Por Luis Manuel Aguana
Tal vez este sea uno de los tiempos más confusos de la historia de la humanidad. Parecería que con toda la mega estructura comunicacional existente en estos tiempos, los seres humanos deberíamos estar más claros de lo que sucede, pero es todo lo contrario.
Con la llegada de las herramientas comunicacionales instantáneas, la verdad se desvaneció en el mar de las noticias falsas, contradictorias e interesadas. Ya es muy difícil separar la verdad de la mentira, o de que alguien diga una verdad a medias, o una mentira disfrazada de verdad, para que la gente inmediatamente se confunda y no sepa lo que verdaderamente ocurre. Priva “la verdad” de quien tenga más presencia en las redes o pueda pagar una narrativa interesada.
Y esto nos lleva a que cuando pasa algo importante, la explicación de lo que ocurre no es la verdadera, sino la superficial, la que se vende como obvia. Porque en este mundo cuya complejidad ya tiene niveles de exponenciales, nada pasa sin una explicación de fondo. Y eso es lo que se tiene que analizar y escudriñar, no lo que se nos muestra en la fachada.
Cuando el Presidente de los EEUU toma la decisión de enviar buques de guerra con la excusa aparente de “una iniciativa intensificada para combatir los cárteles de la droga, según informaron dos funcionarios de Defensa estadounidenses”, la mass-media inmediatamente interpreta que vienen a la caza de Nicolás Maduro Moros y el resto de los señalados como principales responsables del llamado Cártel de los Soles, organización narcotraficante, recientemente incluida en la lista de terroristas por las autoridades de los EEUU (ver CNN EEUU, EE.UU. despliega más de 4.000 militares adicionales en aguas cercanas a Latinoamérica para su lucha contra los cárteles, en https://cnnespanol.cnn.com/2025/08/15/eeuu/despliegan-4000-militares-aguas-latinoamerica-carteles-trax).
Y si bien esa pudiera ser una explicación de ese movimiento, la medida no necesariamente tiene la explicación “obvia” que dan quienes desean que el régimen salga por la fuerza, en especial si es por la fuerza de los EEUU. Puede ser que simplemente deseen bloquear completamente, como bien puede hacerlo ese despliegue armado por mar y aire, la salida de cargamentos de droga hacia los EEUU y Europa, y que no está siendo contenida completamente por los actuales esfuerzos de la DEA (Drug Enforcement Administration) norteamericana.
Pero, como decía un profesor que tuve hace algunas décadas en el IESA, esa es una solución que mata moscas con bombas atómicas. Efectivamente, lo hace, pero a un costo excesivamente alto. Y aún más alto si consideramos que el negocio de la droga es algo que puede permanecer allí, esperando que se retiren, algo que no puede hacer una movilización militar de semejante calibre.
Entonces, ¿por qué gastarse millones de dólares en mover esa flota, si no es para llevarse al Cártel de los Soles, o al menos para hacerle un daño permanente o de largo plazo a sus cabezas, bienes e instalaciones? Volveré sobre esta pregunta más adelante.
Como ya he comentado en algunas notas pasadas, la llegada del Presidente Donald Trump al poder en los EEUU, ha significado una política orientada a lograr un cambio en los términos de negociación de ese país con el resto del mundo, para lograr una posición ventajosa en todos los órdenes: económico, político y militar (ver Un mundo en guerra y el declive de los EEUU, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/06/un-mundo-en-guerra-y-el-declive-de-eeuu.html, China el desafío sistémico, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/05/china-el-desafio-sistemico.html, EEUU, entre genialidad y locura, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/03/eeuu-entre-genialidad-y-locura.html).
Trump está negociando la posición de los EEUU para el futuro, tratando de llevarse la mejor parte, aun sin tener siquiera una economía en buenas condiciones. Como explicaba en esas notas, los EEUU negocian con el poderío militar, que es lo único que finalmente los respalda. Utilizan el aspecto en lo que son más poderosos que el resto de los países, para responder al desafío de la multipolaridad: su poderío militar.
En un intento de entender lo que está sucediendo en el mundo, que daría como consecuencia acciones como las que estamos viendo con el movimiento militar de los EEUU en el Caribe, intenté hacer una comparación con ayuda de la IA ChatGPT, entre la repartición del mundo que hicieron las potencias ganadoras de la II Guerra Mundial en Yalta y Postdam en 1945, con las múltiples reuniones que sostiene Trump con los Jefes de Estado de las potencias que desafían su poder en esta situación convulsionada de guerras y disputas de territorio. Este es el resultado:
“Tu pregunta es muy buena porque toca un punto sensible: la comparación entre las reuniones actuales (Cumbres de Alaska, encuentros UE–EE.UU.–Ucrania, G7, OTAN, etc.) y las conferencias de Yalta y Potsdam (1945), que fueron claves en la configuración del orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial.
Voy a responder por partes:
1. Qué ocurrió en Yalta y Potsdam
Yalta (febrero de 1945) y Potsdam (julio de 1945) reunieron a Roosevelt, Churchill, Stalin (y luego Truman) para repartir zonas de influencia tras la derrota del nazismo. Allí se trazaron las fronteras de Europa del Este, se reconoció la esfera de influencia soviética y se diseñaron las bases de la ONU. Resultado: sistema bipolar EE.UU. vs. URSS → Guerra Fría.
2. Qué pasa en las cumbres actuales
En Alaska (2021) hubo un diálogo tenso entre EE.UU. y China, con acusaciones mutuas sobre derechos humanos, tecnología y seguridad. Las reuniones de la OTAN, la UE y el G7 con Ucrania, especialmente tras 2022, buscan cohesionar a Occidente frente a Rusia, garantizar apoyo militar y financiero, y limitar la influencia china y rusa. No se negocia un “reparto de territorios”, sino alianzas, sanciones y coordinación estratégica frente a desafíos comunes.
3. Diferencias clave con Yalta/Potsdam
Yalta/Potsdam: los vencedores definieron un nuevo mapa geopolítico con fronteras físicas y zonas de control. Hoy: no existe un consenso entre grandes potencias para “repartirse” el mundo. Más bien hay conflicto abierto y competencia multipolar (EE.UU.–UE vs. Rusia–China, con actores intermedios como India, Turquía, Brasil). Además, el sistema internacional actual está regido por la ONU, la OMC y la interdependencia económica, lo que hace más difícil una división rígida del planeta como en 1945.
4. Lo que sí puede estar pasando
Aunque no es un “Yalta 2.0”, sí hay una transición geopolítica: EE.UU. y Europa buscan reafirmar un bloque occidental cohesionado. Rusia intenta consolidar su influencia en Eurasia. China se proyecta como alternativa global, sobre todo en economía y tecnología. Esto apunta a un mundo multipolar, con bloques de influencia más flexibles y conflictivos que en la Guerra Fría.
Conclusión:
No hay una base sólida para decir que las cumbres actuales suponen un “nuevo reparto del mundo” al estilo de Yalta o Potsdam. Lo que existe es una reconfiguración de alianzas y esferas de influencia en un contexto multipolar, más parecido a una competencia por poder económico, tecnológico y militar que a un acuerdo explícito de partición del planeta.” (ver ChatGPT, https://chatgpt.com/s/t_68a721da3de0819192432b9bdc949dda) (resaltado nuestro).
El tema principal aquí entonces es una competencia feroz de poder e influencia entre los polos del nuevo esquema multipolar del mundo entre EEUU, Rusia y China, que no ha terminado de dilucidarse, y que lo está haciendo ahora mismo. Entonces proyecté, con la misma IA, cómo quedarían los bloques después de un arreglo que entregue a Venezuela (y Latinoamérica en general) a los EEUU, Taiwán a China y Ucrania a Rusia. Y este es el resultado:
“Excelente, tu pregunta es pura geopolítica
prospectiva:
Si EE.UU., Rusia y China llegaran a un acuerdo tipo “Yalta 2.0”, repartiéndose Venezuela, Ucrania y Taiwán como zonas de influencia, el mapa del mundo se transformaría profundamente.
Proyección de bloques de influencia tras hipotético acuerdo
1. Estados Unidos / Occidente
Latinoamérica:
Venezuela pasaría definitivamente a la órbita estadounidense (a cambio de concesiones en Ucrania y Taiwán). Cuba y Nicaragua tenderían a normalizar relaciones bajo presión de Washington. México y Brasil mantendrían cierta autonomía, pero con inclinación al mercado occidental. Europa Occidental, Japón, Corea del Sur, Australia, OTAN: se mantienen firmes en el bloque.
Resultado: consolidación del hemisferio occidental bajo EE.UU., con reducción del margen de maniobra chino en Sudamérica.
2. Rusia
Ucrania: reconocida como zona de influencia rusa (probablemente con anexión de territorios del este o incluso neutralización total del país). Europa del Este: Rusia refuerza su esfera, recuperando parte de su “cinturón de seguridad”. Oriente Medio: Rusia mantiene influencia en Siria e Irán.
Resultado: Rusia asegura un “mini-Pacto de Varsovia” actualizado, pero con economía débil y dependencia de China.
3. China
Taiwán: China lograría reconocimiento internacional de su soberanía sobre la isla. En la práctica, consolidaría control sobre el Mar de China Meridional y la cadena de suministros de semiconductores. Asia-Pacífico: China gana peso frente a EE.UU. en la región.
Latinoamérica: pierde Venezuela como bastión, pero mantiene fuerte vínculo con Brasil, Argentina, Chile y Perú vía comercio.
Resultado: China pasa a ser superpotencia económica consolidada, aunque cede influencia en América Latina.
4. Zonas bisagra
India, Turquía, Brasil, Sudáfrica, Arabia Saudita: Se mantienen como “jugadores flexibles” dentro de un sistema multipolar. India se fortalecería porque la cesión de Taiwán consolidaría su rol como contrapeso de China en Asia. Brasil perdería margen por la salida de Venezuela de la órbita china/rusa, pero seguiría en BRICS.
Nuevo equilibrio global tras el acuerdo
Sería un “nuevo reparto de Yalta” en versión moderna:
EE.UU. →
América + Europa Occidental
Rusia →
Ucrania + cinturón
de seguridad Este europeo
China → Taiwán + hegemonía Asia-Pacífico
Diferencia con 1945: ya no sería un mundo bipolar, sino tripolar regulado, con bloques menos rígidos pero con zonas de influencia reconocidas.
Conclusión:
Si se diera un acuerdo de este tipo, Latinoamérica quedaría casi totalmente bajo EE.UU., Rusia se consolidaría en Europa del Este, y China dominaría el Indo-Pacífico tras absorber Taiwán. Sería un orden más estable a corto plazo, pero con enorme tensión en países bisagra (India, Brasil, Turquía) que quedarían atrapados entre los tres gigantes” (ver ChatGPT, en https://chatgpt.com/s/t_68a7921438208191bb0ff2288fce6bfc) (resaltado nuestro).
Como se verá arriba, la conclusión del ejercicio modela las intenciones ya conocidas de los polos principales. No inventamos nada aquí. Nótese que hasta la publicación de esta nota, Trump solo ha conversado con Rusia en Alaska, pero aún no lo ha hecho con China, que todavía está en la agenda. De allí que por ahora los chinos se quejaran de la presencia militar de los EEUU en el Caribe, lo que nos indica que aún no entran en las negociaciones acerca del futuro global de los bloques de influencia (ver Notiahora, Pekín critica despliegue militar de EEUU en el Caribe: “Nos oponemos al uso de la fuerza en las relaciones internacionales”, en https://notiahorave.com/pekin-critica-despliegue-militar-de-eeuu-en-el-caribe-nos-oponemos-al-uso-de-la-fuerza-en-las-relaciones-internacionales/).
Para aquellos que han tenido la paciencia de llegar hasta aquí –con mis disculpas por lo extenso de la nota-, volviendo a la pregunta del principio: ¿por qué gastarse millones de dólares en mover esa flota, si no es para llevarse al Cártel de los Soles, o al menos para hacerle un daño permanente o de largo plazo a sus cabezas, bienes e instalaciones?
Porque ese movimiento sería parte de una demostración de fuerza que tendría impacto en las negociaciones que se están llevando a cabo ahora mismo para equilibrar las zonas de influencia de cada polo, en este caso de los EEUU con Latinoamérica, con un Yalta 2.0. Mis disculpas por no ser tan pretencioso para creer que una potencia como los EEUU mueva una flota entera para buscar 3 narcotraficantes en Venezuela. O lo que es lo mismo, matar moscas con bombas atómicas. Pero cada cual es libre de pensar lo que quiera y entusiasmarse con una posible “extracción”.
Rusia ya dio el visto bueno tácito a la presencia norteamericana en el Caribe (hasta ahora) al no pronunciarse acerca del movimiento militar de los EEUU, lo que demuestra su aceptación implícita a la influencia indudable de la potencia del norte en la región. Faltaría que China esté de acuerdo en una negociación para definir su propia zona de influencia. Si Latinoamérica queda completamente en el bloque de influencia de los EEUU en el Yalta 2.0 como proyectamos, el destino del régimen quedará en sus manos al perfeccionarse la nueva distribución del mundo. En ese momento, y ahora sí, imaginen lo que quieran acerca del futuro de Venezuela…
Caracas, 21 de Agosto de 2025
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