martes, 2 de noviembre de 2021

UCV, la hora de la resistencia

Por Luis Manuel Aguana

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A la memoria de mi hermanita Ana Elina, orgullosa ucevista…

Desde que me hice ucevista a principios de los años 70, la Universidad Central de Venezuela sufría de déficit presupuestario. Ningún gobierno, de cualquier signo que fuera, le prestó atención a ninguna de las universidades oficiales, en especial a la UCV. ¡Nunca fue prioridad la educación superior para quienes tomaban decisiones! Las protestas que manteníamos como estudiantes tenían como primera consigna “¡Presupuesto justo para la UCV!”. ¿Quién me puede negar eso?

Los científicos éramos –todavía lo somos- unos parias. La Facultad de Ciencias no tenía sede y como estudiantes estábamos arrimados a Ingeniería, Odontología, Medicina, Farmacia, Derecho, etc. Nuestra sede oficial eran unos galpones horribles al lado de la Facultad de Farmacia, y al correr de los años pudimos estrenar como sede las instalaciones de la vieja Escuela Técnica Industrial “Luis Caballero Mejías”, que fue anexada al conjunto arquitectónico de la UCV; y aún así duró muchísimos años lograr las construcciones y arreglos necesarios para la instalación plena de una Facultad de Ciencias con cierta decencia. Y eso también fue producto de la presión estudiantil y de los profesores de la Facultad. Incluso invadimos la sede para obligar a esa decisión. Eso tiene su historia.

Entonces, ¿cuál es la diferencia de lo que sucedía ayer a lo que sucede hoy cuando el régimen irrumpe cual elefante en una cristalería, apropiándose de una institución que se está cayendo junto con su planta física? ¿Qué Maduro es un tirano que no llegó a bachiller y ahora quiere un Doctorado Honoris Causa que le entregarían los adulantes que queden en control de nuestra primera casa de estudios? ¡Un poquito de seriedad, por favor! Lo que sucede hoy no es más que la metástasis de un cáncer que tiene décadas destruyendo a nuestras universidades, cuya principal bandera es la Universidad Central de Venezuela.

Nuestra universidad fue el principal refugio de la izquierda radical del país en los primeros años de la democracia. Y en mayor o menor medida todos los gobiernos nunca le prestaron apoyo a “los comunistas de la UCV”, ignorando con saña las necesidades de la educación superior y de un país que requería una universidad de primera categoría. Preferían darle migajas a las universidades antes de fortalecerlas. El ignorante Maduro jamás hubiera traspasado las puertas de una UCV fortalecida y de primer mundo.

Quienes realmente hicieron a nuestra universidad brillar dentro y fuera del país fueron su gente, sus profesores, empleados y estudiantes que hacían con orgullo lo que fuera necesario para lograr excelencia académica dentro de un mar de necesidades y carencias. Profesores dando clases con fracciones de sueldos de lo que se gana en otras universidades del mundo, es aun el panorama que observamos. ¿Y los políticos responsables, egresados de las 11 facultades, recibiendo orgullosamente sus títulos en nuestra Aula Magna, olvidando el siguiente día el compromiso con su Alma Mater? Bien gracias… ¡Vergüenza les debería dar!

A aquellos que se rasgan las vestiduras al ver las imágenes de Maduro y su sequito violando las puertas del Aula Magna les digo que no lloren lo que nunca supieron defender. Todos hemos sido corresponsables, en mayor o menor medida, de que la ignorancia más oscura y abyecta que se pueda imaginar dirigiendo el destino de este país haya violado nuestra máxima casa de estudios y pretenda erigirse en ductora del futuro de nuestra juventud. Ni Juan Vicente Gómez, carcelero de estudiantes, se atrevió a ponerle las manos a la institución universitaria, haciéndose rodear, por lo contrario, de la más iluminada intelectualidad de su época salida de sus aulas.

Ni Maduro ni Chávez llegaron al poder sin la ayuda de gente egresada de las aulas de la UCV. Egresados sin moral ni conciencia, y mucho menos amor por su Alma Mater. ¡Los hermanos Rodríguez se graduaron en la UCV, por Dios! ¿Qué está pasando en Venezuela? ¿Ya tocamos fondo? Después de esta tragedia demoníaca de más de 20 años que ha enlutado los hogares de absolutamente todos los venezolanos deberemos hacer una profunda y exhaustiva revisión de la universidad que queremos, y transformar lo que haya que transformar en ella para el nuevo país que debe y tiene la obligación de nacer.

Las mejores universidades de todo el planeta no sobreviven sin el auxilio financiero directo e indirecto de sus egresados. Los ejecutivos de las grandes corporaciones de los EEUU donan edificios e investigaciones enteros a universidades como Harvard, que les otorgaron sus títulos. Hay vínculos que no se extinguen luego del egreso de un profesional. Existen disposiciones en las leyes que permiten en cada lugar que la universidad tenga la flexibilidad suficiente y necesaria para que sea capaz de ser verdaderamente autónoma intelectual y financieramente. Eso es producto de legisladores agradecidos y con un compromiso con sus universidades. ¿Porque eso no puede pasar en Venezuela?

Sin embargo lo que corresponde, mientras seguimos trabajando por el final de esta tragedia, tiene que ser una resistencia civil académica inteligente que en primer lugar no se inmole  de buenas a primeras en el altar de la iniquidad que pretende hacer el régimen, so pena de perder lo que resta de nuestra UCV. Eso es lo que aspiran Maduro y sus delincuentes porque lo lograron antes cuando destruyeron PDVSA. Lo mejor de su gente se fue del país, dejándoles a los ignorantes en materia de petróleo acabar con nuestra principal industria. No cometamos ese error con la UCV. No dejemos que la conviertan en una “universidad bolivariana”. Aunque sé lo difícil que estoy pidiendo, hay que echar el resto, resistiendo y peleando desde adentro este nuevo embate de la tiranía.

Confío en los poderes creadores del pueblo como lo cantó Aquiles Nazoa, aplicados a nuestra comunidad ucvista. Sobrevivamos a esta tragedia y reconstruyamos moral y físicamente a nuestra UCV. Pero eso solo se podrá lograr si todos y cada uno de nosotros como ucvistas sentimos de verdad a nuestra universidad y nos volquemos hacia ella desde cualquier posición en donde estemos, dispuestos a prestar nuestro mejor concurso desinteresado para esa resistencia que deberemos librar, y lograr que nuestra casa de estudios venza una vez más la sombra que se cierne sobre ella…

Caracas, 2 de Noviembre de 2021

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viernes, 29 de octubre de 2021

Revocatorio, Pinochet y Refundación

Por Luis Manuel Aguana

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No hay nada más aberrante en un argumento político que la tergiversación de la historia, en especial cuando se trata de la historia de otro país. Hacer uso de un hecho histórico fuera de contexto para convencer de manera engañosa a la gente en Venezuela, puede servir perfectamente para poner un sobrepeso indebido sobre el lado equivocado de la balanza de la opinión pública para decidir sobre materias de trascendencia nacional, aprovechándose de la desinformación de las personas. Aparte de poco ético es inmoral.

Tal es el caso del argumento utilizado una y otra vez por la dupla César Pérez Vivas-Nicmer Evans del llamado Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover) en el sentido de que “Es absolutamente legítimo revocar a un ilegítimo. Imagine que eso no lo hubiese pensado la gente de la Concertación en Chile con el plebiscito que se hizo con Pinochet, nunca se hubiese hecho el plebiscito ni salido de la crisis en ese país” (ver Nicmer Evans “Es absolutamente legítimo revocar a un ilegítimo”, en https://talcualdigital.com/nicmer-evans-es-absolutamente-legitimo-revocar-a-un-ilegitimo/).

Este argumento que manipula la verdad histórica ha sido utilizado repetidamente en audios y entrevistas que ruedan incansablemente por las redes sociales por los principales impulsadores del revocatorio a Nicolás Maduro Moros en Venezuela. El Gral. de Ejercito Augusto Pinochet Ugarte fue ratificado como Presidente de la República de Chile en su Disposición Transitoria Decimocuarta: “Durante el período indicado en la disposición anterior, continuará como Presidente de la República el actual Presidente, General de Ejército don Augusto Pinochet Ugarte, quien durará en el cargo hasta el término de dicho período…” (Pág. 85). Esto fue ratificado con la aprobación por plebiscito de la Constitución de Chile, el 11 de septiembre de 1980: El texto de la nueva Constitución fue sancionado por Decreto Ley No. 3.464 de 11 de agosto de 1980 y se sometió a su aprobación por la ciudadanía en un plebiscito convocado para el día 11 de septiembre de 1980, por Decreto Ley N° 3.465 de 12 de agosto de ese año. Aprobado por mayoría absoluta en dicho plebiscito, fue promulgado como ' Constitución Política de la República de Chile, por Decreto Supremo No. 1.150 de los Ministerios de Interior y Justicia de fecha 24 de octubre de 1980” (ver Constitución Política de la República de Chile original de 1980, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 96, en  https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=documentos/10221.1/60446/3/132632.pdf)

Y voy más allá. En esa misma Constitución de 1980 la Junta Militar se reservó el derecho (aprobado por el pueblo el 11 de septiembre del mismo año) de someter a Plebiscito al octavo año (periodo presidencial aprobado en la Constitución) al ocupante de la Presidencia de la República establecido en las mismas Disposiciones Transitorias: VIGESIMOSEPTIMA.- Corresponderá a los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y al General Director de Carabineros, titulares, proponer al país, por la unanimidad de ellos, sujeto a la ratificación de la ciudadanía, la persona que ocupará el cargo de Presidente de la República en el período presidencial siguiente al referido en la disposición decimotercera transitoria, quien deberá cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 25 inciso primero de esta Constitución, sin que le sea aplicable la prohibición de ser reelegido contemplada en el inciso segundo de ese mismo artículo. Con ese objeto se reunirán noventa días antes, a lo menos, de la fecha en que deba cesar en el cargo el que esté en funciones. La designación será comunicada al Presidente de la República, para los efectos de la convocatoria a plebiscito…”. (Pág. 92). Les invito a leer igualmente las disposiciones transitorias Vigesimoctava y Vigesimonovena para que entiendan mejor que paso en Chile en 1988.

De modo pues, que fue la misma Junta de Gobierno de Pinochet quien dispuso ese Plebiscito CONSTITUCIONALMENTE, y que estableció la posibilidad de una elección presidencial al final de su primer período luego de 1980, y que finalmente el mismo Pinochet acató sus resultados en 1988, porque no le quedo alternativa. Afirmar que el caso de Pinochet y de Maduro de alguna manera se parecen para repetirlo en Venezuela es una aberración que debería avergonzar a quienes insisten en sacar “democráticamente” a unos delincuentes por la vía de un Referendo Revocatorio.

Para los chilenos Augusto Pinochet era constitucionalmente legítimo para 1988, incluso con su nombre y apellido establecido en la Constitución en sus Disposiciones Transitorias. Y si alguno considera que esa Constitución no era válida porque fue aprobada en dictadura, no mas tiene que fijarse que los chilenos la consideraron legitima por más de 30 años luego de depuesta la Junta Militar de Gobierno, y es ahora que decidieron revisarla en una Asamblea Constituyente. Así que repetimos con más fuerza: MADURO ES ILEGITIMO PARA LOS VENEZOLANOS, Y ESO FUE REAFIRMADO POR EL MANDATO DE LA CONSULTA POPULAR DE DICIEMBRE DE 2020, POR LO QUE NO ES LEGITIMO REVOCAR A UN ILEGITIMO.

Pero con todo eso en mente, aún así dejare a mi estimado amigo Antonio Sánchez García, venezolano de origen chileno, para que complemente mejor la situación planteada ante esa propuesta revocatoria, trayéndoles al recuerdo parte de una extraordinaria nota publicada en el año 2015:

“Cabe preguntarles a quienes consideran al voleo de las apariencias que lo sucedido en Chile es perfectamente repetible en Venezuela; si entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro o entre la almirante Meléndez y el general Padrino López reinan las profundas e irreparables diferencias respecto de la suerte y el destino de nuestro país que reinaban en el Chile de la Junta Militar de Gobierno. Si El Aissami y Vielma Mora tienen el mismo respeto y la misma consideración respecto del papel que deberían jugar los partidos democráticos que tenía el general Matthei. Y cabe, sobre todo, preguntarse si los miembros del Estado Mayor anhelan irse a sus casas a disfrutar de una honesta y discreta jubilación. Si no tienen pesadas y gravosas culpas que saldar con la justicia nacional e internacional como para favorecer un cambio democrático en Venezuela. ¿Cree alguien con dos dedos de frente y una mínima sobriedad moral que la satrapía desea y favorece una transición a una democracia? ¿Cree alguien que las fuerzas armadas venezolanas tengan el patriotismo, la honestidad y la integridad moral que tuvieron los altos mandos de las fuerzas armadas chilenas? Tengo las más serias dudas” (ver Pinochet y la transición: el plebiscito de 1988, por Antonio Sánchez García, en https://www.analitica.com/opinion/pinochet-y-la-transicion-el-plebiscito-de-1988/).

De ese artículo de Antonio Sánchez García se desprende, por más duro que a algunos les pueda parecer, que en la composición de esa Junta Militar de Gobierno presidida por Pinochet había individuos que estaban perfectamente dispuestos a acatar y hacer respetar la Constitución que habían aprobado en 1980, entre los cuales destacaba el General Fernando Matthei, cuya influencia fue decisiva para que Pinochet aceptara la derrota en ese plebiscito de 1988. ¿Ustedes creen que eso ocurriría en la Venezuela de Maduro y sus incontables ladrones, en especial los electorales? Como bien afirmó Sánchez García: “La suerte de Pinochet, de la Junta y de la dictadura había sido sellada por la misma dictadura. Sin presiones externas”. Y eso está muy pero muy lejos de pasar en Venezuela. ¿Qué es lo que se traen entonces quienes desean engañarnos con un revocatorio desde la oposición poniendo como excusa la supuesta “ilegitimidad” de Pinochet?

De todo lo anterior se comprueba que las condiciones que prevalecieron en Chile en 1988 no pueden ser comparadas a las que prevalecen en la Venezuela del régimen que nos desgobierna en el siglo 21, no solo porque Pinochet fue a un plebiscito que los mismos chilenos aprobaron 8 años antes de su ejecución, incluyendo el ejercicio de su  presidencia, sino que la misma Junta se separó del poder al perderlo, convocándose posteriormente un proceso electoral presidencial bajo la tutela de los mismos militares.

Maduro ES ILEGITIMO y concurrir a un Referendo Revocatorio lo asume de entrada como Presidente Constitucional en ejercicio, dejando de lado su condición de usurpador. Eso es lo que se niegan a aceptar quienes impulsan un Referendo Revocatorio, proceso que le es conveniente al mismo régimen, e incluso estaría dispuesto a financiarlo con los partidos de la oposición comprada. Si la oposición “pierde” ese revocatorio –cosa que pasara irremediablemente- nada le impedirá al régimen reclamar legitimidad ante la Comunidad Internacional, desvaneciéndose la figura constitucional del Presidente Encargado Juan Guaidó Márquez, porque el proceso fue avalado por los partidos opositores que aceptaron el Dialogo en México. ¿Será eso lo que en realidad busca la oposición oficial que ya no tolera a Guaidó? Podría ser…

Si bien es cierto que la figura del Referendo Revocatorio está en la Constitución en el Artículo 72, también lo está en ella la figura de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente en el Artículo 348. Si la oposición política deseara verdaderamente y de una manera legítima salir del régimen electoralmente, ¿no sería más consecuente con la situación de gravedad extrema del país convocar una Constituyente que un Revocatorio? En la primera se REFUNDARIA LA NACION, reconstruyéndose todos los Poderes Públicos, Presidencia incluida, y solo se requeriría solicitar para su aprobación la voluntad del 15% del Registro Civil y Electoral, a diferencia del 20% que requiere la convocatoria a un Referendo Revocatorio. ¿No les parece extraño?

Una Asamblea Nacional Constituyente decidiría el destino de Nicolás Maduro Moros y el resto de los Poderes Públicos, y puede designar un Gobierno de Transición hasta la aprobación de un nuevo texto constitucional con los cambios que realmente necesita el país, y convocaría a unas elecciones Parlamentarias y Presidenciales, con base al nuevo texto constitucional. ¿Es tan difícil de entender eso? Realmente no. Pero el problema está en que no podríamos ir a un proceso constituyente sin las garantías electorales mínimas y mucho menos con un régimen que tiene a la cabeza un usurpador que terminará contando los votos a su favor con sus maquinas trampeadas. Desde ANCO exigimos la convocatoria del pueblo a la REFUNDACION DEL PAIS, a un proceso Constituyente de carácter originario arbitrado por la Comunidad Internacional, como solución a la crisis venezolana, en contraposición a ese adefesio revocatorio con trampas propuesto por los partidos “opositores” bajo el paraguas del régimen.

Sin embargo a la oposición oficial parece no importarle ir a un proceso revocatorio en esas condiciones, como bien lo declara el Rector del CNE de la oposición oficial, Roberto Picón, designado por la ilegitima Asamblea Nacional del 6D-2020, al indicar que “A partir del 10 de Enero se puede introducir los papeles para iniciar el revocatorio” (ver noticia en Tal Cual, en https://talcualdigital.com/roberto-picon-a-partir-del-10ene-se-puede-introducir-papeles-para-iniciar-el-revocatorio/). Parecieran estar de acuerdo el régimen y su oposición en la negociación de ese revocatorio para el 2022.

Con mis disculpas anticipadas a los que hayan llegado tan lejos leyendo esta larga nota: Los venezolanos debemos ver con muchísimo cuidado la trampa que nos están montando con ese Referendo Revocatorio, y lo que realmente buscan los partidos opositores del G4/FA+Mesita en combinación con el régimen de Maduro. Ya dicen que vayamos a votar el 21N “para organizarnos mejor para ir al revocatorio” como evocando una profecía auto-cumplida, y hasta pusieron a declarar a favor al llamado Rector “opositor”. ¡Ojo con eso! Esa trampa consolidará a Maduro pero también les dará espacios de supervivencia a aquellos que son peores que el régimen, porque prefieren conformarse con las sobras que les arroje la tiranía para seguir medrando alargando esta tragedia, que defender a un pueblo que se muere de mengua. ¡No merecen el voto de ningún venezolano! Con esa estrechez de espíritu nunca podrán luchar por lo verdaderamente importante: la libertad de Venezuela.

Caracas, 29 de Octubre de 2021

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