Por Luis Manuel Aguana
El tema petrolero ha sido una materia sensible para los venezolanos desde el primer momento que significó un vuelco de la Venezuela rural que fuimos, al país moderno en que nos convirtió esa industria. Fueron históricos los intensos debates acerca de cuánto y cómo se debían imponer los impuestos a las compañías petroleras internacionales que operaban en el país, estableciéndose leyes de hidrocarburos que fueron modificándose en el tiempo, y definiendo cuál debía ser la contraparte de la organización del Estado que debía hacer frente a esa riqueza que siempre consideramos como patrimonio de todos los venezolanos. Hasta que llegamos al paradigma de la nacionalización, con la creación de una corporación del Estado llamada Petróleos de Venezuela, PDVSA, que desarrollara todas las fases del negocio petrolero. Y el paradigma fue tan exitoso que esa empresa llegó a ser la primera del mundo en el negocio.
Pero ese paradigma funcionó hasta que Hugo Chávez Frías lo destruyó con un pito en cadena nacional. Desde ese momento, el desmantelamiento de la industria petrolera venezolana ha sido uno de los ejemplos mundiales más notorios de cómo se destruye la riqueza de un país.
Pero no es ese el cuento el que deseo resaltar en esta pequeña nota, porque sería interminable. Al destruirse un paradigma, siempre lo sustituye otro. Y una de las preguntas más importantes de los venezolanos, debería ser cómo se sustituirá el paradigma petrolero después de esta tragedia que vivimos. Y ciertamente la propuesta que ha salido al ruedo por parte de la líder opositora María Corina Machado (MCM), respaldada por el Presidente Electo, Edmundo González Urrutia (EGU), se basa en la privatización total (100%) de la industria del petróleo y gas del país, de acuerdo a la exposición realizada en el marco de una conferencia mundial de promotores del desarrollo energético mundial (CeraWeek 2025) (ver Venezuela se convertirá en el Centro Energético de la Américas, dijo María Corina Machado en la CeraWeek2025, en https://www.costadelsolfm.org/2025/03/13/venezuela-se-convertira-en-el-centro-energetico-de-las-americas-dijo-maria-corina-machado-en-la-ceraweek2025/).
La propuesta confirma lo que ya todos sabíamos: Venezuela, tras 25 años de destrucción masiva, ha retrocedido más de 110 años, al punto que al parecer debemos volver a las decisiones que tomó el gobernante de Venezuela de turno, Juan Vicente Gómez, de entregar la exploración, explotación y venta de petróleo y gas a las compañías petroleras que manejaban el negocio, porque “eran ellas las que sabían” y disponían de los recursos para buscarlo, extraerlo y venderlo por nosotros. Y eso era razonable en 1914 con el pozo Zumaque 1, pozo que inició la era de la producción comercial de petróleo en Venezuela. No sabíamos entonces absolutamente nada de ese negocio.
Sin embargo, me dejó un sabor muy amargo esa exposición de MCM, a diferencia de muchos que saltaron de alegría. Pero no por su propuesta, sino porque para mí lució como salir a vender las prendas de tu mamá para poder vivir, después de que el jefe de la casa puso en bancarrota a la familia. Y más aún, que pareciera una transacción comercial de “vender” lo que queda de tu patrimonio a cambio de libertad, para que esos capitales reunidos allí se ocuparan de convencer a la administración de Trump de sacar al régimen a cambio de nuestras riquezas. ¿Es que ya hemos llegado a ese punto de desesperación? No lo sé, cada cual que saque sus propias conclusiones. Yo no podía dejar de decirlo.
Nadie objeta que estaremos muy mal después de la salida de estos criminales, y que incluso Venezuela sea objeto de intercambio entre las potencias nucleares que se disputan el mundo. Pero eso no va a depender de nosotros ni de las ofertas que hagamos de nuestras riquezas. Creo que existen maneras de plantearse el mismo objetivo, pero conservando las joyas de tu mamá. Y esa propuesta fue realizada hace 2 años por Humberto Calderón Berti, quien no necesita presentación alguna en el mundo petrolero.
En una entrevista realizada por el ex embajador Orlando Viera Blanco, el 26 de marzo de 2023, Calderón Berti respondía a la pregunta clave de un nuevo paradigma:
P: Petróleos de Venezuela, ¿hay que privatizarla?
R: No. Yo creo que no podemos hacerlo al comienzo. ¿Qué es lo que ocurre? Vamos a suponer que mañana tenemos un nuevo gobierno en Venezuela. ¿Qué tenemos nosotros, los venezolanos? A Petróleos de Venezuela maltrecha, muy aporreada, semi desmantelada, y a las empresas mixtas que ahora son muy poquitas porque las empresas mixtas grandes se fueron porque fueron expulsadas de Venezuela. Entonces, es lo que tenemos, tenemos que empezar con eso, Orlando. Entonces, eso es lo que hay que redimensionarla, reestructurarla, acomodarla, en la medida de lo posible. Si la sales a vender, a privatizar, te van a dar 4 lochas porque está destruida. Porque tú no puedes registrar en los libros de las empresas que comprarían, no puedes registrar las reservas porque esas pertenecen a la nación. Entonces lo que tenemos es eso. Tenemos que arrancar con eso. Pero lo más importante de la recuperación, Orlando, va a ser una apertura petrolera con todas las de ley. Con una Ley de Hidrocarburos que ya está escrita, por cierto, y ya está en manos de la gente y que fue trabajada por la Asamblea Nacional de 2015, pero con la contribución de muchos petroleros que trabajaron en el tema. Hicieron muchísima cantidad de foros, yo participé en algunos de ellos, eso no fue trabajo mío sino trabajo de otros, pero una Ley estupendamente buena. Y con esa Ley de Hidrocarburos, producir una apertura petrolera, como la que se produjo durante el gobierno al final de Pérez, Velázquez y el Presidente Caldera, que se produce la gran apertura petrolera de los años 90s. Eso es lo que hay que hacer. Que se le dé seguridad jurídica a la gente, y que las condiciones de la Ley sean competitivas con otros países. Y allí es donde está la posibilidad de crecimiento. Y que el petróleo pueda arrastrar otros sectores de la vida nacional, por ejemplo la industria metalmecánica, porque el petróleo consume muchos bienes metal mecánicos, las empresas de servicios, las áreas petroleras son un motor dinamizador de la economía, y los recursos que produzca el petróleo pueden ser dirigidas a lo que hablé anteriormente, a atender las necesidades de la gente…” (ver Entrevista de Orlando Viera Blanco, Programa Enfoque Global de fecha 26-03-2023 a Humberto Calderón Berti, ex Ministro de Minas e Hidrocarburos, Ex Presidente de PDVSA y ex Presidente de la OPEP, en https://youtu.be/jIT1lyPyj_c?t=1702).
Esa propuesta de Calderón Berti garantizaría la recuperación de una industria petrolera en el piso y con ella a todo el país, no un regreso a 1914 del Zumaque I. Parece lo mismo pero no lo es, porque la locomotora del petróleo arrastraría a otros sectores de la vida nacional para el desarrollo de una industria nacional completamente integrada a nuestro principal recurso, logrando al mismo tiempo recuperación de los derechos pisoteados de los trabajadores petroleros que salieron perjudicados en toda esta tragedia. Esos contratos nuevos deberán tomar en consideración la situación de los años de tierra arrasada de la industria petrolera, así como los sectores que se deberán integrar, por encima de los intereses de las compañías petroleras. Eso no significa que no sepamos que estaremos negociando en condiciones poco ventajosas, pero que un nuevo gobierno responsable tendrá que considerar primero para el resguardo de los intereses de los venezolanos.
Por supuesto que después del desastre hay que generar un nuevo paradigma petrolero. La discusión no es si tenemos petróleo para ofrecer, sino si existirá -y cómo- un país petrolero que respete los acuerdos a los que llega, dentro de un Estado de Derecho. Es por eso que ese paradigma no puede ser producto de decisiones dentro del marco de otro programa de gobierno que venga después de esta tragedia. Debe ser la resultante de un acuerdo consensuado entre la representación calificada de todos los sectores del país para que esa garantía sea considerada segura, porque ¿saben qué? A diferencia de 1914, ahora hay miles de venezolanos con 110 años de experiencia acumulada en el negocio petrolero. Y esa representación no puede salir de otra fuente que de un proceso Constituyente para la reconstrucción y refundación del país, que redefina el papel del petróleo en nuestra sociedad.
En un contexto donde el gobierno del Presidente Trump ha considerado a Venezuela como enemigo de guerra de acuerdo a la “Invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros en relación con la invasión de los Estados Unidos por Tren De Aragua”, no es de extrañar que de un momento a otro los EEUU resuelvan qué hacer, por su cuenta y sin intervención de nadie, con los que se consideran en esa proclama, los jefes de estas bandas criminales (ver Proclama del Presidente Donald J. Trump, en https://www.whitehouse.gov/presidential-actions/2025/03/invocation-of-the-alien-enemies-act-regarding-the-invasion-of-the-united-states-by-tren-de-aragua/).
Desde ya entonces deberíamos prepararnos para esa eventualidad, dándole el mayor piso político y jurídico a la posición opositora, juramentando a EGU como Presidente en ejercicio y planteando un nuevo escenario de transición donde los venezolanos regresemos a la mayor brevedad posible a una tranquilidad política y económica. Un presidente venezolano en ejercicio entraría directamente y sin discusión, a tomar posesión de su cargo, después de la caída del régimen, no a discutir con nadie si hay que realizar otra elección, una vez resuelta favorablemente para los venezolanos la “guerra” entre el régimen y los EEUU. Y ni el mismísimo gobierno de ese país podría objetar esa situación, ni su Secretario de Estado plantear nuevas elecciones cuando eso suceda. En ese momento, paradigmas como el petrolero se redefinirán, como tantos otros en Venezuela, en el lugar y momento que corresponda. Eso debería ser, a juicio de muchos, lo que restaría por pasar si nosotros hacemos lo que nos corresponde.
Caracas, 19 de Marzo de 2025
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