Por Luis Manuel Aguana
En primer lugar, deseo hacer llegar a todos mis seguidores y amigos incansables de lucha de ANCO mi agradecimiento por sus mensajes de solidaridad y afecto por mi pronta recuperación del virus COVID. Aún estoy en eso (el ciclo de recuperación es largo) pero esta lucha es larga y lamentablemente no podemos bajar la guardia porque lo que tenemos al frente es una hidra con muchas cabezas y con mucho dinero de los venezolanos, comenzando por las del régimen y su oposición comprada. De allí mi preocupación de retomar al menos algunas cosas que había dejado pendientes.
Hemos notado que a nivel nacional ya comenzó el movimiento de las candidaturas de los partidos para el 2024. Eso no lo tengo que probar, en cada uno de los Estados del país fue la reacción natural de la dirigencia que vive de los carnavales periódicos electorales del régimen, luego del sonado fracaso del Referendo Revocatorio espurio del régimen y su oposición, que es acompasado por los partidos, no solo porque es una manera de distraer a la población de que “algún día” saldremos de esta pesadilla, sino porque es una manera extraordinaria de mantener “aceitada la maquinaria”, que es como ellos lo llaman, de la militancia a la hora de que comience el show electoral.
Esa comparsa le ha resultado muy bien a la militancia local de los partidos, quienes históricamente han vivido de las contribuciones de sus direcciones nacionales para moverse electoralmente en las regiones. De la misma manera a todo el ecosistema que vive de ellos. Esto es, movilizaciones, logística inmediata como comunicaciones, comidas, hospedajes, reuniones y todo lo que haga que se vea que un partido “se está moviendo” a favor de la gente. No hay nada más narcotizante que esto para el venezolano común después de 1958.
Este comportamiento distorsionado de la democracia partidista es el verdadero origen del problema de la representatividad política de Venezuela y una de las principales razones de nuestro proyecto actualizado El Gran Cambio de ANCO, pero esa es otra historia que abordaremos en su oportunidad (para aquellos interesados en parte de esa historia de la degradación de los partidos ver Doce Ejes y un Destino, El Municipio Fuerte, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-2-el-municipio.html).
En condiciones “normales”, esto es, sin tiranía, esta situación sería común y depende, por supuesto, de las finanzas de los partidos. Y es allí donde se pueden explicar muchas cosas. Desde que esta tragedia comenzó, las finanzas de los partidos han ido cayendo en picada. Los contribuyentes de los partidos, ilustres mecenas de la oligarquía empresarial venezolana, corruptos de los contratos de la otrora democracia, la gente tradicionalmente rica de Venezuela, no pudieron seguir “aportando”, no solo por la situación económica del país, sino por las amenazas del régimen, razón por la cual muchos no sobrevivieron, pero otros por ser demasiado grandes y con compromisos ineludibles se arrojaron a los brazos del régimen. Eso representó un gravísimo problema para nosotros. Esta gente nos vendió…
En consecuencia no les parecerá extraño porque no hemos salido de esta tragedia todavía. El esfuerzo que hicieron, no los partidos, sino los venezolanos, por poner a la “oposición” en lugares ganadores a partir de 2015 se diluyó en una caterva de diputados comprados, partidos completos con amarres con el régimen, y políticas deliberadas a su favor que nos han perjudicado de una manera tal que ha sido imposible despegarse este pegote sucio pegado en el alma de los venezolanos.
Pero los partidos pudieron encontrar una salida con la instauración del Gobierno Encargado en enero de 2019. Esta salida era perfecta porque tenían las manos libres de las imposiciones financieras del régimen y podían contar con las ayudas provenientes de las leyes norteamericanas de auxilio para el rescate de la democracia, sin contar con lo que se les podía facilitar a través de lo incautado a los corruptos a través de los decretos de la administración del gobierno de los EEUU. ¿Qué podía ir mal?
Nada debía ir mal. Sin embargo, lo que siempre ha estado mal ha sido la sucesión política o quién se queda con el poder después de Nicolás Maduro Moros. El problema de los partidos no es que se vaya el régimen, sino quien queda después de ellos. La insistencia patológica de resolver la crisis venezolana a través de unas elecciones que no se realizaron como se debieron el 2019 ha marcado todo el ciclo político nacional e internacional desde 2019, diálogos y Comunidad Internacional incluidos.
Todo el dinero que se le ha suministrado al Gobierno Encargado lo han usado los partidos políticos para mantener esa estrategia electorera y de burocracia de partidos hasta que se produzcan esas elecciones que aspiran que la Comunidad Internacional avale una vez que el régimen ceda en realizarlas. Y eso NO VA A PASAR hasta que ellos estén seguros de que no perderán. ¿Recuerdan a Chávez en el 2004, retrasando su revocatorio hasta que apareció Jorge Rodríguez con la “solución SmartMatic”?
¿Y por qué no va a pasar? Porque el régimen jamás cederá el control de las instituciones y Poderes Públicos (Judicial, Moral, Legislativo), y menos el Poder Electoral, al cual exhibe como la joya de su corona. A las pruebas recientes me remito: el Referendo Revocatorio viciado del 26E.
Sin embargo, a la terquedad de seguir por la vía electoral después del deslave revocatorio el 26E se suman los intereses de unos partidos que se niegan a morir dándole una solución definitiva al problema de Venezuela. Ignoran olímpicamente que la solución constitucional no se agotó con el Referendo Revocatorio. Que existe algo que se llama Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, que es nuestra última parada para salir de este problema de manera pacífica y constitucional, y comenzar un nuevo gobierno de transición que nos garantice unas elecciones libres, justas y verificables. Pero dejaré que sea la Magistrada Emérita Blanca Rosa Mármol de León quien se los explique en detalle, en una extraordinaria entrevista realizada por Contrapunto (ver BRML, Hay que llamar a una Asamblea Nacional Constituyente, en https://contrapunto.com/especiales/entrevistas-ctp/blanca-rosa-marmol-hay-que-llamar-a-una-asamblea-nacional-constituyente/amp).
Pero el Gobierno Encargado se aferra a esa solución que nos lleva hasta el 2024 a unas elecciones, sin considerar la gravedad de la situación de los venezolanos. Es necesario advertirle a Venezuela QUE NO PODEMOS ESPERAR MANSAMENTE A QUE NOS MATEN POR CUOTAS HASTA EL 2024. No podemos dejar que la MUD y su colaboracionismo convenza a Venezuela de esperar unas elecciones imposibles para el 2024, mintiéndoles descaradamente a los EEUU que "ganaremos" y usando los fondos que les están dando para eso. Dineros que son de los venezolanos. Esa es una situación INACEPTABLE.
En mi reciente nota fundamento que la existencia misma del interinato es salvar a los venezolanos de esta tragedia sin perder un momento más(ver El interinato no se justifica sin una Constituyente, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/02/el-interinato-no-se-justifica-sin-una.html). Sin otra cosa que nos lleve a una solución que no se aplique este mismo año, otra cosa NO ES JUSTIFICABLE, salvo que trabaje ya por una Constituyente Originaria que restituya los Poderes Públicos legítimos en menos de un año. De otra manera SU EXISTENCIA NO SE JUSTIFICA. Si el Interinato se embarca con la MUD para el 2024 para unas elecciones, SERÁ PARTE DEL PROBLEMA, NO DE LA SOLUCIÓN.
Ahora bien, esto no es suficiente. La razón principal de cualquier gobierno, interino, encargado o permanente, es el bienestar de sus ciudadanos. No está allí para resguardar activos financieros, ni acciones de sus empresas del Estado, ni las reservas del Banco Central. SU RESPONSABILIDAD INSOSLAYABLE está con el bienestar de la población. Los defensores de Juan Guaido y su Gobierno Encargado han centrado su caso de permanecer al frente de ese interinato para cuidar los activos y ser la cara de la oposición ante la Comunidad Internacional. Pero ni los activos están bajo su custodia sino de los países y sus leyes respectivas, y la cara opositora solo servirá hasta que esos mismos países lo decidan.
¿Y entonces? ¿Qué le queda a Guaidó y al interinato? Defender una solución que nos quite de encima inmediatamente a estos delincuentes para evitar que sigan las muertes, las torturas, el hambre, la pandemia COVID, la destrucción de nuestra economía. No puede constitucionalmente usar su Presidencia Encargada para alargar más esta situación.
Los verdaderos activos que debe proteger Juan Guaidó son la VIDA, LA SALUD Y LA SEGURIDAD DE TODOS LOS VENEZOLANOS. Eso es lo que medianamente nos queda aquí y ahora. Con eso cubierto, si se perdió algo en el camino lo conseguiremos. Somos del tamaño de los compromisos que enfrentamos. Tal vez eso no deberían olvidarlo quienes quieren insistir tercamente en engañar a este noble y bravo pueblo…
Caracas, 8 de Febrero de 2022
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