.

Con esa nueva “Ruta Política Integral” o “Acuerdo para la ruta política integral planteada al país que permita elecciones libres y transparentes como salida a la crisis que viven los venezolanos y la reinstitucionalización del país”, nombre eufemístico utilizado para meternos al régimen sin decirlo, los ciudadanos diputados hicieron dos cosas adicionales además de traicionar a los venezolanos: a) Vaciaron el acuerdo no firmado de Oslo-Barbados en un Acuerdo de la Asamblea Nacional con la intención de congraciarse con el régimen y a la vez salvarle el cuello a los delincuentes que nos desgobiernan; y b) Intentaron vanamente engañar a la Comunidad Internacional indicando que eso sacará a Venezuela de la crisis y permitirá la “reinstitucionalización” del país.

No me detendré en los detalles del Acuerdo ya que por todos lados invoca una sola palabra: COHABITACION, con un desagradable hedor a traición. Traición a los venezolanos que el 23 de Enero de 2019 de buena fe creyeron que Juan Guaidó y los partidos del G4 estaban consustanciados con la libertad de Venezuela.

¿Será que no hay quien les diga a los Diputados que firmaron ese adefesio que unas elecciones con el régimen en el poder no resolverá la crisis de Venezuela? Pero eso lo saben. Y aún así prefieren abrazarse con el régimen que deslindarse de él. Aquellos diputados que de buena o mala fe creen que arrodillarse para que el régimen les perdone la vida, o peor aún, que sobrevivirán al tsunami que vendrá después de que caiga esta mole de excremento que se llama el régimen de Nicolás Maduro Moros, deberán recordar la célebre frase de Sir Winston Churchill: “El que se humilla para evitar la guerra, se queda con la humillación y con la guerra”.

El régimen se dio incluso el lujo de chantajear a los partidos amenazando con reconocer para unas supuestas nuevas elecciones solamente a los partidos que ya habían hecho comparsa con Maduro en las elecciones fraudulentas del 20 de Mayo de 2018. Y aunque hayan actuado por chantaje, el resultado es el mismo: entregaron las banderas opositoras teniendo a la mayoría del país a su favor y la casi totalidad del respaldo de la Comunidad Internacional. En otras palabras cambiaron a su mamá por un par de chancletas.

Y lo peor (o lo mejor) de este acto de la oposición oficial, no es que nos hayan traicionado a los venezolanos en un intento de salvar al régimen a través de unas elecciones que nadie reconocerá, sino que lo han hecho en vano, y que finalmente le permitirá a los venezolanos salir de la podredumbre del régimen y de su oposición oficial al mismo tiempo. ¿Y porque lo digo? Porque la mafia que controla a Venezuela tiene sus días contados.

No ha dejado de extrañarme la impresionante piratería de los estrategas –si es que existen- de la oposición oficial. No sabía si lo malo de esa conducción política se debía a la corrupción, la ingenuidad, la inexperiencia, el desconocimiento, de la falta de agallas –por no decir la expresión que corresponde- de sus dirigentes. El vector resultante siempre terminaba apuntando en dirección y fuerza, en el sentido de apuntalar al régimen. Los desastres de febrero en la frontera colombiana, y de abril en el Distribuidor de Altamira (por no decir expresamente en La Carlota porque da la percepción equivocada de que habían logrado un alzamiento en esa base militar), siempre me dieron la sensación que nunca trabajaron para liberar a Venezuela. Lo de ayer en la Asamblea Nacional me confirmó esa percepción.

La conducción política de la oposición oficial jamás se percató que este problema que tenemos escapa de largo de las manos de los venezolanos. Que tendrían que ser demasiado estúpidos para no pensar que alguien con poder afuera se encargaría del problema venezolano por encima de ellos, así se revolcaran con el régimen y su corrupción para permitirles seguir jugando con la miseria de los venezolanos, y creando un problema regional de la magnitud del que ahora pesa sobre nuestras espaldas.

En un informe muy bien articulado y mejor documentado del periodista Casto Ocando, que ha pasado inadvertido para esos “estrategas opositores” –si es que los hay-, titulado “La Guerra silenciosa de los Estados Unidos y la “Paciencia Estratégica”” (ver Primer Informe, en https://primerinforme.com/index.php/2019/07/07/cuaderno-de-notas-la-guerra-silenciosa-de-estados-unidos-detras-la-paciencia-estrategica/) se describe con lujo de detalles la mayor cacería financiera y criminal llevada a cabo en contra de la mafia que desgobierna a los venezolanos con el fin de extirparla sin soltar un tiro. Como bien dice el informe de Ocando: Dicho de otro modo: una cacería internacional en combinación con gobiernos de tres continentes, vigilando entradas y salidas por avión o embarcaciones, visitando propiedades y realizando allanamientos con autorizaciones judiciales tan válidas en Miami como en Santo Domingo, Madrid o Zurich, Suiza. O Dubai y Sudáfrica, por no hablar de toda Latinoamérica. “Se trata de una guerra global en todos los frentes pero sin balas ni misiles”, me dijo esta semana un diplomático norteamericano. “Es una estrategia más efectiva, sin el costo político de invadir”, apuntó.”.

¿Creerán los corruptos responsables de ese nueva “Ruta Política Integral” y los áulicos que los rodean y aparentan ser opositores, que ellos se encuentran fuera de eso? ¿Qué cuando inexorablemente se estrangulen poco a poco todos los medios que le dan vida a este régimen, ellos no se estrangularán igualmente con él? Posiblemente ni lo sepan. Por eso es que el periodista Casto Ocando se pregunta acertadamente: “¿Conoce el presidente interino Juan Guaidó, o la Asamblea Nacional controlada por la oposición, los detalles de estas masivas operaciones encubiertas en la que participan también otros países de América Latina y Europa?”.

El régimen caerá, de eso no me queda ninguna duda, y este informe me lo corrobora. La pregunta es cuándo y cómo. Ahora la interrogante no es si Maduro, su régimen y sus acompañantes de la oposición colaboracionista se irán, sino cómo será el tránsito de esa montaña de excremento a una nueva situación de viabilidad de país, y quienes deberán conducirlo.

Los Estados Unidos y el resto de la Comunidad Internacional deberán estar preguntándose, ¿entonces, si no es Guaidó, quien? Si no existe una verdadera oposición que conduzca este proceso la salida será más traumática. De allí que ahora se justifique con muchísima mayor razón que el Soberano pueblo de Venezuela sea consultado, para que en ejercicio directo de su Soberanía, sin ninguna interceptación de quienes nos traicionaron, y sin que ningún poder corrompido del régimen de Maduro conduzca ese proceso, ese mismo pueblo decida darle la legitimidad a quien le corresponda de acuerdo a la Constitución, definiendo los pasos necesarios para reafirmar la trilogía que el pueblo aprobó el 23 de Enero de 2019. De esa manera, y ejerciendo directamente la Soberanía (Artículo 5 Constitucional) será solo el pueblo, y no una pandilla de corruptos pagados por el narcotráfico, el que reafirmará la ruta que ya escogimos y le indicará claramente al mundo como recuperaremos nuestra libertad. Esa sería la última parada de esta pesadilla.

Caracas, 2 de Octubre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

sábado, 28 de septiembre de 2019

Tomorrowland Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

El Tercer gran debate del Programa del periodista José Domingo Blanco, “Mingo”, “Por todos los medios” por RCR750 del viernes 27 de Septiembre de 2019 (verlo en https://youtu.be/GrBDYQIDVt4), protagonizado por Juan Carlos Sosa Azpurua, Erik del Bufalo y José Vicente Haro, es a mi juicio un análisis objetivo y certero de lo que está pasando en Venezuela, pero dejó la sensación global de un pesimismo arrollador.

De acuerdo a lo que escuché, los venezolanos no tenemos salidas y estamos condenados a esta pesadilla muchos años más. De acuerdo a nuestros amigos, y resumiendo, fuimos estafados por una dirigencia cómplice el 30A y estamos en la presencia de un monstruo, que aunque logremos sacar a Maduro, el siguiente en turno seguirá en manos de los titiriteros que en la actualidad lo manejan, tanto en el régimen como en su oposición oficial. Un Guaidó incapaz de desafiar el poder ha permitido la continuación de la tragedia venezolana que continuará sin salida por mucho tiempo más, no habiendo “una salida pacífica para el drama que estamos viviendo”.

Nadie querría vivir en país con un panorama así. Sin embargo tres destellos surgieron de esa interesante conversación: 1) “El país se perdió y por eso hay que hablar de renacimiento, de resurgir de las cenizas” (Sosa); 2) “lo único que puede cambiar eso es una situación externa al sistema, que se escape de sus manos y lo descompense” (Del Bufalo); y 3) “Hay que continuar desafiando al régimen y preparar una estrategia para la toma del poder” (Haro). Los tres coincidieron en que era necesario que los venezolanos entendiéramos la naturaleza del monstruo que estamos enfrentando para poder dar las respuestas más adecuadas. Sin embargo el sabor de pesimismo prevaleció en esa discusión.

Y ustedes me preguntarán, “entonces ¿usted no está de acuerdo que le digan la verdad a la gente, aunque sea mala?”. No, todo lo contrario. Hace poco le decía a gran un amigo y escritor, que siempre buscaba en lo que no se decía las respuestas a esta gran tragedia. Y no las veía en lo que escribía, así como tampoco las vi en las respuestas que se dieron en ese debate. Que si bien los políticos estaban al frente y son los actores principales de esta obra miserable, ellos no son los únicos responsables, sino todos nosotros, y que correspondía a las mentes lúcidas como las de ellos señalar los caminos. Es por eso que la gente busca desesperadamente respuestas en las personas que suponen que saben y piensan. Y a mi juicio la respuesta de esas mentes lúcidas no puede ser el pesimismo del “aquí no hay salidas”. Si no se ven ahora es porque no las hemos buscado suficientemente.

Hace poco volví a ver la excelente película protagonizada por George Clooney y Britt Robertson, Tomorrowland, que narra una historia que bien podría compararse con la Venezuela actual, respetando las distancias de la ciencia ficción. Un mundo extraordinario del futuro está condenado a la destrucción por sus propios habitantes. Una maquina que les permite ver el futuro muestra la tragedia que “ocurrirá”, pero esta aun no ha ocurrido. Sin embargo las personas del presente dan por sentado que el futuro está echado, creando una Profecía Autocumplida que provoca ciertamente esa futura destrucción, porque es esa la percepción del porvenir de los habitantes del presente. Como todos piensan que eso es inevitable, el futuro es tenebroso. Solo la mente lúcida del personaje de Robertson, Casey, se pregunta “¿y porque eso tiene que ser así?” y descubre que si se destruye la máquina que “muestra el futuro”, las personas no podrían asumir como verdadero ese macabro fin, dejando solo a cada uno el futuro que podría ser, uno mucho mejor. De allí se resuelve la paradoja y se rompe la profecía.

Y de eso se trata esto, de una Profecía Autocumplida:“Una profecía autocumplida o autorrealizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad” (ver Profecía Autocumplida en https://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autocumplida). Y creo que nos estamos metiendo en una jaula autocumplida y botando la llave, como dije el último día del año 2015 (ver 2016: A contrapelo de una profecía autocumplida, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/2016-contrapelo-de-una-profecia.html). Y el 2016 fue así de malo. Estamos volviendo a repetir el error.

En la película el personaje de Robertson, Casey, dice a propósito de esto, unas frases que veo significativas en el grave contexto de la profecía autocumplida en Venezuela: “Hay dos lobos que siempre están peleándose, uno es oscuridad y desesperación, el otro es luz y esperanza. ¿Qué lobo gana? Al que le das de comer…”. Estamos permanentemente alimentado el lobo de la oscuridad y la desesperación desde que estos delincuentes se apoderaron de Venezuela. ¡Hay que romper con ese círculo vicioso! Ya es hora de empezar a alimentar al otro lobo correcto, el de la luz y la esperanza. ¿Cómo se hace eso?

Venezuela se debate en dos soluciones que son excluyentes: 1) Dialogo con elecciones (régimen y oposición oficial); y 2) Intervención humanitaria con acompañamiento militar extranjero (oposición radical que apoyan el R2P, TIAR y el 187#11). Se insiste en que solo puede haber una. No puede ser la primera porque es inaceptable concurrir a unas elecciones con el régimen para repetir los errores del pasado y que los opositores cohabiten. Y por otro lado no puede ser la segunda, entre otras cosas porque no depende de los venezolanos y la actual situación diplomática internacional indica que la Comunidad Internacional no aprueba una intervención de Venezuela. Entonces, ¿por qué no una solución intermedia?

Todos los venezolanos somos responsables del restablecimiento constitucional y de la vigencia efectiva de la Constitución, de acuerdo al mandato del Artículo 333. Se impone de acuerdo a eso, una solución que nos convoque A TODOS a decidir el futuro del país. Una solución que sea electoral pero que no incluya a los poderes secuestrados por el régimen de Maduro. Una solución donde solamente el pueblo autorice el uso internacional de la fuerza en caso de que no se obedezca su mandato, y que no ocurra la intervención de Venezuela como una decisión externa, sino con nuestra aprobación, y se proteja a los venezolanos de los crímenes de lesa humanidad que se están cometiendo en contra de los ciudadanos.

Esto es, cuando el país no tiene salidas y está trancado, como bien lo indicaron los expertos en ese debate de RCR750, se le da reinicio al sistema como una computadora, convocando a la Soberanía Popular. Esa podría ser “la situación externa al sistema que se escapa de sus manos y lo descompense” que propone Del Bufalo, y el “resurgir de las cenizas que indica Sosa Azpurua. Esa solución confronta el poder como reclama Haro, porque solo el pueblo decide a quien otorgarlo, nadie más.

Entonces solo nos queda la creatividad para armar como resolvemos esa convocatoria al Poder Originario, que hasta ahora nadie quiere, porque todo el mundo teme. Solo nos queda preguntarnos cómo y de qué manera convocamos a la Soberanía Popular. Esas son las preguntas que debemos hacernos y resolverlas. Esa es la ecuación planteada. Tenemos la creatividad para resolver este problema, pero alimentando al lobo correcto de la luz y la esperanza, no al equivocado. ¡Entonces hagámoslo! En eso estamos trabajando…

Caracas, 28 de Septiembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana