viernes, 28 de junio de 2024

Cómplices necesarios

Por Luis Manuel Aguana

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Sería imposible para cualquiera que haya tocado el tema del fraude electoral en Venezuela, dejar pasar las recientes declaraciones del Comisario Iván Simonovis en sus redes sociales, donde señala con nombres y apellidos, los cómplices necesarios del fraude técnico ejecutado en sucesivos procesos electorales, para darle la victoria al régimen.

Simonovis apunta específicamente a técnicos de PDVSA y CANTV como responsables de la “construcción de una plataforma integrada que manipula la información que se transmite desde los centros de votación hasta el CNE. Y para eso se apoyan en tres instituciones, en PDVSA, en CANTV y CNE. Durante todos estos años la dictadura ha fortalecido un equipo multidisciplinario, de alto desempeño, con la finalidad de tomar el control informático que maneja toda la megadata electoral. Se utilizó el proyecto de fibra óptica CANTV-PDVSA, que integraba las zonas pobladas con las zonas interurbanas para así controlar toda la información que viajaba desde los centros de votación hasta el CNE. Todos con una red homologada. Adicionalmente a todo lo que les acabo de comentar, estos criminales, porque realmente no tienen otro nombre, han tenido la responsabilidad de crear salas situacionales, que no son más que laboratorios donde se manipula información que luego se postea en las redes sociales. Estas mismas salas situacionales también se encargan en cada elección de procesar información que luego es utilizada para alterar resultados electorales a favor del régimen” (ver Tengan presentes estos nombres y estos rostros, @Simonovis, en  https://x.com/simonovis/status/1805539319886614885).

Después de tantos años de escribir con relación a este tema y denunciar los peligros que conlleva la automatización del voto para el Derecho Humano de Elecciones Auténticas en Venezuela, consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales, esta es la primera vez que son señaladas directamente a personas responsables de esa manipulación técnica fraudulenta de la cual solamente hemos visto sus indicios en los estudios estadísticos e instrumentos de detección matemática, como la Ley de Newcomb-Benford (ver La naturaleza delató al CNE, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/la-naturaleza-delato-al-cne.html).

Vistos estos indicios claros de fraude sobre los resultados en varias elecciones, arrojados en estudios realizados por técnicos independientes, muchos pedíamos que se investigara a fondo la situación, cosa imposible de realizar, existiendo una tiranía en funciones. Al margen de los nombres y sus posiciones en las empresas señaladas, la declaración del Comisario Simonovis exponiendo que ya se conocen quienes, cómo y dónde han realizado la trampa, corrobora años de denuncias sobre el sistema automatizado de votación venezolano, y asesta un golpe certero sobre uno de los pilares fundamentales sobre los que el régimen se sostiene.

Y no es que minimice de manera alguna la responsabilidad directa de las personas señaladas como cómplices necesarios en este grave delito, y que son mencionadas por el Comisario Simonovis, que suponemos sale como producto de una impecable  investigación policial, que sin duda sabe realizar muy bien este exfuncionario reconocido por su larga y exitosa trayectoria de servicio, dedicada a la seguridad del país.

Mi exposición se centra en que la modificación de los resultados técnicos en puntos intermedios de la red informática del CNE para unas elecciones, coincide con nuestra denuncia del cambio del concepto de escrutinio impuesto por el régimen desde que se estableció el voto electrónico en Venezuela. En otras palabras, que solo escrutan las máquinas y no los testigos y solo son “verificadas” manualmente una parte de las urnas electorales, que de acuerdo a lo estipulado por el  régimen es del 54%, en el mejor de los casos, dejando el 46% restante cerrado por ley, permitiendo de esta manera que las máquinas dictaminen el resultado total sin que se cuente o “verifique” ese importante porcentaje, porque se cambió legalmente el sistema de votar en Venezuela y el voto pasó a ser electrónico.

Ese detalle trascendental hace que el régimen pueda manipular a su antojo al menos el 46% de los resultados a través de medios electrónicos, y por supuesto a través de especialistas que prestan su avanzado conocimiento para que el régimen modifique los resultados que no son sujetos a “verificación” manual, SIN QUE LA OPOSICIÓN LO DETECTE, porque hacen coincidir en el proceso las actas y los votos de las máquinas con el resultado total en el centro de totalización del CNE.

Sin conocer lo que hoy revela Simonovis, en el año 2013, esgrimí una teoría en un Foro en un El Nacional titulado “¿Habrá Fraude Electoral el 14A?”, con una ponencia que llamé  “Construcción de un Fraude Técnico en 10 Pasos” (ver ponencia en https://tinyurl.com/msms4b9). Allí expuse una teoría posible de cómo se puede hacer un fraude técnico a los ojos de todos y sin darnos cuenta, y que pasa precisamente porque los técnicos del CNE que manejan las máquinas de los centros pueden cambiar los resultados dentro de ellas sin que nadie lo advierta porque los testigos no tienen idea de lo que estos técnicos pueden hacer.

Pero si efectivamente se interviene la red y técnicamente se toma el control de lo que pasa entre el centro de totalización y las maquinas durante el momento de la transmisión de los resultados, como lo precisa el Comisario Simonovis, es perfectamente posible  que se coloquen en las máquinas de votación resultados diferentes a los que reposan físicamente en las urnas NO AUDITADAS por la oposición, y que los resultados que arrojan las máquinas y el centro de totalización, coincidan perfectamente al final del proceso. Pero el truco fundamental aquí es que la máquina no sea susceptible de “verificación ciudadana” por parte de la oposición.

La manera en que esto pueda ocurrir es que el CNE permita ese acceso a sus servidores y máquinas de votación. Y no es que las máquinas sean “hackeadas” por parte de una entidad exterior, es que la participación del CNE es indispensable para que eso ocurra al darle puerta abierta al sistema y las redes asociadas, de allí que sean cómplices de esa operación. Eso explicaría la razón por la cual en varios procesos electorales se comenzaran a “voltear” los resultados a favor del régimen a partir de las 6pm, hora donde comienzan a cerrarse las máquinas de votación en todo el país, y la razón por la cual maquinas en un mismo centro muestran  históricamente resultados muy diferentes entre ellas a favor del régimen, contrariando las leyes de la estadística.

Esto ya se reflejaba en el año 2012 en  el informe “Elección Presidencial en Venezuela 2012” de María Mercedes Febres-Cordero, Bernardo Márquez y Alfredo Weil de ESDATA de Noviembre de 2012 donde se reveló que La magnitud de las inconsistencias detectadas en votos válidos se estiman en el orden del 12% para los centros con más de una mesa y de 92% para centros con una sola mesa” (ver Informe Elección Presidencial en Venezuela 2012 – Una evaluación Integral, María Mercedes Febres-Cordero, Bernardo Márquez, y Alfredo Weil en https://tinyurl.com/5n7d2x6v).

La única manera de asegurarse que eso no ocurra ante una nueva tentativa de fraude electoral, es que se imponga la soberanía popular, establecida en el Artículo 5 de la Constitución, por encima de toda ley y reglamentación que vulnere los derechos de los ciudadanos. Esto es, que los ciudadanos conscientes y testigos del proceso por derecho, al detectar una irregularidad, procedan en cada centro a la verificación ciudadana de todas las máquinas de votación y no solamente un porcentaje de ellas. Si el régimen no tiene nada que ocultar no debería ser un problema.

Estas modificaciones en el sistema de contar votos en Venezuela a partir del año 2004, lo que en realidad esconde es un fraude técnico masivo, más allá de todas las trampas para impedir la presencia de los testigos de la oposición por una normativa sobrevenida del CNE. Esta apreciación tendría que ser acompañada por el respaldo de las FFAA del Plan República en todo el país, en defensa de la soberanía popular. Si los militares se niegan a que el dueño de la soberanía cuente todos sus votos, entonces ellos si serán los verdaderos cómplices necesarios para que prevalezca la tiranía.

Caracas, 28 de Junio de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

viernes, 21 de junio de 2024

La opción Constituyente del 28J

Por Luis Manuel Aguana

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Mucho ha resonado en las redes sociales y otros medios acerca de los posibles escenarios que se están planteando para antes, durante y después del 28J, muchos de ellos dando por sentada la victoria electoral del candidato opositor Edmundo González Urrutia (EGU), y qué es lo que efectivamente terminará haciendo el régimen de Nicolás Maduro Moros con eso, ante una realidad manifiesta que luce indetenible en las calles de toda Venezuela.

Sin intenciones de hacer de adivino, en esta modesta tribuna siempre he tratado de resaltar los hechos del régimen ante lo que ha ocurrido en el pasado y lo que este ha terminado haciendo, sin inventar nada. Por ejemplo, en diciembre de 2015 decidieron dejar pasar – a instancias de los militares, no hay que olvidarlo- la victoria de la oposición en las elecciones de la Asamblea Nacional y lograron dos días después, con el apoyo del TSJ, neutralizarla y minimizarla por todo su periodo constitucional. Incluso convocaron dos años después una Constituyente ILEGÍTIMA y sin la aprobación del pueblo en Consulta Popular Constituyente, para legislar por encima del Poder Legislativo del Estado, SIN QUE SE LES AGUARA EL OJO Y NO PASARA NADA. La Constituyente de 2017 de Maduro les sirvió efectivamente para neutralizar la Asamblea Nacional de 2015 hasta que su periodo se agotó.

Ahora bien, todo el mundo piensa, en el entusiasmo de la campaña electoral, en el escenario nada simple de que EGU gane la Presidencia de la República, por encima del fraude electoral que ya está corriendo, que las cosas serán diferentes y habrá una desbandada de los principales personajes del régimen, pudiendo así los venezolanos recuperar el país destruido que nos habrán dejado. Y creo que de nuevo estaríamos cometiendo un grave error.

Es cierto que la Presidencia de la República es un poder determinante en Venezuela al ser nuestro país marcadamente presidencialista. Pero de allí a que por esta elección haya un cambio de 180º, sin considerar lo que ha sucedido antes en nuestro país, es poco menos que una fantasía tropical plagada de ingenuidad.

En el escenario de que EGU logre ser proclamado Presidente Electo, Jorge Rodríguez no tiene por qué dejar de ser el Presidente de la ilegítima Asamblea Nacional, ni la Magistrada Caryslia Rodríguez dejar de ser Presidente del TSJ, ni Elvis Amoroso dejará de ser Presidente del CNE, ni Tarek William Saab dejará de ser Fiscal General de la República, así como el resto de la estructura que sostiene institucionalmente a esta tiranía. Ninguno tiene por qué abandonar sus cargos.

Al contrario, se reunirán, como lo hicieron en diciembre de 2015, para deshacerse de algo mucho peor para ellos, como lo fue una Asamblea Nacional opositora, y lo lograron con éxito. Asimismo, lo harían para deshacerse de EGU y poner las cosas a su favor de nuevo. A pesar de tener la Asamblea Nacional un poder casi que ilimitado en la Constitución, la oposición oficial se las arreglo de 2016 a 2020 para no usarlo a favor de los venezolanos, ni deshacerse del régimen como prometió, sino para convivir con él.

Y ustedes me dirán,  ¡tú lo que quieres es que nos coma el tigre! A lo que responderé: NO. Lo que quiero es que aterricemos. Si llegamos, con el favor de Dios, a la situación donde EGU resulte Presidente Electo y María Corina Machado (MCM) siga siendo la principal líder de la oposición, no esperemos ni un segundo a que teniendo el animal en el piso, herido, pero no muerto, se levante en cualquier momento y nos muerda el cuello en la yugular, haciendo inútil todo este esfuerzo que están haciendo los venezolanos para llegar al 28J y salir del régimen.

He escrito litros de tinta electrónica en las páginas de este blog indicando que la única forma de recuperar institucionalmente el país es a través de la convocatoria del DUEÑO DE LA SOBERANÍA a un proceso Constituyente de carácter Originario, indicando en algunos casos los mecanismos de convocatoria. Pero estos mecanismos han variado conforme ha cambiado la situación política del país, y el momento en que estamos nos obliga a reevaluar esa opción para la recuperación de Venezuela.

Por ejemplo, la Asamblea Nacional de 2015 pudo disparar la iniciativa Constituyente con las dos terceras partes de sus integrantes como indica el Artículo 348 Constitucional desde el primer día de su juramentación, y NO LO HICIERON, decantándose por un Referendo Revocatorio de Maduro en el año 2017, que fue bloqueado por el poder judicial. La oposición ha desestimado consistentemente la solución Constituyente porque creen que el pueblo les cobrará, como al régimen, todos sus errores. Y tienen mucha razón, pero de esa manera colocan su propia supervivencia política por encima del bienestar de la población. Igualmente, esa factura saldrá cuando efectivamente el pueblo consiga convocarse por encima de esas mezquindades.

La diferencia de este instante político con el anterior, donde propusimos esta solución, es que de llegarse a una situación –esta vez electoral- que coloque a un opositor en la Presidencia de la República, este no solo requerirá la estabilidad política que le pueda dar un proceso constituyente, sino que NECESARIAMENTE LA SITUACIÓN DEL RÉGIMEN NOS PONE EN LA OBLIGACIÓN DE CONVOCARLO para poder mantenerlo allí. En este caso, EGU tendría el resto de los poderes públicos trabajando para desmontar en los siguientes meses toda la institucionalidad de la Presidencia de la República antes de la entrega definitiva en enero de 2025.

Ya no es si la oposición política de la MUD-PU manifiesta si le conviene políticamente o no convocar una Constituyente, sino que ahora resultaría imperativo hacerlo para que la oposición conserve el lugar privilegiado de una Presidencia electa con los votos de los venezolanos. Y la manera de garantizarlo es que la presidencia de EGU se convierta en una presidencia de transición de máximo un año, que lleve a normalizar económica y políticamente al país, convocando posteriormente a otro proceso electoral en el marco de una Constituyente, donde si se pueda postular como candidata MCM, como debió ocurrir antes, y si el pueblo así lo decide, convertirla efectivamente en Presidente de la República.

Si la oposición y MCM dejan las cosas transcurrir “as usual” hasta enero de 2025, esperando que el régimen le entregue la banda presidencial a EGU, la Asamblea Nacional ilegítima de Rodríguez con todo su poder, tendrá el suficiente tiempo de vaciar de contenido lo que pueda hacer el Presidente de la República. Eso ya pasó con la Alcaldía Metropolitana de Caracas cuando ganó Antonio Ledezma. Incluso ellos mismos podrían convocar al Constituyente con las dos terceras partes de su Asamblea Nacional, bajo sus propias reglas de convocatoria, llamando a una nueva elección presidencial. O la convocamos nosotros o nos la convocan como hizo Chávez en 1999.

Como Presidente Electo, EGU no tendría la potestad de convocar al Constituyente. Entonces, solo restaría la fuerza política que trae la inercia de la elección presidencial, con MCM a la cabeza, quien debería estar convocando el Poder Constituyente Originario por iniciativa popular, tal y como lo establece el Artículo 348 Constitucional. La forma de llegar allí con el Poder Electoral todavía bajo control del régimen sería materia de otra discusión que no cabe aquí, pero lo que no podemos hacer es quedarnos festejando mientras el régimen dinamita lo que hemos conseguido.

Si MCM desea ser Presidente de la República y el pueblo venezolano verdaderamente la quiere en ese cargo, como así lo ha manifestado claramente en las calles a través de su gira política admirable por todo el país, desde ahora mismo debería pronunciarse a favor de la convocatoria del pueblo a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar el Estado, y comenzar la recolección de voluntades para la convocatoria del dueño de la soberanía por iniciativa popular, introduciendo la opción Constituyente en la ecuación del 28J que asegure el resultado de esa elección a favor de los venezolanos. Para después podría ser demasiado tarde…

Caracas, 21 de Junio de 2024

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