Por Luis Manuel Aguana
Sería imposible describir un cuadro de mayor desesperanza en el ánimo de los venezolanos honestos en esta Navidad, al ver al régimen solazarse resplandeciente luego de ver ganada su disputa con los EEUU por el delincuente Alex Saab. Muy pronto lo veremos como negociador del régimen en la mesa de México y Barbados, junto con la oposición oficial, como ya lo han anunciado –“oposición” que por cierto no quiere soltar esa responsabilidad frente a la verdadera representación opositora electa el 22 de octubre- y luego seguramente lo exhibirán como Ministro o Embajador en algún país, o bien Gobernador, impuesto en cualquiera de los Estados de Venezuela, a pesar de no ser venezolano (lo cual no sería extraño si Maduro tampoco lo es).
Esta demostración histriónica de fortaleza delincuencial, donde unos criminales se ufanan pública y abiertamente de lo bien que les salió la jugada de secuestrar inocentes para intercambiarlos por sus secuaces caídos en manos de la justicia, podría resultar de verdad desmoralizante para quienes han luchado desde hace muchos años por el regreso del imperio de la ley y el Estado de Derecho en Venezuela, y especialmente durante esta época decembrina donde la gente honesta hace sus mejores votos por un mejor futuro para sí mismos y su familia, poniendo solamente por delante su trabajo, y la fe y esperanza en el Hijo de Dios que nace hoy, que dio su vida para lavar los pecados del mundo. Es por eso que se siente flotar en el aire un ambiente desagradable y contradictorio generalizado en esta particular Navidad de 2023 en Venezuela. Deberíamos estar alegres pero la realidad nos tumba la alegría.
Pero no quiero ahora escribir acerca de las contradicciones opositoras, ni tampoco especular si este régimen durará mil años, como dijeron que duraría el III Reich alemán, o hasta el año que viene, por el milagro de unas elecciones. Deseo más bien reflexionar en esta época navideña acerca de si tenemos o no las fortalezas necesarias para resistir y salir de esta desesperanza de hoy, causada por mil razones, la mayoría de ellas producto del cinismo del régimen, y también por culpa de quienes confiamos la dirección opositora. Esa es la verdadera clave que define si estaremos viviendo un cuadro mejor o peor del que tenemos hoy en la próxima Navidad. En el fondo, de eso es lo que se trata todo esto.
El término que define esta capacidad de resistir la adversidad es la resiliencia: de acuerdo al DRAE, resiliencia se define como; “1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos” (ver DRAE, Resiliencia, en https://dle.rae.es/resiliencia?m=form). Falta indagar si el venezolano es o no resiliente. Para ello eché mano de la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA), muy de moda en estos tiempos, e hice un experimento al preguntar directamente a la IA de Google, Bard, lo siguiente: “¿Es resiliente el venezolano?” Y lo que sigue abajo es a mi juicio la mejor de las tres respuestas que me dio:
“La resiliencia es la capacidad de adaptarse positivamente a las adversidades. Los venezolanos han demostrado ser un pueblo resiliente, capaz de superar las dificultades que han enfrentado en su historia.
En los últimos años, Venezuela ha experimentado una crisis económica, política y social sin precedentes. La hiperinflación, la escasez de alimentos y medicamentos, y la violencia han hecho que la vida de los venezolanos sea muy difícil. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, los venezolanos han demostrado una gran capacidad de adaptación y superación.
Hay muchos ejemplos de la resiliencia de los venezolanos. Por ejemplo, muchas familias han tenido que emigrar para buscar mejores oportunidades. Estas personas han tenido que aprender a adaptarse a una nueva cultura y a un nuevo idioma. También han tenido que enfrentar el racismo y la discriminación. Sin embargo, la mayoría de los venezolanos que han emigrado han logrado adaptarse a su nueva vida y prosperar.
Otro ejemplo de la resiliencia de los venezolanos es la forma en que han organizado protestas y manifestaciones para exigir cambios en su país. Estas protestas han sido reprimidas violentamente por el gobierno, pero los venezolanos han seguido manifestándose, demostrando su determinación de luchar por un futuro mejor.
La resiliencia de los venezolanos es un ejemplo inspirador para el mundo. Es un testimonio de la fuerza del espíritu humano y de la capacidad de superar cualquier dificultad.
Algunos de los factores que contribuyen a la resiliencia de los venezolanos son:
La cultura
venezolana: La cultura venezolana está
marcada por la solidaridad, la cooperación y la familia. Estos valores ayudan a
los venezolanos a apoyarse mutuamente en tiempos difíciles.
La historia
venezolana: Los venezolanos tienen una
larga historia de lucha y resistencia. Esta historia les ha dado una fortaleza
y una determinación que les ayuda a superar las adversidades.
La juventud venezolana: La juventud venezolana es un grupo dinámico y comprometido. Los jóvenes venezolanos están motivados a cambiar su país y a construir un futuro mejor.
La resiliencia de los venezolanos es una fuerza poderosa que puede ayudar al país a superar la crisis actual.”
(ver Bard, consulta: ¿Es resiliente el venezolano?, en https://bard.google.com/chat) (resaltado nuestro).
La Inteligencia Artificial –y en especial la de Google- hace uso del acervo casi infinito de información acumulada en la red que hemos generado nosotros mismos con nuestras interacciones diarias, produciendo una respuesta acorde con la solicitud realizada, en la mayoría de los casos, ajustada a la realidad. Examinando ese texto podrán ustedes notar que nada de lo que allí se expresa es un invento de los programas de Google acerca de algo que no sepamos ya en Venezuela.
Efectivamente, hemos experimentado las 7 plagas de Egipto, y sus consecuencias, tanto con los delincuentes del régimen, como de su oposición, y a pesar de ello, hemos “demostrado una gran capacidad de adaptación y superación”. Las personas que se han ido del país “han tenido que enfrentar el racismo y la discriminación” y a pesar de todo eso, “han logrado adaptarse a su nueva vida y prosperar”.
Los que nos hemos quedado hemos sido reprimidos “violentamente por el gobierno, pero los venezolanos han seguido manifestándose, demostrando su determinación de luchar por un futuro mejor”.
¿Y por qué ha sido todo esto? De acuerdo a la IA Bard, por nuestra cultura, nuestra historia y nuestra juventud. Pero yo añadiría otra mucho, más poderosa, nuestra determinación, como venezolanos, de recuperar nuestro país, por encima de cualquier liderazgo –bueno, malo, regular o pésimo que se haya decantado en el tiempo-, y a pesar de las amenazas de quienes creen que la dignidad se compra con una bolsa de comida.
Es triste y a la vez increíble que una IA sea capaz de decirnos todo eso de nosotros mismos y los venezolanos todavía dudemos de nuestra capacidad real –no generada por una IA- de vencer a estos delincuentes porque el régimen luzca orgulloso en un desfile público a un criminal que soltaron en los EEUU a cambio de rehenes inocentes. Ni decir tiene una IA que nuestra resiliencia “es una fuerza poderosa que puede ayudar al país a superar la crisis actual”.
Nuestra verdadera fuerza proviene de un ADN muy especial, comprobado históricamente desde que decidimos la libertad del imperio español y pusiéramos en pago la vida de más de la mitad de nuestra población. Y eso sigue allí, así esta lucha lleve lo que nos reste de existencia, porque como sabiamente dijera un famoso manager de las grandes ligas, “el juego termina cuando se termina”, y este no se terminara hasta la salida del régimen de Maduro y sus delincuentes del poder para comenzar uno nuevo en democracia. Falta mucho camino por recorrer todavía en contra del régimen, independientemente del liderazgo opositor que se encuentre al frente en este momento, porque eso no es lo trascendente. Y si el liderazgo que tenemos no resulta como pensábamos –como ocurrió con el anterior- entonces, con el favor de Dios, nos tocará conseguir uno mejor en el futuro. De eso se trata la resiliencia.
Así es de seria la determinación que muchos hemos asumido dentro y fuera del país, de no traicionar a quienes sacrificaron noblemente sus vidas en más de 20 años de lucha, en las calles y en las cárceles, y los que continúan como perseguidos y presos políticos civiles y militares, y exiliados por el régimen, y que continuará hasta alcanzar la libertad de Venezuela. A ellos siempre, les deberemos nuestra eterna gratitud y lealtad.
Dicho lo anterior, solo me resta desearles a todos ustedes, mis seguidores y lectores consecuentes, una Feliz Navidad 2023, con mis mayores deseos, para que esta Nochebuena de Navidad, el Niño Jesús les reafirme y consolide la fuerza de la resiliencia que vive en sus corazones y que nada pueda doblar el optimismo por un mejor mañana, dejando atrás toda desesperanza, resistiendo con mucha fe y determinación hasta vencer, y ganar el momento supremo en que toda la familia venezolana se encuentre reunida en el país, respirando el aire de la libertad. Amén y que Dios me los bendiga a todos…
Caracas, 24 de Diciembre de 2023
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